Storytelling, de Christian Salmon

Christian Salmon

Hace unos meses, me regalaron este libro. El ensayo gira en torno al uso que, en los últimos 20 años, se está haciendo de la técnica de contar historias en campos como la gestión o la política .

El autor describe cómo, tras la caída del valor de los logos y los eslóganes, lo que ha triunfado es el uso de estas técnicas . Él sitúa este cambio con la crisis de imagen que sufrió Nike raíz del documental de Michael Moore, donde este se entrevista con Phil Knight, presidente de la compañía. Moore llevó a la pantalla lo que algunos grupos de presión ya señalaban: Nike explotaba a Asia para abaratar costes.
Nike contrató algunos de sus detractores más importantes con el objetivo, según la empresa, de modificar lo que no estaba haciendo correctamente. Christian , en cambio , sostiene que lo más relevante del cambio no fue lo que se hizo sino la imagen que transmitieron al mercado.

Lleno de ejemplos, el libro intenta demostrar cómo, cada vez más, el objetivo de las grandes instituciones no es tanto hacer como generar un discurso o relato que se adecue a lo que los consumidores/votantes/trabajadores esperan de ellas. No hay duda de que es más difícil hacer que explicar que haces .

El riesgo, desde el punto de vista de Salmon es que la realidad tiende a simplificarse. Los relatos tienen una serie de resortes y elementos que se van repitiendo de una historia a la otra. Esto es lo que las hace tan efectivas. De hecho, a estos elementos, en cine, los llamamos » convenciones de género». Nadie entendería un western sin un duelo o una película de acción sin una persecución. Estos elementos generan sensación de confort y tranquilidad en el espectador. Y las instituciones que Salmon critica pueden, así, llegar a su objetivo con más garantías de éxito.

El riesgo, por tanto, es que los poderosos puedan manipular nuestras percepciones y convertir en » normales » o » banales», en asumidas e incuestionables, medidas que, más bien, nos perjudican. De hecho, su discurso entronca a la perfección con lo que Naomí Klein llamó «la doctrina del shock «.

Aunque lo recoge, el libro habla poco de internet. Está escrito en 2008, por lo que las redes sociales apenas estaban poniendo en marcha los motores y no podía conocer el uso que haríamos a posteriori. Sí que insinúa que este será un nuevo canal en las manos de estas corporaciones con intereses.

Esencialmente, estoy de acuerdo con su discurso. Es evidente que hoy el storytelling en general, y el transmedia como técnica particular, son una realidad. Sin duda, hay mucha gente que vive enajenada de la realidad y estas técnicas las alejan aún más.

El elemento principal y troncal de su texto es que estas instituciones pueden hacer sesgar nuestra realidad hacia sus intereses. De ello se deduce que, en el terreno político, tenemos un cierto sesgo hacia la derecha. Es aquí donde yo discrepo más del discurso del autor.

Olvidando el hecho de que la alienación es, en algunos casos, un modus vivendi, es cierto que, por ejemplo, la derecha española genera un cierto relato. El autor habla de cómo la mejor manera de sustentar relatos es a través de casos particulares que se convierten en generalizaciones. El más claro, para mí, es el uso que el PP hace de María del Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA hace más de 15 años.

Sin ir más lejos, estos días tenemos un buen ejemplo: la Guardia Civil dispara bolas de goma a unos inmigrantes a punto de ahogarse. Ahora, las portadas de los periódicos están llenas de la cantidad de africanos que esperan el mejor momento para cruzar la frontera. Y las televisiones de imágenes de inmigrantes que, felices, han conseguido burlar las vallas fronterizas. Todo para justificar que, o utilizamos medidas drásticas, o sufriremos una potente avalancha de sin papeles.

Ahora, esto no invalida el hecho de que el pueblo y los medios ( no sólo de comunicación sino de todo tipo, políticos , asociativos , civiles … ) también generan relatos que se contraponen a los primeros. Muchos están señalando la manipulación que se está haciendo de la información. También del perfil de » personaje» que es el ministro de interior e, incluso, sobre el papel que están jugando los medios. Es decir, se trata más de un enfrentamiento de relatos que de la imposición de uno de ellos. Hoy Cataluña es un buen ejemplo de este tipo de dialéctica.

El libro es muy recomendable. El contenido hace pensar y ver cosas que no tienes presente en el día a día. El hecho de conocer que mucha gente intenta venderte su «producto » a través de relatos sólo puede ser positivo. A pesar del sesgo ideológico del autor.

Por qué el transmedia se impone

Gracias a un estado en de Héctor Milla en Google+ he descubierto una pequeña joya sobre transmedia en Tribecafilms más que interesante. El autor, Nick DeMartino, nos ofrece una serie de 3 posts en inglés que os invito a leer y que yo os resumo (como puedo) aquí.

La serie de post se titula Why transmedia is caching on (¿Por qué el transmedia se impone?) y expone los motivos por los que el autor está seguro que el transmedia será este mismo año mainstream.

Antes de nada, hago una pequeña acotación de a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de transmedia. Cada vez más las ficciones no vienen por un solo canal (cine, cómic, televisión, revistas…) sino que vienen con una estrategia global y con presencia en todos estos soportes.

Ya no se trata de hacer una película sobre Harry Potter sino que «disfrutamos» del mago por tierra, mar y aire. Eso es lo que conocemos por transmedia. Este proceso alienta una ficción mucho más «envolvente» y, además, más participativa por parte de los «espectadores».

Lance Weiler, que dirigió The last broadcast, una de las primeras películas rodadas en digital, está en un proyecto que define como storytelling sin límites. No hay fronteras entre las diferentes expresiones narrativas de una misma historia.

El autor expone 4 tendencias que alimentan este proceso imparable:

Cada vez los consumidores de ficción demandan más su papel en todo esto. Unas veces con participación de forma directa. El mínimo lo marca poder compartir con sus amistades opiniones y gustos, lo que condiciona el soporte.

Los creativos se ven obligados a crear productos que generen una mayor relación emocional entre aquello que ofrecen y el espectador. Las estrategias transmedia alimentan ese engagement. Brian Seth Hurst, CEO de Opportunity Management Company, sostiene que «la audiencia va a participar, no importa qué hagas. Así que, ¿por qué no construir la participación en la experiencia desde el principio?»

– A cada hora que pasa, el concepto trasmedia está más de moda. En el sector todo el mundo está hablando de ello (yo añado que ellos están pensando en USA, aquí sería más dudoso). Y eso hace que los ejecutivos hagan esfuerzos para no quedarse fuera de las nuevas tendencias.

El dinero está llegando. Y con él, los proyectos de éxito.

La cosa ha llegado al punto de que la PGA (Producers Guild of America, el gremio de productores de América) ha aceptado un nuevo crédito: Transmedia producer. Más allá de una cierta controversia que ha despertado, lo que demuestra es la importancia que está tomando el concepto.

Todo ello conforma la realidad en la que ahora vivimos. Algunos autores ya han hecho interesantes experimentos en esta línea. Grandes del cine como David Lynch o Peter Greenaway (casi todos ellos los calificaríamos como indis) ya han hecho o están a punto de hacer proyectos que trabajan en esta dirección.

Guillermo del Toro ha creado Mirada Studios con el objeto de unir el cine con los videojuegos. Y Christopher Nolan ha anunciado que tiene intención de hacer una versión de su película Origen en videojuego mucho más próxima a la experiencia de una película.

Susan Bonds, CEO de 42 Entertainment, cree que estamos dejando atrás la época de los earlyadopters. Pero eso no significa que todo esté en el punto adecuado. Como señala el productor y guionista de Lost y Heroes, Jesse Alexander, «no hay infraestructuras para hacer transmedia«. Eso obliga a «pedir prestado para obtener las herramientas».

De ahí surge una interesante reflexión: «Están surgiendo montones de experiencias excitantes y efímeras de transmedia en el mundo del cine, la televisión, videojuegos… Pero, ¿cuántos tienen un modelo sostenible más allá de 6 semanas?»

Es tan evidente que el transmedia plantea algunos retos difíciles como que acabarán por superarse en menos tiempo del que pueda parecernos. La industria camina a marchas forzadas en esa dirección. La inversión marcará el ritmo del proceso.