Hace unos meses, me regalaron este libro. El ensayo gira en torno al uso que, en los últimos 20 años, se está haciendo de la técnica de contar historias en campos como la gestión o la política .
El autor describe cómo, tras la caída del valor de los logos y los eslóganes, lo que ha triunfado es el uso de estas técnicas . Él sitúa este cambio con la crisis de imagen que sufrió Nike raíz del documental de Michael Moore, donde este se entrevista con Phil Knight, presidente de la compañía. Moore llevó a la pantalla lo que algunos grupos de presión ya señalaban: Nike explotaba a Asia para abaratar costes.
Nike contrató algunos de sus detractores más importantes con el objetivo, según la empresa, de modificar lo que no estaba haciendo correctamente. Christian , en cambio , sostiene que lo más relevante del cambio no fue lo que se hizo sino la imagen que transmitieron al mercado.
Lleno de ejemplos, el libro intenta demostrar cómo, cada vez más, el objetivo de las grandes instituciones no es tanto hacer como generar un discurso o relato que se adecue a lo que los consumidores/votantes/trabajadores esperan de ellas. No hay duda de que es más difícil hacer que explicar que haces .
El riesgo, desde el punto de vista de Salmon es que la realidad tiende a simplificarse. Los relatos tienen una serie de resortes y elementos que se van repitiendo de una historia a la otra. Esto es lo que las hace tan efectivas. De hecho, a estos elementos, en cine, los llamamos ” convenciones de género”. Nadie entendería un western sin un duelo o una película de acción sin una persecución. Estos elementos generan sensación de confort y tranquilidad en el espectador. Y las instituciones que Salmon critica pueden, así, llegar a su objetivo con más garantías de éxito.
El riesgo, por tanto, es que los poderosos puedan manipular nuestras percepciones y convertir en ” normales ” o ” banales”, en asumidas e incuestionables, medidas que, más bien, nos perjudican. De hecho, su discurso entronca a la perfección con lo que Naomí Klein llamó “la doctrina del shock “.
Aunque lo recoge, el libro habla poco de internet. Está escrito en 2008, por lo que las redes sociales apenas estaban poniendo en marcha los motores y no podía conocer el uso que haríamos a posteriori. Sí que insinúa que este será un nuevo canal en las manos de estas corporaciones con intereses.
Esencialmente, estoy de acuerdo con su discurso. Es evidente que hoy el storytelling en general, y el transmedia como técnica particular, son una realidad. Sin duda, hay mucha gente que vive enajenada de la realidad y estas técnicas las alejan aún más.
El elemento principal y troncal de su texto es que estas instituciones pueden hacer sesgar nuestra realidad hacia sus intereses. De ello se deduce que, en el terreno político, tenemos un cierto sesgo hacia la derecha. Es aquí donde yo discrepo más del discurso del autor.
Olvidando el hecho de que la alienación es, en algunos casos, un modus vivendi, es cierto que, por ejemplo, la derecha española genera un cierto relato. El autor habla de cómo la mejor manera de sustentar relatos es a través de casos particulares que se convierten en generalizaciones. El más claro, para mí, es el uso que el PP hace de María del Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA hace más de 15 años.
Sin ir más lejos, estos días tenemos un buen ejemplo: la Guardia Civil dispara bolas de goma a unos inmigrantes a punto de ahogarse. Ahora, las portadas de los periódicos están llenas de la cantidad de africanos que esperan el mejor momento para cruzar la frontera. Y las televisiones de imágenes de inmigrantes que, felices, han conseguido burlar las vallas fronterizas. Todo para justificar que, o utilizamos medidas drásticas, o sufriremos una potente avalancha de sin papeles.
Ahora, esto no invalida el hecho de que el pueblo y los medios ( no sólo de comunicación sino de todo tipo, políticos , asociativos , civiles … ) también generan relatos que se contraponen a los primeros. Muchos están señalando la manipulación que se está haciendo de la información. También del perfil de ” personaje” que es el ministro de interior e, incluso, sobre el papel que están jugando los medios. Es decir, se trata más de un enfrentamiento de relatos que de la imposición de uno de ellos. Hoy Cataluña es un buen ejemplo de este tipo de dialéctica.
El libro es muy recomendable. El contenido hace pensar y ver cosas que no tienes presente en el día a día. El hecho de conocer que mucha gente intenta venderte su “producto ” a través de relatos sólo puede ser positivo. A pesar del sesgo ideológico del autor.