Broadway showcase

Valentí Sanjuan, uno de los fundadores de cine.cat, redactor del programa de cine de Àlex Gorina La finestra indiscreta y conductor del Vist i no vist de Catalunya radio, lleva un tiempo diciéndonos por twitter que ha coescrito un documental y que ahora mismo lo están presentando en Sundance. Acabo de ver el trailer y estoy encantado con lo que nos han dejado ver.

Ya hice un post en el que hablé, entre otras cosas, de cómo el documental estaba cogiendo una fuerza enorme en la producción de nuestro país y, sobre todo, en Barcelona. Algún día me gustaría hacer un post especial sobre algunos que me han gustado mucho.

Mientras tanto, os presento el trailer del que hablaba Valentí, Broadway showcase. Lo dirige Albert Uria, que ha realizado algunos anuncios muy conocidos (como los de IKEA) además de 6 cortometrajes. Entre ellos, codirigió Smoke city que ganó diversos premios y fue nominado a los Goya.

El guión es de los dos y retrata la historia de unos aspirantes a entrar en el circuito neoyorquino de Broadway. Para ello, se presentan a su primera audición profesional; el showcase, donde se juegan buena parte de sus oportunidades.

Tiene una pinta increíble. En estos pocos segundos he sentido muy reflejado el estado de ansiedad de los aspirantes a actores profesionales cuando he estado en el lado de la mesa que seleccionaba. Y eso que yo no iba a darles nada parecido a una oportunidad de Broadway.

Showcase trailer from NY Showcase on Vimeo.

Las risas enlatadas como convención

No siempre es fácil explicar a qué nos referimos con las convenciones de género. En realidad, es una cosa muy simple. Es una fórmula de la industria para que, antes de que vayamos al cine, ya sepamos de qué tipo de película se trata; acción, aventuras, comedia romántica… Nos avanza si se ajusta a nuestros gustos. Pero, ¿cómo podemos anticipar si nos gusta o no?

Cuando vamos a ver una película de acción esperamos muchos tiros, alguna persecución, situaciones en las que el protagonista está a punto de morir, alguna personaje próximo al protagonista que lo traiciona… ¿Qué pasa si pagas la entrada para ver una película de acción y no pasa nada de esto? Probablemente saldrás de allí con la sensación de que te han estafado. A estas cosas que «esperamos» que aparezcan en el film en función del género es lo que llamamos convención de género.

Uno de los más recurridos (en televisión) es el de las risas enlatadas. Casi todas las sitcoms las tienen. Friends, Cómo conocí a vuestra madre o Los informáticos (IT Crow) no serían las mismas si les elimináramos las risas.
Con todo ello, aquí vienen dos experimentos geniales de desubicar las risas rompiendo la convención. ¿Qué pasará si a una serie como The Big Bang Theory le eliminas las risas o a una película de terror como El resplandor se las incluyes?

La convención es tan fuerte y condiciona tanto que, por si sola, cambia casi por completo el tono de lo que se está viendo. Hay, eso sí, que decir una cosa; este vídeo tiene una pequeña «trampa». Las comedias nos hacen gracia porque es tan dramático lo que vemos que resulta patético. Y el terror se basa en sustos pero acaba llevándonos a una situación absolutamente traumática. En cierto modo, casi se tocan. Si seleccionamos bien la escena (como en este caso), con otro contexto, acabamos en el género opuesto.

Por cierto, os recuerdo que ya colgué un experimento parecido a este, donde El resplandor se convertía en una comedia romántica.

P.D.: Creo que vi los enlaces de alguien que los colgó en facebook y siento no recordar quién fue.

P.D.P.D.: Por cierto, merece mucho la pena leer este post del guionista hastiado, donde explica la historia de las risas enlatadas. ¿Sabes cómo aparecieron? Fue en los años 30 en un programa de radio. Él lo cuenta.

Desinformación atómica

No tengo ni idea del nivel de follón que hay fuera de Catalunya con lo del centro de residuos radiactivos pero aquí tenemos un circo de los que impresionan. Es un debate que junta dos aspectos que he tocado en el blog; ciencia (este mes de agosto pasado) y comunicación, y me he decidido a tocarlo.

Lo primero que tenemos que aceptar entre todos es que la mayoría no tenemos ni la más remota idea de lo que es la radiactividad. No sabemos qué riesgos reales entraña ni con qué criterios se decide colocar en un sitio o un otro una instalación de estas características.

Si aceptamos esta premisa, lo primero (y con urgencia) que deberemos hacer es escuchar a las personas que saben del tema. Y todo el que hable debe acreditar que sabe lo que dice. No es suficiente significarse como pro o anti nuclear. No, no va de eso. Va de ir en serio y explicar las cosas como son.

Yo todos y cada uno de los expertos a los que he tenido acceso, ya sea por radio, televisión, prensa y medios científicos, dicen de forma unánime que el riesgo es casi inexistente. Digo casi porque el riesgo cero no existe en ningún ámbito.

Ayer incluso explicaban en la radio que en Holanda tienen un centro de estas características (que utiliza una tecnología de cristalización de residuos, cosa que no he oído que se fuera a hacer aquí, aunque lo desconozco) lo utilizan como centro cultural e, incluso, es visitado por colegios.

También escucho que dicen que los centros de desarrollo nuclear tienden a concentrarse. Es decir, que no tiene sentido montar este centro en un lugar que no haya aportado su «cuota de solidaridad nuclear», sino que por puro sentido común, cuanto menos recorran los residuos, mejor para todos.

A esto hay que añadir que los residuos hasta ahora suben a Francia. Lo más seguro es mover los residuos en tren. Y se me ocurren pocos caminos férreos por los que puedan pasar esos residuos que no sea Tarragona.

Se utiliza como argumento a favor que eso sería un polo de atracción de población. Los contrarios aseguran que eso espanta a la gente. No tengo ni idea de si es una cosa u otra, aunque el dato de que Ascó ha ido perdiendo 18 habitantes cada año no demuestra nada. Al menos en solitario. Nadie sabe si hubiera perdido aún más población de no montar la central. Quizás si ese dato se pudiera comparar con otros…

Yo soy pro nuclear. Como digo, me faltan muchos elementos de juicio de valor. Aún así, creo que después de todo el discurso, que comparto, que quiere combatir las emisiones de CO2, lo más lógico hoy (con lo poco que sé) es la energía de fisión.

Acepto que no pueda compartirse este punto de vista. Lo que me parece intolerable es que aquí alla tantísima gente vendiendo que esto es peligrosísimo. Y me parece intolerable por lo que he dicho; los expertos, los respetados por la comunidad científica, dicen lo contrario.

Si estos tienen razón es una irresponsabilidad enorme asegurar lo contrario. Porque la coloquen donde la coloquen, habrá gente alrededor de ese centro de residuos. Gente que se preocupa por su salud, por la de sus hijos. Personas a las que estamos condicionando, que van a sufrir sin motivo.

Greenpeace (a los que he escuchado varias veces estos días) tienen todo el derecho del mundo y argumentos muy sólidos en contra de la energía nuclear; la vida de los residuos es uno de ellos. Pero jugar con los miedos de la gente es una irresponsabilidad cuando se sustenta sólo sobre una cuestión ideológica. La desinformación nunca es una buena opción.

Somos hologramas

Un holograma es una placa fotográfica que tiene la imagen grabada en 3 dimensiones. Si eso llama la atención, espera a esto; si divides una placa en 2 partes, cada una de ellas será capaz de reproducir la imagen entera. Y por cada división que hagas sucederá lo mismo. Esto es así porque cada punto de la placa guarda información de toda la imagen.

Hace unos meses, con un amigo nos planteábamos si, en realidad, a nosotros nos pasaba un fenómeno parecido a este. Acabábamos de terminar de ver Esto es ritmo. Allí, un profesor de danza, en base a una posición corporal, les decía a unos niños qué probabilidades tenían de triunfar en la vida. Es decir, algo tan puntual como extender bien los brazos, o la posición del mentón podían ser muy relevantes.

Paralelamente todos nos hemos encontrado con situaciones parecidas. De hecho, cada vez que conocemos a alguien decidimos de forma inconsciente si va a caernos bien o no en cuestión de un par de minutos. Y todo lo que, en realidad, podemos leer tiene su base en factores físicos; posición del cuerpo, facciones de la cara, estructura corporal… Y solemos equivocarnos poco…

Está claro que nosotros tenemos nuestra forma de ser y esa información se transmite a cada uno de los puntos de nuestro cuerpo y de nuestra forma de actuar frente a las cosas. Lo que yo me preguntaba era si no era posible que alguno de esos elementos pudiera ser contradictorio con nuestra verdadera forma de ser.

Mi conclusión es que no o, al menos, muy raramente. La gente que baila, como en el documental que antes citaba, transmite su actitud en la vida. Estoy seguro que alguien experimentado puede analizarlo y extraer conclusiones casi definitivas.

Y, como en el caso de los hologramas, si vamos dividiendo la tarea analizada en partes más pequeñas, la información sigue ahí en su totalidad. En el caso del baile, un sólo paso o una simple postura.

De esa manera, una persona que sepa leer el cuerpo hasta ese punto, puede deducir nuestra forma de trabajar, estudiar, escribir, o de divertirnos. Y no sólo eso, sino que el que nos ve trabajar, estudiar, escribir o divertirnos, puede deducir todo lo demás. O casi.

Esto tiene algo de desalentador porque todos tenemos aspectos que no nos gustan y que tratamos de evitar. Intentamos no hacerlos pero, sobre todo, de transmitir. Que la gente nos los vean.

Pero visto lo visto, parece inevitable que la gente que nos rodea perciba contiuamente cada uno de nuestros defectos y, eso sí, también de cada una de nuestras virtudes.

Hay una segunda pregunta, que casi me interesa más. Imaginemos que una persona poco segura tiende a no mantener la espalda recta. Si la endereza, ¿mejorará su seguridad?

No sé qué diría a este respecto un psicólogo. Yo intuyo que sí. Si los cambios pueden ir desde dentro hasta fuera, ¿por qué no podrían ir de fuera a dentro?

Igual que en las fotografías holográficas, somos un todo que se contiene en cada una de las cosas que hacemos o decimos. Mirarlo así me genera tanta fascinación como vértigo. Somos a la vez tan simples y tan complejos como un holograma.

El ultimatum evolutivo

Algunas veces en el blog hemos hablado sobre cómo aprovechar los recursos de la red para dar a conocer una idea o un producto. Continuamente nos llenamos la boca con la importancia de la viralidad y las consecuencias positivas que puede tener si tratamos de transmitir algo.

Uno de los ámbitos donde los recursos son más escasos de lo que se requiere es en el de las ONG. Es por ello que utilizar internet a tu favor en esta época de las redes sociales tiene mucho sentido. Y hoy quiero poneros un buen ejemplo de conjunción de esos 2 elementos.

SETEM (SErvei TErcer Món, servicio tercer mundo) nació hace algo más de 40 años con la intención de concienciar a nuestra sociedad de las enormes diferencias que hay entre los países ricos y los más pobres. Para ello, organizan campos de solidaridad breves y lanzan campañas en favor de un consumo sostenible tanto con el medio como socialmente.

Muchas de las cosas que formulan a nivel local tienen su resonancia en la red. Desde la ya obligada página web, o el grupo de facebook, aprovechan también los portales de video tipo youtube para difundir su compromiso social.
El único condicionante para que una cosa de este estilo funcione es que se le eche imaginación. Un buen ejemplo es un stop motion hecho con plastilina en clave de humor que han titulado El ultimatum evolutivo.

La prueba de que las cosas bien hechas acaban por tener su espacio son las casi 30 mil visitas que ha tenido el vídeo en 2 meses, muy por encima de la media de visionados de vídeo en youtube.

No es el único vídeo que han colgado; algunas de sus campañas en favor de un comercio de proximidad también están en la red y han sido distribuidos en las redes sociales.

La red se ha puesto al servicio de los más pequeños gracias a su estructura plana. Si entidades como SETEM consiguen aprovechar el rebufo de todas estas tecnologías, su mensaje calará más allá de donde nunca pudieran haberlo previsto.

P.D.: No perdáis la oportunidad de ver el making off donde explican alguno de los secretos de la animación. Me encanta el debate que organizan sobre si es plastilina o plastelina y algunas de las explicaciones (sobre todo en la parte central del vídeo) de cómo fue la producción.

plastelina, plastilina. Así se hizo «el ultimátum evolutivo» from Setem País Valencià on Vimeo.

La comisión de la propiedad intelectual y la realidad

La semana pasada publiqué un post donde criticaba el hecho de que el gobierno haya aprobado una ley que permite la creación de una comisión mixta entre la sociedad de autores y el ministerio de cultura. Y una de las cosas que decía es que no me preocupaba demasiado porque me parecía que iba en contra de la realidad y que eso es suficiente para hacer volver las cosas a su sitio.

En uno de los comentarios Jose Antonio me decía que no estaba teniendo en cuenta la gravedad de la situación. La aprobación de una ley no era algo baladí. Y tiene razón. Es evidente que no expliqué bien lo que quería decir.

Un gobierno nace con el espíritu de ser popular. Más que garantizar la viabilidad del gobierno, más que cualquier otra cosa, a lo que aspira es a perpetuarse en el mando. Y sabiendo lo impopular que es ir en contra de las descargas ilegales, el razonamiento lógico es que han cedido (por motivos que desconozco) a las presiones de los «artistas».

Ya me parece divertido que la creación de una comisión de este tipo se apruebe en medio de la elaboración de una nueva ley para la reactivación de la economía. Igual es mi ignorancia en legislación y resulta que la gestión de derechos siempre va ligada a las leyes de desarrollo económica, pero parece metido con calzador.

La cosa es que, por ley, creamos una comisión con aires macarthistas. En los años 50 y en plena guerra fría, el senador Joseph McCarthy inició lo que hoy conocemos como caza de brujas. El denunció una conspiración comunista en el seno del departamento de Estado y se inició una persecución contra posibles comunistas.

Ahora parece que corremos el riesgo de vivir algo parecido. Una comisión controlada por los «artistas» tendrá la capacidad de cerrar de forma preventiva una web que, según su criterio, esté haciendo uso de forma fraudulenta de alguna obra sujeta a propiedad intelectual. Y eso los convierte en juez y parte. Un auténtico galimatías.

Se me escapa con qué intención se arranca todo esto. No sé si la voluntad real del gobierno es permitir que esta comisión empiece desde el primer día a señalar con el dedo portales, si pretenden que espere un tiempo o si es sólo para asustar.

Sea como sea, hay un elemento ya muy grave. Imaginemos un portal que está tratando de ser cuidadoso. Aún así le llega un aviso de la comisión de marras conforme está haciendo haciendo uso de algo con propiedad intelectual. Y este portal llega a la conclusión de que la comisión se equivoca y decide no retirarlo.

Lo terrible del asunto es que esta comisión tendrá potestad para decirle, te cerramos el portal hasta que esto se dirima en los tribunales. Esto, en muchos casos, es el cierre efectivo del portal porque matas su fuente de ingresos.

En definitiva, si la comisión te acusa de algo y tú estás en desacuerdo, te ves obligado a eliminarlo para no  poner en riesgo todo lo demás. Claro que siempre podrías denunciarlo, pero el daño ya estará hecho porque el modelo de negocio de un portal se basa en la audiencia y no en ganar sentencias.

Para los «autores», el problema es que la justicia va demasiado lenta. Pues señores, eso se soluciona haciendo que la justicia vaya más rápida, no haciendo ustedes de jueces. Y es que este sistema es perverso.

Entonces, ¿por qué yo no le doy tanta importancia? Por la misma razón que digo que a la gente no le preocupa que se esté limitando el acceso a la cultura, ni la libertad de expresión. La gente seguirá descargando las cosas que quiera ver. ¿Que los portales/servidores no estarán en España? ¿Y qué? ¿A la gente le preocupa eso?

Las tecnologías digitales, si algo han demostrado, es que cuando las tapas por un lado, acaban saliendo por otro. Da igual si son virus o descarga de ficheros de forma ilegal. Tú tapas un lado y te acaba explotando por otro.

No me cansaré de repetir que el gobierno y la industria han de ser realistas; las descargas sólo se pararan si ofreces algo mejor a los usuarios. Y no lo están haciendo pero, tarde o temprano, se verán obligados. De eso va la realidad.

Esfuerzo, sudor, sangre y lágrimas

Leopoldo Abadía (que tiene twitter) se hizo famoso en su día por definir esta crisis como NINJA. Ahora ha escrito un nuevo libro y, en la promoción, ha ido a RAC1, y el principio me ha impactado tanto, que no he podido evitar descargarme el podcast y apropiarme de sus palabras que me parecen de lo más certeras.

Me ha parecido que debía dejar las frases lo más parecidas a como las dijo. Veréis que a veces se entrecorta, pero le da vida a las palabras y me gusta como queda (quizás por mi faceta como guionista). La entrevista la empieza diciendo que los políticos, después de servirse al pueblo hasta el máximo (y de hacer mucho incapié en ello) dice;

«Churchill habló de esfuerzo, sudor, sangre y lágrimas. A mi lo de exigir a la gente [por parte de los políticos] me parece que es muy bueno (…) Hemos quitado el esfuerzo. Exijo al país mucho esfuerzo. Segundo, como consecuencia, sudor. Como consecuencia… hombre… alguna sangre pequeñita. Y, como consecuencia, alguna lágrima que otra. Y el gobernante que no exija eso a un país, miente como un bellaco

Y acto seguido dice una de las cosas más atrevidas que nadie puede decir delante de un micro y con lo que estoy muy de acuerdo.

«Tenemos el peligro de pensar que el gobierno nos lo tiene que dar todo hecho. Esta idea tan bonita de «desde la cuna hasta la tumba». ¡Qué bonito! Entonces qué pasa, pues que el día que no me dan algo digo; «Ay, no me lo han dado». A mi esas manifestaciones que hay por la calle que dicen; «queremos trabajo ya». Eso quiere decir «queremos que YA, alguien se juegue su dinero para darme trabajo A MI, que no estoy dispuesto a hacer nada». Oye majo, así cualquiera.»

«Que el empresario no explote al trabajador y el trabajador no explote al empresario.»

«Tenemos que darnos cuenta de lo que es la empresa. Hoy he estado comiendo en un bar. (…) Atendido por un matrimonio que atienden de maravilla. Lleno el bar. Cuando me iba de allí les he dicho; «Ustedes son los dueños, ¿verdad?» «Sí.» «Ustedes son los capitalistas. Han puesto todo su capital.» «Todo.» Es un capitalista. A mi me interesa que esa empresa vaya muy bien. Porque con 1 millón de empresas como esta… Esta gente tenían un camarero o dos… Con un millón de empresas como esta, tenemos dos millones de camareros, o de lo que haga falta.»

«Es decir, que lo que no podemos pensar es que esto lo va a arreglar el gobierno. No, no… Esto lo va a arreglar la iniciativa privada. Como siempre. Y, por eso, todo lo que se haga para ayudar a las empresas… Pero, olvidándonos de… La gente cuando le hablas de empresas piensa en la Philips. Que sí, que son empresas, de acuerdo. El bar este, que lo tienen perfectamente bien y que tú no sabes cómo atienden… Pues qué pasa, que esta gente son capitalistas. Sí, sí. Dignos de que se les ayude todo lo que se pueda porque si no, no se crean puestos de trabajo.»

Esta última opinión la comparto si con ayudar se refiere a no poner trabas (tener que estarte un mes para abrir una empresa, impuestos muy elevados, montones de ventanillas a las que acudir para las mil tonterías diferentes, facilidades fiscales en los inicios o en empresas con elevado I+D+i…). Si eso es igual a subvenciones y similares, no. Aunque estoy seguro que se refería a lo primero.

Ha seguido repartiendo a los bancos y políticos con opiniones que comparto pero que prefiero no incluir porque me gusta más la idea constructiva y la parte en la que nosotros, como personas, podemos incidir. Ojalá fuéramos muchos los que opinaramos así.

Me parece justo (ya que me he apropiado de sus comentarios) pasar un enlace de compra de su nuevo libro; La hora de los sensatos. Pero no lo he encontrado. Si alguien lo tiene, por favor, que me lo pase. El link para comprar el libro es este. También os dejo el podcast de RAC1, por si queréis oirlo de primera mano.

Up in the air

up in the airValoración: 5,5/10

Argumento. Un solitario viajante se ve obligado a ir acompañado de una hogareña compañera de trabajo a la vez que establece una relación a distancia con una mujer que viaja tanto como él.

Breve crítica. Creo que  el guión es muy redondo. La historia está muy bien contada y tiene algún momento que sobresale. Los actores están razonablemente bien. Aún así, en general no acabó de atraparme. No acabé de indentificarme (quitadas esas escenas que digo). Eso sí, como comedia romántica, es de las mejores de la temporada.

Género. Comedia romántica.

Director. Jason Reitman.

Guión. Jason Reitman, Sheldon Turner.

Actores/Actrices. George Clooney, Vera Farmiga, Anna Kendrick, Jason Bateman, Tamala Jones, J.K. Simmons, Danny McBride, Chris Lowell, Zach Galifianakis, Steve Eastin.

Título original. Up in the air.

Año de estreno. 2009.

País. USA.

Un tipo serio

Valoración: 6/10

Argumento. Un profesor de universidad empieza a ver como todo parece girarse en su contra casi por intervención divina.

Breve crítica. Para mi, es una de las películas menos interesantes de los Coen. En algunos momentos se me hizo algo lenta. Y creo que el corto que ofrecen antes no aporta demasiado al resto de la película. De todas formas, digo todo esto a sabiendas que los Coen están muy por encima de la media y esta película no es una excepción.

Género. Comedia.

Director. Joel Coen, Ethan Coen.

Guión. Joel Coen, Ethan Coen.

Actores/Actrices. Michael Stuhlbarg, Richard Kind, Fred Melamed, Sari Lennick, Adam Arkin, Aaron Wolff, Jessica McManus, Simon Helberg, George Wyner, Fyvush Finkel.

Título original. A serious man.

Año de estreno. 2009.

País. USA.

Los globos de oro y Avatar, la mejor comedia del año

Me levanto esta mañana y recibo (sin demasiada sorpresa) que Avatar ha arrasado esta noche en los Globos de oro. Entre otros, la película se ha llevado el premio a la mejor película dramática y mejor director.

Que Avatar tenía vocación de ganar muchos premios (y probablemente se llevará muchos Oscars), no es un secreto.Las películas no se estrenan cuando lo hacen de forma improvisada. El hecho que avatar haya saltado a la palestra en diciembre, en fechas muy próximas a los dos premios más importantes del año, demuestra de forma casi explícita la voluntad de atracarse a premios.

Tampoco es nada nuevo que la industria (entendida en sentido amplio) haya apoyado subproductos que, por un motivo o por otro eran estratégicos. Y lo han hecho sin pensar en las posibles repercusiones negativas que esto pudiera tener para los premios.

Casi diría que hacen bien, pero sólo desde el punto de vista de negocio (que ya entiendo que es el prioritario). El público al que van dirigidas estas entregas tiende, no sólo a apoyar los resultados sino a apoyarse en ellos para basar sus opiniones y sus decisiones de compra de entradas.

Todo ello, por eso, no evita que debiera dar verguenza a más de uno que la industria se permita premiar este despropósito disfranzándolo de obra creativa y sobresaliente.

Quizás deba aceptar que para seleccionar a la mejor película hay que analizar valores más allá del guión. Quizás la realización, desde el punto de vista visual, desde el punto de vista coreográfico o desde la creación de un teórico mundo que sólo estaba en la imaginación de Cameron tiene un valor. Pero discrepo.

El guión es una condición sine qua non para que una obra cinematográfica pueda ser considerada aceptable. Es cierto que hay más elementos, algunos muy importantes. Incluso tanto como el guión. Pero eso no convierte al guión en algo prescindible.

Y tampoco nos equivoquemos. ¿De verdad es tan imaginativo el mundo creado por Cameron? ¿Pintar de azul a 4 (o 400) indígenas americanos es tener una gran imaginación? ¿Esa especie de conexión vía coleta-Ethernet con el planeta al estilo New Age es algo nuevo y sorprendente? Yo tengo serias dudas.

Supongo que muchos leerán en este post un ataque al cine comercial, pero eso tampoco es certero 100%. Yo reconozco que los productos pensados para venderse en volumen tienden a interesarme poco o nada. No soy target, pero me parece perfecto que se produzcan. Eso sí, que no me vendan gato por liebre.

Avatar competía con otras 4 películas; Malditos bastardos, En tierra hostil, Up in the air, y Precious. He visto las 3 primeras, todas ellas productos claramente comerciales y cualquiera de ellas infinitamente mejores que la premiada. Y las referencias que tengo de Precious también son buenas.

Cuando Cameron arrasó con Titanic yo dije que igual era algo desmesurado pero la película estaba muy bien hecha. Creo que la valoración de estas cosas no hay que hacerla tanto en base a gustos personales muy establecidos sino a criterios algo más abiertos y objetivos.

El año que viene tengo leído que se estrenarán 50 pelis en 3D y eso hay que rentabilizarlo como sea. ¿El precio? Permitirnos el lujo de dejar en la cuneta el trabajo brillante de otras personas. Quizás no es tan importante. Pero el día que se comete la atrocidad necesito criticarlo. Mañana será otro día.