Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

guion y cine

Breaking Bad, las virtudes de la irregularidad

Breaking Bad

Conocía el punto de partida de Breaking Bad y sabía que mucha gente estaba encantada. Aunque la idea inicial me seducía, el éxito popular no suele ser suficiente para plantearme entregar tantas horas a una ficción. Pero una persona me dijo que la evolución del protagonista era muy interesante y eso me decidió.

Breaking Bad tiene algunos aspectos de sobresaliente. El mayor de todos ellos, sus personajes. Están perfectamente dibujados. Las situaciones que viven los hacen evolucionar. En algunos casos no siempre un personaje sufre cambios en la misma dirección y, a pesar de eso, no parece que estos no respondan a una misma psicología coherente.

Los personajes son perfectamente complementarios, lo que facilita un divertido juego de contrastes: Walter White, el protagonista está a las antípodas de su cuñado Hank, policía que se ocupa de cazar a traficantes. La mujer de Walter es una mujer madura, centrada, con las ideas claras. Su hermana Marie y mujer de Hank es todo lo contrario: superficial, con graves problemas de autoestima.

A los personajes de la familia hay que sumar al segundo personaje de la serie, Jesse, un joven drogadicto de carácter débil pero que trata de mostrarse como el chico duro. Es el socio de Walter. El personaje de Walter no podría haber encontrado a un espejo mejor para contrastar su evolución de la debilidad extrema a la máxima falta de empatía. Y, sin entrar en detalles para no contar más de la cuenta, los personajes de Gus y Mike son perfectos. Enriquecen el menú.

Me encanta también la fotografía. Es, a priori, poco atractiva. No sé si decir oscura, pero seguro que deprimente. Hay algo de sucio, con predominio de colores amarronados. Además, la cámara suele mantener una cierta tensión. Los planos no mantienen la talla de forma constante y, aunque cada vez estamos más acostumbrados, eso le añade tensión.

La serie, en cambio, también tiene puntos débiles que me llegaron a hacer dudar de continuar. En especial, es problemática la debilidad de sus tramas. Al menos en sus primeras 3 temporadas. Uno tiene la sensación de que no saben muy bien dónde están llevando la historia. Con perspectiva, probablemente alimentados por el éxito de la serie, decidieron dejar lo mejor para el final añadiendo historias innecesarias.

Reconozco que, en la primera temporada, era desconcertante el punto donde se abrían y cerraban las tramas. Eso tenía un punto atractivo para mi: eran imprevisibles. Pero el problema es que, al no evolucionar hacia un clímax, los finales eran muy débiles y superfluos.

El caso más grave es el de la segunda temporada, donde a través de unos flash backs anticipan al espectador hacia un final que sugiere espeluznante. Esta técnica, que en algunos momentos utiliza con inteligencia, se diluye cuando las imágenes se corresponden a un final que poco o nada tiene que ver con lo que les sucede a los personajes. Ese final casi me llevó a abandonar la serie.

La tercera casi parece una introducción a todo lo que tendrá que venir después. Lo único que sostiene al espectador hasta ese momento es unos personajes brillantes. Pero a partir de la segunda mitad de la tercera temporada y hasta que acaba, el nivel de las tramas no hace más que mejorar. Lo que, en un principio era una incómoda sensación de que los guionistas estaban perdidos, ha acabado siendo una de sus bazas. Porque las 2 últimas temporadas sí tienen un fin claro. Pero no pierden ese punto de imprevisible.

Las tonalidades oscuras en la fotografía y en las tramas no se abandona nunca. Toda la evolución lleva hacia un final en el que la esperanza se diluye a cada paso con una eficacia pocas veces vista.

Una de las ventajas de las series respecto al cine es las posibilidades que da a los guionistas a profundizar en la descripción de los personajes. Breaking Bad es de las series que mejor lo aprovechan. Todo y la espera del principio, os recomiendo que la llevéis hasta el final. No os dejará indiferentes.

PD: Recordaré toda la vida una de las que, para mi, es una de las frases de la historia de la televisión. Os dejo con la secuencia. La frase es la última. Os recomiendo que no la veáis si no habéis acabado la serie:

 

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