Este fin de semana pasado, el PP desembarcó en Barcelona. Hacía pocos días que el Rajoy había anunciado que tenía un plan para frenar el soberanismo. El espectáculo de dos días que nos ofrecieron los políticos de su partido dibujan un horizonte claro: buscan el cuerpo a cuerpo.
Entre otras cosas, Montoro ha anunciado que, finalmente, no presentará las balanzas fiscales de las comunidades autónomas. No olvidemos que el gobierno español se comprometió en sede parlamentaria a presentar esos números. No lo hizo en el mismo momento porque, según el presidente Zapatero, los números eran casi idénticos a los ya publicados de 2005. Eso implica 16 mil millones de déficit fiscal durante, al menos, 3 años más. Es decir, justamente lo que publica de forma periódica la Generalitat.
Montoro hubiera podido decir que eso lo dijo el gobierno de Zapatero y que no es su compromiso. Pero la realidad es que él también anunció que las publicaría a finales de 2013. Luego dijo que se retrasaría. Finalmente que estaban casi acabadas. Y ahora dice que no y que la causa es que sería utilizado de forma irresponsable por parte de los independentistas.
A cambio publicarán unas Cuentas Públicas Regionalizadas sin explicar en qué consisten. Como hoy explican en La Vanguardia Lopez- Casasnovas (consejero del Banco de España) y Joan Rosselló países como Australia, EEUU, México, Bélgica o Canadá han utilizado el método de las balanzas para analizar sus flujos económicos. Eso al ministro no le sirve. Tiene que inventarse un método.
Como ha publicado Germà Bel, esto no hará que los catalanistas se olviden del asunto y lo consideren una prueba de que están equivocados. No sólo eso. Genera, entre otras cosas, que el poco proclive a aventuras empresariado catalán salga exigiendo su publicación.
Más bien hacemos la lectura contraria; que la publicación de las balanzas sería un escándalo. Ni siquiera en la mejor de sus versiones para las posiciones del ministro es aceptable. Y hoy nos lo confirma Ángel de la Fuente, que es a quien el ministro ha encargado la elaboración de la nueva metodología.
Este giro sólo puede sustentarse sobre la prepotencia y la jerarquía. Como un padre cuando le dice a su hijo antes de cenar «no te voy a dar un caramelo».
Por supuesto, el mal uso que haríamos los catalanes se debe a que no tiene sentido hablar de las balanzas porque «los impuestos los pagan los ciudadanos, no los territorios». Supongo que es irrelevante que las carreteras se hagan sobre el territorio.
Hoy Ciutadans pedía que se publicaran las balanzas. Y también las balanzas comerciales. Como el flujo comercial es positivo para Catalunya creen que eso nos convencerá de que nos sale a cuenta ser «solidarios» porque luego ese dinero sirve para que nos compren. Es un argumento que el PP ha utilizado a menudo.
Pediré al Zara que me regale 1000€ y me comprometeré a gastarlo en su tienda. A ver qué piensa Amancio Ortega del asunto. Seguro que está muy interesado. Y que no se nos escape un detalle. Si las balanzas no se deberían tener en cuenta porque «los impuestos los pagan los ciudadanos y no los territorios», ¿no deberíamos olvidar las balanzas comerciales? Al fin y al cabo, los territorios tampoco venden.
Las instituciones españolas deberían pensar muy bien el camino que están tomando. Cada vez queda menos tiempo para que hagan un gesto y cada vez el descrédito mayor, por lo que el gesto también deberá ganar en tamaño. No duden que, después de este fin de semana, el secesionismo ha ganado en masa. Señor Montoro, siga usted alimentándolo.