En algunos posts anteriores, he comentado que no vivimos en un mundo 3D sino 4D en lo que se conoce como continuo espacio-tiempo. Además, también he explicado que los objetos lanzados a velocidades próximas a las de la luz, el tiempo se dilata y el espacio se contrae.
Si alguno de vosotros no había tenido suficiente con todo lo explicado para sorprenderse, voy a dar otro dato con el que es difícil quedarse indiferente. Dando por explicado lo dicho, lo que deforma el continuo espacio-tiempo es la gravedad. Ahí es nada…
Ya forma parte de nuestra compresión del mundo que, cuando una masa es muy grande, tiene la capacidad de atraer materia. Pero comprender que, además, la deforma, ya no es tan fácil. Pero no hemos de olvidar un elemento importante. Igual que la pobre ameba de la que hablamos no es capaz de comprender un universo 3 dimensiones, para nosotros no es comprensible un universo 4 dimensiones. Y, de igual manera que nos parece obvio que un mundo 2 D puede deformarse dentro de un universo 3D, uno 3D puede hacerlo en un 4D.
Pero, ¿por qué lo deforma? En realidad, una vez aceptamos que, a altas velocidades, el tiempo se dilata y el espacio se contrae, el hecho cierto es que es relativamente fácil aceptar que la gravedad deforma el espacio. Voy a tratar de ser lo más intuitivo posible (y eso, tarde o temprano, acabará implicando que un físico se moleste mucho con lo que escribo ;)).
Imaginad que trabajáis en una de las naves de Battlestar Galactica y, en un esfuerzo sin precedentes, os piden que os acerquéis a una estrella hipermasiva. El gobierno, además de ahorrarse vuestro UVA, quiere consumir el mínimo combustible posible. Así que, os acercaréis a la estrella y os dejaréis llevar por la gravedad de esta.
Si nada os frena, cada vez cogeréis más velocidad. Y esa es la clave de todo. Si ya vimos que, a más velocidad, más deformación del espacio y del tiempo, querrá decir que, conforme os vayáis acercando a la estrella, mayor será la deformación de vuestro espacio-tiempo. Dicho con otras palabras, la gravedad deforma el espacio-tiempo. Y, cuanto más cerca, más lo deforma.
La gravedad es capaz de atraerlo todo. Y cuando digo todo es todo; incluída la luz. Imagina que estás mirando un cielo estrellado precioso en una noche despejada. La luz trata de seguir una trayectoria recta. Pero por el camino se encuentra estrellas muy masivas que desvían su trayectoria.
(imagen de shelios)
Para demostrar que tenía razón, después de publicar en 1915 la teoría de la relatividad general, Einstein tuvo que esperar al siguiente eclipse de sol. La idea era la siguiente. Si la luz de las estrellas se veían desviadas por elementos muy masivos, se verían desviadas por la gravedad del sol. Luego, en un eclipse de sol, las estrellas que deberían quedar tapadas por el astro rey, se verán justo al lado de este.
Todos los físicos esperaron aquel día con mucho interés aunque muchos no daban demasiada credibilidad a lo que Einstein dijo. Pero el 29 de mayo de 1919, el primer eclipse de sol total desde que se publicó la teoría, todos los cosmólogos miraron al cielo para ver si las predicciones eran correctas. Y los astros le dieron la razón.
En 1922 Einstein ganó el premio nobel de física y su teoría quedó ratificada. Y nuestro concepto del universo, del tiempo y del espacio, cambiaron para siempre.