Ya está, la huelga general ha pasado. Y el dato es que el consumo eléctrico cayó un 20%. No sé si eso representa un éxito o un fracaso, aunque nos sirve para comparar. He leído que con Aznar fue de un 25% y con González fueron alrededor del 30%. En toda la tarde me crucé con un piquete cohercitivo, de lo que responsabilizo directamente a los sindicatos. Y he visto el follón en Barcelona en la tele, del que es como para avengonzarse como barcelonés y de la que los sindicatos no tienen ninguna culpa.
Pero, más allá de eso, creo que merece la pena pararse a pensar qué nos está pasando y, sobre todo, por qué nos está pasando. Como todos, he hablado con bastante gente sobre esto y he detectado dos tipos de respuesta. La más común va en la línea de que los bancos han generado una crisis y la gente trabajadora es la que está teniendo que pagar el pato. Lo que alguien acertó acertó en resumir como: «privatizar los beneficios y socializar las pérdidas».
Hay otra, en cambio, a la que me adhiero que señala que los bancos han cometido errores enormes pero que no son los únicos culpables. ¿Cuánta gente que firmó una hipoteca lo hizo con una cuota superior al 30% de sus ingresos? ¿Cuánta gente añadió el coche y estará pagándolo 40 años cuando lo tendrá, con suerte, 10? «¡Ah! Es que el banco me invitó a hacerlo…» Pues es gravísimo que lo hiciera, pero también que tú lo firmaras.
No sé qué pasa en otros países, pero mi opinión es que en España tenemos un serio problema con las responsabilidades. La responsabilidad, sistemáticamente, es de otro. Y culpamos. La culpa siempre es del banco, o del jefe, o de mis subordinados, de mi amigo o del vecino.
Nosotros, los no banqueros y no ricos, también tenemos un grado de responsabilidad en esto. También nosotros, como ellos, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Y sí, no sólo también nosotros vamos a pagar las consecuencias de la crisis sino que, en cierta medida, «nos lo merecemos». Como sé que lo que digo no es demasiado popular, intentaré justificar por qué opino eso.
Hay un montón de cosas muy dolorosas, como el paro o la cantidad enorme de mileuristas, que nos hacen perder de vista la raiz de todo: nuestra escasísima productividad y su pésima consecuencia: unas balanzas comerciales de risa. Me explico.
Una persona que quiere comprarse una cámara y tiene claro el modelo, suele ir a comprobar los precios en diferentes sitios. ¿Qué busca? ¡El más barato! ¿Por qué comprar una cámara por 200 € en el Media Market si puedo comprarla en el FNAC por 170€?
Cuando los países compran materias primas o productos que necesitan, hacen lo mismo que nosotros al comprar una cámara. Entre otras cosas porque quien compra suelen ser empresas que miran de maximizar sus beneficios y personas que quieren minimizar el gasto. Y bien que hacen los unos y los otros.
El problema es que nosotros vendemos la cámara a 200€ mientras otros la hacen a 170€. ¿Por qué iban a comprarnos a nosotros? Y no les cuentes que, a pesar de vender caro, somos todos mileuristas y que tenemos un paro enorme. Mi problema cuando voy al Media Market no es lo que ganan la empresa y los trabajadores sino el precio final.
Si quieren cobrarme más, mejor que fabriquen cámaras reflex. Si me convencen de que usar una reflex es mejor, entonces igual estoy dispuesto a gastarme no sólo 200€ sino 500€ en vez de 170€. Y qué decir que, si fueran capaces de vender la reflex a 170€, los del FNAC tendrían que buscarse la vida.
La pregunta es: ¿dónde acaban estos 200€ que nos pagan por cámara? Pues una parte de este dinero va destinada a inversión de la empresa, otra parte va a salarios, otra a impuestos y otra al margen que se queda el empresario (muy inferior a lo que algunos creen, un margen comercial normal está sobre el 10%).
Es decir, que para bajar de 200€ por cámara a 170€, sólo podremos conseguirlo bajando estas partidas: o bajan los impuestos, o baja el margen, o bajan los salarios, o de todo un poco. ¡Ojo! ¡Estoy hablando por unidad! Es decir, que si con el mismo salario eres capaz de hacer más cámaras (o lo que es lo mismo, aumentas la productividad), ya estás bajando el precio.
Si bajamos el salario será muy doloroso y mucha gente sufrirá. Si bajamos los márgenes, muchas empresas cerrarán o estarán al límite. Y si bajamos los impuestos, tendremos que decidir qué dejamos de hacer (carreteras, ayudas, subvenciones, salud, educación, funcionarios…).
Así, sólo hay tres maneras de afrontar esta enorme crisis que estamos viviendo:
La primera es consiguiendo reducir los 200€ a 170€ a base de bajar las tres partidas. Implica trabajar lo mismo, pero cobrar y ganar menos. Y es lo que pasará si no hacemos nada.
La segunda es produciendo más con los mismos recursos, de manera que ya podremos vender las unidades un poco más barato que los demás. Implica ganar lo mismo pero currar como locos.
La tercera es ponernos las pilas y empezar a diseñar reflex. Entonces podremos vender a 500€ y podrá subir todo (salarios y márgenes). Implica trabajar lo mismo pero innovando y, por tanto, ganarnos mucho mejor la vida.
¿Cuál te gusta más? El problema es que para que sea factible esta tercera vía, hay que hacer un montón de cambios que piden tiempo y actitud. Y no tengo nada claro que en España estemos por la labor.
Por de pronto, ya hay una propuesta de huelga a la japonesa para el 29 de Octubre que, de llevarse a cabo, seguro que dará más frutos que la de ayer. Os invito a que le echéis un vistazo y que os adheráis.