El Big Crunch no es una tableta de chocolate crugiente

Todo en este mundo tiene un inicio y un fin. Asumimos que el inicio del Universo ya lo sabemos; el Big Bang. También parece que es ineludible que el tiempo siempre va hacia adelante en la dirección que nos marca la entropía.

Y entonces, ¿todo esto cómo se acaba? Pues la respuesta no está clara, pero siempre incorpora un big en su nombre y ya os advierto que ninguna es demasiado alentadora ni apetecible.

Vamos a jugar con una pelota. La lanzamos al aire y esperamos a que vuelva a caer. Utilitzando siempre la misma fuerza, si la pelota pesa mucho no llegará tan alto como si la pelota es ligera. Y si la lanzo con más fuerza, tardará más en caer que si la lanzo con poca fuerza. Y existe la posibilidad de que si la lanza Asterix, la pelota salga tan rápido que acabe por escapar de la gravedad de la Tierra y acabe vagando por la galaxia sin rumbo por siempre más.

Al Universo le pasa algo parecido. Hasta los años 90, los físicos estaban interesados en dos datos; la densidad del Universo (que viene a ser como el peso de la pelota), y la velocidad a la que se separan las galaxias (que sería la velocidad a la que lanzamos el balón).

Si el universo «pesa» demasiado poco, entonces es como cuando lanza la pelota Asterix. La gravedad no tendrá fuerza para parar la expansión. Aún así, el universo iría, cada vez, más lento. Todo estaría, cada vez, más aislado de lo demás. Además, las estrellas acabarían su combustible y en el universo acabaría haciendo un frío que pelaría y, encima, sin luz. Sería la muerte térmica del universo. Es lo que se conoce como Big Freeze, en castellano Gran Congelación. (NOTA: si os parece interesante, vale la pena mirar el enlace de la wikipedia que he puesto porque da muchos más detalles de cada uno de los procesos finales del Universo).

Pero, ¿qué pasa si el universo «pesa» mucho? Que la propia gravedad del Universo irá frenando las galaxias hasta que se paren y empiecen a retroceder. La pelota volvería a caer. Entonces toda la masa volvería a caer en un solo punto, como justo antes del Big Bang. Incluso se plantea la posibilidad de que eso provocaría que la materia chocara y se produjera un nuevo Big Bang, que se conoce como Big Bounce (Gran Rebote). Es más, podría ser que nuestro Big Bang no haya sido el primero… A esto se le conoce como el Big Crunch (Gran colapso).

Esta teoría tiene un problema y es que no cumple con la segunda ley de la termodinámica. Quedamos con que era obligatorio que las cosas estuvieran cada vez más desordenadas. Pero, en este caso, cada vez que hay un Big Bang, el Universo debería hacer un «reset». Y eso, claro, incumple la ley. Hay incluso quien plantea la posibilidad que, en cuanto las galaxias empezaran a retroceder el tiempo cambiara de dirección, de tal forma que dejaría de ir para adelante para ir para atrás. Es decir, que los vasos no se caerían de la mesa y se partirían en 1000 pedazos, sino que, los 1000 pedazos se convertirían en una taza maravillosa.

Lo curioso es que a finales de la década de los 90, algunas mediciones de la velocidad de las galaxias, dieron resultados sorprendentes. La velocidad a la que se separan no sólo no se estaba frenando sino que, por lo visto, se acelera. O sea, que otra vez nos ha cogido la realidad a contrapie.

Parece que habría una fuerza en el universo que hace justo lo contrario que la gravedad, es decir, separar las galaxias, y que se notan sus efectos cuanto más alejadas están las unas de las otras. Aún así, el final que le espera a nuestro universo si esto se confirma es muy parecido al del Big Freeze pero más rápido. Le llaman el Big RIP,  que no hace falta que traduzca.

Si alguien pretendía la supervivencia eterna de la raza humana y se planteaba que, tarde o temprano, tendríamos que abandonar la Tierra porque algún día acabará engullida por el sol, ya puede empezar a pensar cómo saltar de este Universo a otro, si es que hay más…