Django desencadenado

django

La nueva película de Tarantino, Django, explica la historia de un cazarrecompensas del lejano Oeste que da la libertad a un negro para que lo ayude a encontrar unos delincuentes a cambio de, después, ayudarle a encontrar su mujer. Para ello tendrán que enfrentarse a uno de los hombres más poderosos del Oeste.

Desde luego parece muy natural que Tarantino haga un western. Y no un western cualquiera sino un spaguetti western. Las referencias en su cine son constantes. Tarantino ha llevado los planos americanos (que muestran al protagonista de las rodillas hacia arriba, pensados para mostrar las pistolas de los vaqueros), los close ups (muy primeros planos) y los zooms in casi psicodélicos del género del mito norteamericano a todo su cine.

Algunas voces han dicho que puede que sea su película menos western a pesar del telón de fondo que tiene. Comprendo ese punto de vista. Precisando, yo diría que se refiere al género tanto como en cualquier otra película, pero el hecho de que la encuadremos en el género, no como en el resto de películas, hace que esas referencias se noten menos.

A todo esto añadiría que el paisaje es casi pre guerra civil, lo que nos lleva a un paisaje que no es exactamente al que tenemos en la cabeza cuando pensamos en la conquista del Oeste. E incluso la temática, el esclavismo, lo asociamos más a otros géneros. Si a todo ello le sumamos las referencias al cine violento, inspirado en el cine de la violencia de los 70’s pero casi más cerca de Old boy que de Donald Siegel, la distancia puede parecer mayor de lo que realmente es.

No por lo dicho, Django olvida los homenajes al género. Su título recupera el de un film italiano de 1966 protagonizado por Franco Nero, el cual aparece en el film. Incluso, comparten plano el Django moderno y el antiguo. También recupera la banda sonora. Por si las relaciones fueran pocas, uno de los personajes tiene relaciones con el Ku Klux Klan y se trata de un film tan violento que en algunos países fue censurada en parte. Por ejemplo, España.

django

Aunque hubiera preferido que durase 20 minutos menos, la película está bien. Es entretenida estando muy lejos de los mejores títulos de Tarantino. Dicho esto, Django tiene algunos momentos muy destacables, entre ellos la discusión entre los miembros del Ku Klux Klan.

A parte de llamar la atención sobre los diálogos, como siempre sobresalientes, merece la pena observar el espectacular trabajo de los actores: Jamie Fox, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio y el regalo de Samuel L. Jackson. No puedo evitar destacar el trabajo de este último, que juega un rol que recuerda a Mami en Lo que el viento se llevó pero en hombre con acento tarantinesco, casi como sacado de Harlem.

Es cierto que el cine de Tarantino está perdiendo poco a poco lo que más me gusta de él: su enorme capacidad de jugar con el tiempo narrativo. Pero aún así, sus películas continúan teniendo esa magia y ese carácter especial que siempre ha sabido darles. Django es una parada obligatoria por la cartelera de este invierno.

Django desencadenado

 

Valoración. 7,5/10

Género. Spaguetti Western.

Director. Quentin Tarantino.

Guión. Quentin Tarantino.

Actores/Actrices. Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Don Johnson, Walton Goggins, James Remar, Dennis Christopher, Michael Parks, Bruce Dern,Franco Nero, Jonah Hill, Tom Savini, M.C. Gainey, RZA, Todd Allen, James Russo, Tom Wopat, Misty Upham, Gerald McRaney, Cooper Huckabee, Laura Cayouette.

Título original. Django Unchained.

Año de estreno. 2012.

País. USA.

El hábito hace al monje

monje franciscano

El hecho de emprender requiere un optimismo a veces desmesurado. Es difícil llevar algo a término si no te convences del proyecto que llevas entre manos, si no eres capaz de marcarte objetivos ambiciosos y, a la vez, levantarte cada mañana con la seguridad de que los vas a conseguir.

La lucha del emprendedor tiende a hacerse a solas. Y más en nuestro país, poco dado a las inseguridades y riesgos de una aventura de este calibre. Te ves obligado a convencer a empleados, amigos y familia de que las cosas van a salir bien. De que esa criatura que estás alimentando día a día llegará un momento en el que se hará mayor.

Y no siempre es fácil. Los temores pueden llegar a carcomer tus certezas con el consiguiente riesgo de arrastrar hacia abajo tus auténticas aptitudes y, con ellas, las posibilidades de tu empresa. Puede que a tu proyecto se le presentara un futuro más solvente si los miedos no te hubieran hecho mella.

Al emprendedor no le basta con levantarse cada mañana recordando cómo va a cumplir los objetivos de la jornada. Esta obligado, además, a visualizar con nitidez los objetivos cumplidos. A la empresa y a él triunfales, en toda su grandeza. Pero cuando uno se siente derrotado, esa actitud no sale de dentro con naturalidad.

¿Qué hacer si el miedo te atenaza? Si ya no sientes la seguridad que te había acompañado o si, simplemente, sueñas con crear algo pero la inseguridad puede más que tú. En ese caso, propongo contradecir al refranero popular.

El dicho dice que el hábito no hace al monje. Es la versión sacra del hecho que, a veces, expresamos con el verbo cosas distintas a las que delatan nuestras acciones. Sin embargo, la realidad viene a demostrar que ponerse el hábito de tanto en tanto te acerca a la vida monacal.

Levántate por la mañana y, cual monje piadoso repite la oración; «Hoy será un gran día». Será un gran día. No que puede ser un gran día. Sin duda lo será. Sin intentos, sin ojalás… Con toda la fuerza y con la seguridad que no tienes pero que debes recuperar por el bien de tus objetivos.

Mirarse al espejo con ese convencimiento, repetirse en voz alta antes de cada momento importante que vas a dar la talla. Que nada de a lo que puedas llegar a enfrentarte va a estar por encima de tus posibilidades. El mundo es tuyo… si te lo recuerdas.

Al principio suena ridículo; ¿Que será un gran día? Pero si hoy van a llamarme 2 clientes molestos, y no tengo tiempo de acabar un documento para mañana. Bueno, dale tiempo… Llega un día en el que, de repente y sin saber por qué, cuando acabas de decir la frase, se te escapa una media sonrisa mientras descubres que lo crees de verdad.

Algunas veces las dosis de luz que requiere ser emprendedor llega a superarte. Por eso, en las ocasiones en las que el corazón no bombea con la suficiente fuerza, deja que tus labios lo ignoren articulando la fe que necesitas. Ponte el hábito de monje feliz, consciente de sus grandes posibilidades. Antes de que te quieras dar cuenta, te habrás convertido al credo del optimismo.

Mi semana con Marilyn

Mi semana con Marilyn

Argumento. Un joven aspirante a entrar en la industria del cine entra en contacto con Marilyn Monroe, que lo arrastrará a un mundo de complejidades emocionales.

Breve crítica.

La película no deja de ser una trama comercial sin demasiadas pretensiones donde, eso sí, los personajes son reales y tremendamente conocidos. Y hay que reconocer que el film tiene una cierta gracia y acaba siendo un pequeño dulce que no acaba por molestar el exceso de azúcar.

Parece obvio que el interés del director y del guionista está en conseguir hacer una Marilyn que se ajuste a la real. Al personaje voluble y bipolar que era la famosa estrella del cine. Pero el resto de personajes también consiguen tener un trazo que recuerda, cuando no mucho más, a los personajes históricos reales.

Entretenida y melosa, creo que merece la pena verla.

Mi semana con Marilyn

Valoración. 6,5/10

Género. Drama romántico.

Director. Simon Curtis.

Guión. Adrian Hodges.

Actores/Actrices. Michelle Williams, Eddie Redmayne, Kenneth Branagh, Emma Watson, Judi Dench, Dominic Cooper, Derek Jacobi, Julia Ormond, Toby Jones, Dougray Scott, Simon Russell Beale, Zoë Wanamaker, Geraldine Somerville.

Título original. My week with Marilyn.

Año de estreno. 2011.

País. UK.

Cauen els murs

«Cauen els murs» es un vídeo motivacional de cara a las elecciones catalanas de 2012. Hacía pocas semanas de la manifestación histórica del 11 de Septiembre y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, convocó las elecciones de forma anticipada.

El vídeo invita a los catalanistas a ir a votar aprovechando el hecho que el día que empezaba la campaña era, también, el del aniversario de la caída del muro de Berlín. Haciendo un paralelismo entre los dos hechos, el vídeo es emotivo. Está muy bien construído y genera mucha empatía.

Publicidad display vs. búsquedas

search vs display

La semana pasada publiqué un post en base a un estudio sobre publicidad realizado por IAB en el que la gran conclusión era que las pantallas ganan, cada vez, una mayor cuota de mercado frente al resto de soportes. Hay todavía otro dato, que me sugiere un nuevo post.

El estudio describe cómo la publicidad online basada en display (esto es, banners, robapáginas…) pierde cuota de mercado respecto la publicidad en búsqueda. La cuestión no es baladí porque las busquedas y los displays están en lugares diferentes, lo que implica que el dinero se lo llevan agentes diferentes.

La tendencia no tiene por qué mantenerse a lo largo del tiempo y, por tanto, que sea más una cuestión coyuntural. A favor de esta forma de pensar está el hecho de que la publicidad basada en búsquedas está más orientada a venta que la displays, más orientada a marca. En tiempos de crisis, donde los recursos escasean, parece lógico pensar que las empresas prefieran gastar el dinero en publicidad que convierte hoy y no de aquí a un tiempo (como lo es la generación de marca).

display

Pero si esto no fuera así, la forma en la que debe plantearse la publicidad varía. Por lo que respecta al vídeo, implica que los vídeos de producto serán muy relevantes de cara al futuro. En el caso de servicios, aquellos que estén realcionados con las cuestiones que, de verdad, preocupen al cliente, pueden hacer mella en nuestros resultados.

Más importante es, si cabe, para los grandes mass media. Las televisiones basan su negocio en la agregación de audiencias. Es decir, ellos juntan a mucha gente alrededor de la televisión segmentando muy poco los intereses de los espectadores. La que se avecina, por ejemplo, junta a toda la familia delante de la televisión.

Las teles aprovechan a esas grandes masas para vender sus espacios publicitarios. Al anunciante le ofrecen un precio que, por espectador, es pequeño. El anunciante, de paso, ahorra el mucho dinero que le costaría si diversificara mucho los canales. Es una relación winwin clara.

El problema es que, algo que ha sido relativamente fácil de solucionar con fusiones en las televisiones a que emiten a través del espacio radioeléctrico, en internet la cosa no es tan sencilla. Aparecen dos nuevos elementos que colocan a estas grandes corporaciones en dificultades.

Si, al final, resulta que en el vídeo, las búsquedas también son las que concitan mayor interés por parte de los anunciantes, parte del dinero que hoy veían las teles, irá a parar a manos del todopoderoso Google. Se les quedará una parte importante de su pastel.

search

Por si eso fuera poco, dentro del mercado de display el top 10 de las empresas de mayor cuota han pasado de tener el 84,4% en 2008 a un 70,5% en el primer semestre de 2012. Aunque parece que la tendencia a la baja se ha estabilizado, implica que el 30% de la publicidad se la están llevando players pequeños. Eso «desagrega» audiencia, lo que va muy en contra de lo que, de verdad, venden las teles. También, si esa relación se reproduce en el futuro del vídeo, es un nuevo elemento de preocupación.

Quiero dejar claro que sólo abro una reflexión pensando en cómo pueden ir las cosas en el futuro pero que a mi me parece que tiene sentido darle una vuelta. Si la realidad nos indica que las televisiones han padecido mucho cuando sus audiencias se han desagregado en unos pocos canales, qué no les pasará cuando los límites que marca el espacio radioeléctrico no condicione la presencia de nueva competencia.

REC 3 Génesis

rec 3

Argumento

La boda idílica de una joven pareja se convierte en una pesadilla tras un ataque zombie.

 

Breve crítica

Recuerdo cuando allá en el 2007 se estrenó REC. Fue la sensación del momento. Aunque el final me pareció muy débil, tengo que decir que disfruté mucho cómo se desarrolló la trama. La idea (cámara subjetiva y un espacio cinematográfico muy limitado) era tan sencilla y fresca que cautivó al gran público y a una parte de la crítica.

REC 2 ya no me gustó. Recuerdo esa sensación de saber que iba a ver una franquicia en la que la marca tendría mucho más peso que el contenido. Y con REC 3 me ha pasado algo parecido. Sabía lo que iba a ver y no me motivaba demasiado.

Pero lo que me he encontrado ha sido mucho peor. Es uno de los peores guiones de terror que recuerdo en mucho tiempo. No hay ni un solo clímax del film que no cierre con un Deus ex machina, algo a desterrar de entre las herramientas de un guionista.

El único elemento que me apetecía ver era cómo lo convertían en la Génesis de todo lo que pasa en la primera historia. En primer lugar no es una génesis porque todo empieza antes del film. En segundo lugar, no justifica lo que pasa en la primera, ya que entre esta y REC han de pasar cosas para que luego aquel edificio infernal se convierta en lo que fue. Y en tercer lugar, está tan cogido con pinzas que no aporta nada real a la trama global.

En resumen, no me gustó nada.

rec 3

Valoración: 2/10

Género. Terror.

Directora. Paco Plaza.

Guión. Paco Plaza, Luís Berdejo.

Actores/Actrices. Leticia Dolera, Diego Martín, Mireia Ros, Ismael Martínez, Emilio Mencheta, Àlex Monner,Javier Botet, Ana Isabel Velásquez, Blai Llopis, Itziar Castro, Claire Baschet, Xavier Ruano,Borja Glez. Santaolalla.

Título original. REC 3 Génesis.

Año de estreno. 2012.

País. España.

Negociar el derecho a decidir

jaume collboni

Hace unos días Jaume Collboni, portavoz del PSC, decía en twitter lo siguiente (en catalán):

«Es erróneo confundir el #derechoadecidir con la opción independentista. Es un princpio democrático compatible/complementario con la reforma federal»

A lo que Eduard Voltes, periodista y editor le contesta:

«pero el Psoe no lo reconocerá «nunca» (Rubalcaba ayer). Y el PP tampoco. Ergo?»

A lo que Jaume contestó:

«Ergo diálog0, acuerdo y democracia. Lo que hace falta para abordar grandes cambios.»

A esto uno puede decir, Jaume tiene toda la razón. Al fin y al cabo, la democracia se basa en eso, ¿no? Democracia y, por tanto, debate. Y, tras él acuerdos. En definitiva: negociación. Mucha negociación.

Pero analicemos de verdad los términos. Tiene razón Eduard en que el PSOE ha escenificado hasta el infinito (por no hablar del PP) que nunca apoyará el derecho a decidir. Esto implica reconocer a Catalunya como sujeto político. Y eso es algo que choca con las emociones de los españoles.

Aún así, sentémonos a negociar. Y hagamoslo sabiendo cómo funciona una negociación. La definición que hace la wikipedia es la siguiente: «La negociación es el proceso por el cual las partes interesadas resuelven conflictos, acuerdan líneas de conducta, buscan ventajas individuales y/o colectivas, procuran obtener resultados que sirvan a sus intereses mutuos. Se contempla generalmente como una forma de resolución alternativa de conflictos o situaciones que impliquen acción multilateral.»

Así, requiere partes, lo que implica que hace falta más de un negociador para que sirva de algo. Y las partes las define como partes interesadas. ¿Están los españoles y sus instituciones «interesadas»? Cuando dicen «nunca», la negociación se vuelve imposible.

Y si la negociación es imposible, pueden pasar 4 cosas. Si las dos partes pueden seguir su propio camino cada una de las partes sigue su camino y tan amigos. Si se trata de algo que una de las dos partes considera interesante y a la otra parte le da igual, el primero simplemente busca otras vías con otros compañeros de viaje u otras alternativas. Y si se trata de una guerra por el motivo que sea, luchan hasta que uno de los dos no resiste más. Pero, ¿qué pasa cuando una de las dos tiene todo el poder sobre la otra parte?

Supongamos que, aún así, tratamos de negociar con Madrid. Como parte débil, ¿a qué podríamos renunciar? ¿Y a cambio de qué? ¿Qué podemos ofrecer nosotros para que los oligopolios madrileños nos digan que lo aceptan?

¿Es Catalunya la parte débil? ¡Por supuesto! ¿Quién pone las leyes? ¿Quién controla los medios de comunicación más poderosos (que, por cierto, hablan de pensamiento único en Catalunya a pesar de que todos ellos publican y dicen lo mismo)? ¿Quién tiene capacidad de construir un frame más potente?

La teoría de juegos, que se dedica a analizar este tipo de situaciones, nos da una respuesta muy clara. Uno negocia intercambiando cosas: tú necesitas esto que yo tengo y yo eso que tú tienes. ¿Qué necesitan las instituciones españolas? Nada que nosotros les podamos ofrecer. Así que no hay nada a negociar.

Personalmente, a mi me seduce la idea de negociar. Pero no me basta con que Pere Navarro o Jaume Collboni me digan que hay que negociar y que eso es democracia. Necesito que me expliquen con qué van a negociar. ¿Qué pretenden ofrecer a cambio?

Y, en todo caso, dos preguntas requieren respuesta ¿Qué pasa si en Madrid no quieren negociar? ¿Qué les haría llegar a la conclusión que están negociando solos? Y, llegados al punt0 que eso sucediera, ¿qué harían?

Lo contrario a no contestar esas preguntas sólo puede significar tres cosas. O que son unos ilusos que hacen brindis al sol. O pretenden engañarnos y el statu quo ya les está bien. O que le están pegando la patada a la lata a sabiendas que se le encontrarán unos metros más allá. Y que, como se dice en catalán, qui dia passa, any empeny. Que nos resuelvan la duda y los ciudadanos podremos elegir.

Las pantallas acaparan la publicidad

Análisis inversión publidad

Hace unos meses que leí este post de Juan Varela que habla sobre un estudio de IAB sobre la inversión publicitaria en el primer semestre de 2012. La conclusión general es que la inversión baja mucho. Concretamente un 16,1%. Incluso el sector digital nota la caída, aunque es muy pequeña en comparación (del orden del 1,1%).

Es comprensible que la inversión baje. El contexto es malo y los datos son de España, la cual cosa contrasta con algunos datos «idílicos» que llegan de USA y que publicamos y replicamos como si fueran una realidad en nuestro país. Pero más allá de lo coyuntural, se dan algunas tendencias interesantes que merece la pena resaltar.

La caída en general es muy grande, pero si hacemos una mirada más concreta nos damos cuenta que el peso de la caída se lo llevan, por un lado la televisión (que representa casi la mitad de la inversión), junto con los diarios y los exteriores (vallas de anuncios y similares). También el cine, pero su peso es irrelevante.

Lo que a mi me parece relevante es que la caída de la televisión es del mismo orden que la caída global (16,5% frente al 16,1% que indicamos como media). En cambio, los exteriores (18,1%) y, sobre todo, los diarios (20,5%) caen en una cantidad muy superior. Ello hace pensar que, mientras que en la televisión, la caída depende de la coyuntura, los exteriores y los diarios están sufriendo un correctivo más sistémico, de mayor calado.

Además, la caída descomunal de los diarios de 465 a 369,7 millones de facturación le llevan a tener hoy menos peso que los soportes digitales, que han facturado 434,4 millones. Este cambio parece haber venido para quedarse. Y provoca un nuevo escenario: como señala Juan Varela, las pantallas acaparan más del 60% de la inversión (digital y televisión sumadas).

Ello conlleva una conclusión: los discursos publicitarios están sobre soportes cada vez más visuales. Y eso tiene consecuencias evidentes. De hecho, ese tránsito se visualiza en el hecho que los spots de vídeo en la red han crecido un 136%, pasando de representar un 3,8% en el primer semestre de 2011 a representar un 9% en el primer semestre de 2012.

Así, las televisiones reciben una de cal y una de arena. A la buena noticia de que lo audiovisual está ganando volumen de negocio deben contraponer que su modelo se basa en la agregación de audiencias (y de ahí las fusiones de los canales de televisión en torno a dos empresas) e internet funciona con el modelo de la larga cola, que implica justamente desagregación de audiencias. Ello hace muy difícil amortizar los contenidos tal y como hasta ahora se han diseñado para la televisión convencional.

El modelo publicitario está llevando a cabo una revolución navegando sobre la marea que produce la crisis económica, que genera escasez de recursos. Las pantallas ganan peso. Y ello condiciona la forma en la que las empresas llegan a sus clientes.

Los colegios profesionales, juez y parte

colegios profesionales

Cuando España fue (no) rescatada por Europa, ya supimos que la Unión quería que liberalizáramos algunos mercados en los que teníamos unas enormes rigidezas. Se referían al mercado laboral, sí. Pero también al de los profesionales, donde los colegios controlan la oferta y mantienen sus márgenes.

No hace falta saber mucho de economía para conocer que los mercados se regulan a través de la oferta y la demanda. Básicamente, si la oferta es mucho más pequeña que la demanda, los márgenes son enormes. En cambio, si la oferta crece mucho, los márgenes se hacen mucho más pequeños.

Pero esto es lo que sucede en mercados donde la oferta y la demanda fluctúan en función de los precios. Pero hay mercados donde eso no pasa. Cuando compras o alquilas un piso, cuando te separas o cuando necesitas un antihistamínico, no tienes más remedio que ir a un arquitecto, un abogado o un farmaceutico. Te cueste lo que te cueste.

En estos casos, la demanda es inflexible. Es decir, como necesariamente tienes que vivir en algún sitio, has de pasar por el mercado de arquitectos. Cuando te encuentras mal, necesariamente has de pasar por la farmacia. Y, a no ser que estés dispuesto a destrozar tu vida, si quieres separarte, necesitas un abogado.

Si estos sectores (y muchos otros, como ingenieros, médicos, periodistas…) tuvieran la capacidad de gestionar el volumen de oferta, podrían controlar los precios. Y, por tanto, los márgenes que ganan. Y, por desgracia, la tienen. ¿En perjuicio de quién? Del cliente, que es el ciudadano, por supuesto.

¿Cuál es el argumento a favor? Ellos dicen que son profesiones «delicadas». Los edificios se pueden caer o las pastillas, mal administradas, matarte. Tienen razón. Ellos garantizan esos mínimos. ¿Cómo? En algunos casos con formación extra. En otros… Eso quisiera saber yo.

Es decir, que damos por hecho que un licenciado en arquitectura, después de media vida en la universidad no está preparado para hacer edificios que se aguanten. También que esa formación extra que «garantiza» el colegio no puede cursarse en la universidad en la forma que se quiera (postgrados, masters…).

No, resulta que la respuesta es que la tienen que gestionar unos tipos que… ¡oh sorpresa! Si entra mucha gente en la profesión ven sus márgenes perjudicados. La pregunta es, ¿qué harías tú si la admisión de mucha gente en tu círculo te perjudicara y tú tuvieras la llave? O lo que es lo mismo,¿qué harías si fueras juez y parte?

Me hace cierta gracia cómo algunos sectores que critican los excesos de proteccionismo del mercado laboral español, reclaman para sí una protección porque es bueno para «todos». Siempre digo que en este país no hay liberales, aunque algunos conservadores se disfracen. Todos piden su parte del pastel. No entienden que el papel del estado es otro.

Dicen que la competencia sería mala. ¿Mala? ¿Para quién? Que la calidad bajaría. Sería la primera vez que el aumento de la competencia sobre un producto o servicio baja su calidad. No han entendido las bondades del sistema capitalista.

El papel de los colegios debería ser ofrecer servicios a sus asociados. Poner de relieve su valor. Si de verdad son una garantía, deberían trabajar para que el cliente lo perciba. Y que no se preocupen. Si lo hacen, todos los profesionales irán locos por estar colegiados.

Eso sí, a ellos les obligaría a bajar a la arena. Según estimaciones del gobierno (estas deben ser verdad, porque están cabreando a sus compinches de siempre), una reducción del 1% en los márgenes profesionales aumentaría el PIB en una décima. Es decir, 100 millones de euros. Y no hay que olvidar que ese 1% iría a parar a los bolsillos de los ciudadanos, claro.

Los ciudadanos no tenemos por qué pagar los derechos de unos pocos que llaman al apocalisis si hacemos cosas que perjudican sus intereses. Yo no veo tan diferente a un ingeniero de caminos de un panadero. Si tiene que luchar por los clientes que lo haga. Como hacemos todos.