Critica de «El capital»

El capital

El capital cuenta la historia de un joven contradictorio y ambicioso que llega a la presidencia del banco más importante de Europa. Una vez allí se verá obligado a navegar entre las dos facciones del consejo de accionistas que pretenden dominar la empresa.

La película es de un clásico del cine, el casi octogenario (en Febrero de 2013 cumplirá los 80) director Constantin Costa-Gavras. El film, que supera en calidad su anterior Eden al Oeste, se enmarca a la perfección entre dos pilares básicos de su filmografía. La película combina su gusto por los thrillers, como lo fueron La caja de música o Desaparecido (missing), con su constante compromiso político.

Desde la bélica Amen, hace ya 10 años, Costa-Gravas no nos había dado un film de esta calidad. Dicho esto, el guión se mueve en la ambivalencia: creo que tiene un interesante sentido del ritmo y, en algunos momentos, presenta al protagonista frente a situaciones muy complejas y poliédricas que contrastan con muchos momentos del film algo superficiales y maniqueos. A ratos parece estar explicándole la crisis a un niño.

Dicho esto, y asumiendo que no trata al espectador como un adulto (como sí hacen otros films similares como Margin Call o Inside Job), la película pone el acento en la gestión política de la situación que vive un presidente de banco. Todo ello le permite esbozar un mundo donde la lucha por los puestos de 4 mandan al pacto del hambre a buena parte de la sociedad.

El discurso, por supuesto, recuerda a su propia filmografía, con toques de los míticos thrillers de Otto Preminger. Pero no es exactamente un film al puro estilo del modo de representación institucional. Son evidentes las trazas de influencias de cine francés y algunos efectos postmodernos, como el distanciamiento tan típico en el cine de Haneke.

Con inteligencia, Costa-Gravas interpela directamente al espectador con miradas y comentarios a cámara. Así antepone una distancia entre lo que el espectador está viendo y su vida cotidiana. Él no quiere que nos identifiquemos con los personajes. Al contrario, quiere convertir la realidad de estos magnates en un marco infantiloide. Incluso se refiere en diversas ocasiones a que todo es un simple juego.

El capital

El tono irónico del director franco-griego se entremezcla con un discurso casi fatalista, insinuando que las cosas difícilmente serán diferentes. Presenta un mundo donde el dinero manda en una especie de sinsentido. En un par de ocasiones, los personajes constatan la inevitabilidad de la realidad en la que vivimos. Donde entre dos elecciones, sólo podemos pensar en escoger aquella que nos perjudica menos.

La condición humana, según Costa-Gavras nos lleva indefectiblemente a renunciar a todo por dinero. Da igual lo que podamos llegar a ganar a cambio de renunciar a él. No se trata tanto de tener dinero para conseguir grandes cosas sino que es por el dinero en si mismo.

Desde el punto de vista del guión, lo que el director juega con mayor inteligencia son los clichés de género. Los personajes que esperamos que aparezcan en un film de género están presentes. Pero su devenir, evidente en la mayoría de films, no encuentran igual solución de continuidad en este caso. O, por lo menos, se nos hace menos evidente qué es lo que les pasará. Empezando por una prostituta de lujo, que juega el rol de femme fatale clásico del género o la esposa, que lo ancla a la realidad cotidiana, a sus orígenes.

En el middpoint (en la parte media de la película), el relato nos propone un alto en el camino. El único momento catártico. Después de 1 hora rodeados de espantosos ejecutivos sin escrúpulos, el protagonista vuelve a la cotidianidad y normalidad de una comida familiar. Por fin, allí el espectador se ve reflejado. Y eso le permitirá interpelar al protagonista que, por otra parte, actuará con el cinismo que se presupone a los ejecutivos.

Visualmente el film está bien resuelto. Tiene un buen ritmo y te atrapa desde el primer minuto. Además, saca un buen trabajo a los actores y actrices, que resultan absolutamente creíbles.

Costa-Gravas nos ofrece uno de sus mejores films de los últimos años sin llegar a los hitos que marcó años atrás con films como La caja de música. Y todo ello pese a que, quizás, hubiera podido tratar el tema con algo más de madurez, lo que hubiera redundado en favor de la crítica que hace al sistema.

Buried

Un tipo despierta enterrado en un ataud y los creadores de la historia prometen que toda la trama se desarrolla dentro de esa pequeña caja. ¿Qué os parece la propuesta?

Buried es una propuesta atrevida, muy radical. Casi se convierte en un ejercicio de estilo desde el momento la historia limita sus posibilidades al interior de una caja en el que sólo cabe una persona. Así, las opciones que tiene la planificación visual son, a priori, muy limitadas.

Eso la convierte en un título sugerente. Es casi el morbo el que te arrastra a ver la ejecución de algo a lo que no estamos muy acostumbrados. Y el resultado es realmente bueno. Los 90 minutos, contrariamente a lo que pudiera parecer, se pasan en un suspiro. O quizás debería decir un expiro. Un expiro bastante intenso capaz a ratos de emocionarte y de hacerte sufrir con las penalidades del protagonista.

Jesús Manuel Rubio, con bastante criterio, opina en su blog que la película se está sobrevalorando. Y algo de razón tiene desde el momento en que las películas contemporáneas de género con las que compite son Los mercenarios y un largo etcetera de films que, durante años, poco o nada han aportado ya no al imaginario colectivo sino al género.

De todas formas, lo que sí que creo es que la propuesta es arriesgada, y eso hay que ponerlo en la balanza. Las miradas deben tener amplitud de miras y observar cómo se han desarrollado las cosas a lo largo del tiempo. Pero hacer un pequeño diamante, aunque sea en bruto, cuando el resto no hacen más que sucedáneos de éxito (porque, ni siquiera eso), también tiene un valor.

El punto de partida, condenando la planificación a un pequeño espacio, conllevaba de forma casi obligatoria la creación de un espacio abstracto. Un espacio capaz de hacerse grande y pequeño. De dar un respiro al personaje y de atraparlo en sus fauces sin darle ni una brizna de oxígeno.

Eso enriquece el gusto del film, pero hubiera sido insuficiente sin otra decisión que también entraña el punto de partida. Factores externos, en constante fuera de campo, debían tener la fuerza suficiente como para «mover» la historia. De alguna manera, lo que sucede fuera de la caja es lo más importante que lo que sucede dentro. Puede hacer más por la vida del personaje el rescate que sus propias llamadas intentando localizar a su mujer.

Eso convierte a Buried en una película muy subjetiva. Pocas veces el thriller se ha preocupado tanto por una víctima que tan poco podía hacer por salvar su vida, más allá de avisar de sus terribles circunstancias.

El guión merecería un aparte. Nada de lo que sucede en Buried es especialmente diferente a lo que ya hemos visto en otras historias (algunas maravillosas y mejores que la que ahora nos ocupa). Todo lo que sufre el protagonista del film sería no sería sobresaliente (digo sobresaliente y no excelente) si no fuera por las propias circunstancias en las que se desarrolla la trama. En otras palabras: La misma historia, contada desde el punto de vista del típico investigador y al que le sucediera exactamente lo mismo que le sucede al investigador en Buried, sería un topicazo.

Y es que algunos de los giros de guión son algo tramposos y enseñan las cañerías de la trama. Nada que moleste. Y tiene algo de discurso ético que tampoco consigue abstraerte demasiado de la trama (cosa que me parece buena). No se excede con la moralina.

Creo que Buried es lo que promete. Un film muy entretenido, potente y emocionante. A ratos claustrofóbico y a otros capaz de emocionar. Sin demasiadas pretensiones pero haciendo una apuesta arriesgada. Y, sin duda, de lo mejorcito que ahora podemos ver en los cines.

«Origen» de Christopher Nolan

Christopher Nolan suele introducirnos en un cosmos oscuro, con toques siniestros, a la vez que los acompaña de espectaculares e imposibles movimientos de cámara que nos transportan casi inevitablemente a un mundo imposible. Allí donde las coordenadas que rigen nuestro mundo tienden a cruzarse enmarañadamente hasta tener más proximidad a nuestros sueños que a la realidad que estos usan como combustible para crear sus realidades paralelas.

En Origen (Inception), Nolan deja de enmascarar ese mundo detrás de un personaje de cómic y nos muestra directamente ese mundo que tantas veces había recreado (ya sea en forma de sueño, ya sea, las más, en forma de pesadilla). Y lo hace con cierta destreza.origen

Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es un ladrón con una curiosa técnica. Es capaz de entrar en la mente de la gente mientras duerme, de manera que, sin ser conscientes, sus víctimas explican sus secretos más valiosos. Pero a Dom lo contratan para hacer justo lo contrario: introducir una idea en la mente de alguien sin que este sea consciente de ello a cambio de recuperar a sus hijos, de los que tuvo que separarse por motivos algo oscuros.

Aunque se perfilan algunas reflexiones interesantes (como el libre albedrío) no es una película que se preocupe demasiado de su vertiente más filosófica. Más bien, se aprovecha de esta para la dramatización y para llevar las situaciones aún más al límite.

Chritopher Nolan, en Origen, no hace más que ser fiel a su particular estilo de hacer cine: historia que evita los convencionalismos en su estructura y, cómo no, sus referencias unas veces más explícitas que otras, a nuestro inconsciente. Por ejemplo, en Batman origen, no parece casual, vista con perspectiva su carrera, que el malvado del film sea un espantapájaros, uno de los más conocidos arquetipos jungnianos.

En este caso, la exploración es mucho más profunda. Y juega con la herramienta narrativa más interesante que le daba el sueño. Los sueños son cortas fases de cuando dormimos de apenas unos minutos de duración y que, en cambio, nosotros percibimos que duran mucho más. Eso, sumado a los diferentes grados de profundidad psicológica bien traídos a su terreno, le da unas posibilidades enormes.

Por último, añadiría sin entrar en detalles, las mezclas que en los sueños se produce entre la «realidad» del sueño y la «realidad» real como cuando soñamos que caemos de un precipio y, en realidad, nos hemos caído de la cama.

Todo este cocktel viene acompañado de una plantilla de actores de un nivel muy alto: Leonardo DiCaprio, Marion Cotillard, Cillian Murphy,  Michael Caine… Al único que no acabo de ver en su papel es a Joseph Gordon-Levitt, el protagonista de 500 días juntos.

Visualmente es espectacular. El hecho de que se trate de sueños le da una libertad creativa sin límites y que Christopher Nolan aprovecha. Tiene ese punto algo barroco de El señor de los anillos en una historia contemporánea que no se ahorra algún homenaje, como un descenso de esquiadores al más puro estilo James Bond.

Si no la has visto, no te recomiendo que sigas. Eso sí, cuando lo hayas hecho, ¡vuelve a acabarlo!

Respecto a los sueños, me gustaría concretar algunos aspectos redundando en cosas que antes he comentado. El juego entre realidad y sueño le da a Origen muchas posibilidades. Yo destacaría 3:

Cuando vimos Lost, nos hicieron disfrutar con un elegante juego entre los flash backs y los flash forwards para acabar descubriéndonos lo que se ha popularizado como flash sideway. Los flash sideways consisten en mostrar dos historias que están sucediendo simultáneamente para los mismos personajes. Lo que nos pareció entonces una novedad, resulta que ahora también lo explora Origen.

Pero yo diría que estos flash sideways son, incluso, más interesantes que los de Lost porque, como si tuvieran vasos comunicantes, interactúan entre ellos. Y ahí reside su fuerza. Aquello que sucede en un estadio superior de conciencia afecta irremediablemente a los estados inferiores. Para redondearlo, cada una de estas realidades paralelas requieren también de un final que será simultáneo para cada una de las tramas que se abren. De tal manera que el clímax, necesariamente, ha de llegar en el mismo momento a todas.

Por último, destacaría un hecho más que interesante. En principio, contar una historia significa contar una serie de hechos ligados entre ellos de forma causal. Es decir, aquello que estamos viendo en un momento dado del film se produce a causa de lo que hemos visto inmediatamente antes estableciendo una relación de causa-efecto hasta que llegamos al final.

Pero en Origen estamos en el mundo de los sueños, donde todo es posible. Cada sueño es como una nueva película, con su principio este no causado. Y donde las cosas más inverosímiles (como situaciones agravitacionales o donde la muerte no implica más que subir a un estado superior) pueden producirse. Eso le permite a Nolan justificar ciertas incongruencias por el camino sin que las visagras de la narración rechinen.

Y más importante que eso: convierte el Deus ex machina en causal. Un Deus ex machina es algo que sucede en una narración sin justificarse. No deberían usarse nunca porque suelen utilizarse para «salvar» al héroe cuando está en una situación de la que él sólo no podría salir. ¿Qué interés tendría una película en la que supiéramos que, en un caso extremo, el héroe podría llamar a una corte de ángeles para que le sacaran del atoyadero?

Lo curioso es que en Origen eso sí está permitido. De repente el Deus ex machina está causado por el mundo en el que nos hemos introducido. Es un Deus ex machina causal. Te preguntarás por qué a este freaky le preocupa tanto que las cosas puedan pasar porque sí. Pues sencillamente porque, conforme nos acostumbramos a que las cosas no requieran de una explicación previa, estamos aumentando drásticamente las posibilidades narrativas de nuestras historias.

Algunos (la mayoría) han intentado romperlas pero con poco oficio. Es un deporte de riesgo. La crítica puede destrozarte y el público salir de sala sin haber entendido nada de lo que trataban de contarle. Pero Nolan lo hace con un gran acierto consciente de hasta dónde puede llevar esta potente herramienta narrativa.

Para acabar, destacaría el plano final donde, con sutileza, se juega con una dualidad que ha acompañado toda la película. Al dejar la peonza danzando sin que caiga rendida sobre la mesa, no podemos evitar preguntarnos aquello que ya se formuló en Matrix o Paul Watzlawick hace años en su famoso libro ¿Es real la realidad?


En definitiva, Origen es una de esas pocas películas de acción y trepidantes que merece la pena ir a ver al cine. Su potencia visual sólo es alcanzada por su muy buena narración y por unos personajes muy bien trabajados. Una pieza para dejarse llevar.

Ingrid

Casi sin darnos cuenta, las redes sociales online están afectando de una manera o de otra las creaciones audiovisuales. Y la nueva película de Eduard Cortés es un ejemplo de ello. Basado (imagino que sutilmente) en una relación real del propio director y una chica que conoció por la red, casi todos los creadores (guionista, actores, música) proceden de la red.

De todas maneras, ver la película no requiere para nada conocer ni comprender las redes sociales. Una cosa es que el talento y la inspiración hayan surgido de la red y otra muy distinta que sea un producto freaky sólo para usuarios myspace. Decisión que considero un acierto.

En esencia, cuenta la historia de Àlex, un hombre de mediana edad recién separado que descubre en una joven vecina una chica tan misteriosa como atractiva. Tonteando con el sadomasoquismo y las conductas autodestructivas, Àlex se verá abocado a un mundo perverso y enigmático.

He de reconocer que los primeros minutos me fascinaron. Me entusiasmó la fotografía, el montaje y la propuesta narrativa de la película. Ingrid se convierte justo en aquello que pretende el guion; tan seductora como temible.

Eduard Farelo está magnífico y la amiga de Ingrid (creo que la actriz es Iris Salmerón) también. No siento lo mismo respecto a Elena Serrano, la protagonista. Por un lado, tiene una capacidad enorme de expresar con las facciones y con el cuerpo. Pero el texto lo decía vacío, sin carga dramática. Como un autómata.

Me gustaría poner el acento en lo positivo; es un tipo de cine que nunca (o casi nunca) hemos podido ver en nuestro país. Hay detrás una asunción de riesgos que creo que hay que premiar. La propuesta es muy interesante. Estéticamente los resultados son magníficos.

Los problemas graves, y siento decirlo, están en el guion. Sencillamente no se sostiene en su propio discurrir. Así como los primeros minutos te enganchan en un producto que parece superar de largo la media nacional, acaba en una trama con la que es difícil acabar identificándose.

Así que antes de empezar a soltar spoilers, diría que el film hace una propuesta visual muy interesante pero con un guion paupérrimo. Y hasta aquí si no quieres leer nada del argumento del film.

La presentación de los personajes es muy buena. El primer acto es a cada minuto más cautivador, más interesante. Incluso algunos aspectos del diseño del personaje de Ingrid son muy acertados; esos amigos siempre presentes que utilizan su casa como fuente de inspiración, la carga dramática que adquieren las puertas o el desfile sádico que prepara en su propia casa.

Los problemas empiezan a llegar cuando el primer acto llega a su fin. Cuando, siguiendo a Ingrid sonámbula llega a una casa donde hay 3 hombres muy serios sentados en una silla. Es tan tópico y tan premoniotorio que la película o acababa sin explicación o lo hacía con una justificación absurda, que la tensión cae en picado.

El segundo acto, más allá de conseguir aumentar la tensión, Ingrid va cayendo. Irremisiblemente, la historia se estanca. Bascula en unas idas y venidas que no acaban de tener mucho que ver con el propio interés que nosotros, como espectadores, tenemos. Al fin y al cabo, como espectador, lo que me motiva es la relación entre Àlex e Ingrid. El problema es que Àlex asiste casi exclusivamente como espectador a toda la sordidez incomprensible de Ingrid.

Con este Àlex semidistanciado de la realidad de su atractiva vecina, como espectadores nos vemos obligados a esperar irremediablemente la llegada del tercer acto. Pero cuando este llega, como espectador estaba ya algo cansado. El olfato ya me anunciaba que todo quedaría sin explicación, sin por qués.

Àlex llega un punto en el que ignora tanto a Ingrid que la deja volver sola a la casa de campo. Por lo que, en el clímax, Àlex no está presente. Toda su acción en el desenlace es recibir una llamada. Demasiado pobre para un personaje tan importante.

El hecho es que, poco a poco, el guion nos arrastra a distanciarnos de Ingrid, a dejar de interesarnos por su submundo incomprensible. Es decir, hacemos lo mismo que su protagonista; tomar distancia de algo que nos produce dolor.

Llegado este punto y después de haber insistido en los errores que empobrecen el guion, no me gustaría acabar con un mensaje negativo porque creo que es injusto. Hacer cine no es fácil. Tenemos un serio problema de falta de tradición de ciertos tipos de cine más arriesgados.

Ingrid entra en esta línea. Han asumido el riesgo de hacer algo que quizás costara entender. Incluso he leído que les costó lograr un acuerdo de distribución.

Así, a pesar de lo fallido del guion, creo que Ingrid está en la buena dirección; una buena propuesta con una propuesta escénica muy bella y con una plantilla interpretativa más que solvente.

LA CINTA BLANCA

La cinta blanca nos sitúa en el periodo previo a la Gran Guerra, en la década de los 10 del siglo pasado en un tranquilo pueblo del interior de Alemania. Sin causa aparente, empiezan a sucederse una serie de asesinatos y torturas. El terror empezará a atenazar a los habitantes sin que sean capaces de encontrar al culpable.

Dirigida por Michael Haneke, de origen alemán, la película intenta ser una metáfora sutil sobre los orígenes del nazismo que sólo 20 años más tarde llevaría a Hitler al gobierno. Los personajes no son más que una representación en pequeña escala de las relaciones que se establecían en la Alemania de principios del s. XX.

Creo que Haneke acierta en casi todas las decisiones que toma. Un conmedido guión, una fotografía en blanco y negro que transporta inevitablemente a la época, un casting más que acertado y el ritmo más adecuado para contar un drama de estas características. Es evidente que el director y guionista ha tenido muy en cuenta los detalles de la época documentándose, al menos en lo visual, para elaborar la trama.

Siempre intento que antes de explicar spoilers haya buena parte de la crítica. En este caso, La cinta blanca me parece tan interesante que prefiero aprovechar todo el espacio que viene a continuación para elaborar un discurso que entre en detalles. Así, si no lo has visto, te recomiendo no seguir leyendo y que vayas corriendo a verla. Eso sí, cuando lo hayas hecho, acuérdate de volver a pasarte por aquí.

Entrando en detalle, me encanta cómo están perfilados los personajes, tanto en lo que se refiere a su construcción narrativa como desde la creación en común con el actor en la fase de la dirección interpretativa, pasando por el momento de seleccionar a los actores.

Quizás cabría destacar la capacidad que Haneke ha tenido para dar dimensiones a los personajes en una película esencialmente coral. Ha sabido cómo transmitir que los personajes no son buenos o malos, sin caer en simplificaciones maniqueas. Para ello ha tenido la inteligencia de incluir detalles que atemperan, para bien y para mal, el diseño de los personajes.

Valga como muestra el pájaro del reverendo. El hecho de que acepte que su hijo se quede con el pájaro le hace ganar en densidad. Además, aprovecha nuestro prejuicio contra él haciéndonos creer que va a negarse. En cambio, su decisión nos sorprende y hace que descubramos una nueva forma de analizar el personaje.

También el caso del médico es paradigmático. Nada más empezar la película sufre un accidente, lo cual ya nos lleva a sentir ciertas simpatías por él. En la escena en la que reaparece, nos parece un padre preocupado por sus hijos. Además se trata del médico, persona a la que se le presupone que ayuda a la gente. Y, de hecho, lo hace. Eso entra en contraste con el trato que luego hace de la amante en una de las escenas más crudas que recuerdo. Y, claro, con los abusos a su hija.

Por otro lado, los personajes de La cinta blanca con menos peso dentro de la historia también permanecen con una cierta tridimensionalidad. Y, sobre todo, están muy bien dirigidos. Me encantaría destacar el trabajo de Leonie Benesch, la prometida del maestro. Una actriz que casi es su primera película (de hecho, la primera con un papel relevante y la segunda según el IMDB) consigue, en cambio, transmitir una especie de ingenuidad esperanzada.

Por último, me parece un gran reto (y no es la primera vez que lo destaco) trabajar con niños. En este caso, los niños tienen un gran protagonismo, lo que hace que sea crítico. Además, no se trataba de encontrar 1 o 2 niños sino una legión de estos. Y, por si esto no era poco, 1 de ellos con síndrome de Down, con el agravante añadido de que tiene escenas de una enorme carga dramática.

Pero si hay algo que destaca sobre el resto es la fotografía. Haneke ha dedicido con gran acierto transportarnos con las imágenes al cine de la época. No hay que olvidar la importante aportación que el arte alemán tuvo en la creación del nazismo. Cuanto menos, parece que hay referencias a una expresión del movimiento protonazi.

No se escapa ni la música y la pintura románticas, como expresión de un cierto sentido de la identidad. Y el cine también hizo su aportación con el expresionismo (y algunos experimentos futuristas) a pesar de que, al menos  sus representantes más relevantes, acabaron teniendo que huir cuando el partido nazi tomó el poder.

Uno de los grandes representantes de esa expresión artística que acabaría por tomar significación ideológica es la película de Robert Wiene El gabinete del Doctor Caligari de 1920. De hecho, se trata de la que está considerada como la primera película expresionista. En esta película, una persona es manipulada por su psicólogo, hecho que se interpretó como la expresión de la necesidad del pueblo alemán de ser dirigido por un gran líder.

Sea o no sea una visión acertada, creo que La cinta blanca se enmarca en esta línea de sutileza. Por ello, Haneke busca esta estética que recuerda (aunque modernizada) a la de aquella época. El blanco/negro, con una iluminación muy contrastada, recuerda no sólo al cine alemán, sino al cine nórdico que habla sobre el bien y el mal. En especial, son evidentes las referencias a Dreyer.

Solemos, de forma natural, asociar el blanco al bien y el negro al mal. En cambio, hay una línea de tradición en el norte de nuestro continente de hacer una contrasignificación de colores. El negro se convierte en un color que casi nos protege, al que ampararnos y donde cobijarnos de un blanco que nos deslumbra, que nos duele en los ojos, que nos amenaza a cada segundo que aparece.

En este caso es aún más adecuado, ya que el nazismo asoció al blaco la pureza de la raza aria. Por eso, los personajes más terribles tienen en el blanco un elemento importante de su significancia; el duque, el médico, el reverendo (cuando la situación lo permitía, obviamente) y, claro, esa cinta blanca que representa la castración emocional (en algún momento casi literal cuando impide las masturbaciones del niño) causante de la futura revolución que acabaría en la II Guerra Mundial.

Añadiría que hay 2 escenas de La cinta blanca donde el blanco nos desborda, nos amenaza. En la primera es un paisaje nevado. Se produce después de uno de los hechos terribles (ahora no recuerdo cuál). El otro, cuando se narra el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria que desencadenaría la Gran Guerra.

Son constantes, para reforzar esa sensación de deja vu las panorámicas (que predominan sobre los travellings), los planos secuencia, las iluminaciones contrapicadas y los planos frontales que pueden llegar a recordar, sumándolo al uso de la dialéctica blanco/negro, a la mítica La pasión de Juana de Arco o La palabra, las dos de Dreyer. Y, de hecho, a toda una tradición audiovisual.

El guión es otro de los elementos que destacan. Creo que los diálogos están acertadísimos. Aportan una cadencia que encaja a la perfección con el ritmo del montaje. Además, ayudan mucho a los actores a hacer su trabajo.

Por otro lado, está muy bien construído el colorido que aporta la gama de personajes. Creo que Michael Haneke ha sabido encontrar el número adecuado de personajes para que toda la estratificación social que el film intenta reflejar están presente. En especial aquellas personas que tenían tanta importancia en la jerarquía de un pueblo; el duque, el cura, el maestro y el médico, además de una gran gama de personajes populares.

Por último, y en armonía con la sutileza de la que he estado hablando, el guión rezuma la represión y el miedo a Dios (cabría para otro post la relación que establece el film entre fe/Dios/miedo, muy en sintonía con el cine del que hemos estado hablando). También con sutileza, con delicadeza y con cuidado de no caer en un discurso excesivamente plano. Pero sí haciendo un entorno feroz, que te araña a cada mal paso que das.

En definitiva, creo que es uno de los films más completos que he tenido la oportunidad de ver en mis últimas visitas a la sala de cine. Por supuesto, espero vuestras opiniones del film.

IN THE LOOP

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El Secretario de Estado británico para el desarrollo internacional, Simon Foster, está en contra de su país y Estados Unidos  hagan una alianza con el fin de atacar a un país de oriente medio. Sin quererlo, hace unas declaraciones que se interpretan como favorables, cosa que agrada al primer ministro británico y al presidente de USA. Así, unos y otros, harán todo lo posible por aprovechar esta posibilidad que les ha abierto.

No llevaba ni un minuto de película que In the loop me transportó a aquellos magníficos thrillers políticos de Otto Preminger.  Con un ritmo trepidante te lleva a una crisis política de las de verdad, donde hay en juego muchas cosas. Donde los intereses de muchos confluyen y chocan con tal virulencia que te salpican en la cara. Donde no siempre queda claro qué postura es la más adecuada.in-the-loop-movie

No recuerdo en los últimos años más que un film con ciertos aires similares; Spy Games y, eso sí, una gran serie; El ala oeste de la Casa Blanca. Son películas donde la tensión se vehicula a través de un diálogo sagaz y rápido. Donde se trata al espectador como una persona adulta capaz de ir más allá de los diálogos sacando conclusiones no necesariamente obvias.

Pero todo ello viene acompañado de un sentido del humor mordaz, que da dentelladas de tiburón a la política globalizada que, unas veces gozamos y otras nos somete. El público se ríe, disfruta viendo a unos políticos que, más allá de estar caricaturizados, resultan cómicos por lo creíble de su descripción.

El director, Armando Iannucci es un desconocido en nuestro país, aunque toda una celebridad en el Reino Unido. Por eso vale la pena dar algunos detalles de su forma de trabajar. El gran reto que se propone el director es que los actores aporten a la obra gran parte de su talento. Para ello casi les exige la inclusión de morcillas (frases improvisadas) e, incluso, propone réplicas a un actor sin avisar a su partener del cambio, de manera que el segundo queda sorprendido y no tiene más remedio que buscar una respuesta adecuada al personaje.

Todo ello, que al principio parece impresionar a los intérpretes, ha dotado a la narración de una velocidad y un verismo muy difíciles de ver en la gran pantalla. Iannucci ha conseguido que sus actores y actrices (James Gandolfini, el protagonista de Los Soprano, Peter Capaldi, haciendo las veces de un malhablado asesor presidencial, Mimi Kennedy o Anna Chlumsky, la niña de aquellos enormes ojos verdes de Mi chica ahora ya con casi 30 años, entre muchos otros) hagan un trabajo excelente.

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In the loop es, por tanto, una película ante todo de actores. Por ello, os recomiendo que vayáis a verla en versión original o perderéis buena parte de la esencia de su trabajo. Ya expliqué los por qués de esta decisión. Aunque es cierto que, si no entiendes el idioma, hablan muy rápido y, en varios momentos de la película, se pisan. Los subtítulos corren y hay que estar muy atento.

Aunque la historia tiene inspiración evidente en el inicio de la guerra de Irak, no habla de ninguna guerra en concreto y tampoco hace aparecer los presidentes ni habla de su partido político. De manera que nadie puede sentirse ofendido por lo que está viendo a la vez que los critica a todos. Ese es, para mi, uno de los mayores aciertos del film.

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En definitiva, In the loop es una de las mejores opciones, más inteligentes y divertidas de cuantas hay en nuestras salas. No dejéis pasar la oportunidad de verla u os arrepentiréis con el tiempo.

MILLENIUM I LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES

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Los hombres que no amaban a las mujeres es la historia de un periodista en horas bajas y una hacker de pasado difícil, que investigan un asesinato cometido 40 años antes.

Se ha hablado mucho de esta película y del libro en el que está basada. Antes de verla tuve el libro en las manos y me pregunté si leerlo o ver directamente la película. Es cierto que, precisamente por la presión a leerlo, he sido algo reticente a hacerlo. Al final, dejé el libro en su estantería y fui al cine. Y me alegro.

Soy un apasionado del poco cine nórdico que nos llega y este es, probablemente, uno de los peores films suecos que he podido ver. Después de la emoción con películas como Déjame entrar o, de la película del danés Lars Von Trier Anticristo, está ha sido una experiencia más bien justita.

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Para empezar, creo que a la película le sobra mucho metraje. Me parece evidente que, a la hora de adaptar el guión, no se han atrevido a recortar todo aquello que es innecesario. Asumo que la gente que adapta libros tiene un prejuicio colectivo en contra. Es típico oir a la gente comentar; «Estaba mejor el libro. Profundizaba más», sin que entiendan que la literatura y el cine usan lenguajes diferentes. Yo creo que los guionistas han tenido miedo de eliminar escenas del libro después de su éxito. Y eso juega en contra del film.

En muchos momentos la historia resulta previsible, y en algunos casos con diferencia de horas literalmente entre la intuición y la constatación. En la investigación hay momentos en los que se sostiene sobre cosas absurdas que rozan lo ridículo. Y es aquí donde me he alegrado de no haber leído el libro porque intuyo que estas deficiencias provienen de él.

En algo en lo que brilla la película es en el casting y en arte porque creo que todos los personajes y ambientes transmiten muy bien aquello que se supone han de transmitir. Destaca, sin duda, Noomi Rapace. Aunque hay que reconocer que es relativamente fácil por lo extremo de su personaje, transmite una especie de atractivo helado que encaja a la perfección con el personaje.

Eso no libra de graves cambios en los personajes que son incomprensibles. No puede ser, por ejemplo, tal y como se desarrolla la película, el final que tiene el personaje de Noomi Rapace (tranquilos, que no entraré en detalles). Pero ese es un problema de guión, no de casting ni de arte.

Personalmente, es una película que no recomiendo, aunque comprendo que la película es un fenómeno social y tiene un cierto interés.

Cortometraje, el aroma del café

La vida da muchas vueltas y, como se atribuye a algunos obispos de dudosa moral, «los caminos del señor son inescrutables». Todo esto viene a que, cuando me metí en esto de la imagen es porque adoraba, y sigo haciéndolo, el cine.

Hace mucho (demasiado) tiempo que no hago ningún corto y ha llegado el momento de utilizar mi (escaso) tiempo libre para realizar una idea en la que estoy trabajando desde hace ya algunos meses junto con un buen amigo, que es un fuera de serie de la fotografía y que he conocido en el XISC, un cineclub del que los dos somos activos (él más que yo) socios.sara-esther

Es una especie de thriller costumbrista, en el que dos hermanas escapan del marido de una de ellas. Durará unos 12 minutos, un tiempo estandar dentro del sector. Para ello cuento con dos jóvenes actrices pero con mucho talento; Sara y Esther.

Los primeros ensayos y encuentros ya se han producido. Esto siempre es una sorpresa. Hasta que no juntas al equipo es difícil intuir si el trabajo conjunto funcionará o no. Y en este caso, las cosas están siendo tremendamente fáciles. Sí amigos, hay química entre las dos protagonistas. Y eso es una gozada.

Ya tenemos fijadas las fechas de rodaje pero, aún así, no me atrevo a decir para cuándo estará terminado.  Lo que sí que prometo es que os tendré informados.