Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

personal

El federalismo del PSC

Consejo territorial PSOE Granada

Por lo que conozco de gente del PSC, su apuesta por el federalismo es real y sincera. Estoy convencido de que creen honestamente en que la única vía es el diálogo y la negociación. Incluso he expresado algunas veces que lo que proponen lo comparto e, incluso, lo secundaría.

El problema, como señalaba hace unos meses en el blog, es que, si no hay nadie al otro lado con quien negociar, es absurdo hacerse trampas al solitario. Mi tesis era que el federalismo en el sentido que se le está dando en Catalunya no tiene espacio en España. Lo que les decíamos algunos es que, una vez lancen sus propuestas a los partidos estatales, no les harán ni una sola concesión. Y, ante la negación rotunda de mis amigos del PSC, llega la declaración en Granada de este fin de semana.

El PSC se presentó con lo que en su programa electoral de noviembre llamaron las 4 R’s: Reconocimiento nacional (la constitución ha de decir claramente que Catalunya es una nación), Reglas (separación clara de competencias sin interferencias mutuas entre administraciones), Representación (reorganizando el Senado para que sea una cámara de representación autonómica de verdad) y Recursos (agencia tributaria propia consorciada con el gobierno español y cumplimiento del principio de ordinalidad añadiéndolo a la constitución).

Esto lo compraríamos muchos. Muchísimos. Nos sentiríamos cómodos en una España así. ¿Y con qué ha vuelto el PSC de negociar con un PSOE que, hoy por hoy, ni siquiera gobierna? Con la reforma del Senado, aunque no en la forma en que el PSC proponía (de hecho, hasta donde yo sé, no se ha concretado ninguna fórmula).

Respecto al reconocimiento nacional, de ponerlo en la constitución, nada de nada. En todo caso, cada estatuto podrá formular si es o no una nación. El PSC dice que si el estatut en el preámbulo dice que somos una nación es que se ha conseguido la misión. Lo que no dice es que esto es un café tan descafeinado como sea posible para todos. Y si no, al tiempo. No hay ningún reconocimiento explícito al hecho diferencial en la constitución que es, no lo que estamos dispuestos a negociar, sino lo que exigimos. Y también olvidan decir que el TC dejó muy clara la validez que tenía que nos declaráramos nación en el estatut; ninguna. Por lo tanto, ningún cambio en este sentido.

Además, también llevaban el derecho a la autodeterminación. Me imagino que aún hay gente en el PSOE con ataques de la risa. Por supuesto, y por mucho que ellos insistan en la negociación, esto no se negocia. Los poderes de Madrid controlan la ley y jamás lo aceptarán.

Por lo que se refiere a los recursos, la cosa ha sido más jocosa, si cabe. En un primer momento, el PSOE dijo que ni hablar de añadir el criterio de la ordinalidad porque “algunas comunidades se pueden molestar” pero que “recogerían el espíritu”. El criterio de ordinalidad es algo tan sencillo y obvio como que la posición en el ranking que cada comunidad ocupa en pago de impuestos per cápita debe ser la misma que la posición en el ranking de lo que la administración gasta per cápita. Es decir, si soy el tercero pagando impuestos, tengo que pagar más que el cuarto pero nunca tanto como para perder esa tercera posición (lo contrario quiere decir que el tercero es muchísimo más solidario que el cuarto, lo cual, no tiene sentido si el cuarto también forma parte de los ricos).

Que recoja el “espíritu” significa lo mismo que cuando el PSOE se comprometió a empezar a pagar la deuda histórica con Catalunya dos años antes de lo que decía el papel (se movió 2 años por el compromiso español), papel mojado. Esto provocó que la prensa catalana y la gente se echara al cuello de Navarro y supongo que eso le hizo endurecer los criterios. No, el documento debía recoger explícitamente el término si, en realidad, no aceptaban nada más.

Vistas las circunstancias, el PSOE aceptó añadir la ordinalidad. A cambio, explicitaron también que “nunca sería ley”. O sea, que nunca tendrán la obligación real de cumplirlo, vaya. Es decir, que a los catalanes nos tratan de imbéciles. No se me ocurre otra explicación. Deben pensar que, a estas alturas, aún nos las pueden dar con queso.

Llevo tiempo diciendo que los poderes españoles (afincados esencialmente en Madrid y de un nacionalismo de matriz castellana) no están haciendo el diagnóstico correcto. Los catalanes no nos fiamos. Nos han engañado demasiadas veces. Incluso un no catalán que no esté de acuerdo con la independencia debería poder ver que estos tejemanejes de “te hago ver que lo acepto sin aceptarlo” es insultar a nuestra inteligencia.

Mientras tanto, y a la vez que el PP abre el melón del trasvase del Ebro (poniéndose en contra a la provincia menos independentista de Catalunya, haciendo más fácil el camino hacia el estado propio), ERC se iba al Baix Llobregat (uno de los feudos del unionismo) a proclamar las claves de la independencia y ha lanzar un mensaje sutil pero de gran calado: un partido que siempre ha hablado de “els països catalans” dice ahora que cada país (Catalunya, Baleares, Valencia y… el Rosselló en Francia) han de hacer su propio camino. ¿Sabéis qué significa esto? Que ERC se compromete a no molestar a los franceses, uno de los grandes poderes en contra de la independencia. Mientras unos juegan bien sus cartas, los otros…

Navarro decía ayer que había sido una “jornada histórica” y que esto provocará que el resto de partidos se posicionen alrededor de su propuesta. Yo no le doy más de 1 semana de vida (efectiva). Veremos quién tiene razón…

PD: Me ha llegado este vídeo a través de Jaume Clotet 10 minutos después de acabar el post. Esto es lo que sucede cuando te dedicas a molestar a los demás.

 

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