Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

Los personajes según Vogler

(NOTA: Si has aterrizado aquí buscando en un buscador, que sepas que este post es parte de una colección de artículos para aprender a escribir, que puedes encontrar aquí)

No soy un experto en psicología, pero intentaré hacer una pequeña incursión para explicar en qué consisten los arquetipos desde el punto de vista del psicoanálisis con un poco más de detalle.

Como hemos dicho, Carl Jung es, con toda seguridad, el discípulo más importante y conocido de Sigmund Freud. Jung, como su predecesor, hizo del estudio del inconsciente el motor de su análisis. Y llegó a la conclusión de que, de forma inconsciente, hay una serie de “ideas” o “formas de entender las cosas” que son comunes a todo el mundo. Lo llamó inconsciente colectivo. Y a las ideas comunes, arquetipos.

Los arquetipos, en realidad, son ideas son muy abstractas. Quizás te preguntes cómo podemos saber de qué ideas se trata si forman parte del inconsciente. O, lo que es lo mismo, que no son conscientes. Es decir, ¿qué utilidad tiene usarlas si la gente no se va a dar cuenta?

Esa es su fuerza. La gente no será consciente. En cambio, sí moverán los resortes que nos interesen más a nosotros. Además, al tratarse de in- consciente colectivo, es algo de lo que todos participamos, queramos o no. Por lo tanto, al usarlos, nos aseguramos de que todos los espectadores entienden y sienten cosas parecidas.

¿Quieres ejemplos? Sin preguntarte en qué crees, seguro que en navidad te reúnes con la familia. Es una fiesta que toma sus valores de una fiesta cristiana. También hay una época en la que la Iglesia, antes de que llegue la semana santa, nos pide que limitemos nuestra búsqueda de placer. Es la cuaresma. Nosotros, antes de que llegue esa época de escasez de placer, celebramos el carnaval. Nuestra forma de excedernos al máximo antes de que nos limiten la libertad.

¿Cuánta gente sabe esto? Poca… ¡Esa es la fuerza de los clichés! Y de los arquetipos. La gente los “entiende” sin necesidad de conocer su significado profundo. No hace falta que les expliquemos lo que es una “figura cambiante”, o un héroe, como luego veremos porque, sin saberlo, ya lo saben. Tienen una idea “inconsciente” de su significado, que provoca las emociones que necesitamos como autores.

La narrativa se basa, casi en exclusiva, en la mitología colectiva. Por eso, conocer los arquetipos es muy interesante. Es lo que hizo Joseph Campbell, un estudioso de mitología comparada. Escribió dos libros que son dos referencias en este aspecto; El héroe de las mil caras y Las máscaras de Dios.

En base al trabajo de Campbell, llegó una de las grandes referencias de la narrativa audiovisual. Se trata de un libro archiconocido escrito por Christopher Vogler, El viaje del escritor. En él, Vogler detecta los arquetipos más interesantes desde el punto de vista narrativo. Te recomiendo que te tomes un tiempo para leerlo.

De cada uno analiza sus características piscológicas y narrativas. Esto es importante porque nos permite dotar a los personajes de psicología   y obtener personajes más realistas y profundos. Más interesantes. Fijar su función narrativa ayuda a que todos los personajes “pinten”. Cuando veas una serie, película, o libro pregúntate por qué los guionistas han puesto a ese personaje ahí. Siempre acaba teniendo una función. Si creas un personaje y no tienes clara su función narrativa, ¡elimínalo!

El cine es un medio, sobre todo, onírico. Como si fuera un sueño. Ver una película es, casi de forma literal, soñar. Y no hablo de los sueños en el sentido de las ilusiones o esperanzas, que también. Me refiero a eso que hacemos cuando dormimos. Hay mucha literatura sobre esto, si te interesa. Bastante densa y que aquí no viene a cuento.

Cuando hablamos de las características psicológicas estamos hablando de la parte de nuestro yo a la que representan. Es decir, algunas represen- tan nuestros miedos, otros nuestra conciencia, otras nuestras ilusiones…

Aunque te sorprenda, en las películas identificamos de forma inconsciente los arquetipos. Y, también sin quererlo, al hacerlo, despiertan en nosotros el resorte que representa en nosotros ese arquetipo.

¿Por qué a los hombres tienden a gustarnos las películas de acción y a las mujeres las románticas? De acuerdo, la educación que recibimos condiciona nuestros gustos. Pero a donde quiero llegar es que a los hombres nos gusta un género en el que comprendemos muy bien los arquetipos con los que trabaja. Porque nos sentimos cómodos con ellos. Y con las mujeres pasa lo mismo.

Los 7 que Vogler destaca son;

1/ El héroe

2/ El mentor

3/ El guardián del umbral

4/ El heraldo

5/ La figura cambiante

6/ La sombra

7/ El embaucador.

Si eres de los que lleva dentro un rebelde que quiere hacer un cine “diferente”, tu reto es pervertirlos.

¿Te atreves a seguir? Descubre cómo crear a tu protagonista.