Hoy el TSJC ha dado el que puede ser el estoque final a la inmersión lingüística en Catalunya. Desde España y muy esporádicamente en Catalunya (creo recordar que hay 5 demandas en todo el territorio) se ha apelado al derecho de los padres a decidir el idioma en el que quieren escolarizar a sus hijos en base a una teórica libertad de elección. Eso y un supuesto riesgo de que los niños crezcan sin aprender el castellano.
¿De qué libertad de elección hablan? ¿Cuándo han tenido los padres libertad de elección en la escuela? Un padre en España no escoge qué estudia su hijo. Ni cuántas horas dedica a cada tema. Si yo fuera padre, no tendría ningún interés en que mi hijo estudiara latín, y ocuparía más horas con asignaturas de carácter técnico que facilitaran una teórica inserción laboral posterior.
¿Sabéis por qué no les damos libertad de elección? Porque sabemos que estudiar historia, sintaxis, o biología, quizás no les será útil a la mayoría a nivel laboral (a no ser que se dediquen a esas áreas en concreto), pero les ayudará a algo superior: vivir. Les dará herramientas.
Pero obviamente, alguien podría decir: entonces, ¿por qué no hacerlas mixtas, o directamente en castellano? Me justificaré.
Alguien realmente patriota, alguien que realmente quisiera toda aquella riqueza cultural que hay en España debería estar encantado con la idea de que en España haya el multilingüismo que tenemos. Y debería protegerlo.
La clave reside en dos preguntas de calado: ¿Cuál es la función de los colegios? y ¿dónde aprenden los niños?
La respuesta a la primera pregunta es que los colegios educan a los niños de forma integral. Es decir, todos las dimensiones de su persona. Pero obvian (o sólo los refuerzan) algunos temas porque se da por hecho que ya hay otros ámbitos donde aprenden esas cosas, como por ejemplo a coger los cubiertos o a comer con la boca cerrada. Es decir, que los niños no sólo aprenden en el colegio, lo que contesta a la segunda pregunta.
Los niños no sólo aprenden a leer en el colegio. Cuando se compran un libro o cuando cazan un diario en casa también están aprendiendo a leer. Y esa es la primera clave de la inmersión lingüísitica.
En Catalunya la inmensa mayoría de diarios que se publican son en castellano (hoy, gracias a la aparición del diario ARA y la versión en catalán de La Vanguardia se ha practicamente equilibrado los diarios que se leen en los 2 idiomas, no los que se publican). De unos 50 canales de televisión, no llegan a 10 los que son en catalán. En los cines, el 95% de las proyecciones son en castellano. Hay muchos más libros editados en castellano y, encima, leer en catalán es más caro.
Es decir, la inmensísima mayoría de los contenidos disponibles en Catalunya son en castellano. Además, hay poblaciones (enormes) catalanas en las que escuchar catalán en la calle no es fácil a causa de la enorme inmigración llegada de otras regiones de España. Y no hablo de poblaciones pequeñas, sino de algunas de las más grandes.
Ese es un aspecto que no puede descuidarse cuando se habla de educación. Mucha gente de mi edad (alrededor de los 30) no habla nunca en catalán porque los catalanoparlantes tienden a pasarse al castellano cuando están con alguien no catalanoparlante, por lo que no necesitan usarlo.
La presión del castellano, con 400 millones de parlantes en el mundo, es enorme, por lo que un trato idéntico en el colegio no es un trato igualitario. Comprender la diferencia entre idéntico y igualitario es esencial (y su contrario muy obtuso).
Pero, ¿qué pasaría si ello implicara que los niños sólo supieran castellano de una manera «no formal» tal como estuvo el catalán en la dictadura? La experiencia demuestra que esto es radicalmente falso.
Las calificaciones en castellano de Catalunya no son inferiores a la del resto de los españoles. De hecho, muchas veces son superiores. ¿Gente que se expresa mejor en catalán que en castellano? Por supuesto que la hay. ¿Y qué? Hay mucha más a la inversa. Incluso me atrevería a decir que muchos serían incapaces de construir una frase en catalán, cosa que a la inversa no conozco absolutamente a nadie.
La inmersión lingüística es, también, un modelo convivencial. Los niños nunca se han visto separados entre los «españoles» y los «catalanes». Eso entraña ciertos riesgos.
¿Intento decir que no hay nada de político en la decisión de la inmersión lingüística? Por supuesto que la hay. Como en el caso de su contrario, el modelo que ahora pretenden imponernos. El modelo actual defiende una Catalunya con identidad propia, con un idioma diferenciado, con una cultura que debería ser vista como una riqueza.
La inmersión lingüística es absolutamente imprescindible para salvaguardar un idioma que debería ser visto por todos como una riqueza forma parte de la riqueza cultura ya no española sino del mundo. España parece preferir la uniformización. Conste que un castellanoparlante nieto de inmigrantes confía en que no lo consigan.