Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

Date archives agosto 2009

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Agujeros negros, sumideros de materia

Ya comenté que lo que deforma el espacio es la gravedad. O sea, que se da una curiosa circunstancia; cuando la materia se concentra mucho, se deforma a si misma. Pero, ¿podemos llevar eso al límite?

La respuesta es sí y lo llamamos agujero negro. Es algo que precide la teoría de la relatividad y, por cierto, a Einstein molestaba mucho. Él creía que, aunque fuera teóricamente posible, a la práctica no se daría.

La idea es la siguiente; La masa genera gravedad. Y la gravedad deforma el espacio atrayendo más masa hacia si misma. Si la masa va aumentando, llega un momento en el que la gravedad es tan fuerte que, a partir de un cierto punto, nada puede escapar a ella, ni siquiera la luz. A ese punto de no retorno le llamamos horizonte de sucesos.

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(Imagen de isftic)

En el momento en el que se forma el horizonte de sucesos nace el misterio porque nada ni nadie que entre, podrá volver para explicarlo. ¿Qué hay en el interior de un agujero negro? Aquí entran en juego la relatividad y la mecánica cuántica. Cada una precide unas cosas y aún no tenemos claro qué sucede en realidad.

La relatividad precide que, pasado ese horizonte de sucesos, la masa sigue cayendo y cayendo atraída por unas fuerzas gravitorias terribles hasta el núcleo del agujero. Como ya sabéis, cuanto más rápido vamos, más se contrae el espacio (somos más pequeños) y más se dilata el tiempo (pasa más poco a poco).

Pero lo que nos espera en el núcleo es lo más increíble. El espacio estará tan comprimido que, en un punto infinitamente pequeño, habrá una enorme acumulación de masa. El tiempo, va tan poco a poco que, en ese punto… se para. Y a ese punto lo llamamos singularidad.

Eso es lo que demostró el archiconocido físico Stephen Hawking entre otros a finales de los 60’s. Y el nombre al nuevo cuerpo celeste se lo puso John Wheeler, un cachondo que provocó airadas críticas por el nombre que propuso pero que acabó siendo aceptado.

El problema era que, aunque a nivel teórico fueran posibles, si de verdad hasta la luz que se acercaba desaparecía cayendo en su horizonte de sucesos, ¿cómo diantres íbamos a detectar uno? La clave está en aquello que ya comentamos en el blog de que la luz ve deformada su dirección a causa de la gravedad. Como un agujero negro es muy masivo, hará una especie de efecto lenticular curioso. Esta imagen, tomada de la wikipedia, es la imagen simulada de cómo veríamos desde la Tierra un agujero negro a unos 600 km. con 10 veces la masa solar.

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Gracias a este efecto óptico hemos podido detectar diversos agujeros negros en el universo. El más cercano, uno enorme en el centro de nuestra galaxia.

Se dan un par de paradojas bastante divertidas con este proceso.

Un agujero negro está en la mayor de las ausencias de luz. Pero si está goloso consumiendo materia, a su alrededor gira muchísima materia que sí es muy fácil de ver. Y, como todo va tan rápido, se pone caliente, lo que provoca que sea muy luminoso.

Si la cantidad de materia es muy grande, entonces esta empieza a chocar la una con la otra antes de cruzar el horizonte de sucesos. Esos choques provocan que grandes cantidades de materia salga disparada en lo que se conoce como chorros de acreción y que suelen tener distancias de años-luz (un año-luz no mide tiempo sino la distancia que recorre la luz en un año). Por lo visto, curiosamente, están implicados en la formación de estrellas, por lo que el trabajo de los agujeros negros no es sólo destructivo sino que puede formar galaxias.

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Ahora sabemos que, en realidad, los agujeros sí dejan escapar algo de su materia por un curioso fenómeno cuántico que se produce justo en la superficie de su horizonte de sucesos. Incluso, si el agujero negro es muy pequeño, puede llegar a evaporarse.

Cuando pusieron en marcha el acelerador de partículas del CERN salieron los listos de la clase a decir que esto era el fin del mundo porque este acelerador era capaz de generar agujeros negros. Y tenían razón. No en lo del fin del mundo, sino en que pueden formar agujeros negros. Pero son tan diminutos, que se evaporan en seguida. Así que lo demás es prensa amarilla.

Los agujeros negros suelen ser los reyes de las conversaciones entre los que no entendemos de física pero nos gusta. Pero no son los únicos ni los, para mi, más espectaculares. Supernovas y, sobre todo, los agujeros de gusano, son increíbles. Hablaré de ellos en próximos posts.

comedia / musical / peliculas

La calle 42

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Valoración: 8,5/10

Tag line. Un retirado genio de los musicales con un humor de perros, se ve obligado, a causa de la gran depresión, a volver a los escenarios. La diva, una chica sin experiencia e infidelidades completan los ingredientes.

Breve crítica. He tenido la oportunidad de ver películas con tan buen guión como la calle 42. Las réplicas son muy inteligentes y cargadas de ironía. Los actores están muy bien y las coreografías son espectaculares. La fotografía me encanta. La posición de la cámara está muy bien seleccionada. Todo un placer para tus ojos.

Género. Comedia musical.

Director. Lloyd Bacon.

Guión. Rian James, James Seymour.

Intérpretes. Ned Sparks, Ginger Rogers, Ruby Keeler.

Título original. 42nd street.

Año de estreno. 1933.

País. España.

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La gravedad todo lo deforma

En algunos posts anteriores, he comentado que no vivimos en un mundo 3D sino 4D en lo que se conoce como continuo espacio-tiempo.  Además, también he explicado que los objetos lanzados a velocidades próximas a las de la luz, el tiempo se dilata y el espacio se contrae.

Si alguno de vosotros no había tenido suficiente con todo lo explicado para sorprenderse, voy a dar otro dato con el que es difícil quedarse indiferente. Dando por explicado lo dicho, lo que deforma el continuo espacio-tiempo es la gravedad. Ahí es nada…

Ya forma parte de nuestra compresión del mundo que, cuando una masa es muy grande, tiene la capacidad de atraer materia. Pero comprender que, además, la deforma, ya no es tan fácil. Pero no hemos de olvidar un elemento importante. Igual que la pobre ameba de la que hablamos no es capaz de comprender un universo 3 dimensiones, para nosotros no es comprensible un universo 4 dimensiones. Y, de igual manera que nos parece obvio que un mundo 2 D puede deformarse dentro de un universo 3D, uno 3D puede hacerlo en un 4D.

Pero, ¿por qué lo deforma? En realidad, una vez aceptamos que, a altas velocidades, el tiempo se dilata y el espacio se contrae, el hecho cierto es que es relativamente fácil aceptar que la gravedad deforma el espacio. Voy a tratar de ser lo más intuitivo posible (y eso, tarde o temprano, acabará implicando que un físico se moleste mucho con lo que escribo ;)).

Imaginad que trabajáis en una de las naves de Battlestar Galactica y, en un esfuerzo sin precedentes, os piden que os acerquéis a una estrella hipermasiva. El gobierno, además de ahorrarse vuestro UVA, quiere consumir el mínimo combustible posible. Así que, os acercaréis a la estrella y os dejaréis llevar por la gravedad de esta.

Si nada os frena, cada vez cogeréis más velocidad. Y esa es la clave de todo. Si ya vimos que, a más velocidad, más deformación del espacio y del tiempo, querrá decir que, conforme os vayáis acercando a la estrella, mayor será la deformación de vuestro espacio-tiempo. Dicho con otras palabras, la gravedad deforma el espacio-tiempo. Y, cuanto más cerca, más lo deforma.

La gravedad es capaz de atraerlo todo. Y cuando digo todo es todo; incluída la luz. Imagina que estás mirando un cielo estrellado precioso en una noche despejada. La luz trata de seguir una trayectoria recta. Pero por el camino se encuentra estrellas muy masivas que desvían su trayectoria.

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(imagen de shelios)

Para demostrar que tenía razón, después de publicar en 1915 la teoría de la relatividad general, Einstein tuvo que esperar al siguiente eclipse de sol. La idea era la siguiente. Si la luz de las estrellas se veían desviadas por elementos muy masivos, se verían desviadas por la gravedad del sol. Luego, en un eclipse de sol, las estrellas que deberían quedar tapadas por el astro rey, se verán justo al lado de este.

Todos los físicos esperaron aquel día con mucho interés aunque muchos no daban demasiada credibilidad a lo que Einstein dijo. Pero el 29 de mayo de 1919, el primer eclipse de sol total desde que se publicó la teoría, todos los cosmólogos miraron al cielo para ver si las predicciones eran correctas. Y los astros le dieron la razón.

En 1922 Einstein ganó el premio nobel de física y su teoría quedó ratificada. Y nuestro concepto del universo, del tiempo y del espacio, cambiaron para siempre.

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Bienvenidos a la cuarta dimensión

La física nace de hacerse preguntas sobre nuestra experiencia diaria. En un principio, la intuición era su motor. Cuando Newton se dio cuenta que las manzanas se caían al suelo, se preguntó por qué. En base a ello buscó una regla matemática que le ayudara a predecir a qué velocidad caería y, por ejemplo, con qué fuerza golpearía al suelo la manzana que cayera del árbol. A eso lo llamamos la ley de la gravedad.

Pero la ciencia evolucionó y, a princpios del s. XX, algunos experimentos demostraron que la realidad de lo muy grande y de lo muy pequeño era mucho menos intuitiva de lo que nos pueda parecer. Dos teorías nacieron y caminaron por separado unos cuantos años para acabar cogidas de la mano, aunque aún discrepan en algunos puntos; la Teoría de la Relatividad de Einstein y la Mecánica Cuántica.

Si miramos a nuestro alrededor, percibimos 3 dimensiones de espacio y una de tiempo. En el espacio parece estático. Un metro es un metro y no hay alteración posible. Y respecto al tiempo pasa otro tanto. El reloj marca su paso sin que ninguna condición externa parezca poder afectar. Además, nuestra experiencia demuestra que el espacio y el tiempo son realidades absolutamente separadas. Pero es sólo lo que parece…

Ni las historias de Iker Jiménez son más espectaculares que la realidad. Ya comenté en el blog que, cuando algún objeto va a una velocidad cercana a la de la luz, el tiempo se dilata (pasa más poco a poco) y el espacio se contrae. O, lo que es lo mismo, ese objeto mide el tiempo más lento que nosotros y las distancias más cortas. Pero, ¿cómo puede ser que suceda esto?

Como digo, nuestra percepción es que el espacio y el tiempo son dos realidades distintas. Pero es sólo nuestra percepción. La realidad es que están intimamente ligadas. Juntas forman un todo. No es que tengamos un 3D de espacio y 1D de tiempo, sino que vivimos en un 4D de espacio-tiempo. Y asi es como lo llaman los físicos; el continuo espacio-tiempo. El problema es que percibimos un mundo en 3D y se nos hace imposible imaginar uno de 4.

No te sientas insultado, pero imagina que eres una pobre ameba que se pasea por la superficie de un plástico que hace de tejado de una cabaña de un niño. Como buena ameba, llevas toda su vida recorriendo distancias cortas y, de hecho, jamás has salido de la superficie del plástico. Lógicamente, este es plano y, para una ameba el mundo es en dos dimensiones. Puede ir hacia adelante, atrás, derecha o izquierda. Arriba y abajo es una idea que, para ella no existe.

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Pero un día una piedra cae sobre el plástico y este se deforma. ¿Notaría algo la ameba? ¡En absoluto! Sus dimensiones (delante, detrás, derecha e izquierda) siguen intactas. Si no fuera porque tienes inquietudes sobre física, jamás notarías la diferencia entre su universo plano o su universo doblado. Pero, ¿cómo podría descubrir que su universo ha sufrido un pliegue?

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Imaginemos que encuentras un exquisito manjar. Ahora no tienes hambre pero quieres asegurarte de que nadie te la roba. Y decides hacer rondas en círculo para que nadie, venga de donde venga, te la pueda arrebatar. Así que dibujas una circunferencia perfecta sobre tu superficie 2 dimensiones. Pero como eres muy perfeccionista, decides asegurar que tu círculo es perfecto, así que tomas medidas de la distancia respecto al radio y… ¡sorpresa! El radio resultante es menor de lo que esperabas!

Si la ameba es suficientemente lista, llegará a la conclusión que lo único que puede pasar es que su universo 2 dimensiones esté deformado  dentro de otro universo 3 dimensiones. Pero la pobre nunca podrá imaginarse ese universo 3 dimensiones.

Eso es justo lo que nos pasa a nosotros. Tenemos evidencias de que nuestro universo es de, por lo menos, 4 dimensiones (teorías cuánticas van mucho más allá, pero esa es otra historia), pero son evidencias indirectas. Y, como la ameba, somos incapaces de imaginar en nuestra mente más de 3 dimensiones.

Así que, mis queridas amebas, perdón, lectores del blog, bienvenidos a la cuarta dimensión de la física relativista.

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E=mc2

Si hay una ecuación conocida es e=mc2, la de la energía de Einstein. ¿Quién no ha oído hablar de ella? ¿Y quién no sabe, sin acabar de entenderlo, que esta ecuación tiene unas implicaciones gordísimas como, por ejemplo, las bombas atómicas?

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Pero, ¿cómo interpretarla? Para entenderla bien, primero, hay que comprender bien qué significa cada uno de sus componentes; la energía, la velocidad de la luz (c), la masa, y no hay que olvidar el igual.

Entender el concepto energía conlleva un problema. Los esoteristas en general tienden a utilizarla sin ningún rigor. Todo son energías positivas que fluyen y energías negativas que van. Como forma de expresar algo de forma popular está bien. Pero ha dotado a la palabra de un significado muy amplio que cada uno la amolda a lo que le parece dificultando que nos entendamos entre nosotros.

Para un físico newtoniano que, en definitiva, es lo que estudiamos en el colegio, la energía es capacidad de trabajo. Nada más que eso. Es decir, que cuando decimos que un cuerpo tiene mucha energía, no estamos diciendo que tenga ganas de bailar sino que tiene un gran potencial de generar trabajo. Cuando cogemos el coche de un niño y lo arrastramos hacia atrás, lo estamos cargando de energía para que, cuando lo soltemos, la libere corriendo mucho. Como veis, nada esotérico.

No dejemos el coche del niño. Cuando lo tiramos para atrás, en realidad, lo que estamos haciendo es algo parecido a estirar un muelle, que está deseando volver a colocarse bien, en lo que se conoce como la posición de reposo. Al final, los muelles y los humanos no somos tan distintos… Cuando soltamos el coche, es como cuando el jefe se va de la oficina, rápidamente pasa a posición de reposo. Pero, al hacerlo, el muelle se ve obligado a hacer girar las ruedas. Y eso se traduce en movimiento. Ese deseo de volver a reposo es la energía del muelle y el reposo es el estado mínimo de energía posible. Siempre queda algo, igual que nosotros, cuando se va el jefe, también hacemos como que trabajamos algunos ratos.

La masa mide es lo que cuesta mover un cuerpo. No es lo mismo levantar a un bebé de 3 meses que a un zampabollos de 15 años. ¿Por qué? Porque la masa del zampabollos es mucho mayor que la del bebé. Si no estáis de acuerdo, podéis probarlo. Pero antes, pedid hora al masajista para que os quite el dolor de espalda.

El igual ya lo dice la palabra; iguala lo que hay a un lado y otro del signo. Pero cuidado que no es tan obvio como parece. Quiere decir literalmente que es lo mismo. O sea, que estamos diciendo lo mismo si hablamos de energía que si hablamos de la masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado. Y esto tiene unas implicaciones increíbles que ahora os contaré.

¿Y la c? Es la velocidad de la luz en el vacío. Algo así como 300 mil km. cada segundo. No está nada mal, ¿no? Este número tiene unas consecuencias determinantes por varios motivos;

1º/ Es un número enorme y encima está elevado al cuadrado (multiplicado por si mismo), por lo que, a muy poco que valga la masa, la energía resultante va a ser enorme. Para que os hagáis una idea, un sólo gramo de materia contiene tanta energía como para mantener todo el alumbrado público de la ciudad de Barcelona durante algo menos de 20 minutos, o el equivalente a algo más de 2000 toneladas de petroleo.

2º/ Es una constante, o sea, un valor que no podemos cambiar. Dicho con otras palabras, lo único que hace es que cualquier valor que pongamos en la masa se haga enorme. Pero no varía nada más. Casi podemos interpretarlo como un corrector. Por lo que, en el fondo, la ecuación lo que nos está diciendo es que energía y masa son lo mismo. Mejor dicho, y gracias a que la c es tan grande, la masa es una forma de energía hiperconcentrada. Todo es energía, ya sea el calorcito que desprende el café y que tanto agradecemos en invierno, como cada uno de nuestros átomos.

El descubrimiento llevó al siguiente paso lógico; si dentro de la masa hay tanta energía, si soy capaz de liberarla, puedo tener dos cosas; energía infinita para lo que necesite y llegaron las centrales nucleares, y un arma de gran potencia destructiva. El miedo a que Hitler la desarrollara, que muchas veces anunció que tenía un arma poderosísima, hizo el resto para que el proyecto Manhattan acabara con la vida de centenares de miles de personas en Hiroshima y Nagasaki.

Lo que quizás ha convertido a esta ecuación en la más conocida de la historia de la física son sus consecuencias. Hemos encontrado una forma barata de generar energía, que genera unos residuos que ahora preocupan mucho por culpa de que ahora tenemos centrales de fisión pero que, probablemente en el futuro, nos darán una energía limpia de verdad con las centrales de fusión. y nos ha generado un terrible miedo a su fuerza devastadora.

Pero, con independencia de todo ello, nos ha cambiado nuestra percepción del universo y, lo que es más importante, de buena parte de nuestra vida cotidiana.

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La paradoja de los gemelos

En el post de ayer hablé expliqué que, aunque la intuición nos diga lo contrario, el cálculo que hacemos del espacio y del tiempo dependen del observador. En concreto, a altas velocidades muy próximas a las de la luz, el tiempo pasa más despacio y el espacio se hace más pequeño.

Todo eso nos lleva a lo que se conoce como la paradoja de los gemelos. Imagina que montas una nave muy rápida y convences a un tipo que tiene un hermano gemelo a que se suba 40 años en la nave. El día del despegue, los dos gemelos se abrazan y se despiden entre lágrimas. Iban a regalarse fotos mutuamente, pero pensaron que con mirarse al espejo había suficiente.

La nave la lanzas a una velocidad próxima a la de la luz. Pasan los 40 años y el gemelo que se quedó en la Tierra, emocionado, llega ya con el pelo cano. Cuando la nave aterriza, la sorpresa es que el hermano viajero tiene prácticamente la misma edad que la que tenía cuando salió. Para él no han pasado 40 años sino apenas un rato. El reencuentro es de lo más curioso ya que, mientras uno está a punto de jubilarse, el otro aún tiene que acabar la carrera.

Si crees que el hermano viajero ha vivido 40 años sin envejecer te equivocas. De hecho, si le cobraste, ya puedes correr porque te va a reclamar. Para él, sólo ha pasado un rato. Así que, si a alguien se le ha pasado por la cabeza que podría subirse a una nave así para tener más tiempo y vivir más, que se olvide.

La verdad es que, de toda esta historia, lo que de verdad angustiaba a Einstein, no era exactamente que uno envejeciera más rápido que el otro. Para una cabeza preclara como la suya, esto que a nosotros nos parece incomprensible, para él, sólo era una consecuencia de la propia relatividad. Sin más. Lo que de verdad le aturdía era que, según su propia teoría, para el gemelo de la Tierra es el gemelo de la nave el que viaja a una velocidad próxima a la de la luz y, entonces, es lógico que sea el viajero el que envejece más. Pero, para el viajero es su hermano en la Tierra el que se aleja a toda velocidad. Y, por tanto, para el gemelo viajero, es su hermano en la Tierra quien debería envejecer más rápido. Y eso es absurdo. Esa es la auténtica paradoja.

Einstein desarrolló su teoría en dos partes. La gente la conoce como la teoría de la relatividad, pero en realidad está la relatividad especial y la general. La especial, que fue la primera que desarrolló en 1905, sólo sirve cuando los cuerpos van a velocidad constante. A la que hay aceleración como, de hecho, hay en el caso de los cohetes, deja de funcionar.

Hasta este punto, Einstein había hecho un trabajo muy importante, sobre todo, de interpretación de ecuaciones que otros habían descubierto pero no habían sido capaces de entender (en especial, lo que se conoce como transformación de Lorentz). Pero esa interpretación hubiera acabado haciéndola alguien quizás menos brillante que él pocos años después. La verdadera y gran aportación de Einstein vino en 1915 con la relatividad general porque hizo que la física se adelantara muchos años. La General, como el nombre indica, sirve para todos los casos, incluso cuando los cuerpos aceleran, y es bastante más compleja. Si alguien tiene interés (y un punto masoca) hay un libro excelente colgado en la red del propio Einstein sobre la Relatividad explicada para Bachilleres.

La paradoja de los gemelos (o de los relojes) se la planteó al desarollar la primera parte de la teoría y eso le trajo de cabeza unos cuantos años. La relatividad general demostró que es el hermano viajero el que envejece más lentamente. La demostración matemática de la paradoja no es demasiado complicada, pero la verdad es que hay que desempolvar las integrales de cuando estudiamos en el instituto. Yo os paso el enlace por si queréis disfrutarla.

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¿Qué es un instante?

¿Te habías hecho alguna vez esta pregunta? Tranquilo, yo tampoco. Pero Albert Einstein sí. Por eso Einstein es Einstein y nosotros… En fin…

La pregunta puede parecer baladí. Intuitívamente nos parece que un instante no es más que un punto en el tiempo. Las fotografías retratan instantes. Sí, ya, diría el sabio. Pero, ¿cómo puedo saber si dos cosas pasan en un mismo instante? Y no se vale decir que si salen en la foto es porque pasan a la vez. A ver, ¿qué le pasó al famoso físico para que se preguntara estas cosas tan absurdas? Hagamos un poco de retrospectiva.

Isaac Newton, algo más de tres siglos antes, había desarrollado un conjunto de leyes que explicaban con mucha exactitud lo que pasa en nuestro mundo. Sus leyes tenían una gran ventaja y es que son deterministas. Eso quiere decir que, en base a unas condiciones inciales podíamos saber con exactitud lo que pasaría. Por ejemplo, si nos dicen de qué ciudad sale un coche y a qué velocidad va, podemos saber a qué hora llegará a nuestra casa para recogernos.

Una de las deficiones más útiles de la física newtoniana es la de velocidad, que no es más que una distancia que recorremos entre el tiempo que tardamos en recorrerla. En expresión matemática, la distancia dividida entre el tiempo.

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Esta teoría se basa en que hay dos cosas absolutas; el espacio y el tiempo. Dicho con otras palabras, el tiempo avanza de forma constante e inexorable sin que nada pueda hacerlo ir más rápido ni más lento. Y tanto más de lo mismo con el espacio. La distancia entre dos puntos ha de ser siempre la misma, con independencia de las condiciones que se den en ese momento. Esta idea tenía todo el sentido del mundo porque era más que intuitiva. Es lo que nos dice el olfato.

Pero el olfato falla, por lo menos el mío. Y no siempre lo que parece es. Durante años se estaban efectuando experimentos que iban en contra de toda lógica. Imagina la siguiente situación. Vas subido en un tren de cercanías que, claro, no pasa de los 40 Km/h. Ves que se acerca tu estación y decides levantarte de la silla. Y caminas en la misma dirección que lleva el tren a 10 Km/h.

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Pero el maquinista se duerme y tu madre, que te estaba esperando, ve pasar el tren a 40 Km/h. Si además tuviera la vista de Superman y pudiera ver a través del barro que se acumula en los cristales, a ti te vería pasar a 50Km/h. Ella, desde fuera, sumaría la velocidad del tren (40Km/h) y la tuya propia (10Km/h), por lo tu velocidad respecto a ella es de 50Km/h.

Ahora vamos a subirnos en un AVE, pero como todo el mundo sabe que a la alta velocidad le cuesta coger la velocidad punta, vamos reducir (y mucho) la velocidad de la luz. La velocidad de la luz es de 300 mil Km. cada segundo. No está mal. Casi como yo cuando hago los 100 metros lisos. Pero, para nuestro problema, vamos a suponer que es de 20 m/seg. El vagón tiene 40 metros de largo y el tren se desplaza a 10 m/seg. Y entonces, en la punta trasera del vagón, encendemos un foco. Al otro lado del vagón, un amigo calcula cuánto tarda en llegar la luz hasta allí. Como hemos impuesto la velocidad de la luz a 20 m/s, en 2 seg. recorrerá los 40 metros del vagón. Justo lo que esperábamos.

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Pero tu madre, que es muy paciente sigue en la estación preparada para medir ella también la velocidad de la luz. Siguiendo la misma lógica que antes nos llevó a la conclusión que íbamos a 50Km/h respecto a tu madre, ahora la luz debería viajar a los 20 m/seg que lleva la luz más los 10 m/seg del tren. Es decir, a 30 m/seg. Pero tu madre se lleva una sorpresa cuando ella mide exáctamente la misma velocidad que tú subido al tren, es decir 20 m/seg. ¿Cómo puede ser?

Y lo que es aún más extraño; vamos a tratar de entender qué recorrido ha hecho, según tu madre, la luz en el tren. Si, para ella, la luz también iba a 20 m/s, pasados los dos segundos que antes le permitían llegar hasta la otra pared del tren… ¡ahora sólo habrá recorrido la mitad del vagón! Porque el tren sigue avanzando a un ritmo de 10 m/seg, así que después de 2 segundos, habrá avanzado 20 metros más. Luego, los 40 que tenía que recorrer, más los 20 que ha avanzado, menos los 40 metros que ya ha recorrido, le quedan otros 20 metros.

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Según las leyes que escribió Newton, ya os lo digo yo aunque es muy fácil de calcular, para tu madre, la luz tarda 4 segundos en cruzar todo el tren. Y aquí viene la clave de todo. Vamos a la ecuación de antes de la velocidad. Si v=distancia/tiempo y la velocidad de la luz (los físicos la llaman c) es constante para los dos observadores, necesariamente tiene que haber cambiado la distancia, el tiempo o las dos cosas. ¡Sorprendente! Y otra evidencia, las leyes de Newton no nos funcionan. Nuestro mundo se desmorona.

Bueno, no es para tanto. Es muy contraintuitivo, pero lo que realmente sucede es que, a velocidades próximas a las de la luz, el espacio y el tiempo dejan de ser constantes para volverse elásticos. Hablando en cristiano, a altas velocidades, el tiempo se dilata, es decir, pasa más poco a poco. En cambio, el espacio se contrae. Pero cuidado con esto y aquí viene lo más incomprensible y, claro, más abrumador y divertido.

Esto no quiere decir que el vagón y tu os hagáis más pequeños. Depende de para quien. Tu madre ahora, si midiera la longitud del tren, le saldría inferior a los 40 metros que hemos dicho que tiene el vagón. Pero tú, que vas a la misma velocidad que el tren, seguirías midiendo 40 metros. ¡Por eso Einstein llamó a esto Teoría de la relatividad! Porque las reglas de medida (tanto del espacio como del tiempo) son relativas y varían en función del que las mide.

Imagino que alguno puede pensar que esto es una paranoia que les ha dado a los físicos, que están un poco locos. Algo de razón tiene. Pero que sepáis que está comprobadísimo. En 1971, J. C. Hafele y R. Keating, subieron un reloj atómico (son los más precisos) a un avión supersónico y lo sincronizaron con otro en la Tierra. Hicieron volar al avión durante 40 horas y, cuando aterrizó de nuevo, los relojes ya no estaban sincronizados. El del avión iba algo atrasado.

¿Sorprendido? Esta nueva concepción de la física, Einstein la publicó en 1905. En realidad esto es sólo lo que llamó Teoría de la Relatividad Especial porque sólo funciona con objetos que van a velocidad constante. A la que algo acelera o se frena, todo se va al traste. Pero no os preocupéis, que años después, Einstein descubrió cómo tratar también a los objetos que se aceleran. Pero esa ya es otra historia; la de la Teoría de la Relatividad General.

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Hasta que la muerte los separe

No sabía si publicar este vídeo porque ya, más o menos, todo el mundo lo ha visto. Después del de Susan Boyle, es el vídeo del momento. Al final, he llegado a la conclusión que debía estar en la web precisamente por eso. Si no lo habéis visto, valorad vosotros mismos.

Personalmente creo que tiene gracia y lo que está claro es que a la gente le ha encantado. La primera noticia que tuve de él fue en webTVwire, donde han planteado en dos posts debates bastante interesantes.

El primero de ellos sobre hasta qué punto es lógico hacer vídeos pensando en que sean virales. Su tesis se basa en el hecho de que el encanto de un vídeo domestico que se viraliza es su espontaneidad y, en este caso, parece hecho para conseguir ese efecto. Además, están convencidos, y comparto esa opinión, que ahora vendrán un buen puñado de copias. Desde mi punto de vista, el hecho de que un grupo de amigos haga algo pensando en que a la gente le pueda hacer gracia verlo y que tengan razón no me parece nada malo. Al final de la historia, lo que le pedimos a estos vídeos es autenticidad y poco más.

En el segundo, sus consideraciones giraban en torno a que, detrás de esto, youtube ha obtenido muchas visitas que acaban traduciéndonse en dinero. Por ahora son 16 millones y medio de visualizaciones. Y, por otro lado Sony y Chris Brown, creador de la canción que suena (forever), han visto aumentadas las visitas a sus vídeos. Sony podría haber borrado el vídeo porque, en principio, es ilegal utilizar temas con copyright como ya sabéis. En este caso lo han dejado y se han beneficiado claramente.

Albert de Nicodemo lo twitteo, y hoy me ha vuelto a llegar por el twitt de Nerea Madina, integrante de Transket, uno de los proyectos que se presentaron al campus de seedrocket de este julio pasado.