(NOTA: Si has aterrizado aquí buscando en un buscador, que sepas que este post es parte de una colección de artículos para aprender a escribir, que puedes encontrar aquí)
¿Te has fijado la cantidad de películas que hay sobre guionistas, escritores, actores, directores…? No creo que haya otro sector mejor representado en el cine, más allá de los condicionados por los géneros; policías en el thriller, enfermeras en el terror…
Antes decíamos que la mayoría de los guiones, en el momento de colocar una figura cambiante, suelen optar por una mujer. Decíamos que eso era porque los guionistas y realizadores suelen ser hombres.
Por el mismo motivo, los guionistas tienen o tenemos tendencia a hablar de las cosas que conocemos. O, lo que es peor, de lo que nos preocupa sólo a nosotros.
Es comprensible. La gente acaba extrapolando sus preocupaciones en los demás. Es decir, si esto me preocupa tanto, debe ser una preocupación global… Y casi seguro que nos equivocamos.
Se han escrito auténticas obras maestras basadas en las preocupaciones de un guionista o un director de cine. Pero cuidado. La mayoría de esos casos se ha dado en torno a la figura de algún genio.
La mayor parte de la gente no sueña con vender un guion, ni con realizar una película. Tampoco luchan cada día con las inseguridades y los egos de los actores y actrices. No forma parte de sus preocupaciones si mañana recibirán una llamada de su agente.
Eso va a hacer más difícil la identificación por parte de los espectadores. Y es más fácil que te estrelles…
Mi recomendación es que evites hablar de tus preocupaciones muy directas y muy personales. No se trata de descartar una historia porque el protagonista es un guionista a la primera. Pero te aconsejo que busques la manera de evitarlo.
Si tienes una afición muy personal;
Eres un/a manitas y te encanta hacer barcos de madera.
Eres un enamorado de la aviación y estás todo el día con tu simulador. Te chiflan los videojuegos y te pasas el día con el World of Warcraft… Descártalas para tu guion.
El problema es que, si estás muy metido en algo, tienes un conocimiento de los códigos que la mayoría de la gente no tiene. Si juegas al World of Warcraft (WOW) empezarás a hablar de niveles de guerrero, de vocabulario, de objetos y motivaciones que sólo conocéis los jugadores intensivos del juego. Y yo, que no siento ninguna motivación por ello, no me identificaré.
Alguna vez la tentación llegará disfrazada de normalidad. Por ejemplo, puede que un tipo se enamore jugando al WOW. Sí, el enamoramiento es un sentimiento universal. Pero, ¡ay! Ten mucho cuidado porque corres un elevado riesgo de equivocarte.
Alguna vez me han enseñado un piloto de serie sobre unos jóvenes acto- res que buscan su oportunidad. Y recuerdo haber comentado; “Está muy bien. Evoca lo que los actores sienten cuando no les cogen en ningún casting”. Algunos actores decían; “¡Ostras! Esto me ha pasado muchas veces…”. Pues a ti sí. Pero ni a mi hermana, ni a mi primo les ha pasado. Y así la mayoría de los espectadores…
Por eso, te recomiendo que evites temas donde puedes acabar metiéndote en temas que conoces mucho y que son muy particulares. En cambio, si te vas a un tema que no dominas (periodismo, músicos, bailarines, aventureros, oficinistas…) es mucho más fácil que entronques con las emociones de la gran masa.