Victus

Sitio-barcelona-11-septiembre-1714

Y descubrir, al fin del último extremo, más allá de Éufrates y Rubicones, sin lloros, oh, grandeza y consuelo de los pocos y pobres, de los débiles y desdichados, que cuanto más oscuro sea nuestro crepúsculo más dichoso será el amanecer de los que están por venir.

El misterio más profundo de la biología

el gen egoísta

La evolución [biológica] de la capacidad de simular parece haber tenido su culminación en el conocimiento subjetivo. Por qué tuvo que suceder esto es, para mí, el misterio más profundo con el que se enfrenta la biología moderna. No hay razones para suponer que las computadoras electrónicas sean conscientes cuando simulan, aún cuando debemos admitir que en el futuro ello puede suceder. Quizá la conciencia surja cuando la simulación cerebral del mundo llega a ser tan compleja que debe incluir un modelo de sí misma.

Obviamente, las extremidades y el cuerpo de una máquina de supervivencia [se refiere al cuerpo de cualquier animal] deben constituir una parte importante de su mundo simulado; presumiblemente por el mismo tipo de razón, la simulación misma puede ser considerada como una parte del mundo destinada a ser simulada. Otro término que exprese esta idea podría ser «conocimiento de si mismo», pero pienso que ésta no es una explicación plenamente satisfactoria de la evolución de la conciencia y ello se debe solamente en parte a que involucra una regresión infinita. Si existe un modelo del modelo, ¿por qué no un modelo del modelo del modelo…?

– Richard Dawkins. «El gen egoísta»