¿Está todo contado? (III) – Y el verbo se hizo carne

Una forma de entender la estructura de una narración es la que ofrece Vogler, pero es cierto que puede llegar a resultar muy abierta. Otra perspectiva que uniera la simplicidad de entenderlo todo desde un punto de vista ulisíaco, con un cierto punto de concreción sin caer en la complejidad, sería seleccionar una pequeña lista de mitos que englobaran el grueso de las historias que conocemos.

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Uno de los mitos que, por una cuestión cultural, tenemos más asumidos, es el mesiánico. Más allá de las creencias de cada uno, todos conocemos bien la historia de Jesús. Y, de analizarla, encontraríamos muchas similitudes con mesías de otras religiones e, incluso, de otros personajes bíblicos como San Juan Bautista o Moisés.

Cada una de estas historias parte de una serie de clichés, que son los que disparan nuestros resortes de comprensión. Como ya dijimos, en función del tipo de historia, esperamos encontrar ciertos elementos referenciales o convenciones de género. Y la del mesías no es una excepción.

terminator_robotParten de una persona, en general humilde, al que se le encarga una misión por el bien de la comunidad (el perdón de los pecados). En ese caso, esperamos encontrar a un  mentor que le comunique la misión a nuestro héroe (Juan Bautista). Al principio se niega, pero acaba por aceptar el reto (las bodas de Canah). El héroe hace un viaje iniciático para asumir su papel (40 días en el desierto). No es tanto un «desplazamiento» geográfico sino una reflexión en torno a la importancia de su misión. Y a partir de ese momento, acepta el reto y se lanza. Todo tiene que acabar en una especie de calvario que acaba en un sacrifico redentor útil para la comunidad. Y con él, la resurrección (literal en este caso).

Pero, ¿hay ejemplos de eso? Sí. Voy a poner ejemplos de lo que digo y, para que nadie lea nada que no quiera leer, empezaré siempre con el título de la película.matrix

Un buen ejemplo es Terminator 2, donde un joven John Connor, tiene un mentor (el robot que interpreta Arnold) que le empuja a asumir una misión para salvar a la humanidad. Hay un trasfondo incluso de un cierto «pecado» por parte del ser humano por jugar a ser Dios «creando» robots humanos y hay una muerte redentora con el «suicidio» de la máquina (enviada, como lo fue Jesús). En este caso la entrega no es del héroe, aunque sí es este el que pierde una amistad clave en su vida.

En Gran Torino, de Clint Easwood, el final es cláramente mesiánico, donde él ofrece su vida para que el resto de la comunidad pueda vivir mejor. ¿Y la resurrección? En el fondo, está en su misma evolución que pasa desde su antiorientalismo hasta el hecho de dar la vida por ellos.

Pero si hay un ejemplo moderno claro es el de Matrix, uno de los más claros de toda la historia. Neo, al personaje de Keanu Reeves, personaje humilde, se le señala como el elegido para enfrentarse a un orden establecido malo para la comunidad. Oráculo es ese mentor y Neo hace un viaje iniciático cuando le insertan todo el software para poder hacer esos saltos, pilotar aviones… Al final de la película, se produce una especie de muerte redentora y, sobre todo, resurrección, que libera a Neo y lo convierte en imbatible para los programas que tratan de eliminarlo.