Que sea el cumpleaños de un personaje conocido no es noticia, a no ser que se trate de alguna celebrity que acaba la fiesta con más ron del que sus venas son capaces de metabolizar. Pero que este aniversario llegue a la centena y que se produzca en activo sí lo es. Ese es el caso de uno de los directores más conocidos de los últimos 30 años, Manoel de Oliveira, que lo celebra mientras está rodando su nuevo proyecto, “Singularidades de uma Rapariga Loira“.
Nos costará ver repetida la proeza de que un director celebre su 100 aniversario diciendo “acción”, pero hay un hecho que nunca más volveremos a ver. Es el último de una esuela que se formó en el cine mudo (silente dicen los expertos, porque el cine era como las piedras, no es que hubiera perdido el habla sinó que era silencioso). Su primera película data de 1931, un corto documental llamado “Douro, Faina Fluvial“, donde retrata la realidad laboral alrededor del Duero en Oporto.
Pero seguramente su época más interesante y prolífica la ha realizado ya superada la edad de jubilación y el título más destacado “una película hablada” de 2003, sobre la historia iniciática de una profesora de filología en Lisboa que toma un crucero por el mediterráneo para reencontrarse con su marido. Así descubre muchos de los lugares de los que habla en clase, cuna de la cultura occidental, pero que jamás había visto como Grecia o Egipto. El conflicto llega cuando se acerca el golfo pérsico, donde las relaciones en el barco se verán perturbadas. En ella aparecen actores tan prestigiosos como John Malkovich o Catherine Deneuve.
Si queréis entrar en más detalles, os recomiendo que leáis la Cahiers du cinema, porque en la edición española le dedica un especial este mes.