Ayer la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) le dio un ultimatum al programa Sálvame para que adapte sus contenidos a lo exigible en horario protegido. En teoría, las televisiones no pueden emitir contenidos inapropiados para niños de 6 de la tarde a 10 de la noche. Desde Mediaset han salido en defensa de su programa y de los puestos de trabajo. También aseguran que esto se debe a organizaciones ultraconservadoras nada representativas. Algunas reflexiones:
1º/ Las televisiones tienen unas limitaciones legales. Como todas las empresas. Una de ellas, establece que hay los horarios protegidos. Es una de sus obligaciones. Apelar a la libertad personal con niños haría reír si no fuera que las televisiones hacen por sistema contenidos inapropiados para niños. Y la responsabilidad puede ser de los padres, pero ¿eso exime a las teles de cumplir con las normativas? En absoluto.
2º/ Las televisiones son privadas. ¿Y ya está? No. Porque esas teles no emiten (sólo) por internet. Para llegar a nuestra casa utilizan el espacio radioeléctrico. El espacio radioeléctrico es muy limitado y, por eso, es público y lo gestiona el gobierno. Las televisiones tienen una concesión pública. Es decir, que les estamos concediendo algo muy preciado y escaso. ¿Tan terrible es pedirles cosas a cambio?
3º/ Mi amigo Gonzalo Martín me contestaría que es ponerle barreras al campo. Y tiene parte de razón. En la época en la que los contenidos pueden consumirse a través de internet a cualquier hora, estas limitaciones tienen un efecto menor que hace 10 o 15 años. Ahora bien, la fuerza que hoy tiene la televisión sigue siendo enorme. Es de acceso mucho más fácil que cualquier vídeo de youtube (a uno o dos clicks como máximo!). Sin ir más lejos, en un año la televisión ha popularizado un líder político relevante. Ni la mayor experiencia youtubera ha tenido un impacto medianamente parecido.
4º/ En “Sálvame” dicen que que esto es un ataque para favorecer a su competencia, que a esas horas hace culebrones. Viendo cómo funciona todo, probablemente tienen razón. Dicho esto, eso no hace más deseable su contenido ni aceptable dentro de horario protegido. “Sálvame” es un juego. Pero la lectura que hace el espectador medio de un programa así no es esa. Ve “realidad”, frente a la ficción de los culebrones. Sin duda, los culebrones son una bazofia, pero “Sálvame” es execrable.
5º/ Alguien puede pensar que esto es contradictorio con mi punto de vista liberal. No lo creo así. Que lo hagan a las 11 de la noche, si quieren. Yo no me meteré con lo que un adulto haga con su tiempo ni con una familia que permita a un niño pequeño estar viendo tele a esas horas. Pero con lo que le afecte a un niño sí que me meto. Porque le veo indefenso. Libertad no es sinónimo de libertinaje.
6º/ Por último están los puestos de trabajo que “se pierden”. ¿Seguro que se pierden? ¿Qué hará Tele 5 si les impiden hacer “Sálvame”? ¿Dejarán las barras de colores las 3 o 4 horas que dura el programa o crearán otro formato? “Sálvame” no sería un ejemplo de programa “caro”, ni de necesitar un equipo espectacular. Por tanto, tampoco parece que este sea un buen argumento.
Las televisiones se sienten con la libertad de hacer lo que les plazca. Pocas veces les llaman la atención. El precio que pagamos es que aceptamos como normal cosas que no lo son. “Sálvame” no merece ocupar la casi totalidad del horario protegido.