Teatro: «Tot queda en família»

Hace unos meses (un montón ya) os anuncié que iba a dirigir a un grupo de teatro amateur en Sant Iscle de Vallalta. Y, después de unos pocos meses, llega el momento de la verdad.

Estrenamos este fin de semana. Bien, de hecho, estrenamos y finalizamos porque sólo haremos dos representaciones. La obra se llama «Tot queda en família» (Todo queda en familia) y explica la historia de un tipo con mucho dinero que están a punto de meterlo en la cárcel por estafa. No sé por qué, el tema suena a actual, ¿no?

La cosa es que los retos para mí eran dos;

El primero es que tenía que escribir a contrarreloj una obra de 1 hora y media. Nunca había escrito algo tan largo y mucho menos en clave de humor. Además, descubrí que una cosa que yo consideraba una ventaja se envenenó. Y mucho.

Supuse, equivocadamente, que tener 10 personajes me facilitaría mucho la escritura. Pensé que me sería muy fácil encontrar conflictos y desarrollarlos. Y así fue. Con un pero. Cuando escribes un texto tienes intención de que la historia avance, que no se quede clavada. Pero cuando diriges a un grupo que lo hace por puro placer, has de evitar los «secundarios». El secundario es una herramienta fantástica, pero no es lo que ellos vienen a hacer.

Partiendo de la base de que es imposible no dar a algún personaje algo más de protagonismo, he intentado que todos tuvieran alguna relevancia. Y eso lastra el avance del texto. Una encrucijada que me hizo padecer mucho al escribir. Al final encontré soluciones dentro de la dificultad.

Eso provocó que el texto empezara a buen ritmo pero luego se retrasara porque me atascaba en problemas de estructura (que además eran difíciles de subsanar porque no había tiempo de rehacer lo que ya estaban aprendiendo).

El segundo reto consistía en enfrentarme a dirigir para teatro y no para video/cine. Las coreografías  no se parecen en nada. Y empiezo a notar ahora que sé por dónde aprovechar el espacio escénico que tengo. Ha sido un tema que me ha torturado bastante todo este tiempo.

Así que he podido aprender mucho por el camino. Y eso hubiera sido suficiente, pero no lo mejor. Lo mejor es que el grupo es genial. Me lo he pasado bomba con ellos. Sí, algunas veces no me escuchaban mientras hacían bromas que (encima) yo me perdía porque estaba lejos. Más allá de la broma, nada que no esperaba que sucediera.

En seguida pude sentirme cómodo y eso es muy importante. He visto como iban proponiendo mejoras al guion y cómo lo corregían cambiando, por ejemplo, inflexiones y descubriendo tonos escondidos en el texto y que yo no había percibido.

En todo caso, este viernes hacemos el ensayo general, y sábado y domingo toca reprensentarla. Pero mientras, la gente a trabajado un montón incluso gente que no está dentro del Xiscle; preparando carteles, libretos, atrezzo… Y el escenario en el que trabajaron mucho este fin de semana y mirad cómo ha quedado. Impresionante.

A ver si hay suerte y la gente sale contenta…