Casi desde la misma celebración de las elecciones autonómicas catalanas, la rumorología ha apuntado a que CiU podría estar sufriendo un enorme desgaste. Por un lado, parece bailar al compás de ERC y dicen que la gente prefiere al «original». También CiU y Artur Mas están trasmitiendo un derrotismo que lleva a la gente a desapuntarse de una opción que no se percibe ganadora.
Lo sorprendente ha sido cuando alguien se ha atrevido a publicar los datos en forma de encuesta que luego el CEO ha confirmado. ERC sería la fuerza mayoritaria. Junqueras está haciendo un buen trabajo, eso es evidente. Pero que se giren las tornas tanto como para un cambio de este calibre llama la atención.
No puedo evitar pensar en aquellos que se burlaban de Artur Mas tras las elecciones y le decían que no había leído bien lo que decía la calle y añadían que el secesionismo había fracasado. Estos resultados no hacen más que consolidar que el camino a la consulta es imparable. Diga lo que diga la ley. ¿Cómo lo pararán? ¿Suspendiendo la autonomía? ¿Metiendo en la cárel a Mas por sedicioso? ¿Enviarán los tanques? ¿De verdad nos regalarán un error de ese calibre?
De todas maneras, no lo puedo confirmar pero, hasta donde yo sé, es cierto que ese tipo de estupideces ya sólo se dicen para el populacho. Las altas esferas de poder de Madrid parece ser que están preocupadas. Y además saben que una España sin Catalunya no es económicamente viable. Y que por mucho que sea el único país europeo que se niega sistemáticamente a reconocer todas las independencias que se producen en el mundo, la cosa no estaría tan clara a su favor como podría parecer.
Por otro lado, y tímidamente, ya empiezan a publicarse propuestas muy inteligentes para dificultar el proceso. Algunos están estudiando hacer un referendum con tres opciones. Ya le colaron una así a Jordi Hereu cuando era alcalde de Barcelona. Y así le fue. Algunos, desde Catalunya, parece que estarían dispuestos a apoyar una propuesta así. Lo que me pregunto es si los catalanes nos meteremos un autogol histórico (otro más) de este calibre.
Es verdad que la situación es muy difícil para Artur Mas. Necesita colaborar con Junqueras porque, como se desmarque, las acusaciones de que no quiere llegar hasta el final se corroborarán. Este tren va muy rápido y bajarse en marcha es muy peligroso. ¿Y continuar? ¿Qué costes tiene?
Yo tengo dudas. Muchas. Los datos arrojan unas cifras muy malas para CiU. Desde luego, Artur Mas ha de preocuparse. Pero yo no tengo claro que Junqueras pueda dormir convencido de que será el futuro presidente. En primer lugar, los movimientos estadísticos tan rápidos me generan una gran desconfianza. ERC recibiría algo más de 1 de cada 4 votantes de CiU en las elecciones anteriores. ¿En sólo 6 meses? Y estas estadísticas pierden fiabilidad con cambios así porque obliga a que se «cocinen» mucho.
En sengundo lugar, cuando preguntan a los votantes de ERC qué opinión les merece la gestión del gobierno y, sobre todo, qué opinan de Artur Mas, el apoyo es anormalmente alto. Lo que a mi me sugiere este resultado (y esto no es nada científico) es que muchos votantes de CiU se van a ERC como garantía de que se consuma el proceso y que si Mas cumple su palabra, muchos de ellos volverán.
De todas formas, quizás lo que estamos viviendo es un vuelco histórico. Pero no respecto a CiU sino respecto a la estructura del voto. La historia tiene mucho más peso en el presente de lo que nos pueda parecer. Quizás la anormalidad histórica haya sido la residualidad de ERC durante 40 años de democracia cuando en la república había sido el partido transversal. Quizás esa sea la función histórica de Junqueras, devolver a ERC a su sitio natural.
Esto hará (y está haciendo) daño a Mas, pero a quien creo que más le afecta es a PSC. Al fin y al cabo, Catalunya independiente o no, necesitará una referencia conservadora donde CiU puede instalarse sin mucha competencia. Pero si ERC se hace con el centro izquierda moderado, ¿qué lugar le queda al PSC? Y, aunque no es el tema de este post, debo reconocer que me sorprendió un poco el tono de El Periódico respecto a la encuesta que publicó. Es evidente que hace daño a CiU. Pero, ¿será también un giño a ERC? ¿Estará descontando que el PSC se queda fuera de juego?
Sea como fuere, lo que no se mueve ni un milímetro son las respuestas respecto a la independencia. La centralidad política se mantiene en el derecho a decidir y en que se celebre una consulta (incluso los datos podrían considerarse altos en partidos del no). Eso sí, la esquizofrenia catalana se mantiene. De entre todas las opciones sobre el futuro de Catalunya, la mayoritaria es la independencia, pero la suma de preferencias por ser una región, una autonomía y un estado federal gana. Respecto a si estaríamos de acuerdo en que Catalunya fuera un estado independiente, arrasa (literalmente) la independencia. Y, finalmente, si creemos que la gente votará sí o no, empate técnico. Por cierto, para los que teman por la lengua española en una Catalunya independiente, gana por goleada una cooficialidad con el catalán, también entre los independentistas.