En el último post hablaba de que este fin de semana estrenábamos una obra de teatro con un grupo amateur que se llama el Xiscle. Y me apetecía compartir la experiencia.
Aunque no de la misma forma, me ha recordado a los rodajes de los cortos rebajando mucho la intensidad. Un corto supone muchas más horas y casi diría más tensión emocional en juego. Pero el caso es que ha condicionado totalmente mis últimos 3 días.
Ahora lo puedo contar; el jueves hicimos un primer ensayo que, para mi, tenía mucho de ensayo general. Como tardé mucho en tener el texto de toda la obra, empezaron a estudiarlo también muy tarde. Eso provocó que en los últimos ensayos había mucho miedo a que el texto no saliera. Y el miedo nos bloqueó. Fue un poco desastre.
Así el viernes empezó la convivencia intensiva. Llegué a Sant Iscle sobre las 6. Era el día de hacer el ensayo general de verdad. Lo que me habían comentado es que otros años en el ensayo general las cosas salían regularonas, aunque luego en las representaciones con público iban bien.
Supongo que si era normalidad no pasaba nada si tampoco salía un ensayo general perfecto. Pero este año, tal y como habíamos llegado al final, era muy importante que las cosas salieran bien si no queríamos padecer más de la cuenta en las representaciones con público.
Las cosas salieron más o menos bien. Todavía había que mejorar mucho, pero salió mucho mejor que el jueves. Al menos estábamos más enchufados. Me marché contento porque creí que era un buen punto de apoyo de cara a las representaciones delante de gente.
Y llegó el sábado. Gracias a que nos echaron un cable con el sonido y las luces, pude quedarme en la parte de detrás del escenario con ellos. Era lo que me apetecía y lo que creo que necesitaba el grupo.
No os imagináis la tensión que se pasa allí detrás. Los actores iban saliendo en tandas. Así que cada 4 o 5 minutos tenía la duda de si saldrían lo suficientemente tranquilos. Cada réplica era un posible obstáculo en el que tropezar. Y, desde allí, no podías hacer nada…
Por otro lado, cuando escribía el texto, había ciertos puntos en los que esperaba que a la gente le hicieran gracia. Cuando llegaba el momento de uno de esos chistes también surgían preguntas; ¿tendrán gracia? Y, cuando llegaron las primeras la gente no reaccionó. Y entonces llegaban las inseguridades; ¿Les habré dado un texto de mierda sin ningún tipo de sentido del humor?
Y eso sí, cada vez que entraba o salía alguien, dándole ánimos a pesar de que yo era un flan. Y era lo único que podía hacer. Era demasiado tarde para cambiar el texto y demasiado tarde para que les echara un cable desde allí detrás.
Poco a poco, la gente empezó a reir. No voy a engañaros. Estaba tan tenso que tampoco es que me tranquilizara demasiado.
Obviamente si salió bien o no es algo que ha de valorar la gente que vino a vernos. Mi impresión personal es que salió bastante bien. Desde luego cometimos errores, pero la gente se reía que, al final, es de lo que se trataba. Y en algún momento llegaron a aplaudir.
Después de la tensión del sábado, el domingo yo creo que había sensación de que la cosa «ya estaba hecha» (no todos están de acuerdo conmigo). Así que me tocó (o yo sentí que debía) subir un poco la tensión. Y eso hice antes de que llegara todo el mundo al teatro.
El domingo salió mejor (mucho mejor diría yo) que el sábado. Rebajar la tensión nos ayudó mucho. Eso sí, esta vez no pude estar con ellos. Me tocó estar con las luces y el sonido. Y también estuve más tranquilo, aunque fue menos divertido.
Ayer, cuando me marché me fui con algo de bajón y un poco con el síndrome de Estocolmo. ¡Qué le vamos a hacer! Me suele pasar esto cuando vivo cosas así que son intensivas que requieren de mi una implicación emocional.
De todas formas, eso tiene solución; dentro de un par de semanas tenemos una reunión y, lo más importante, en algunas semanas más, la cena.
Mientras tanto, me he llevado conmigo una experiencia en la que he aprendido mucho. ¡Ah! Y lo más importante; a unas cuantas personas. Con ellos me lo he pasado en grande. De hecho, ya estoy deseando empezar la siguiente en Septiembre/Octubre. Y es más, ya estoy dándole vueltas a una idea…