Tengo que decir que, como apenas no veo la tele, yo conocí la campaña #envasonvas a través de la radio. Después vi los anuncios de televisión. Y, personalmente, es una de las mejores campañas que recuerdo haber visto en los últimos años. La prueba es que todo el mundo estaba hablando de ella… para bien.
Para los que no seais catalanes, aquí podéis ver una de las versiones del anuncio.
A priori, la campaña incita a poner cada cosa en su contenedor. Muchos plásticos que no son envases no deberían ir al contenedor de envases. Uno, que desconoce cómo funciona esto, intuitivamente piensa que es bueno que nos “eduquen” y nos señalen cuál es el sitio apropiado.
El problema es que muchas veces la respuesta es el vertedero o rechazo, lo cual implica que no se recicla. Y es en este punto que aparecen las críticas. Si todos los productos de plástico y metal son reciclables, ¿por qué perder la oportunidad de reciclarlos?
Por lo visto, por cada envase que compramos, pagamos una pequeña tasa para cubrir parte de los costes de reciclaje. Estamos hablando de una cantidad inferior a 1 céntimo. Y, claro, todo aquello que no es envase no lo paga. Y las empresas recicladoras (en Catalunya son 2) no quieren reciclar cosas por las que no se les está pagando.
Antes he dicho que es un sector que no conozco, así que si aparece alguien que entiende, que comente sin manías desautorizándome si quiere. Pero abro varias reflexiones después de haberme leído esta crítica, entre otras:
1º/ Es profundamente inmoral que ya sea financiado en parte o totalmente por la Generalitat o sólo apoyado por esta, se haga una campaña publicitaria que invite a la gente a no reciclar. Es sencillamente lamentable. Y muy grave.
2º/ Comprendo perfectamente que las empresas que se dedican al reciclaje quieran cobrar por aquello que hacen. Me parece patético que intente señalarse como “una campaña que sólo busca aumentar los beneficios de empresas privadas”. Seamos serios. Si les pedimos que hagan algo por nosotros, se lo tenemos que pagar. Punto.
3º/ Supongo que estas empresas no sólo cobran de la administración antes de reciclar sino también después de haberlo hecho vendiendo el producto que acaban generando. También intuyo que, si lo que no está marcado como envase no quieren reciclarlo, este precio no cubre los costes (si no, lo reciclarían igualmente y santas pascuas).
4º/ La Generalitat, en vez de apoyar una campaña de objetivos más que dudosos, lo que debería hacer es cargar también con un céntimo todo aquello que sea reciclable pero, en cambio, no es un envase. Así, las empresas cobrarían lo que es justo. Y los ciudadanos reciclaríamos mucho más. Y aquí todos contentos, ¿no?
5º/ Supongo que gravar plásticos que no sean envases debe ser más complicado (hay más cambios en el tamaño, el peso…). Si es así, que busquen alguna fórmula. Son auténticos expertos en hacer leyes complejas. ¿Por qué en este caso no lo hacen?
6º/ En vez de financiar una campaña que apuesta por reducir lo que reciclamos, ¿por qué no hacen una que apueste por el modelo de retorno de envases? ¿Qué mejor manera de reciclar que reutilizar?
7º/ La campaña hace un reclamo a compartir el asunto por la red. Incluso se nota que se han dejado los duros en la web. No ser honesto en la red puede salir muy caro. Sólo hay que ver lo que se está diciendo estos últimos días en twitter.
Me duele ver que una de las campañas más brillantes en lo comunicativo tenga unos fines tan discutibles. Me duele que mi administración gaste esfuerzos en cosas que no sólo no me ayudan sino que me perjudican. Así no se utilizan los recursos escasos de las administraciones. Y menos ahora.