El discurso de Alex de la Iglesia

Hace casi tanto tiempo que quiero volver a escribir en el blog con regularidad como el que hace que no escribo una línea. Y creo que el discurso de ayer de Álex de la Iglesia se merece que lo recupere, por lo menos, por un día.

Álex de la Iglesia llegó a la presidencia sin conocer muy bien la realidad que ya se cocía en la red. Aunque hizo alguna declaración difícil de situar, el hecho cierto es que asumió la idea de que internet no era una buena opción para el cine. Pero no se enrocó como hacen la mayoría de sus compañeros.

Todo este tiempo le ha dado para poder hablar con gente, algunos más sensatos que otros, del otro lado del río (los que, en genérico y de manera equivocada llamamos internautas). Lo cierto es que eso ha dado pie a que De la Iglesia haya ido asumiendo tesis difíciles de mantener ostentando la presidencia de la Academia.

Álex de la Iglesia ha demostrado un sentido común que escasea. Ha dicho las cosas por su nombre. Ha dejado de lado las posiciones fáciles como sector y ha aceptado que no tiene sentido remar en contra del viento cuando su fuerza es tan enorme.

Pero que nadie se llame a engaño en esta tierra donde las posiciones tienden a acomodarse en el blanco/negro. Ayer, De la Iglesia no dijo estar a favor de las descargas gratuítas, lo que solemos llamar descargas ilegales.

He de reconocerlo. Estoy cansado por no decir harto o hasta los huevos del discurso que predomina. Así que permitidme que sea un poco duro. «Tenemos derecho a acceso a la cultura libre», «Van en contra de la libertad de expresión», «Yo no pienso pagar por ir a ver las mierdas que hacen…» y un largo etcétera de idioteces. Una detrás de otra.

Es muy probable que si conviviera a diario con la gente del cine, estuviera cansado de oirles llorar y de defender un modelo que, les guste o no, ha cambiado. Pero el hecho es que estoy mucho más rodeado de internautas que de cineastas…

La industria no tiene por qué regalar su trabajo. He contestado ya algunas veces al «yo ya pago canon» pero volveré a hacerlo. El carpintero, el del catering, el técnico de luces, el transportista que mueve los focos, el de la claqueta… Todos esos no ven un duro del canon y también tienen la mala costumbre de comer caliente 3 veces al día. Como tú y como yo.

Pero eso NO significa que la industria pueda permitirse el lujo de dar la espalda a la realidad. La realidad es que, como decía un brillante artículo de Martin Varsavsky en la Fotogramas de este mes de febrero, la única forma de combatir la piratería es ofreciendo algo mejor. No hay más.

Para llegar a eso, todavía queda mucho camino. El primer paso, es que la industria lo asuma. El discurso de Álex de la Iglesia estoy seguro que hizo mucho bien porque moverá cosas en el seno de la industria. Está en juego su supervivencia.