Breaking Bad, las virtudes de la irregularidad

Breaking Bad

Conocía el punto de partida de Breaking Bad y sabía que mucha gente estaba encantada. Aunque la idea inicial me seducía, el éxito popular no suele ser suficiente para plantearme entregar tantas horas a una ficción. Pero una persona me dijo que la evolución del protagonista era muy interesante y eso me decidió.

Breaking Bad tiene algunos aspectos de sobresaliente. El mayor de todos ellos, sus personajes. Están perfectamente dibujados. Las situaciones que viven los hacen evolucionar. En algunos casos no siempre un personaje sufre cambios en la misma dirección y, a pesar de eso, no parece que estos no respondan a una misma psicología coherente.

Los personajes son perfectamente complementarios, lo que facilita un divertido juego de contrastes: Walter White, el protagonista está a las antípodas de su cuñado Hank, policía que se ocupa de cazar a traficantes. La mujer de Walter es una mujer madura, centrada, con las ideas claras. Su hermana Marie y mujer de Hank es todo lo contrario: superficial, con graves problemas de autoestima.

A los personajes de la familia hay que sumar al segundo personaje de la serie, Jesse, un joven drogadicto de carácter débil pero que trata de mostrarse como el chico duro. Es el socio de Walter. El personaje de Walter no podría haber encontrado a un espejo mejor para contrastar su evolución de la debilidad extrema a la máxima falta de empatía. Y, sin entrar en detalles para no contar más de la cuenta, los personajes de Gus y Mike son perfectos. Enriquecen el menú.

Me encanta también la fotografía. Es, a priori, poco atractiva. No sé si decir oscura, pero seguro que deprimente. Hay algo de sucio, con predominio de colores amarronados. Además, la cámara suele mantener una cierta tensión. Los planos no mantienen la talla de forma constante y, aunque cada vez estamos más acostumbrados, eso le añade tensión.

La serie, en cambio, también tiene puntos débiles que me llegaron a hacer dudar de continuar. En especial, es problemática la debilidad de sus tramas. Al menos en sus primeras 3 temporadas. Uno tiene la sensación de que no saben muy bien dónde están llevando la historia. Con perspectiva, probablemente alimentados por el éxito de la serie, decidieron dejar lo mejor para el final añadiendo historias innecesarias.

Reconozco que, en la primera temporada, era desconcertante el punto donde se abrían y cerraban las tramas. Eso tenía un punto atractivo para mi: eran imprevisibles. Pero el problema es que, al no evolucionar hacia un clímax, los finales eran muy débiles y superfluos.

El caso más grave es el de la segunda temporada, donde a través de unos flash backs anticipan al espectador hacia un final que sugiere espeluznante. Esta técnica, que en algunos momentos utiliza con inteligencia, se diluye cuando las imágenes se corresponden a un final que poco o nada tiene que ver con lo que les sucede a los personajes. Ese final casi me llevó a abandonar la serie.

La tercera casi parece una introducción a todo lo que tendrá que venir después. Lo único que sostiene al espectador hasta ese momento es unos personajes brillantes. Pero a partir de la segunda mitad de la tercera temporada y hasta que acaba, el nivel de las tramas no hace más que mejorar. Lo que, en un principio era una incómoda sensación de que los guionistas estaban perdidos, ha acabado siendo una de sus bazas. Porque las 2 últimas temporadas sí tienen un fin claro. Pero no pierden ese punto de imprevisible.

Las tonalidades oscuras en la fotografía y en las tramas no se abandona nunca. Toda la evolución lleva hacia un final en el que la esperanza se diluye a cada paso con una eficacia pocas veces vista.

Una de las ventajas de las series respecto al cine es las posibilidades que da a los guionistas a profundizar en la descripción de los personajes. Breaking Bad es de las series que mejor lo aprovechan. Todo y la espera del principio, os recomiendo que la llevéis hasta el final. No os dejará indiferentes.

PD: Recordaré toda la vida una de las que, para mi, es una de las frases de la historia de la televisión. Os dejo con la secuencia. La frase es la última. Os recomiendo que no la veáis si no habéis acabado la serie:

 

The pacific

The pacific es la nueva serie que está siendo promocionada fundamentalmente con 3 aspectos; es la más cara de toda la historia, que está liderada por Tom Hanks, Steven Spielberg y Gary Goetzman y que se estrena con sólo un decalaje de 1 día respecto a USA. Puede que la serie esté muy bien aunque a priori tampoco es que me interese personalmente demasiado. Pero creo que su estreno implica que la industra ha asumido los cambios que la red ha traído.

En primer lugar, parece que cada vez es más fácil rentabilizar un gran presupuesto en televisión que en el cine. El deporte sigue siendo de riesgo (8 de cada 10 estrenos acaba en fiasco).

Por lo menos, del lado de los gastos, la televisión parece no requerir tanto el protagonismo de mega estrellas o, al menos, no exige que todos lo sean. Eso baja mucho los presupuestos. No hay que olvidar que los presupuestos desmesurados del cine llegaron con los videoclubs y la sensación de que el mercado crecía tanto que nunca pararía. Algo parecido a lo que ahora estamos pagando con el tocho. Así, el presupuesto puede dedicarse a, de verdad, adornar la narración en elementos más atractivos (sobre todo, efectos especiales).

Del lado de los ingresos, hace poquísimo, alguna serie de éxito ha tenido que cancelarse por un excesivo coste. Es conocido el caso de Roma. Es verdad que la televisión requiere unas audiencias descomunales para soportar los gastos si estos son muy elevados (24 caerá por eso). Pero dicho esto, que se supere el mayor presupuesto de la historia (en este caso hablamos de 200 millones de dólares) es un hecho significativo.

Todo ello viene acompañado de una campaña de marketing propia del hermano mayor, el cine. Carteles en todas partes, promos espectaculares en televisión. Todo un ejemplo de cómo atraer lo cinematográfico a la pantalla, ya no tan pequeña.

Hemos hablado algunas veces de cómo la televisión está, poco a poco, atrayendo el talento del cine a sus feudos. Eso nunca había sido así. En el caso de España, a pesar de que la mayoría de actores se ganan mejor la vida en la tele que en el cine, optan por lo segundo si está a su alcance. Poco a poco, eso está dejando de ser así. Algo de calado está cambiando.

Parte de ello yo creo que es a causa del uso intensivo de internet. Nos hemos acostumbrado a consumir todo un día en una sola ficción. Nunca, hasta ahora, nos habíamos sentado delante de la televisión (o del ordenador) para tragarnos 12 horas de la misma historia. Es un cambio muy relevante en las costumbres de los espectadores.

Y sobre el último elemento internet aún tiene más incidencia; el estreno simultáneo entre USA y el resto del planeta. Es algo que demuestra que la industria americana, además de quejarse (y mucho), ha tomado cartas en el asunto. Teniendo en cuenta que la serie la hacen en Canal + y, por tanto, sin publicidad, ¿para qué iba a descargarla la gente? Así, internet y la piratería, están trayendo cambios positivos para el usuario (conste con esto que no estoy tratando de justificar las descargas fraudulentas. Creo que ya conocéis mi opinión).

Lost se ha convertido en el símbolo del cambio de los usuarios. Quizás The pacific sea el símbolo del cambio de la industria. Lo que es seguro es que, unos y otros, estamos cambiando nuestra relación con el hecho audiovisual. Y a una velocidad de vértigo.

FLASH FORWARD y el fenómeno LOST

flash-forward

El jueves de la semana pasada, arrancó Flash Forward, la serie protagonizada por Joseph Fiennes (el protagonista de Shakespeare in love) y Sonia Walger (Penélope en Lost).

Muchos la esperábamos con los brazos abiertos tratando de revivir la experiencia Lost, aunque fuera de forma descafeinada. Al final, hemos de asumir que es tremendamente complejo volver a vivir algo tan emotivo como Perdidos. El hecho es que en USA ha sido todo un éxito (12 millones de espectadores).

Para los que no sepáis de qué va, Flash Forward parte de que toda la humanidad pierde el conocimiento durante 2 minutos y 17 segundos. Durante ese tiempo, cada uno ve imágenes de un futuro próximo. Fiennes, que es agente del FBI, trata de investigar uniendo las piezas del puzzle.

Ya he comentado alguna vez que, desde mi punto de vista, Lost ha cambiado para siempre la narrativa de los seriales. Para empezar, la relación con la ficción ya no necesariamente discurre de 40 minutos en 40 minutos, sino que puede producirse en atracones de fin de semana. Pero lo más relevante es que ha hecho mucho más compleja la relación con el tiempo narrativo.

Es evidente que Flash Forward se monta a hombros de la innovaciones de Lost y he de decir que, al menos en su arranque, de forma muy certera. Los guionistas han sido capaces de exprimir al máximo el juego que les ofrecía la premisa. Y lanza al espectador preguntas muy atractivas.

Si no has visto el primer episodio, te recomiendo no seguir, porque voy a hablar de lo que sucede. Pero, para que hagas boca, te dejo con el trailer.

El arranque puede considerarse una referencia clara a Lost, en una secuencia, eso sí mucho más breve, idéntica a la del avión recién estrellado. Mark Benford (Fiennes) viene a ser Jack.

En primer lugar, la relación que establecen los personajes con las imágenes del futuro es la más variada posible; los hay que le resulta traumático (como los protagonistas o el compañero de Fiennes, que se cree muerto), los que lo viven con alegría (como el suicida, que aún no sabemos qué ha visto) e, incluso, los que lo viven con una combinación de ansiedad y alegría (como el padre de la soldado que vuelve a verla viva).

Además, lanza un montón de preguntas al más puro estilo mistery boxes; ¿Cómo puede quedarse embarazada en sólo 6 meses la compañera de trabajo de Fiennes? ¿Qué ha visto la hija para decir que se han acabado los días felices? ¿Morirá el compañero de Fiennes? Y, ¿quién es el tipo que sigue despierto?

El final del episodio es fantástico; por un lado, después de que nos generen la duda de si el futuro puede o no ser variado, llega la hija (la misma que dice que se han acabado los días felices) y le regala la dichosa pulsera. En el fondo está diciendo; no, el futuro no puede cambiarse y los desastres son inevitables.

Una vez resuelta esa clave, sólo queda una. ¿Puede todo lo que ha sucedido ser sólo un imponderable? ¿Algo sin causa aparente? La última secuencia responde a esa pregunta; al menos un tipo ha quedado despierto. Y eso le convierte en la causa y nos identifica el «mal». Como espectadores, ya tenemos «excusa» para ver la serie.

Hay dos cosas desde el punto de vista de guión que me interesan mucho; Normalmente cuando hacemos un Flash Forward en una película, solemos ser los espectadores los que sabemos qué es lo que ha de suceder, pero no los personajes. Surge una pregunta evidente. ¿Hasta qué punto no condiciona esas imágenes a que eso suceda? Es como una retroalimentación. Un ejemplo de esto; ¿qué evita que lo que, en un futuro, Mark Benford, el personaje de Joseph Fiennes, encuentra colgado en su oficina no lo ha colgado precisamente porque lo ha visto? Dicho con otras palabras; puede que algunas de las pistas sean falsas y fruto de la propia realimentación.

Y segundo, el gran valor de perdidos es que a veces no sabes si vas al pasado o al futuro. ¿Serán capaces los guionistas de esta serie de jugar con ese elemento? Dicho con otras palabras, ¿podrán girar las tornas y hacer que la clave esté en el pasado y no en el futuro?

Voy a hacer mi contribución a crear una mitología sobre la serie. He encontrado un pequeño error que, quizás, es una pista. Si todos pierden la conciencia durante el mismo tiempo; ¿por qué cuando Fiennes despierta no está su compañero sentado a su lado? Quizás es sólo una decisión estética que rompe (aunque sólo sutilmente) con la coherencia de la trama. O quizás… simplemente no se ha dormido…

Estaremos atentos 😉

Series de televisión online autorreferentes

La semana pasada, en Alt1040, colgaron el primer episodio de una serie que se llama Ikea Heights creada para Channel 101. Merece la pena verla;

IKEA Heights from DaveAOK on Vimeo.

Hay varios aspectos que me parecen interesantes;

1º/ El primero es obvio; la escasez de recursos alimenta la imaginación. La serie es de lo más divertido y la propia incapacidad de poder montar un plató lleva a utilizar Ikea (sin pedir permiso) como fuente de espacios. En si, es brillante. Además, ha enriquecido la historia porque que la empresa en la que trabaja el protagonista sea de cojines, te hace dibujar una sonrisa.

2º/ Como siempre, y como hemos dicho varias veces, uno de los elementos clave es la posibilidad de la distribución de los contenidos de forma libre. Utilizar vimeo, como es el caso, o cualquiera de las otras posibilidades de webtv tipo youtube, blip… es clave en la estrategia para que todo el mundo conozca lo que haces.

3º/ Voy un poco más allá. Antes he comentado que, a priori, tener que hacer uso de Ikea nace de la necesidad. Pero la clave de la cuestión es; ¿cómo aprovechar esa «desventaja»? Estamos acostumbrados a que, en las ficciones (ya sean series de televisión, películas…), las partes irrelevantes se eliminan. Es lo que se conoce por elipsis. Y una de esas partes que suele desaparecer es la parte donde los personajes se desplazan de un lugar a otro. Pero cuando te ves obligado a grabar en Ikea, lo que sucede es que esos desplazamientos sólo pueden realizarse por en medio de las estanterías. Mostrarlo le da un tono cómico y, lo que normalmente es irrelevante, pasa a tener cierto interés.

Quizás a alguno le parezca pretencioso pero yo no puedo evitar que los paseos entre las estanterías de esta serie online, y toda esa gente mirando, me recuerden a cierto cine de vanguardia. ¿No le veis similitudes, por ejemplo, a la serie sobre USA de Lars Von Trier? Me refiero a Dogville y Marderlay. Tampoco dejaría de lado las sobreinterpretaciones que hacen los actores parodiando los culebrones de televisión.

No hay duda de que, lo que nace como las ganas de contar algo, se convierte en parte de la construcción de los nuevos lenguajes audiovisuales, en puro metalenguaje. Obviamente, todo esto no es culpa de internet. De hecho, el cine toda la vida ha explorado nuevas formas de contar cosas. Lo que sí está haciendo internet es poner fácil la distribución a un montón de gente con talento pero sin recursos que pueden ofrecer trabajos que pueden ser vistos por la audiencia, cosa que el cine y la televisión convencional sí dificultaban eso. Y ello acelera ese proceso de investigación.

Por cierto, esta no es la única serie de Channel 101. Merece la pena echarles un ojo.

Versión original en series

lost

Aunque suelo dar la batalla por perdida, muchas veces trato de convencer a la gente que ver películas (y, por qué no) televisión en versión original es una buena idea. Ellos suelen tener la impresión que, de hacerlo, se pierden buena parte de lo que pasa porque no pueden «ver» las imágenes. Pero, en mi opinión se equivocan.

Si eres de los que opinan así, imagínate que eres el director de la película. ¿En qué incidirías más a la hora de exigir a tus actores? Obviamente las caras y los gestos. Pero, ¿no sería para ti muy importante cómo dicen las cosas? Honestamente, el trabajo de un actor es en, por lo menos, un 50%, la entonación.

Y lo que sucede cuando se dobla una película, por bien que se haga, es que hay un director de doblaje que no tiene por qué tener la misma visión del proyecto que el verdadero director de la obra. Además, los sonidos pasan a sonar enlatados, artificiosos. Hasta tal punto que, cuando te acostumbras a la versión original, el doblaje que distrae continuamente de la historia.

Pero ahora parece que muchos de ellos, la necesidad de estar a la última en las series que siguen, ya sea Lost, Anatomía de Grey o Battlestar Galactica, pasa por encima del miedo a la versión original. Y eso pasa por hacer cosas ilegales 😉 y verlo subtitulado.

Quizás eso dé una oportunidad real a la versión original en nuestro país, muy acostumbrado al «cómodo» doblaje. Y para los que aún no os hayáis atrevido, os garantizo que, en cuanto hayáis visto un par de episodios (o películas) veréis que vuestra capacidad de «leer» y «ver lo que pasa» aumenta. Y es que no se leen subtítulos como se leen libros. Pero ese ya es otro tema.

¡Ah! Y otro argumento falaz es aquel que alguna vez me han dicho; «claro, tú como entiendes el inglés.» Bueno, pues ni mi inglés es tan bueno como para entenderlo absolutamente todo, ni me restringo a ver películas en inglés. De hecho, veo mucho cine europeo en sueco, alemán, italiano, rumano (que ahora está bastante de moda), e incluso coreano, japonés… ¿Por qué no iba a hacerlo?

Los que aún no os hayáis atrevido, os recomiendo que lo probéis con alguna de estas películas en inglés que hablan poco y corren mucho (de acción) y le déis 3 ó 4 películas de margen. El resultado os satisfará, ya lo veréis.

jenn, la serie 2.0

making-jenn

Muchos son los bloggers que destacan lo interesante que es utilizar las herramientas que nos ofrecen los entornos virtuales para transformar lo que ya conocemos en algo más útil y participativo.

En concreto, en el sector de la ficción, es obvio que puede tener una relevancia brutal. Si ya hace años nos sorprendía que los espectadores pudieran escoger las nuevas tramas e, incluso, finales para sus series favoritas, en el futuro eso estará al orden del día.

Jenn 2.0 es un ejemplo de utilización inteligente de los entornos virtuales. En este caso, nos contarán la historia de Jenn, una consultora de Social Media, obsesionada con la tecnología y con una gran capacidad de relacionarse con gente sin atarse a nadie (en la página web la definen como social butterfly). El problema llega, como no, a la hora de buscar pareja…

Para mí lo más interesante de la serie no es lo que he contado, de las que ya hemos visto bastantes con argumentos similares. Lo interesante es que están mostrando todo el proceso de creación (desde castings hasta procesos de elaboración del guión) y que seguirán haciendo una especie de making off’s en su página web. En el fondo se trata de integrar en una a la actriz y al personaje, lo cual no deja de tener un fondo teórico interesante (que daría para, al menos, otro post).

Además, por supuesto, utilizan facebook, twitter, friendfeed… y la versión en video de twitter; 12 seconds. El concepto me encanta y creo que si aprovechan bien todos estos recursos, el éxito es mucho mayor al de una serie normal (donde la tasa de éxito creo que ronda el 20%).

Os dejo con el teaser de la serie;


Jenn2.0 Trailer from Rob Lewis on Vimeo.

Las series online en La Vanguardia

Hace 1 semana, «la vanguardia» publicó un artículo a dos páginas a las series de televisión que se producen exclusivamente para internet. No todos los días los medios impresos dedican tanto espacio y tanta relevancia, ya que fue la primera noticia de cultura.

El origen de la noticia titulada «la revolución de las series .es» aprovecha el bombazo que ha supuesto «malviviendo«, que entre la gente del medio ya hace bastantes días que se habla de ella. Nada más salir, tanto en los blogs como en twitter, la gente comentaba lo mucho que ha gustado. Y la verdad es que la serie se lo merece. Es una clara muestra de que la escasez de medios agudiza el ingenio. Como ha predicho algunas veces Gonzalo Martín en su blog, las plataformas de videos servirán de filtro de talento. Y es el caso ya que, según informa el diario, el equipo, que se encuentra en el paro, ya ha recibido ofertas para incorporarse a productoras.

El artículo no se para ahí y habla de otras series ya bastante conocidas en internet como calico electrónico o quevidamastriste y señala que en Estados Unidos hay montones de casos de éxito.

Si miramos la televisión convencional, hay 3 tipos de programas que funcionan de verdad; los realities (tipo OT o GH), los programas de corazón sin entrañas (tipo dónde estás corazón) y las series de ficción (no las películas). Nada me hace pensar que, a medio plazo, no vaya a ser lo mismo en internet. Evidente que habrá que adaptar esos conceptos al medio, variando la duración, el propio lenguaje visual (es probable que en planos más cerrados y en un tono más «desenfadado») y, sobre todo, la relación con el espectador.

Más allá del interés que despierte en nosotros la propia serie malviviendo, salta a la vista la importancia que tiene para toda la gente del sector que un medio tradicional dedique tanto espacio a uno de nosotros. Y es que, como hemos hablado bastantes veces con gente del sector, igual que lo que es malo para uno de nosotros es malo para todos (lo que pasó con mobuzz no nos ayuda a ninguno), lo que es bueno para uno, lo es para todos.

twin peaks (2); influencias

Para entender twin peaks, como con casi todas las series o películas, es importante entender el contexto en el que se produce. Y, en este caso, los dos motivos más importantes a tener en cuenta son; las series de la época y el propio autor.

En aquel momento, triunfaban dos series que también han sido capaces de quedarse en el imaginario incluso de aquellos que no las vimos apenas; «Santa Bárbara» y «Dallas». Eran dos culebrones que presentaban a unos personajes que, no sólo se vanagloriaban de ser malos sino que, incluso, resultaban glamurosos. Vivían envueltos en riqueza, en el american dream al que aspiramos casi sin darnos cuenta.

Siempre digo que David Lynch, junto con Tarantino, son las dos mayores recicladoras de mierda. Y me explico. Sus influencias tienden a ser subproductos de serie b, la mayoría aborrecibles desde el minuto 1. Y, en cambio, consiguen convertirlo en algo interesante y atractivo. Al menos para mí 😉

En este caso, Lynch juega a la contraposición. Toma la idea de poner a la serie el nombre de una ciudad, pero la convierte en una antiutopía, en un lugar siniestro. Donde había viñedos, coloca chimeneas humeantes. Donde había ricos, coloca a estridentes personajes. Donde había luz, aparecen tinieblas. Donde había música «triunfal», escuchamos música inquietante. Como muestra, os paso las caretas de las 3 series para que comparéis;

Por otro lado, hay un aspecto muy interesante en la segunda temporada. Los que no la hayáis visto, ojo porque voy a contar cosas. Y vaya por delante que no he acabado de ver la serie, así que cuidado con lo que me ponéis 😛

Si os fijáis, en la segunda temporada, el asesinato de Laura Palmer actúa como un selluelo para luego entrar en el tema que de verdad parece interesarle a Lynch; los ovnis o espíritus o lo que demonios sea. En el capítulo 7 descubrimos al asesino y en el 8 muere, por cierto, en uno de los momentos más increíbles. Pero ojo, porque durante esos primeros capítulos plantea las bases de lo que viene detrás. Este concepto, el de hacer seguir al espectador un elemento de escasa relevancia, lo «inventó» uno de los más grandes genios; Alfred Hitchcock. Es lo que llamó Mcguffin. Hay una película de Hitchcock donde lo utiliza de una forma similar a esta, descubriendo al espectador que la importancia está en otro lugar a media película; «psicosis».  Cuando empieza la historia, pensamos que nos cuenta cómo una joven escapa de la policía después de robar una maleta llena de dinero (este es el mcguffin). A media película la matan y descubrimos que lo realmente imporante es el hostal y sus «inquilinos»!!!

Por otro lado, uno de los momentos sobresalientes, como me dijo David, es el momento en el que se conoce al asesino. Allí se produce un juego muy interesante, mostrando indistintamente al «espíritu» que controla la voluntad del padre de Laura, y al padre mismo. ¿Os recuerda a una película? Si! Al final de «psicosis»!! Curioso puente, ¿no os parece?

Junto con este momento de cambio (alrededor del 8), que también se produce de alguna manera en la primera temporada en el capítulo 3 y el entierro de Laura, no sólo hay un cambio en el tema central de la serie, sino en casi todas las tramas, que pasan de mal a peor. Y llama la atención porque en muchas de ellas se produce aquello que los personajes deseaban. Y acaba por convertirse en una pesadilla. El caso paradigmático es el del dueño de la gasolinera, casado con una maniacodepresiva, y enamorado de la camarera de la cafetería. Como espectador, llegas a pensar que, a poco que su mujer fuera algo positiva, él lo llevaría mejor. Y, efectivamente, el cambio se produce. Y se convierte en una adolescente fogosa que es mucho peor que la anterior.

El planteamiento me encanta, aunque he de decir que los últimos capítulos que he visto, tras la solución del caso, no me parecen tan buenos (voy por el 15). Ya os contaré qué me parece lo que queda y la película. Eso sí, «fire walk with me» por siempre más.

twin peaks (1); el estilo

Cuando estrenaron Twin Peaks, yo tenía 11 años y, la verdad, me atraía muy poco. Con el tiempo conocí a David Lynch, que creó la historia y, durante mucho tiempo me dije que tenía que recuperarla. Por fin lo he hecho y ha sido una de las experiencias más brutales que he tenido.

Quiero dedicarle un par de posts, el primero sobre el estilo de la serie y el segundo de las influencias.

Yo creo que David Lynch tiene 3 etapas muy diferentes. Al principio, sus películas eran muy oscuras y difíciles de ver, en el sentido de que resultaban casi dolorosas, como los cortos «six heads getting sick», «grandmother» o la película «cabeza borradora». Poco a poco, sus historias se fueron aclarando y haciéndose más «normales»; es la época de «corazón salvaje» o «terciopelo azul». La última, de unos años para acá, está volviéndose otra vez muy oscuro y con tramas muy difíciles de desentrañar, como en «mulholland drive» o «inland empire».

Pues bien, Twin Peaks se enmarca justo en la segunda época, en la menos atrevida y más comprensible para el gran público. Los personajes, aunque histriónicos, resultan por lo menos plausibles. A mi me encanta el personaje del agente especial Cooper (Kyle MacLachlan), el protagonista, que navega entre lo genial en sus deducciones y lo absurdo de sus observaciones en lo que no tiene que ver con la investigación (el cariño que, de repente, coge a los árboles, la equivocada percepción que tiene al principio respecto a la gente del pueblo, la intervención de los sueños en sus decisiones…). Hay otro personaje muy importante, Diane, que sólo aparece de forma indirecta citada en las cintas que Cooper va grabando a lo largo de la serie (he de decir que estoy en la segunda temporada y quizás aparece después).

Además, hay montones de elementos lynchianos; la habitación onírica de color rojo con el enano, la mujer que acuna entre sus brazos a un tronco, la adolescente sexualmente precoz con tintes vougeristas,…

En general, Lynch siempre cuida mucho la música, y la serie no es una excepción. Simplificando, van apareciendo 3 temas constantemente que refuerzan las situaciones; una de tono cómico, otra de tono emocional (ya sea triste, ya sea porque resuelve una situación amorosa…) y otra de tono angustioso. Aprovecha a la perfección las posibilidades que le da este recurso narrativo para marcar mejor el ritmo de la historia.

En la primera temporada creo que hay una escena que es la clave. En los primeros 3 capítulos, percibimos un pueblo donde parece que no pasa nada, donde la muerte de una adolescente es un hecho aislado en una especie de remanso de paz. Así se encarga de recondárnoslo Cooper constantemente (llega a plantearse comprarse una casa). Pero en el entierro de Laura Palmer todo se destapa, todo el dolor supura, y las heridas mal cerradas vierten más dolor del que nadie pudiera imaginar.

Quería aprovechar para analizar una de las escenas, el momento en el que los padres de Laura descubren que ella ha muerto. Os la pongo;

Vaya por delante una aclaración que puede resultar obvia, pero no lo es tanto. El cine (y la ficción en tv) es, sobre todo, imagen. Lo que quiere decir que, salvo honrosas excepciones, los diálogos que lo dicen todo, aburren. Un buen guion no es, como mucha gente piensa, unos grandes diálogos (que también) sino aquel que se entiende prescindiendo de ellos. Y en este caso se aprecia donde la conversación es casi irrelevante.

La madre busca a Laura y esta, lógicamente no aparece. El padre está a punto de cerrar un negocio bastante importante. Y la madre llama. El padre está feliz, las cosas le van bien. Sarah, la madre, pregunta; «está laura contigo?». Nosotros ya sabemos que ha muerto. Y cuando, a la vez que se dice esa frase, vemos llegar el coche de policía por la ventana somos conscientes de cómo va a acabar todo. Por cierto, es una gran fórmula para hacer participar al espectador, que piensa «ui, ui, uiiii…».

De fondo, un sonido grave pero constante, mantiene la tensión a flor de piel. El padre intenta tranquilizar a la madre; seguro que está con Bobby. Pero nosotros estamos viendo cómo el policía se acerca con malas noticias.

Y el policía entra. Nosotros no lo vemos, pero lo sabemos porque hemos escuchado la puerta y, además, el padre mira en esa dirección. Mientras le dice a su mujer; «take it easy» (tranquilizate). Lynch alarga la secuencia mostrando un plano del policía preguntando por el padre. A priori es innecesario. Nosotros ya sabemos qué anda buscando. Pero de esa forma genera alarga nuestro sufrimiento como espectadores. Y vuelva a ver al padre. Sólo con la frase; «sheriff thruman» entendemos que el padre ha entendido. Casi se le ha escapado. Y su mujer, al otro lado, lo escucha. Y los nervios empiezan a apoderarse de ella. Se genera una tensión magistral con muy pocos detalles.

Y todo empieza a tomar cuerpo; la madre empieza a decir «oh, dios mio», el padre deja el teléfono poco a poco, y el sheriff se quita el sombrero, signo inequívoco de que va a dar una mala noticia. Mientras la madre se pone histérica, vemos que el padre se prepara para el golpe con el simple movimiento de ponerse de pie.  Y la conversación de a continuación es una obra maestra;

El sheriff pone su mano en el hombro del padre rompiendo la distancia y el padre dice antes de que le pueda decir nada; «es sobre laura». Casi una afirmación. «eso me temo». ¡Aquí nadie ha dicho «laura ha muerto» y hay una tensión increíble! La música se transforma en la melodía de «dolor». Y todo se derrumba. El padre suelta el teléfono y, al otro lado, su mujer escucha el golpe. Es su forma de decirle (sin palabras) que su hija ha muerto. Comprendemos que la madre lo ha entendido cuando dice; «mi pequeña». Y chilla.

Para acabar de dar la última puntilla, aparece el socio del padre semienfadado porque no ha traído los contratos. Es un truco de guión para acentuar el dolor. Pero entiende que algo pasa y, mientras la música sube de volumen, el padre dice ahora sí, por fin; «mi hija ha muerto».

Para cerrar la escena, vuelve la música de intriga, mientras vemos el teléfono descolgado y escuchamos el último grito desgarrador de la madre. Ese teléfono, suelto, casi olvidado, dice mucho más que mostrar directamente a la madre destrozada. Da profundidad a la narración, realza el siguiente plano y es una metáfora mucho más interesante.

Me parece de una delicadeza increíble. Dos minutos que son una auténtica joya de la historia de la televisión.