Internet, el camino del nuevo cine indi

Se conoce como cine indi al conjunto de películas que quedan fuera del sistema de producción tradicional. Es un concepto algo vago, porque a los autores que acaban por convencer a los espectadores son acogidos por la industria con gran parte de sus valores.hollywood

Si echamos una mirada atrás veremos que, incluso lo que hoy consideramos industria, en su día, tuvo que huir de New York a Los Ángeles por culpa de Thomas A. Edison y la guerra de patentes. Eran los repudiados, pero acabaron por montar un negocio al que todo el mundo quería subirse después.

Eso es lo que casi siempre ha pasado con los nuevos talentos que han surgido en los márgenes de la carretera de lo comercial. El último episodio se centra en los 90’s cuando, un número importante de talentosos directores y pequeñas productoras, se lanzaron al ruedo buscando a un espectador más exigente que el Hollywoodiense. Y encontraron a tantos, que las propias grandes majors acabaron por absorverlas y crear sus propias divisiones de cine indi. Eso, claro, acabó por matar el movimiento y, hoy por hoy, la mayoría de esas divisiones están en quiebra o han cerrado.

A todo ello se junta la enorme crisis económica en la que se ha sumido el cine. A cada año que pasa se pierden espectadores. Es algo inherente a la propia industria porque viene muy de lejos. Internet no ha hecho más que acelerar un proceso ya iniciado. Pero no es la primera vez que esto pasa. Durante los 70’s el cine estaba en un ciclo parecido a este. Y la solución vino de la mano de nuevos creadores como Coppola, Scorsese, Lucas o Spielberg.blank

Así, por tanto, justo lo que nos mantiene en esta crisis, la aversión al riesgo, es la actitud que está provocando en la propia industria. Un pez que se muerde la cola. Y, para colmo, el cine de autor, vía de entrada de nuevo talento, ha quedado huérfano de capital.

Mientras la industria explora la nueva vía de ingresos por el 3D, el cine independiente puede abrirse una vía por internet, haciendo uso de las vías de distribución que esta tecnología ofrece. Pero para eso siempre hace falta que algún descerebrado lo intente. En España ya  hemos tenido un ejemplo como Jaime Rosales y su Tiro en la cabeza. Pero una propuesta aún más atrevida es la de Blank, donde el director ha apostado directamente por el P2P. Y, eso sí, como ya hizo Radiohead, con mucho éxito, es dar la opción de realizar donaciones.

Partiendo de la base de que el coste de hacer una película hoy tiende a cero cuando, históricamente, era un proceso carísimo, me parece que es una gran opción para empezar una carrera profesional. A partir de ahí, el talento y los intereses del público harán el resto. Como siempre, llegará la industria para tomar prestadas todas las ideas y, por qué no, vías de monetización que los nuevos creadores innoven.

Las cosas se han puesto duras para los productores, distribuidores y, sobre todo, exhibidores cinematográficos. No sé quién se quedará en el camino o cuánto pueden llegar a recortarse las nóminas de los actores y actrices. Ni siquiera si lo que saldrá de aquí podrá seguir llamándose cine. Pero la demanda de ficción de calidad seguirá. Y eso deja hueco a los talentosos que, de una forma o de otra, se abrirán camino. Seguro.