Unos días antes del referéndum, un amigo tuiteó que le sorprendía la cantidad de gente que sólo escribía mensajes a favor o en contra, como si la vida no tuviera más cosas importantes. Me sentí interpelado porque soy consciente de que tuiteo demasiado sobre el “monotema”. No tanto por estos días, en los que es lógico que lo inunde todo. Es sobre todo por los años que hace que esto es así.
Es una reflexión que me he hecho de forma íntima muchas veces. Comprendo el mensaje de mi amigo porque hasta yo estoy cansado de mí mismo en twitter. Como si sólo me interesara esto. La vida es más una suma de retales; familia, amigos, trabajo, cervezas, viajes, retos, y aspiraciones, que un trozo de tela único, plano y repetitivo.
Mi vida sigue centrada en mis proyectos profesionales, me preocupa estar al día de cómo va la economía y los sectores que me afectan de forma más directa. Continúo apasionado por la ciencia y consumo libros y revistas como lo hacía. Me acuno viendo una película o serie casi a diario. Quizás es el mejor momento del día. Mucho mejor que cuando pienso o discuto sobre la independencia. Y ahora he añadido a mis entretenimientos escaparme a escuchar ópera de vez en cuando.
La pregunta lógica que me hago es, si me interesan tantas cosas, ¿por qué demonios escribo siempre de lo mismo? Suelo llegar a una serie de justificaciones, que no acaban de calmar del todo la mala conciencia por no mostrarme más diverso.
La causa principal es que me interesa. Es así. De hecho, siempre me ha interesado la política. Sobre todo, porque implica informarse un poco de todo. La identidad, como proceso de construcción personal, social y como espacio político me parece un tema apasionante. En él interseccionan presente, pasado y futuro, cuestiones mediáticas, culturales, históricas, y sociales muy complejas y donde, en mi opinión, se da una clara situación de injusticia en Catalunya desde muchos puntos de vista.
No voy a entrar en esto ahora, ni en rebatir su percepción de que las redes sociales han radicalizado al pueblo. Aunque han jugado un papel importante y las redes tienden a la endogamia y maniqueísmo, no estoy muy de acuerdo con él. Pero justificarme me obligaría entrar en unos matices, que me apartarían del tema central del artículo.
Además de interesarme mucho, cuando entro en twitter, hay un río de gente hablando sobre el monotema. En uno y en otro sentido. Es muy sencillo dejarse llevar por lo que todo el mundo habla. Twitter es una herramienta donde la clave está en la interacción entre usuarios y el grado de interacciones que obtengo hablando de esto es muy superior al resto de temáticas. Sé que, al integrarme en el debate de todos, alimento que en otros temas nadie interaccione conmigo, pero no puedo negar la sensación de hablar en el desierto si comento lo último que he leído en «Investigación y ciencia».
Antes de escribir un twitt, intento preguntarme si voy a aportar algo de verdad con él. Aunque me apasione, escribir digamos que sobre física o economía me da pudor. Me da la sensación de que hay gente más adecuada para hacerlos porque saben más. Reconozco que este filtro es muchísimo más liviano si es sobre política. Sí tengo seguridad cuando hablo de cine. Pero el problema es que no suelo ver las cosas cuando se estrenan y veo desfasados mis comentarios sobre una película que hace tiempo que abandonó las salas.
Los debates en twitter son muy limitados. El esfuerzo de síntesis te obliga a expresas cosas que son fácil de malinterpretar en temas polémicos. Pocas cosas son tan fáciles como acabar abrazándote a una discusión con un energúmeno que te lleva al barro. Y claro, él ahí se maneja mejor. Este es el motivo más importante por el que, algunas épocas, he tratado de distanciarme de twitter, pero la carne es débil.
Me he propuesto publicar twitts sobre otros temas y evitar un poco el debate sobre la independencia. Soy consciente que estos días va a ser complicado. De hecho, tengo algunos posts pensados y medio preparados para estos días. Pero me esforzaré en ir un poco más allá y hablar de la última película o serie que he visto (ahora miro “The night of” y es fantástica), de la próxima ópera que disfrutaré (llevo semanas escuchando “Un ballo di maschera” de Verdi, que veré en el Liceu en 15 días), trataré de compartir también los links de noticias de ciencia (como esta misma semana, que se entregó el nobel de física al equipo que detecto las ondas gravitacionales, o el nobel de medicina a los que explicaron bien los ritmos circadianos)…
En fin, la vida es más compleja y completa que un solo tema. Mostrar demasiado una misma cara en un ámbito en concreto (twitter en este caso), no significa que haya renunciado a todo lo demás. Creo de verdad que el tema es muy importante y que debe hablarse. Pero eso no es óbice para no hablar de nada más.