Por fin se ha concretado la crisis de gobierno que, desde hace un buen puñado de meses, parecía evidente que se iba a producir. La cosa está tan tensa, con un PP preparado (yo creo que ahora sí) para lanzarse al asalto del gobierno tan pronto como pueda, que los golpes han empezado a caerle con dureza ya al PSOE casi antes de la entrega de carteras.
La más polémica en la red es la de Ángeles González-Sinde, que asumirá la cartera de Cultura. No hacen falta muchas presentaciones, pero a grandes trazos diría que viene de una familia muy vinculada al mundo del cine, ya que su padre José María fue productor y primer presidente de la Academia del Cine, donde ella ostentaba el cargo hasta ayer, y su hermano, que es asistente de dirección.
Como presidenta de la Academia, guionista y directora, se ha significado a favor del canon digital y en contra del P2P. Así que el nombramiento ha sido recibido en la red casi como una afrenta. Bloggeros tan relevantes como Enrique Dans o grupos en facebook como el Ángeles González-Sinde pírate se han levantado considerando esto como una afrenta del gobierno a la libre circulación de archivos por la red.
La industria no está queriendo aceptar lo que ya es una realidad. La gente se descarga películas de forma gratuíta, si no consideramos el pago del ADSL. Quieran o no, nuestra forma de consumir ficción ha cambiado para siempre y cada vez va a ser más difícil encontrar a gente dispuesta a pagar por algo que ya reciben de forma gratuíta en su casa. El resto de valores que teóricamente aporta la sala (ambiente, sonido, tamaño y calidad de imagen…) son cosas que, parece obvio, la gente no valora. Así que da igual que lo repitan (repitamos algunos) hasta la saciedad. Hay que aceptarlo.
Pero independientemente de eso, ¿qué esperan los internautas? ¿un ministro de cultura que se enfrente a la industria? ¿Insinuan que, de ser ellos el presidente, pondrían a un ministro contrario al canon? Yo creo que no. Entre otras cosas porque provocaría muchísimas tensiones inútiles. Y digo inútiles porque tanto da qué diga el ministro de turno o los anuncios absurdos que pongan antes de las películas. La gente seguirá practicando la «piratería».
Lo que le debemos reclamar a la ministra es que nos escuche, que entienda por qué se está produciendo esta situación y que ayude a la industria en esa reconversión imprescindible para su supervivencia. No me estoy refiriendo a subvenciones, sino a una cuestión más de acompañamiento si la industria así lo reclama.
Es cierto que, desde mi punto de vista, ha demostrado su ignorancia sobre este y otros temas culturales. De hecho, Ángeles apoyó ese engendro partidista que fue el manifiesto en defensa de la lengua. Y cuando dijo «hay autonomías donde los niños saben desenvolverse sólo en su lengua materna», o se refiere a los manchegos, o tiene muy poco conocimiento sobre la realidad cultural del país, algo grave ostentando el cargo que ocupa.
Pero a pesar de todo ello, González-Sinde me parece, a priori, de personalidad tranquila. Mucho más que su antecesor, César Antonio Molina, que siempre me resultó algo intolerante. Y ese es un buen principio.
Igual que he dicho que no puedes poner un ministro contrario a la industria, también creo que ella es consciente que no puede ponerse en contra de la gente para defender ciertas cosas.Y ya ha empezado a dar pasos en esa dirección. No es que la aplauda, es que me congratulo de que aplique puro sentido común, cosa no siempre presente en nuestros políticos.
Si después su trabajo no nos parece bien, ya le cantaremos las cuarenta, confío que con algo más de elegancia de lo que lo estamos haciendo ahora. Mientras tanto, démosle algo de tiempo y no pretendamos que sea ella sola quien cambie el statu quo actual. Paciencia y realismo.