Viva el mal, viva el capital

¿Os acordáis de esta frase? Yo creo que todos los que nacimos a finales de los 70’s nos acordamos, con cierta nostalgia, aquel programa de televisión infantil que ahora es parte de nuestra iconografía: la bola de cristal.

El programa lo dirigió la periodista y cineasta Lolo Rico. Basté, en RAC1, le hizo una entrevista que merece la pena escuchar (es casi toda en castellano, por si queréis oirla). Y lo presentaba Alaska. Pero lo que no podemos olvidar los que lo vimos era su psicodélica voluntad de transmitir una serie de valores ahora (para bien y para mal) muy asentados en nuestra sociedad; desde las imágenes de animales con una voz en off que invitaban a leer, hasta los electroduendes. Pero, si hay un personaje inolvidable, es el que chillaba;

«Por un ergio y un terminal,
soy ultraliberal,
viva el mal,
viva el capital.»

Por supuesto, hablamos de la bruja Avería.

Lo que pensaba mientras recuperaba estas imágenes es lo imposible de imaginar un programa de este tipo hoy. Y, ¿nos gustaría? Yo creo que aquel programa tenía aspectos muy positivos y otros que no tanto.

El programa tenía un claro discurso político. Tenemos que situarnos en la época en la que el programa empezó a emitirse, a mediados de los 80’s. España vivía una crisis económica muy profunda y la sociedad empezaba a sentirse liberada de 40 años de opresión de una dictadura lamentable.

Ese fue el caldo de cultivo ideal para que se fraguara un programa profúndamente de izquierdas pensado para niños. Años después, Lolo sigue defiendo los postulados del programa e, incluso, considera que sólo hablaba para quien quisiera escuchar. Pero, el hecho cierto, es que las ideas que el programa sembró están hoy muy arraigadas en nuestra generación. En el ámbito personal, por lo menos, me cuesta encontrar a gente que no vea el capital (entendido como los ricos, los empresarios…) como algo cosustancial al «mal», a la corrupción, a una cierta explotación o abuso de los trabajadores.

Yo no estoy demasiado de acuerdo con el posicionamiento político tan radical del programa. Pero hubo otros aspectos de los que históricamente ha hecho bandera la izquierda, que también transmitía el programa y que eran profundamente positivos; el espíritu de aprender, de construir un yo propio, de experimentar, de romper barreras establecidas.

Si comparamos la bola de cristal con la televisión actual surge una pregunta inevitable; ¿es esta televisión menos ideológica? No lo sé. Quizás sí. Quizás está menos interesada en presentar unos ideales que le parecen positivos. Pero yo creo que es incluso más ideologizante. Tras un velo de un cierto nihilismo de contenidos, se encierra una forma de ver la vida basada en términos profundamente estéticos. Y todo ello haciendo gala de una supuesta neutralidad, de un supuesto respeto por la ética de cada uno, sin reconocer que la estética no es más que una forma de transmitir ética.

Sé que no es imposible pero cuesta encontrar a un facha con una camiseta de Iron Maiden, alguien rapado con una esvástica con ideas moderadas, o a un hippie con escasa conciencia ecológica. Cuando la televisión nos cuenta la historia de un joven que reconoce cultivar más su cuerpo que su mente, o una famosa con subidas de azucar dice que por su hija mata, también se está poniendo su propia camiseta de Iron Maiden sin reconocer lo que se esconde tras la tela.

Es difícil decir qué prefiero. Y aunque la educación neutra no existe, no comparto el maniqueo mensaje «viva el mal, viva el capital». Pero, ¿dónde queda el espíritu crítico en High School Musical? ¿Hemos mejorado o salimos de Guatelama para caer en Guatepeor?

Las televisiones en un portal único

Gracias a un twitt de Sergio Gazeau, CEO de Lingus, he leído esta noticia en Expansión. Según parece, las cadenas de televisión (el artículo no lo especifica, pero entiendo que son, al menos, TVE, Antena 3, Tele 5, la Sexta y Cuatro) estudian la posibilidad de volcar todos sus contenidos en un solo portal.

Por lo que cuenta la noticia, Albertis Telecom, ha creado un portal inspirado en el modelo hulu. Esta web americana aglutina los contenidos de las mayores cadenas de su país, excepto la CBS y goza de gran éxito.

Como en casi todo, hemos tenido que esperar a que allí funcionara algo para aplicarlo en nuestro país. De todas formas, ya me está bien que las cosas empiecen a cambiar en nuestro país.

Creo que el twitt de Sergio era muy acertado «El círculo empieza a cerrarse» porque esto provocará que mucha gente descubra el potencial de poder ver lo que quieras cuando quieras en el sitio que quieras. Y, por ende, el resto de portales orientados a contenidos audiovisuales nos veremos beneficiados. Estoy seguro.

Destacaría el elemento de que las cadenas parecen haberse dado cuenta de que son capaces de generar más audiencia todas juntas que cada una por separado. Curiosa demostración de que no siempre 1+1 es igual a 2. El hecho cierto es que la cocompetencia es un camino que abre muchas posibilidades, por lo menos, en nuestro sector.

Creo que es una buena noticia para todos que sabremos aprovechar tanto los productores de toda la vida como los de nueva generación.

TVE y el fin de la publicidad

Como sabéis, una nueva ley limitará la publicidad de TVE, aunque parece que la televisión estatal tiene vendida buena parte de la publicidad hasta diciembre. De todas formas, se ha hablado mucho de a dónde irá a parar toda esa inversión publicitaria y cómo afectará a nivel de audiencias a las cadenas televisivas.

Leyendo el blog de lolacomomola, tuve la oportunidad de encontrar un estudio de groupm muy interesante sobre este tema. Han analizado varios aspectos;

Por un lado, han tenido en cuenta que el perfil de espectador de La 1 son amas de casa y seniors (individuos con más de 45 años, entre clase alta y media baja y que viven en grandes urbes), y los de La 2 hombres de más de 45 y niños entre 4 y 8 años.

Las conclusiones a las que han llegado es que La 1 ganará algo de audiencia por la pérdida de publicidad, a pesar de que la ley le obliga a no asumir grandes gastos en competiciones deportivas y películas de estreno. La 2 verá su audiencia reducida porque estará obligada a retrasmitir algunos debates parlamentarios y a eliminar deportes.

Todo ello haría que la inversión publicitaria de 520 millones de euros acabe distribuyéndose sólo en parte al resto de cadenas, entre 180 y 280 millones. Buena parte acabaría en otros medios, entre 120 y 140 millones tratando de llegar al target de los dos canales estatales y que no están suficientemente representados en el resto de cadenas. Los entre 100 y 220 millones que faltan, dejarían de invertirse en medios.

Los canales que podrían salir más beneficiados, curiosamente, también son públicos la mayoría de ellos; los autonómicos (supongo que en autonómicos tienen en cuenta canales regionales y que son privados) y, en segundo lugar Tele 5 y las temáticas de pago. Respecto a los medios no televisivos, a los que mejor les irá será a la radio y exteriores (vallas publitarias y similares) y, en segundo término, prensa y revistas.

Por cierto, que una de las menos beneficiadas sería internet. El estudio cree que entre 30 y 35 millones de la inversión de acabarán en internet, para cubrir el espacio infantil que La 2 dejará, así que los portales que trabajen con niños de entre 4 y 8 años han de estar alerta.
Si os interesa el tema, os recomiendo que le echéis un vistazo.

J. J. Abrams entiende el sector

lost

Lost, la serie ideada por J. J. Abrams, se ha convertido en parte de la mitología de nuestra sociedad. Abrams ha sabido conectar con cierta generación, en un lenguaje que entiende y que le resulta atractivo. Sus tramas, sus saltos en el tiempo en forma de flash backs y flash forwards, sus triángulos relacionales, y su estructura basada en la teoría de las mistery boxes, la han convertido en una de las series más innovadoras de la historia de la televisión.

No es el único ámbito donde es un referente. También se ha convertido en punta de lanza de las descargas… ¿ilegales? Los fans no americanos, una vez emitido un episodio en USA, pueden acceder a él con softwares de descarga sólo una hora después. En seguida aparecen también los subtítulos generados por los propios usuarios. En otras palabras, los espectadores colaboran para facilitar la distribución de los contenidos.

Frente a eso, pueden optarse por dos caminos; el primero es lanzar una lucha absurda contra el pirateo que acabará por perderse. La segunda es ofrecer, por lo menos, algo lo más parecido posible a lo que ofrece la red. Abrams ha optado por la segunda y, de cara a la sexta y última temporada de la serie, los capítulos van a emitirse con el mínimo decalaje entre los otros países y USA. Claro que algunos seguirán optando por verla cuanto antes mejor, pero estoy seguro que muchos preferirán verla doblada y en la televisión. Y el último episodio va a emitirse en todos los países el mismo día. Lo celebrarán ellos podrán controlar todas las visualizaciones. Lo celebraremos nosotros, que podremos verlo de forma inmediata en nuestras pantallas.

Creo que es un paso en la dirección adecuada. Sin duda, internet seguirá ofreciendo algo que la televisión aún no puede hacer; ver lo que quieres cuando quieres. Pero hay una clara voluntad de acercarse lo máximo a las necesidades del espectador, que quiere consumir, cuanto antes, cada uno de sus episodios.

Aunque lo dudo, espero que esto sirva para que algunos se den cuenta de cuál es el camino.

Por qué no me interesan nada las series sobre el 23 F

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Tanto TVE  como Antena 3 han preparado una serie sobre las vivencias del 23-F y el rey, y sobre todo aquello que pasó en algunas de las horas más fatídicas, si no las que más, de nuestra corta democracia.

En los dos casos se trata de miniseries que utilizan los resortes de la ficción para relatarnos algo que ya hemos consumido como espectadores desde multitud de puntos de vista.

A mi me parece fantástico que se haga memoria sobre esos episodios dolorosos de nuestra historia. Por qué digo entonces que no me interesa nada estos seriales.

La razón es simple. Las miniseries tienen un tratamiento de ficción, al menos hasta donde yo sé. Y en la ficción el conflicto es fundamental, que es evidente que existe en este caso. Pero los conflictos que a mi más me interesan son los que se generan entre el protagonista y su entorno y con él mismo. Lo demás, tienen a ser películas de buenos y malos al más puro estilo Seagal.

A mi me motivaría ver a un rey que duda si secundar o no el golpe, que dudara del propio sistema que estaba promoviendo, que temiera por su vida y, en algún momento, prefiriera protegerla antes que a la nueva monarquía parlamentaria.

No tengo ni idea de si todo eso se produjo o no. Incluso es posible que su integridad fuera tan robusta que las dudas no le asaltaran ni un segundo. Lo que es seguro es que, con la importancia que tiene su figura, nadie se atrevería siquiera a plantearlo. Y eso lo convierte en un personaje muy válido para la historia de España pero muy pobre para el argumento de un drama.

Ejemplos los hay. El último que recuerdo es Salvador, sobre Puigantich. Un personaje interesante para un documental, como el rey, pero pobre para una ficción por lo intocable de su integridad.

Así las cosas, cuando emitan sendas miniseries, probablemente estaré viendo cualquier otra cosa más provechosa. Si la TV me lo permite, por supuesto.

ACTUALIZACIÓN: Ayer pude ver los primeros minutos de la versión de Antena 3 y he de decir que me equivocaba en lo del punto de vista. En realidad, no basa su visión en el rey, como sí hará la versión de TVE. De todas formas, la crítica que va implicita en el post respecto a la historia simplona sigue en pie. En 2 minutos que aguanté, ya pude ver una sobreinterpretación lamentable de un militar con cara de malo malísimo y un actor al que se le iba el texto. Da una idea de cómo se las prisas con las que se ha producido. Lamentable…