Argumento. Rossellini intenta, con este film, resarcirse de las críticas por fascista por su cine durante el régimen del Duce. Reflejo de la represión y persecución de aquella época.
Breve crítica. Reconocida obra maestra de Roberto Rossellini. Inteligente descripción de la época en la que los nazis y la Gestapo controlaban la capital italiana. Precursora del neorrealismo italiano, marcará el inicio de una de las épocas más brillantes de la historia del cine italiano en particular y del mundial en general.
Actores/Actrices. Anna Magnani, Aldo Fabrizi, Marcello Pagliero, Maria Michi, Harry Feist, Vito Annichiarico, Francesco Grandjacquet, Giovanna Galletti, Carla Rovere.
Desde el mes de Febrero y hasta este fin de semana (13 de junio de 2010), el Cosmocaixa de Barcelona hace una exposición de Fellini. Como me hacía mucha ilusión ir a verla y hacía demasiado que no veía películas del director italiano, he hecho un repaso (algo superficial, para qué engañarse) de su filmografía. Fui y la disfruté como un niño.
Fellini es uno de esos directores que si coges una sola película puede resultar desconcertante. Puede incluso llegar a costar entender sus resortes, si tienes las neuronas muy acostumbradas a un cine con un paradigma más clásico o comercial.
El cine de Federico Fellini podríamos separarlo en dos grandes bloques. De hecho, aunque hay un cierto hilo conductor, los cambios son muy notables. Incluso me atrevería a decir que el cambio es disruptivo. Es decir, no hay una evolución lenta entre la primera época y la segunda sino que, de repente nos encontramos con películas muy diferentes.
Según dice la wikipedia, Fellini empezó en el cine haciendo carteles de películas. Pero el elemento clave es que Vittorio Mussolini, hijo del dictador y apasionado del cine, le presentó a Roberto Rossellini. Y empezó a trabajar para este como guionista.
Como toda dictadura que se precie, se obsesionó por hacer películas propagandísticas. Hemos de tener en cuenta que, además, estaban en guerra contra el mundo. Eso requería importantes chutes de nacionalismo cerril. Claro, tanto Rossellini como Antonioni, entre otros, colaboraron a hacer estas películas de corte fascista. Pero en realidad, ellos debían sentir una fascinación increíble por un movimiento estético frances de raiz comunista; el realismo poético. Básicamente era un cine hiperrealista y que ponía en solfa las injusticias sociales.
Ello llevó a que, acabado el régimen, el cine italiano dio un giro de 180 grados hacía lo que se conoce como neorrealismo italiano, muy inspirado en el movimiento realista poético francés. Y es en ese momento que Fellini se pone a escribir guiones y pronto a dirigir. Su implicación en este campo es tan importante que es coguionista del primer film neorrealista; una película de Rossellini llamada Roma, ciudad abierta de 1945.
En 1950 empieza a dirigir. Su primera película no sólo apunta maneras sino que me parece un ejercicio de increíble sensibilidad; Luces de variedades. En una historia que me recuerda mucho a la maravillosa El ángel azul (1930) de Sternberg. Una joven con grandes aspiraciones en el mundo de la interpretación se acoge a los brazos de un artista con delirios de grandeza.
Después vendrían películas como Los inútiles (1953), La strada (1954) o Las noches de Cabiria (1957) entre otras. Muchas de ellas las podríamos considerar obras maestras. Y en todas ellas se muestran una serie de constantes:
En primer lugar es un cine claramente neorrealista todo y que, a diferencia del realismo poético o el trabajo de alguno de sus contemporáneos (como Vittorio de Sica), no siempre acaba hablando de gente «pobre». De hecho, en algunos momentos se centra en medio burgueses para hablar de los problemas que le preocupan.
Desde el punto de vista narrativo, las estructuras tienden a ser clásicas. Con una estructura muy bien definida aunque con un ritmo y una forma de retratar la realidad que no acostumbra a verse en el cine mainstream de la época.
A pesar de que su cine hablaba de dramas terribles, era muy positivo, en tanto que habla de gente que acaba sacando agallas frente a situaciones muy difíciles. Paradigmático podría ser el caso de Las noches de Cabiria. Perdonadme si cuento un final (si no queréis leerlo, saltaos este párrafo). La protagonista se ve abocada a perder todos sus ahorros, que se ha ganado prostituyéndose, porque se los roba el hombre de su vida. Este, incluso, intenta matarla. Aún así, ella recupera la ilusión en un increíble plano final de ojos emocionados. Eso provocará que la democracia cristiana italiana se sienta muy próxima a su sensibilidad artística.
Por último, destacaría una constante maravillosa, que se mantendrá en la segunda época; su mujer Giulietta Masina. Actriz maravillosa, combina a la perfección en sus personajes un carácter fuerte con una sensibilidad profunda y entrañable. Este carácter encaja a la perfección con las tramas que propone Fellini, por lo que se convirtió en su verdadera musa.
Aunque en su cine no se nota, en los años 50, Fellini empieza a interesarse por el psicoanálisis. Y en 1960, el director italiano estrena una obra que será el primer paso a ese cine más psicoanalítico; La dolce vita. En ella cuenta la historia de un fotógrafo de famosos a los que dará nombre por siempre más; paparatzo (paparatzi en plural). Míticas son, sin duda, la secuencia con Anita Ekberg en la Fontana di Trevi y la de los helicópteros que transportan la estatua de Jesús.
La película muestra una sociedad desenfrenada; sexo, drogas, alcohol, orgías fáciles y un alto grado de irreverencia. La democracia cristiana quedará sobrecogida hasta el punto que lo dejarán de considerar de los suyos.
Este es sólo el primer paso hacia ese cine del que hablamos menos narrativo y más inspirador de sueños. Se adentrará en ese terreno definitivamente con 8 y medio (1963). Protagonizada por Marcelo Mastroianni, que se convertirá en una constante de su cine, cuenta la historia de un director de cine que va perdiendo el rumbo. Llega a ser tan autobiográfica que el título hace referencia a las 8 películas y el cortometraje para la película Boccaccio ’70 (1962).
Películas como Roma (1972) llegan a ser una serie de episodios con un hijo conductor muy fino (en este caso, la propia ciudad). En este film Federico Fellini hizo un precioso e irreverente retrato de la capital italiana. Desde una severa crítica al fascismo (empieza con un profesor antes de la caída del régimen cruzando el Rubicón), pasando por secuencias totalmente modernas, como un regimiento de motos cruzando la ciudad.
Una de las más divertidas es Amarcord (1973), que significa «me acuerdo». Como en Roma, Fellini hace un retrato muy personal sobre los años de la dictadura. Míticos son los pechos entre maternales y eróticos de la estanquera de la que está enamorado el protagonista.
Su cine irá perdiendo fuerza con el paso de los años. Eso no significa que películas menores en su haber, como La ciudad de las mujeres (1979). sean malas películas. Eso estaría muy lejos de la realidad. De hecho, la secuencia (de nuevo onírica) del final es una pequeña joya.
Si vivís en Barcelona y aún no os habéis pasado por la exposición, os la recomiendo mucho. No pasa nada si no habéis visto ninguna o pocas de sus películas. Puede ser una buena vía de acceso para tomar una visión general de su obra. Os dejo con el anuncio que hicieron.
Argumento. Una joven actriz con aspiraciones de convertirse en estrella se une a un grupo de variedades de lo más variopinto.
Breve crítica. La historia es interesante. Me recordó mucho a El ángel azul, una de las más bellas películas que he visto nunca. La historia está bien trenada. Creo que es un ópera prima y, como tal, me parece un ejercicio increíble premonitorio de la enorme carrera que llegaría después.
Argumento. Un grupo de amigos de la burguesía son unos malcriados y acaban siendo unos inútiles sociales y emocionales.
Breve crítica. Es un film de Fellini neorrealista, donde el retrato llega a ser conmovedor. El clímax está muy cuidado, llevando al espectador a una catarsis espectacular. Me interesa mucho la capacidad que Fellini tiene de retratar con mesura a nada menos que 5 protagonistas.
Argumento. Retrato de Roma de Fellini en una serie de cuadros que tratan de dibujar el carácter romano histórico.
Breve crítica. Me ha encantado. Cada una de las imágenes que ofrece que Roma está llena de matices, y de una belleza en la puesta en escena espectacular. Algunas de sus partes tienen una carga metafórica preciosa, casi minimalista en el contenido pero voluptuosa en la forma. Imprescindible.
Argumento. Cabiria, una prostituta es lanzada al río por su amante después de que le robe el bolso.
Breve crítica. Me encantó la protagonista, mujer de Fellini. Creo que está entrañable. Su personaje, que mezcla mala leche con momentos de mucho cariño, tiene un encanto especial. La historia está contada con mucha destreza, con inteligencia. La historia conmueve en lo más profundo con una mezcla entre la sonrisa y la lágrima.
Argumento. Persiguiendo a una bella mujer, un hombre de mediana edad acaba en medio de un congreso feminista, que le llevará a intentar huir en una espiral sin fin.
Breve crítica. Tiene la típica mezcla cómica y dramática típica de las películas de Fellini. Además, no faltan los momentos oníricos, como los que se producen en el tercer acto. La película me parece muy interesante. Me encanta el inicio, en el congreso. Las reacciones que tienen las mujeres delante del hombre «opresor» tiene mucha gracia. Por otro lado, la parte que menos me interesa es el cumpleaños. También es verdad que es una escena (o mejor, serie de escenas) muy al estilo del famoso director italiano.
Argumento. Cuadro esperpéntico y satírico de la italia fascista de los años 30 desde el punto de vista de Fellini.
Breve crítica. Fantástico retrato de Fellini sobre la italia fascista. Partiendo del recuerdo que él tenía de aquella época, Fellini lanza esta comedia. Llena de curvas y cargada de la sensualidad felliniana típica, es un buen retrato esperpéntico de la época.
Tag line. La vida, entre claros y oscuros, de un paparazzi romano que se codea con la burguesía capitalina.
Breve crítica. Clásico entre clásicos, la película retrata una vida superficial en la que se adivinan los conflictos que tratan de esconderse. Mítica la escena de Anita Ekberg en la Fontana di Trevi.