El 3D y la crisis del cine

Las crisis suelen ser fases dolorosas. Tanto da si son crisis personales, de relación con otras personas o profesionales. Cualquiera de ellas nos hace sufrir. Y muchas veces solemos quedarnos con lo malo. Pero no tiene por qué ser así.

Uno de los sectores que parece estar en permanente crisis es el del cine. Desde que en los años 80 se dispararan los presupuestos de las películas de forma desenfrenada, el riesgo y la supervivencia de las productoras ha estado en cuestión.

En esa época de incertidumbre llega internet y el sector recibe el remate final. La gente se descarga continuamente las películas dejando de pagar por ellas tanto directamente (comprando entradas) como indirectamente (mediante la publicidad).

Alguna vez ya he comentado que yo opino que la gente no siente como un valor añadido las sensaciones que ofrece una sala. No lo valoran como tal. Es curioso porque se ha dado un fenómeno curioso. Mientras, por un lado, la gente empezó a gastar mucho dinero en equipar sus comedores con televisiones costosísimas y enormes, y equipos de sonidos de una tridimensionalidad increible, también empezó a ver películas cada vez de una calidad menor descargadas de internet.

El caso es que todo ello dejó a una industria noqueada. De hecho, ya no quedan majors «independientes», en el sentido que todas han sido compradas por grandes corporaciones de comunicación global.

Frente a la crisis, la industria se ha visto obligada a tomar decisiones. ¿Qué podían ofrecer a los espectadores para que volvieran a atraer a gente a las salas? Y así nace la aspiración de convertir el 3D en una herramienta más narrativa que hasta ahora, que se usado sólo como atracción de feria.

¿Se hubiera producido este avance sin crisis en el sector? Es díficil contestarlo categóricamente pero, probablemente no. Ya se sabe aquello que; «cuando algo funciona, mejor no tocarlo». Pero cuando no funciona, se remueve todo hasta que se encuentra un nuevo camino.

Así, la crisis está teniendo consecuencias que van más allá de los problemas de caja de la industria; el sufrimiento de la industria está beneficiando al espectador con una mayor espectacularidad. Y la industria, que además de desarrollar el 3D tendrá que hacer otras mejoras (al menos en mi opinión), también acabará por recibir los réditos que busca; los preciados beneficios.

Yo creo que eso sucede en todas las crisis, incluída la económica que estamos atravesando ahora mismo. Es verdad que esta crisis nos está haciendo padecer (y lo que aún ha de llegar). Pero, a cambio, en un futuro nos hará mejores, más competitivos… Nos hará 3D.

MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKIO

Ryu (Rinko Kikuchi), una chica solitaria y poco dada a hablar de su vida, gana un dinero extra como asesina a sueldo. Es contratada por un empleado del señor Nagara para que asesine a David (Sergi López), que estaba casado con la hija del Nagara y al que, tras que esta se suicidara, culpabiliza de su muerte.

Isabel Coixet suele atraerme al cine porque las historias intimistas, en algunos momentos terribles, que cuenta me llegan muy hondo. Para mí, sus elementos fuertes suelen ser la dirección interpretativa y la capacidad de generar mucha tensión en las escenas clave del film.

mapa-de-los-sonidos-de-tokio-2En el caso de Mapa de los sonidos de Tokio, creo que los actores y el trabajo de Coixet con ellos está a la altura habitual de sus films. Sergi López suele gustarme y no ha sido una excepción. Son interpretaciones contenidas, sin excesos. Rica en pequeños detalles. Para papeles complejos, donde es difícil saber si es bueno o malo, el catalán lo borda.

Rinko Kikuchi creo que también está a un gran nivel. Su personaje transmite la frialdad que se le supone. Ella apenas habla de lo que siente, aunque se hace evidente que, por dentro, corren muchas emociones contrapuestas representadas por el eje central de la historia; enamorarse de alguien a quien debes matar. Pero, como digo, no es la única contraposición, sino que, más bien, actúa como metáfora del resto de sus emociones extremas.

El problema, para mi, radica en que la narración es algo esquemática. Las cosas pasan como de golpe. Así como en La vida secreta de las palabras o Mi vida sin mi uno de los valores es, precisamente, esa evolución que da credibilidad a la historia, en Mapa de los sonidos de Tokio el resultado no es el mismo. La historia discurre en secuencias casi estantes sin dar una continuidad suave a la historia.mapa-de-los-sonidos-de-tokio-3

El valor preponderante de la película es, más bien, el estético. No es extraño que Coixet haya escogido Tokio, la capital nipona, para rodar su nuevo film. No hace falta casi ni explicar las influencias que el cine y la estética de este país ejerce sobre su filmografía. El ritmo de la historia es un buen ejemplo, además de la famosa iluminación de neon de Japón, que es utilizada en algunos momentos como si se tratara de la iluminación de una obra de teatro. Y, en los interiores, ha mantenido la continuidad con una fotografía muy barroca.

Donde mejor funciona el film, tanto a nivel estético como de guión, es en las escenas de erotismo. No hay duda de que los juegos que proponen hacen participar al espectador y las imágenes son de una belleza indudable. Yo creo que tienen la capacidad de transmitir la actitud contrapuesta de los personajes frente a la relación que establecen.

El hecho de que la historia no acabara de enganchara desde un primer momento hizo que el clímax fuera uno de los más flojos que recuerdo de las películas de Isabel Coixet. A pesar de ser un final terrible, que podría ser una apoteosis emocional, me dejó frío y me pareció previsible.

En definitiva, Mapa de los sonidos de Tokio me parece uno de los films más flojos de la directora catalana, pero no hará cambiar mi interés por su cine, por sus historias y por su manera de ver las relaciones humanas.

Películas de Agosto 2009

anticristo

Normalmente los meses de Agosto en el cine son más bien flojillos. Este año, en cambio, yo creo que hemos tenido algunas películas interesantes. Además de la emoción de la presentación de algunos minutos de Avatar, que se estrenará en diciembre, ha habido un par de estrenos que yo os invito que veáis.

Y si tengo que recomendar algo, esta vez recomiendo Anticristo. A mi me ha parecido una gran película. Es verdad que no es la mejor obra de Lars Von Trier, pero creo que supera en mucho la media de las cosas que pueden ir a verse al cine. Así que, puestos a elegir, no dudéis en ir a verla si os gusta el género de terror. Os aseguró que os sobrecogerá.

Por cierto, no puedo quedarme sin recomendar otra buena peli y, esta vez, española; V.O.S. La película es de Cesc Gay tiene un juego entre realidad y ficción muy divertido. Cuenta la historia de dos parejas. Una llevan muchos años compartiendo relación pero están algo estancados. Los otros, en realidad, sólo son buenos amigos que esperan un hijo en común. A mi me gustó mucho. Sobre todo la Vicenta N’Dongo está genial. Llegó a conmoverme. ¡Ah! Y dos últimos apuntes. Se ven parte de las tripas de cómo se rueda un film, por si a alguien le hace gracia. Y segunda, es muy recomendable verla en versión original. Hablan en castellano y en catalán y el resultado es magnífico.

Película que me haya gustado de forma inesperada no hay ninguna. Pero dentro de todo, la que no es una gran obra pero, en cambio, tiene momentos divertidos y alguna cosa interesante es una romántica sin más pretensiones; Ex; todos tenemos uno. Es todo un repaso a los posibles tipos de ex. Os aseguro que con alguno de los casos os sentiréis identificados.

El peñazo de película no puedo evitar dárselo a Millenium I: Los hombres que no amaban a las mujeres. Me han hablado tanto de los libros y de la película como algo increíble que qué queréis que os diga. Me ha sucedido algo parecido a lo que me pasó con Slumdog Millonaire. No era para tanto. No pasan de dos películas justitas que, con suerte, te hacen pasar un rato entretenido.

En el caso de Los hombres que no amaban a las mujeres, la historia apenas se aguanta. La investigación tiene un montón de elementos de lo que en narrativa se conoce como Deus ex machina, que en lenguaje de la calle suele llamarse patilla. Vamos, que hay un buen puñado de cosas que son un poco porque sí y que acaban generando inconsistencias graves. Por cierto, el final es uno de los mayores ejemplos que recuerdo de incoherencia en el desarrollo de un personaje.

Y acabo con el clásico. Entre los que he visto, me quedo con el El cantor de jazz. Es la primera película hablada, que no sonora. Cuando la ves, sientes la emoción que la gente de los años 20 debían sentir cuando descubrían ese nuevo elemento en el cine. Algo parecido a lo que nos pasa a nosotros con el 3D. Fue muy emotivo. Y Al Johnson, el protagonista, me encantó.

MILLENIUM I LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES

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Los hombres que no amaban a las mujeres es la historia de un periodista en horas bajas y una hacker de pasado difícil, que investigan un asesinato cometido 40 años antes.

Se ha hablado mucho de esta película y del libro en el que está basada. Antes de verla tuve el libro en las manos y me pregunté si leerlo o ver directamente la película. Es cierto que, precisamente por la presión a leerlo, he sido algo reticente a hacerlo. Al final, dejé el libro en su estantería y fui al cine. Y me alegro.

Soy un apasionado del poco cine nórdico que nos llega y este es, probablemente, uno de los peores films suecos que he podido ver. Después de la emoción con películas como Déjame entrar o, de la película del danés Lars Von Trier Anticristo, está ha sido una experiencia más bien justita.

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Para empezar, creo que a la película le sobra mucho metraje. Me parece evidente que, a la hora de adaptar el guión, no se han atrevido a recortar todo aquello que es innecesario. Asumo que la gente que adapta libros tiene un prejuicio colectivo en contra. Es típico oir a la gente comentar; «Estaba mejor el libro. Profundizaba más», sin que entiendan que la literatura y el cine usan lenguajes diferentes. Yo creo que los guionistas han tenido miedo de eliminar escenas del libro después de su éxito. Y eso juega en contra del film.

En muchos momentos la historia resulta previsible, y en algunos casos con diferencia de horas literalmente entre la intuición y la constatación. En la investigación hay momentos en los que se sostiene sobre cosas absurdas que rozan lo ridículo. Y es aquí donde me he alegrado de no haber leído el libro porque intuyo que estas deficiencias provienen de él.

En algo en lo que brilla la película es en el casting y en arte porque creo que todos los personajes y ambientes transmiten muy bien aquello que se supone han de transmitir. Destaca, sin duda, Noomi Rapace. Aunque hay que reconocer que es relativamente fácil por lo extremo de su personaje, transmite una especie de atractivo helado que encaja a la perfección con el personaje.

Eso no libra de graves cambios en los personajes que son incomprensibles. No puede ser, por ejemplo, tal y como se desarrolla la película, el final que tiene el personaje de Noomi Rapace (tranquilos, que no entraré en detalles). Pero ese es un problema de guión, no de casting ni de arte.

Personalmente, es una película que no recomiendo, aunque comprendo que la película es un fenómeno social y tiene un cierto interés.

El 3D y Avatar

NOTA:  Si lo que quieres es leer la crítica de Avatar, la encontrarás en el enlace.

Ya todo el mundo habla sin parar de Avatar. Parece que los pocos minutos presentados son espectaculares y la gente que los ha visto, comenta que es una experiencia radicalmente distinta a la que hemos vivido nunca hasta ahora en una sala cinematográfica. Pero, ¿de verdad es tan relevante este estreno?

La industria del cine parece estar desesperada. Todo el sistema de descargas y los nuevos servicios de streaming amenazan a su sector. Ellos hacen una inversión muy fuerte y, en cambio, no son capaces de controlar la distribución y, por tanto, el negocio.

avatar¿Hay alguna manera de pararlo? Hay dos; la primera es ofrecer de forma inmediata y online un servicio gratuíto igual y de mayor calidad insertando publicidad (modelo Hulu) u ofreciendo aún más calidad y, puede que en el futuro algún servicio extra, por una cantidad no muy grande.

La segunda es devolver a la sala el valor añadido que tuvo en el pasado. Antes, cuando hablabas con la gente, te decían que tal o cual película había que verla en el cine, que no podías esperar a la tele porque perdía. Con los grandes equipos de sonido, el DVD y, sobre todo, la gratuidad de la red, la percepción de valor ha caído en picado.

La apuesta de la industria es el 3D y, como siempre, buscamos abanderados de nuestros objetivos; preguntarse si Avatar, la primera gran película 3D, va a triunfar es lo mismo que preguntarse si el 3D va a ser algo más que un cine IMAX o cine para niños. Preguntarse si Avatar llenará las salas es lo mismo que preguntarse por el futuro de esta industria. O eso creen ellos…

Y a todo esto, su director, James Cameron, se siente como pez en el agua porque ha tratado, y mi opinión es que conseguido, darle un vuelco a la cinematografía un par de veces antes con sendas películas más caras de la historia hasta ese momento; Terminator II y Titanic. Esta es su tercera vez, ya que ha gastado 200 millones de dólares.

¿Puede sacar el 3D el polvo a las butacas de las salas? Analicemos la situación.

Mucha gente compara este momento revolucionario con la aparición del sonido o el color. Y lo es. Es evidente que la experiencia cinematográfica cambia radicalmente. Y aparecerán nuevas formas gracias a este nuevo tratamiento visual. No tengo ninguna duda. ¿Evitará esto el pirateo? A corto plazo seguro. Pero, ¿llevará eso a la gente a meterse en una sala de cine? Sí, pero no por siempre. Y ese es, para mi, uno de los problemas.

3D

No nos equivoquemos; el sonido atrajo a gente al cine, pero el cine mudo crecía en popularidad. De hecho, si se añadió el sonido fue por su éxito, y no a la inversa. El sonido sólo reforzó una tendencia existente y, eso sí, dio nuevos recursos a grandes creadores.

El color es la muestra que un cambio de tecnología no implica éxito. La época dorada de hollywood acaba justo cuando el color se populariza. Es verdad que recibió varios varapalos; les acusaron de monopistas y perdieron la distribución, perdieron el control sobre directores y actores… Pero fue la televisión, sobre todo con los noticiarios y las series matinales, las que casi barrieron la industria cinematográfica.

El cine respondió parecido a como intenta responder ahora; con espectacularidad. Nuevos sistemas panorámicos (el cinemascope, por ejemplo, data de aquella época) y cine épico; Ben-hur o los 10 mandamientos. Pero hay una diferencia y a mi me parece clave. Los espectadores no habían dado la espalda al cine porque las películas les parecieran aburridas sino porque salió algo que les era más cómodo. Cuando el cine les dio, tan bien como lo hacían antes, cosas que la tele no podía ofrecer, la gente volvió. Pero ya eran buenos haciendo productos de entretenimiento. Ahora no es el caso.

A posteriori se han vivido otras crisis, por ejemplo la de finales de los 70’s. El público se cansó de lo que hacían en las salas, es decir, uno de los aspectos claves de la situación actual. ¿Qué devolvió a la gente a las salas? Que un grupo jóvenes medio chiflados que asustaban mucho con sus ideas a las majors, dieron un espectáculo que jamás se había dado; Spielberg, Lucas, Scorsese, Coppola, Zemeckis…

¿Quién está montando esto del 3D? Los de la revolución de los 80’s, ahora con casi 60 años. Así, por lo que están interesados es por la tecnología. Pero el problema es que las historias trilladas por las que la gente ha perdido (o está perdiendo) el interés, siguen siendo los que quieren explotar en estos nuevos sistemas. Es decir, en contraposición a lo que hicieron estos directores cuando llegaron, que fue cambiar las historias que se contaban, ahora esperan que sólo la tecnología levante la situación. Y yo no lo creo.

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Además, Avatar es una película tremendamente cara y parece obvio que ese no puede ser el camino. Por lo que la propuesta Avatar es casi, autoconcluyente; no es pregonera de ningún cambio narrativo, que es el que al final cuenta, más allá del 3D.

No olvidemos que, si le preguntas a la gente por qué no va al cine, la respuesta suele ser del tipo; «es que no vale la pena». Yo no descarto, en absoluto, que nuevos realizadores que ahora incluso no conocemos, aprovechen esta tecnología para crear nuevos conceptos. Lo que pongo en duda es que, a medio plazo, cuando el 3D no sea una novedad, él sólo sea capaz de sostener esta situación.

A mi me parece imposible que Avatar no reviente. Pero es que es la primera, por lo que su éxito sólo quiere decir que la gente tiene ganas de probar algo nuevo. Pero sostener todo sólo sobre la tecnología 3D es un error. Yo creo que la industria se está haciendo trampas al solitario y, como no tenga un golpe de suerte, lo va a pasar mal.

ACTUALIZACIÓN; Jorge Mochón me ha pasado el enlace al trailer con su twitter. Os lo pongo.

ANTICRISTO

Anticristo

Anticristo es la historia de una mujer (Charlotte Gainsbourg) que, tras la muerte accidental de su hijo, sufre una profunda depresión. Para superarla, ella y su marido (Willem Dafoe), un psiquiatra, deciden ir a una cabaña en medio de un bosque.

Es casi imposible emitir una opinión sobre esta película sin que defensores o detractores de Lars Von Trier te ataquen sin piedad. Ya cuando pasó por el festival de Cannes la cosa acabó en abucheos sazonados con declaraciones polémicas del director del tipo; «soy el mejor director de cine del mundo».

No me cabe ninguna duda que Anticristo no es, ni de lejos, la mejor obra del director danés. No es comparable ni a una Rompiendo las olas, Bailando en la oscuridad o Dogville. Si se trata de comparar con su gran pasado, es cierto que tiene puntos de enorme debilidad (algunos rozan lo patético).

Ahora bien. Cuando leo artículos de prensa por ahí, percibo algo que no es exclusivo con Von Trier. Basta ser un poco crítico o practicar una cierta suficiencia frente a los periodistas para que, a la que tengan una oportunidad, te salten a la yugular. Y no puedo, sino pensar, que este es uno de esos casos.

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Decir que a esta historia le falta densidad dramática es no entender en qué consiste el género del terror. Por cierto, que algunos de estos expertos en cine critican que es rentable. Es lo último.

Esta no es una película más en su filmografía. En este caso el discurso es mucho más expresionista, con un esteticismo a veces extremo pero de gran belleza. Los escenarios reducidos a nada en Dogville se han convertido en un bosque casi más propio de los cuentos de Tim Burton.

Pero el tema central de Anticristo es el mismo de siempre, el que con tanta maestría aborda; la mujer torturada. En otros casos ha sido por la maternidad o el profundo amor a un marido que la ignora. En este caso es la muerte de su hijo. El dolor nace de su seno, de una depresión que la consume por dentro. Su marido tampoco la ayudará, con una actitud fría, distante. Más propia de un psicólogo ajeno al dolor que de un conyuge preocupado por su padecimiento.

Lars Von Trier explora en diversas fuentes;

Una de sus constantes es la inspiración en los grandes directores suecos, destacando por encima de todos Ingram Bergman y Carl Theodor Dreyer. Sus historias episódicas, en un claro crescendo de dolor. Y una cierta influencia de la obra mestra de Bergman, Secretos de un matrimonio.

Siendo todo eso cierto, esta vez explora con mayor profundidad a Strindberg, autor teatral y novelista de principios del s.XX iniciado en el oscurantismo y en la alquimia. Su obra Infierno, según el mismo autor, ha sido fuente fundamental en su última película.

Un ingrediente fundamental en la historia es una terrible depresión que ha golpeado a Lars Von Trier durante 2 años. Según él mismo explica, veía imágenes inconexas, al más puro estilo de David Lynch (de hecho, esos  sonidos terroríficos de la banda sonora, son profundamente lynchianos) que, finalmente, han tomado cuerpo.

No te recomiendo continuar si no has visto la película.

Las primeras imágenes del film, en la que practican sexo mientras el niño se lanza (no sin antes apartar a los tres vagabundos ya presentes, como no podía ser de otra manera, anunciando la muerte del niño) rodado en cámara superlenta, en blanco y negro y con el «Rinaldo, lascia ch’io pianga» (déjame llorar) de Händel, me parecen de una gran belleza. Además, transmite todo el dramatismo y crudeza sin necesidad de mostrar lo que luego sí hará; la sangre.

Y, tras el desmayo de ella, empieza la historia mostrando muy pronto el conflicto entre ellos dos. En uno de los mejores aciertos de la película, el casting es genial porque te induce a pensar lo que no es jugando, además, con toda la filmografía pasada de Lars Von Trier. Todo apunta a que él es el elemento negativo de la relación y ella la desprotegida que va a tener que sufrir.

Con la llegada al bosque, se produce la eterna dualidad y contraposición de la vida y la muerte. El zorro matando a la cría, el ciervo pariendo, y el cuervo que alimenta a la cría con otros muertos. Todos ellos, además, representan a los tres vagabundos que preceden siempre a la muerte. No sólo estos sino multitud de otros elementos acabarán por representar tal dicotomía, como las bellotas en la mejor metáfora del film. Y son estos elementos los primeros que empiezan a indicarnos a ella como la portadora del mal.

El momento, de lejos, más débil de la película es cuando el zorro habla y dice; «el caos reina». No debió pensarlo bien porque resulta hilirante y te saca de la historia. Sin ese error de bulto, la película hubiera ganado unos cuantos enteros.

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Me encanta el episodio «genocidio» en el que ella ya se muestra como fuente de mal y se equipara a las brujas de la edad media considerándolas también a ellas como culpables. Se produce el curioso fenómeno que es él el que defiende a las mujeres y ella la que las ataca.

Los elementos sexuales y sádicos del final del metraje a mi no me molestan en absoluto. Como digo, somos capaces de tolerar perfectamente los muertos al principio de la sobrevalorada Liberar al soldado Ryan o en las películas de Alexandre Aja (las colinas tienen ojos) sin tanto problema. No veo por qué no podría hacer Lars Von Trier lo mismo.

El descenso a los infiernos que sufre él queda perfectamente representado cuando entra en la madriguera. Allí ella sólo puede sacarlo como si, directamente, estuviera enterrado en el suelo.

Quizás el elemento que más me ha sorprendido de Anticristo es el final; cuando él se cruza con todas las mujeres que van en busca de ella. De alguna manera, está aceptando la tesis de la maldad femenina, claro elemento de influencia strindbergiano. Y me choca, sobre todo, porque entiendo la filmografía de Lars Von Trier como feminista.

Eso sí, la elección de cerrar el film exactamente con el mismo tema de Händel que lo abría me parece un acierto que cierra el círculo.

Creo que, junto con Déjame entrar, es la mejor película de terror del año. Lars Von Trier es una cierta garantía de calidad y Anticristo no es una excepción, aunque no se cuente entre uno de sus mejores de su filmografía.