El pensamiento único en Catalunya

¿Por qué en España se insiste tanto en que en Catalunya hay pensamiento único? ¿Nadie se pregunta ni una sola vez por qué todos los medios españoles publican exactamente lo mismo respecto a Catalunya? Resultaría gracioso si el tema no fuera importante. Se nota que la gente no tiene ni idea de lo que publican los medios catalanes. Es cierto que durante un par de meses La Vanguardia hizo portadas como esta. Pero duró poco. Si alguien cree que una portada como la que se ve a continuación es la típica de un medio independentista es que no entiende de qué va la película:

la vanguardia

 

En Catalunya hay medios abiertamente independentistas, como el El Punt Avui, o el ARA. Claramente a favor del sí. Hay otros cláramente a favor del no. No olvidemos que La Razón, aunque diario de Madrid, se financia con capital catalán. Aunque se pueda discrepar de si el medio es catalán, no puede dudarse que se edita gracias (o, en este caso, por culpa) a algún catalán. Y luego los hay a favor de la autodeterminación pero que optarían por el no, como La Vanguardia y El Periódico. Dentro de estos diarios hay gente españolista, independentista y toda la gama de colores posibles.

¿Y en España? ¿Alguien me dice un medio que medio está a favor, ya no de respetar una posible independencia, sino de defender una autodeterminación? Eso sí, en Catalunya hay pensamiento único…

¿Por qué en España preocupa tanto el gasto en política exterior de Catalunya? Pero, ¿cuánto gasta la Generalitat en cifras absolutas, cuanto en cifras relativas a otras comunidades y, sobre todo, qué retorno obtiene? Pues los datos, que podéis consultarlos aquí, son estos que veis a continuación (el gráfico lo he encontrado aquí, creo que hecho por este perfil).

oficinas comerciales autonomías

Resulta que Catalunya no es, ni de lejos, la que más gasta. Le gana por goleada Andalucía y le duplica el País Vasco, además de Castilla la Mancha. Curioso que nadie hable del escándalo que supone que Andalucía gaste casi 5 veces más. Pero si miras el gasto por habitante, resulta que Catalunya esta muy por debajo de la media. Incluso por debajo de Madrid, que tantas lecciones de españolismo nos da. Y, respecto al retorno, ¿cuál es la comunidad más exportadora de España? Resulta que Catalunya es la comunidad más exportadora con diferencia (26,5% de las exportaciones totales). Fijaos en este artículo del ABC y ahora preguntáos si el titular hubiera sido el mismo de ser Madrid la más exportadora.

Si Catalunya no es la que más gasta, ¿por qué esta portada?

portada ABC

¿Por qué se niega el déficit fiscal catalán? Incluso se insiste tanto en que Catalunya «roba» al resto de españoles. España nos ha tenido que rescatar con el dinero de «todos los españoles». Y en base a eso, se nos niegan derechos y, sobre todo, legitimidad. Pero analicemos la situación.

En Catalunya sabemos que los catalanes pagamos en forma de impuestos más de lo que percibimos. Absolutamente nadie pide que eso deje de ser así. Lo que nos preguntamos es dónde acaba la solidaridad y empieza el expolio. En cambio, Monago dice que los que pagan son los extremeños. ¿Quién miente? Busquemos pues datos oficinales. Y… ¡Resulta que no hay!

Cuando los catalanes protestamos, el gobierno español sólo da como respuesta 3 cosas: 1º/ Se niegan a publicarlas. 2º/ Dicen que, en todo caso, habría que tener en cuenta también las balanzas comerciales (lo que, a mi juicio, es casi un reconocimiento de que las fiscales son dramáticas para Catalunya) y 3º/Madrid es mucho más solidaria que Catalunya.

Lo reconozco, he mentido. No es verdad que nunca se hayan publicado las balanzas. Se hizo 1 vez. Costó lo que no está escrito y Zapatero, que lo había prometido, se hizo de rogar. En 2008 se publicaron las de 2005 y, curiosamente, esos datos que publica la Generalitat año a año y la prensa de Madrid siempre señala como falsos, se vieron corroborados. Eran exactamente los mismos resultados.

balanzas fiscales

Y resulta que sí, que Catalunya es solidaria, pero siempre detrás de Madrid y Baleares. ¿Vamos un poquito más allá? Ahora voy a una parte algo más técnica. Las balanzas fiscales pueden calcularse con dos metodologías (monetaria o beneficio) y pueden ser neutralizadas o no neutralizadas.

Ya sabemos todos que los gobiernos acostumbran a tener déficit. Y ahora tenemos muy claro que el déficit se ha de pagar sí o sí. Con lo que, si quieres hacer una balanza fiscal correcta, has de «restar» el déficit repartido entre todas las comunidades. Eso es neutralizar las balanzas.

De no hacerlo, especialmente hoy con tanto déficit, todas las comunidades tendrían superávit, lo cual es absurdo. Cuando sale algún ministro y dice que en Catalunya se ha invertido más de lo que hemos pagado los catalanes es porque no han neutralizado las balanzas. Bonita forma de mentir.

Respecto a las metodologías: la de flujos monetarios mide dónde se han «gastado» los recursos. La de flujo beneficio mide dónde se obtiene el «beneficio» de ese gasto. Por ejemplo, si un funcionario de Madrid está planificando una obra en una autovía en Andalucía, el flujo monetario considera que eso es dinero para Madrid (el sueldo del funcionario, no la autovía). El método beneficio, carga ese dinero a Andalucía.

¿Cuál es mejor? Pues son diferentes. Pero es evidente que, cuando una comunidad concentra la inmensa mayoría de los funcionarios del estado (la comunidad de Madrid tiene más del 30% de funcionarios del estado con menos de un 14% de la población, que en el método beneficio se ponderan entre las comunidades), cuando concentra la inmensa mayoría de instalaciones por el «bien común» (como el museo del Prado, con sótanos llenos de cuadros maravillosos que mejor allí que un museo en, ¡qué se yo! Zamora) y con montones de infraestructuras pensadas para convertirla en centro neurálgico (AVE’s, autopistas gratuítas…), el método beneficio la convierte en mucho más generosa de lo que, en realidad es. Al fin y al cabo, los funcionarios de Madrid, cuando salen a tomar cañas, lo hacen en bares de Madrid, moviendo su economía y no la de los demás.

Si a todo eso le sumamos que el efecto capitalidad arrastra a sedes de empresas que pagan sus impuestos allí, sea donde sea su actividad, el mensaje está servido: los madrileños son mucho más solidarios que los catalanes. Pero la realidad es que eso sólo es verdad si se mira con el método beneficio. Pero, ¿qué pasa si se mira el método flujo monetario?

Si uno mira la letra pequeña de la wikipedia (un día hablaremos sobre quién la controla, un debate interesante), dice que en el enfoque de flujos monetarios Catalunya es la más solidaria en valores absolutos. Es decir, que es la que más dinero aporta.

flujo monetario

Y en el informe del Instituto de Estudios fiscales, encontramos este gráfico, donde vemos los datos en función del flujo monetario:

flujo monetario valores absolutos

Insisto en que son datos del gobierno central. Y otro gráfico más:

flujo monetario

Este gráfico es la relación entre déficit fiscal y el PIB. Más de un 8%. O lo que es lo mismo, el 40% de nuestros impuestos. Lo voy a repetir. El 40% de los impuestos de los catalanes se van y nunca vuelven. ¿Cómo se os queda el cuerpo?

Podría ir más allá y decir que la renta de los catalanes es la cuarta antes de pagar impuestos y la undécima después de pagarlos. Pero sólo os haré una pregunta: ¿Os parece razonable que cada catalán pague más de 2000€  que luego no vuelven? Es decir, unos 6000-8000€ por familia. ¿De verdad eso es solidaridad?

Debéis comprender que escuchar que te han tenido que rescatar y que vas a tener que pagar intereses por 5000 millones de euros cuando, cada año, tú estás pagando 11000 millones de euros, duele. 11 mil millones cada año, ¿eh? Y, claro, te dicen, en caso de independencia, estarás en la ruina. ¿Más que ahora? ¿Qué haréis vosotros con 11 mil millones menos?

Dos apuntes finales. Es verdad que en porcentaje respecto al PIB, Baleares tiene más déficit. En el caso de Baleares tiene una «justificación». Tienen muy poca población y su economía se basa en el turismo, que aporta mucho IVA extra. Es normal que tengan algo más de déficit que la media. Eso sí, en ningún caso el que tienen, que es un auténtico atraco. Y tampoco deja de ser sorprendente cómo, según flujo monetario, las 3 comunidades que más pagan son: Baleares, Catalunya y Valencia. Y estas 3 comunidades me recuerdan a algo. No sé yo…

¿Por qué los medios españoles están tan preocupados por la lengua española en Catalunya? Dicen que aquí no se enseña. Eso cuando no dicen que al que lo habla le metemos un petardo en el culo. Dicen que es imposible que un sistema de inmersión lingüística en catalán puede enseñar el castellano con niveles equiparables al resto del de los niños españoles.

Y entonces sí, montamos campañas diciendo que hay cantidad de niños desamparados que no pueden aprender en su propia lengua y conseguimos la friolera de 17 peticiones de enseñanza en castellano en todo el territorio. Exigimos que si un sólo niño pide las clases en castellano, tienen que hacerse en castellano pero no decimos qué pasa si uno las pide en catalán. Hablamos de la libertad de elección de los padres, pero es la única que nos dan. ¿Qué otra asignatura puedo optar a aumentar/reducir dedicación?

Y todo ello, ¿por qué? Es que los niños catalanes no saben hablar castellano. Pero eso es en la prensa de Madrid. Porque en los colegios catalanes la hablan tan bien o tan mal como en el resto de España. ¿Y qué dice el ministerio de Educación? Cuando sale el ministro, «hay que españolizar a los niños catalanes». Ahora, cuando el ministerio da datos, resulta que el nivel de castellano de los niños catalanes es incluso superior a la media.

Y uno se pregunta: si el sistema catalán da unos niveles de castellano como los del resto de la península, ¿dónde está el problema? Yo os lo digo: es un tema puramente político. Pero luego somos los catalanistas los que estamos todo el día preocupados por cosas que no interesan a nadie. Cosas que no son del mundo real. Ellos se preocupan por convertir el País Valenciano en Comunidad Valenciana, cambiar el nombre de las ciudades, y en llamar al catalán con nombres incluso exóticos.

Pero en Catalunya hay pensamiento único. Nos gastamos todo el dinero de los catalanes en construir país a través de embajadas. Robamos a los españoles. Y de castellano ni papa. Perdón, debí decir español. Esto está hecho con el google translator. ¡Ah! Y los pinchos lo hacemos con carne de los muslitos de los andaluces que cometen el error de acercarse a Barcelona. Creedme, es tan salerosa, que está riquísima.

NOTA: Nótese que cuando hablamos de «España» estamos hablando, en realidad, de los medios de comunicación que se publican en Madrid. Lo que sucede es que esta visión, necesariamente centralista, es la que tiene más capacidad de influir en las percepciones. Y también es la que tiene fuerza real para modificar el relato.

En crisis (4): El populismo

parlamento

Lo más grave de la crisis no es que yo entre en crisis con mis ideas. Ni que me sienta huérfano porque no encuentro ideas que me hagan creer en ellas. Ni siquiera que defendamos cosas (yo incluído) sin tener muy en cuenta las consecuencias reales que pueden tener. Lo más grave de todo es que la crisis está aplanando los discursos, lo que nos aboca al populismo.

El populismo no entiende de derechas y de izquierdas. De unas identidades y de otras. Se mueve perfectamente sean cuales sean las ideas que represente. Su característica es una coherencia extrema que tiene en cuenta la realidad pero sólo en parte y que, además, supone que cualquier discurso que no vaya en la línea de lo que defiende es una cortina de humo.

¿Qué dicen el populismo de derechas, eminentemente identitario? Que los «nacionalistas», asumiendo que ellos no lo son, utilizan la independencia para tapar sus vergüenzas. ¿Qué dice la izquierda? Que lo utilizan para tapar la crisis. ¿Y qué dicen los nacionalistas cuando se destapan un caso detrás de otro, a cual más vergonzoso? Que es un ataque al país.

Cuando emergió de la oscuridad el movimiento independentista en Catalunya, ¿recordáis lo que decían los de izquierdas con muy buena intención (lo digo sin acritud)? Que libertad de elección sí, pero que nos estaban tomando el pelo. Que el tema de verdad es la crisis. La crisis y sólo la crisis. Pero, ¿dónde están ahora esas voces cuando sólo hablamos de corrupción? Porque de crisis hablamos mucho menos ahora.

No critico a la izquierda por esto. ¿Y qué es lo que hemos de hacer? ¿Ignorar toda la basura que está saliendo? ¿Cómo vamos a ignorar que en unos papeles sale que el presidente ha cobrado en negro? ¿O que Catalunya parece un cómic de Anacleto, agente secreto? La TIA de Mortadelo y Filemón tiene mucha más dignidad.

Por supuesto que tenemos que hablar de la corrupción. Pero no veo a demasiada gente preocupada porque sea una cortina de humo. A nadie le importa la utilidad que alguien pueda sacar de todo esto. Nadie habla de intencionalidad. A ninguno nos interesa un pimiento saber qué empresas, igual de corruptas que los políticos, han financiado a los políticos.

En medio de una crisis y con la corrupción infestada entre toda nuestra clase política, sumada a un discurso anti crisis y anti corrupción de lo más superficial, le estamos abonando el terreno a los populismos regeneracionistas. De hecho, ya los tenemos en nuestros parlamentos. Y sus estimaciones no hacen más que crecer.

No seré yo quien defienda a un PP que se ha alimentado con el tocho, ni a una CiU metida hasta el cuello en el Palau, ni a un PSOE enriqueciéndose con los EREs. Pero pensar que otros partidos, me dan igual las siglas, son más honestos porque no se han corrompido me parece de una candidez descomunal.

Si no entendemos que esto de la corrupción no tiene que ver ni con las siglas ni con las ideas, estamos abocados a abrazarnos a partidos populistas. No me refiero al resto de partidos. Los hay con un largo historial de hacer política con mayúsculas, como IU o ERC. Pero esto no pasa por escoger a un partido con las «manos limpias».

Se arregla con una justicia rápida, como la de USA, que en unos meses metió a Madoff en la cárcel. Sin bochornas amnistías. Y con un cambio de discurso de las fuerzas políticas. Si los partidos «grandes» siguen con la política de esconderse cuando les toca la china y arremeter cuando se trata del otro partido, no hacen más que alimentar los discursos simplificadores.

Miro a nuestro alrededor y veo que los países que han caído en el populismo de derechas o de izquierdas, no han salido de él o no lo han hecho fácilmente. También veo que esos «garantes» de la regeneración democrática han sido mucho peores que los malos anteriores. Y nos miro a nosotros y… me preocupo mucho.

Nuestra sociedad está como Adán, tentada por la manzana de Eva. Nos seduce la idea de salir de este pozo por la vía rápida y tomando la revancha a los que nos han tratado como cretinos. Pero detrás del mordisco, a Adán le cayó encima el pecado original. Como él, podemos acabar pagándolo muchos años.

En crisis (3): La dación en pago

stop desahucios

La lucha en contra de los recortes sociales que, efectivamente, se están produciendo ha tomado diferentes banderas a lo largo de la crisis. La última responde a un resume el drama y la injusticia de forma muy representativa.

Es cínico que nos pidan que nos apretemos el cinturón a la vez que los bancos nos roban dinero público. Pero lo que ya es insoportable es que, encima, esos bancos echen a la calle a gente a ritmo de más de 500 desahucios diarios. Ninguna sociedad sana puede quedarse mirando eso y aceptarlo con naturalidad.

Aunque yo creo que con una cierta intencionalidad, se han ido filtrando muchos suicidios relacionados con esta causa. Para mi, eso son suicidios inducidos y, por tanto, crímenes. Digo muy alto que, en mi opinión, más de un ejecutivo debería estar en cárcel. Salvo alguna excepción, los bancos están realizando un papel absolutamente lamentable.

Ayer decía que no podemos esperar apropiarnos del dinero de los ricos. Pero que, encima, ellos se apropien del dinero de la clase media es insoportable. Y toda la protesta se ha sintetizado en uno de los movimientos que ha generado más unanimidad social: la dación en pago como obligación moral, acompañada de la reivindicación del alquier social.

Asumo como propios los porqués de esta lucha. Comprendo por qué se vehicula a través de la dación. Incluso he movido mi posición en un aspecto: he discrepado de la necesidad de la aplicación de la dación y ahora lo miro con mejores ojos. Probablemente influído por la unanimidad social que se respira.  Y podemos sentirnos orgullosos porque, a pesar del escarnio al que nos están sometiendo, no ha habido ni una pizca de violencia.

Lo que no ha cambiado en mi es que me lo miro con una gran incomodidad. Ayer decía que la izquierda tiende a aplicar un pensamiento muy lineal: si hay dación en pago, sale ganando el pueblo y los bancos son los que asumirán las pérdidas. Yo no creo que sea así.

En primer lugar, los bancos han demostrado que las pérdidas jamás las asumirán ellos. Las asumiremos nosotros por diferentes vías. Bajarán los intereses que nos pagan por nuestros depósitos, aumentarán las comisiones. Y, si con eso no llega, volveremos a rescatarlos y aquí todo arreglado.

En segundo lugar, eso genera inseguridad a los bancos y el crédito, que ahora no fluye, retrasará su entrada en el sistema alargando la crisis y, de forma indirecta y paradógica, aumentando los casos de desahucios.

En tercer lugar, si a partir de ahora las hipotecas vendrán con la dación en pago obligatoria, subirán los intereses. Seguro. Porque eso está aumentando el riesgo de los bancos. E igual que cuando aumenta el riesgo de impago de España, aumenta la prima de riesgo, si tu puedes dar las llaves a cambio de cancelar la hipoteca, los intereses subirán.

En cuarto lugar, esto sólo tiene sentido aplicarlo de forma retroactiva. O esos 500 desahucios diarios no los pararemos. Pero eso genera imagen de país poco fiable. Poco serio. Las empresas huyen de países que, cuando los contratos que han firmado no les gustan, los cambian con leyes. Eso genera paro.

En quinto lugar, aunque lo que se está produciendo con los bancos es de una injusticia enorme, no me gusta la idea de decir que la gente firmó absolutamente manipulada. Asume una concepción del ser humano que me molesta profundamente. Tenemos mucho más poder de decisión del que creemos (o queremos) tener.

Pero lo peor de esto es que esto no evita los desahucios. Estos se producirán igual. Es decir, esta política no evita el drama social de gente que deja de tener un sitio donde vivir. El verdadero drama se mantendrá, aunque las condiciones futuras, es verdad, que en cierta medida les cambian.

Si opino todo esto, ¿por qué miro ahora con más simpatías este cambio? Pues porque no tengo alternativa. El hecho de que no haya dación en pago no sólo condiciona el presente de forma terrible sino que, además, condiciona enormemente el futuro de estas personas. Aunque debo decir que esta solución no es tan buena como la gente está valorando.

Las normas tienen que hacerse pensando en la gente. Pero hay que medir las consecuencias más allá del presente inmediato. Que las buenas intenciones no nos lleven a un empobrecimiento generalizado de las clases medias o los pobres estarán perdidos de verdad.

En crisis (2): la falta de alternativa

manifestación

Ayer protestaba porque me siento estafado. Un montón de empresarios corruptos han conseguido, en parte, gracias a los que defendemos sistemas económicos liberalizadores, enriquecerse de forma fraudulenta. No sólo eso, sino que cuando se habla de corrupción sólo se habla de los políticos. Los empresarios ni siquiera los nombramos.

Yo estaría dispuesto a acogerme a otras propuestas. Pero la sensación que tengo es que no hay alternativas. Hablo de alternativas realistas, que no sólo hablen de conceptos indiscutibles. Necesito que, además de hacer propuestas con las que todos podemos estar de acuerdo, propongan fórmulas realistas para llevarlas a cabo.

Sé que muchos interpretaréis este texto como una crítica a la izquierda. Lo es. He expresado muchas veces por escrito y verbalmente que comparto mucho los objetivos de la izquierda. Yo también quiero una sociedad igualitaria, donde las empresas poderosas no puedan estafarnos sistemáticamente. Donde la principal misión del gobierno sea garantizar educación y sanidad de calidad para todo el mundo.

Pero eso hay que decir cómo se hace. Y tiene que ser una fórmula realista, que no sea un brindis al sol. Y que no acabe provocando la paralización del sistema. Hay un aspecto muy importante que no podemos perder de vista: los seres humanos funcionamos por incentivos. En economía también. Y cuando aplicamos medidas de ayudas, muchas de ellas imprescindibles, estamos empujando a gente a preferir esas ayudas a buscar soluciones propias.

No nos engañemos. El sistema lo mantiene y lo seguirá manteniendo la clase media. Los ricos tienen mucha capacidad de mover sus capitales y, por tanto, tienen fácil eludir impuestos de forma legal. Si les subes los impuestos, pierdes algo imprescindible: su capacidad de invertir. Y los pobres, por definición, han de recibir.

De ello se deduce que el sistema lo mantenemos y mantendremos la mayoría. Y eso también lleva otra consecuencia: no podemos esperar recibir servicios por valor de lo que pagamos. No digo que no haya que luchar porque los ricos paguen más. Lo que digo es que eso no pasará a medio plazo. Y si les obligamos, podemos caer en algo peor.

Las soluciones suelo verlas más complejas que como suelen plantearse. Suelo escuchar cosas como, si aumentamos los impuestos a los ricos, tendremos más dinero público. No habrá que recortar. Eso será si no genera fuga de capitales, ¿no? Igual que subir el IVA no ha significado más recaudación.

La sanidad y la educación han de ser ofertados por la administración pública por motivos que son evidentes. Pero cuando escucho que no se pueden cerrar escuelas cuando baja la población infantil, cuando escucho que las listas de espera de enfermedades no urgentes no pueden agrandarse ahora que no hay dinero pienso que estamos reclamando cosas que escapan de lo que es bueno para el conjunto. Y que ignoran la realidad en la que vivimos.

Ayudar a la gente necesitada es bueno. Muy bueno y muy necesario. Absolutamente innegociable. Ahora bien, esa no puede ser la excusa para ayudar a gente que no lo necesita. He utilizado el verbo necesitar, quede claro. Incluso las ayudas imprescindibles, las que quitarlas sería un error, acaban generando incentivos a vivir poniendo la mano. Todos conocemos casos. No estimulemos que la gente no produzca.

Repartir ayudas que, de primeras, nos pueden parecer justas, no puede sustentarse en un «no todo el mundo trata de aprovecharse». La sociedad necesita el enorme papel que juega la izquierda enriqueciéndola con valores democráticos, algo que la derecha no ha hecho jamás. Pero hay que decir qué coste tienen esas alternativas y no explicarlas como si la capacidad de apropiarse del dinero de los ricos  fuera infinita y siempre deseable.

En crisis (1): Los valores liberales

Bárcenas

Lo reconozco. Estoy en crisis. No hablo económicamente. En eso estamos todos y mi bolsillo no es una excepción. Trabajo mucho y cobro mucho menos de lo que estaría cobrando hace 5 años. Afortunadamente, estoy haciendo lo que me gusta, así que a pesar de dolores de cabeza, para mi, trabajar es un placer.

En lo que estoy en crisis es en lo que creo. Algo que no intuyo a mi alrededor. Siento que la gente tiene cada vez las más claras. Quizás más que nunca. Probablemente el entorno y las circunstancias obligan a tomar posturas más duras. Sin ello, probablemente la ILP de la dación en pago ni siquiera hubiera llegado al parlamento.

Pero yo… Yo no veo las cosas claras. Llevo unos cuantos años defiendo postulados propios del liberalismo. Siempre he dicho que el liberalismo entra en conflicto con el conservadurismo, a pesar de que se asocian los dos conceptos. No puedo aceptar que alguien defienda de verdad la libertad económica y, en cambio, no la moral.

El problema está en que cada día aparecen ejemplos de empresas que, gracias a su riqueza, nos han robado a todos o han condicionado las leyes a su favor. Y todo ello hace entrar en crisis mis valores. Se visten de liberales, aprovechan la lógica liberal y, a la hora de la verdad, actúan condicionando el mercado a su favor constantemente.

¿Qué argumentos puedo dar yo diciendo que no hay más remedio que recortar en presupuestos públicos cuando el estado le entrega miles de millones de euros a los bancos? ¿Cómo defiendo que las ayudas a las personas no pueden ser para las clases medias cuando las empresas practican el chantage de pedir ayudas a cambio de quedarse? ¿Cómo puedo explicar que, como liberal no estoy en contra de la regulación sino de la intervención y, mientras los políticos están en plena connivencia con grandes empresas? ¿Con qué cara le pido a un funcionario que asuma recortes cuando veo que el dinero público se va a manos privadas a cambio de nada?

A pesar de la solidaridad y empatía total con reclamaciones como la dación en pago, reconozco que me generan una enorme incomodidad. Ya explicaré por qué en unos días. También entiendo que ha de haber recortes en lo público como los está habiendo en lo privado. Pero la cuestión es que, entre los políticos, los grandes empresarios y sus lamentables connivencias estoy desarmado.

Las grandes riquezas de las empresas sólo están sirviendo para poner a sus pies a los gobiernos. Les da poder de negociación. Y, sin ningún tipo de rubor, nos piden a todos que nos empobrezcamos para que ellos no pierdan riqueza. Y se justifican diciendo que ellos generan empleo… No, amigos, el empleo lo genera la demanda, que somos nosotros.

Sigo sin creer que el liberalismo sea una entelequia, tal y como yo lo entiendo. Y que no consiste en crear un sistema que provoca acumulaciones de dinero en unos pocos que, a posteriori, pone en disposición de esas personas un control férreo sobre los gobiernos. El chivo expiatorio para que cuatro ladrones tomen el dinero de nuestros bolsillos, provisionen sus pérdidas y que luego nos digan que no queda ni un duro y que hay que trabajar más.

Desde luego, no he defendido nunca posturas liberales para que políticos poderosos, banqueros y empresarios corruptos se apropien el dinero de todos. Ni para que manipulen las leyes de forma que modifiquen nuestras decisiones de compra a su favor. Ni mucho menos para que sólo se aplique el mercado liberalizado allí donde les interesa: el laboral. Como decía Lluis Llach, no era això.

¿Dónde está el salvapatrias?

Rajoy pensativo

Si en el PP no tenían bastante con Gurtel, ahora resulta que algunos papeles parecen demostrar que allí ha cobrado todo el mundo dinero en B. Pero lo verdaderamente novedoso del caso es que, por primera vez, el presidente del gobierno se ve salpicado directamente. Según esas informaciones, Rajoy también cobró.

Periodismo de investigación, dicen… No nos engañemos. Eso no existe. Cuando se publica algo es porque alguien se ha ido de la lengua. Y cuando alguien hace eso, persigue algún objetivo. Así, la verdadera pregunta es: ¿a quién le interesa destruir la reputación de Rajoy?

Lo que es seguro es que la información tiene que salir del propio PP. Y, aunque este pueda tener incentivos de fuera del partido (al PSOE puede interesarle que Rajoy caiga), el hecho cierto es que, al menos 1 persona en el PP tiene interés en todo esto. De hecho, en mi opinión al PSOE le interesa ganar tiempo, por lo que una caída antes de hora no es una buena noticia. Entonces, ¿cuáles son esos intereses?

Rajoy tiene una verdadera patata caliente. Durante semanas no se cansó de pedir a Mas que presentara una querella tras unas informaciones de El Mundo con muy poca base. Su partido lo hizo, incluso, cuando esta ya había sido presentada. Y, aún así, siguió acusando. Para mi, esa era la clave de la comparecencia de hoy en la que ya empezaba con mal pie no aceptando preguntas: ¿tendría Rajoy el valor de querellarse contra los medios que han publicado las informaciones? No.

La respuesta deja a Rajoy en una situación de debilidad enorme. Si sale una nueva información que corrobore que Rajoy cobró dinero en negro del partido, mi opinión es que quedará automáticamente amortizado. Con independencia de su veracidad. Puede que estemos viviendo sus últimas semanas como político en activo.

barcenas

A mi sólo se me ocurre que una persona con ganas de ocupar su cargo puede tener verdaderas motivaciones para desplazarlo de su sitio. ¿Quién podría ocupar el cargo de Rajoy y, a la vez, creer que en caso de elecciones ganaría con garantías al PSOE? ¿Quién se os ocurre con buenas relaciones con El Mundo, diario que lanzó las primeras informaciones? Y que, además no salga implicado o implicada en ninguna de las informaciones (sobre estas líneas, aparecen además de Rajoy, Jaime Mayor, y Rato). Si alguien piensa en Aznar, yo le descarto porque Ana Mato es de su entorno.

Y ahí está la belleza de la operación: quizás entre todos le estamos haciendo el trabajo a algún (o alguna) figura potente del PP a la sombra. ¿Qué otra opción tenemos? ¿No perseguir la corrupción? ¿Hacer la vista gorda? Imposible.

Corremos el riesgo de salir de la sartén para caer en las brasas. No podemos permitirnos que Rajoy siga en el poder si se demuestra que cobró en negro. Pero podemos acabar abrazados por un salvapatrias. Y los salvapatrias acostumbran a ser peligrosos. Muy peligrosos. Tienden al populismo. Acostumbran a convertir cualquier disensión de su opinión en un ataque a su persona y a lo que representa.

La segunda belleza de la operación es que, si se trata de alguien del partido, la única forma en la que puede contra atacar es atacando a su propio partido. Ello también comporta una inmolación personal. Rajoy estaría atrapado.

Los parlamentos español y catalán ya tienen escaños ocupados por fuerzas populistas, con discursos basados en la promesa de una regeneración democrática. Eso mismo en una fuerza mayoritaria nos lleva, de golpe, a un territorio del que es muy difícil salir. Tenemos ejemplos muy evidentes en otros países. Persigamos, pues, la corrupción. Que nadie interprete de este texto que prefiero hacer la vista gorda. Pero estemos muy atentos a lo que sucede entre bambalinas. O nos darán gato por liebre.

Critica de «El capital»

El capital

El capital cuenta la historia de un joven contradictorio y ambicioso que llega a la presidencia del banco más importante de Europa. Una vez allí se verá obligado a navegar entre las dos facciones del consejo de accionistas que pretenden dominar la empresa.

La película es de un clásico del cine, el casi octogenario (en Febrero de 2013 cumplirá los 80) director Constantin Costa-Gavras. El film, que supera en calidad su anterior Eden al Oeste, se enmarca a la perfección entre dos pilares básicos de su filmografía. La película combina su gusto por los thrillers, como lo fueron La caja de música o Desaparecido (missing), con su constante compromiso político.

Desde la bélica Amen, hace ya 10 años, Costa-Gravas no nos había dado un film de esta calidad. Dicho esto, el guión se mueve en la ambivalencia: creo que tiene un interesante sentido del ritmo y, en algunos momentos, presenta al protagonista frente a situaciones muy complejas y poliédricas que contrastan con muchos momentos del film algo superficiales y maniqueos. A ratos parece estar explicándole la crisis a un niño.

Dicho esto, y asumiendo que no trata al espectador como un adulto (como sí hacen otros films similares como Margin Call o Inside Job), la película pone el acento en la gestión política de la situación que vive un presidente de banco. Todo ello le permite esbozar un mundo donde la lucha por los puestos de 4 mandan al pacto del hambre a buena parte de la sociedad.

El discurso, por supuesto, recuerda a su propia filmografía, con toques de los míticos thrillers de Otto Preminger. Pero no es exactamente un film al puro estilo del modo de representación institucional. Son evidentes las trazas de influencias de cine francés y algunos efectos postmodernos, como el distanciamiento tan típico en el cine de Haneke.

Con inteligencia, Costa-Gravas interpela directamente al espectador con miradas y comentarios a cámara. Así antepone una distancia entre lo que el espectador está viendo y su vida cotidiana. Él no quiere que nos identifiquemos con los personajes. Al contrario, quiere convertir la realidad de estos magnates en un marco infantiloide. Incluso se refiere en diversas ocasiones a que todo es un simple juego.

El capital

El tono irónico del director franco-griego se entremezcla con un discurso casi fatalista, insinuando que las cosas difícilmente serán diferentes. Presenta un mundo donde el dinero manda en una especie de sinsentido. En un par de ocasiones, los personajes constatan la inevitabilidad de la realidad en la que vivimos. Donde entre dos elecciones, sólo podemos pensar en escoger aquella que nos perjudica menos.

La condición humana, según Costa-Gavras nos lleva indefectiblemente a renunciar a todo por dinero. Da igual lo que podamos llegar a ganar a cambio de renunciar a él. No se trata tanto de tener dinero para conseguir grandes cosas sino que es por el dinero en si mismo.

Desde el punto de vista del guión, lo que el director juega con mayor inteligencia son los clichés de género. Los personajes que esperamos que aparezcan en un film de género están presentes. Pero su devenir, evidente en la mayoría de films, no encuentran igual solución de continuidad en este caso. O, por lo menos, se nos hace menos evidente qué es lo que les pasará. Empezando por una prostituta de lujo, que juega el rol de femme fatale clásico del género o la esposa, que lo ancla a la realidad cotidiana, a sus orígenes.

En el middpoint (en la parte media de la película), el relato nos propone un alto en el camino. El único momento catártico. Después de 1 hora rodeados de espantosos ejecutivos sin escrúpulos, el protagonista vuelve a la cotidianidad y normalidad de una comida familiar. Por fin, allí el espectador se ve reflejado. Y eso le permitirá interpelar al protagonista que, por otra parte, actuará con el cinismo que se presupone a los ejecutivos.

Visualmente el film está bien resuelto. Tiene un buen ritmo y te atrapa desde el primer minuto. Además, saca un buen trabajo a los actores y actrices, que resultan absolutamente creíbles.

Costa-Gravas nos ofrece uno de sus mejores films de los últimos años sin llegar a los hitos que marcó años atrás con films como La caja de música. Y todo ello pese a que, quizás, hubiera podido tratar el tema con algo más de madurez, lo que hubiera redundado en favor de la crítica que hace al sistema.

Wert y la ley de educación

wert y la ley de educacion

Desde hace un par de semanas el debate español vuelve a estar centrado en la relación entre Catalunya y España. Ha trascencido que Rajoy quiere bajar la tensión con Convergència sin, eso sí, calentar una relación en horas muy bajas. Pero Wert parece que no se enteró y, en su afán por «españolizar a los niños catalanes» ha presentado una ley de educación que cambia sustancialmente el estatus del catalán en la escuela.

No pienso perder un minuto justificando de nuevo el por qué de la necesidad de la inmersión lingüísitica en Catalunya. Ya lo hice. Y expliqué que tratar de forma igualitaria a dos lenguas suele implicar no tratarlas de forma idéntica.

También cuesta creer que haga falta demostrar la obviedad de que el PP tiene, entre sus sueños húmedos, hacer desaparecer, ya no el catalán, sino la cultura catalana. Todo ello siguiendo aquella máxima del «divide y vencerás» con la lengua después de que todas las formas de catalán excepto la balear toman nombres diferentes al propio, en algunos casos de lo más sui generis. Y el balear ya se están insinuando. Y si no, al tiempo.

Lo que ya es de un cinismo descomunal es una España tan preocupada porque los niños catalanes no aprenden castellano (aunque los estudios internacionales digan lo contrario) cuando hay una decena de casos de demanda de estudiar en castellano y a ninguno le preocupe los miles que piden escolarizarse en valenciano y, en cambio, no les ofertan la plaza.

Y algunos bien intencionados dicen, y no con falta de razones, que quizás lo que busquen es precisamente que discutamos esto para no debatir lo «realmente importante»: la calidad de la educación. A mi me parece fantástico. Eso relega a que la lengua «no es importante», lo que casi roza lo insultante. Pero si hay que debatir sobre «lo importante», lo hacemos. Si hace falta discutimos por qué los jóvenes no encuentran trabajo. Porque somos tan malos en matemáticas y en comprensión lectora.

Tienen razón. No hay debate. Al menos no educativo. Si incluso PISA dice que el nivel de castellano de los niños catalanes es tan bueno o tan malo como el del resto de españoles. La inmersión funciona para enseñar las dos lenguas. ¿Este debate que abren las instituciones españolas es educativo? No, es identitario. Nacionalista.

Discutamos, pues, de lo importante. Pero si ello implica que deje pasar como si nada que el catalán pase a ser una «especialidad» me niego. No es mi responsabilidad que el debate esté desnaturalizado. Es de ellos, de la oligarquía de poder instalada en los aledaños del congreso de los diputados.

Así que, si hay envite del toro Wert, responderé. Responderemos como pueblo. Ya lo estamos haciendo. El mismo día que nos decían que somos unos esencialistas, los parlamentarios españoles recurrían en Europa una ley de patentes porque no podía patentarse sólo en la lengua de Cervantes.

Wert es un toro bravo. Y nosotros no tenemos demasiado poder. Muchas veces, cuando queremos echar mano no tenemos ni banderillas ni estoque. Incluso a veces nos cuesta encontrar el capote. Quizás nos dé caza con sus temibles astas. Pero lucharemos. No nos lo miraremos desde la barrera.

Lo digo con todo el respeto, pero nosotros no somos la Comunidad Valenciana. Y sí. Desde aquí le pido a mi futuro gobierno que, en caso de que nos impongan esta ley, se declare insumisa. Y, sin perder un minuto, entonces sí. Hablemos de hay que hablar: educación.

Los posibles pactos en Catalunya

Mas Junqueras

 

Hace ya algo más de 1 semana de los resultados de las elecciones catalanas. Ahora ya sabemos que CiU tiene menos apoyo del que tenía y que el gran triunfador de la noche fue ERC. Que por primera vez en toda la historia, la primera y la segunda fuerza política han presentado un programa por la independencia. Y que, a pesar de ello, el españolismo se siente triunfador.

Después de las alegrías que se llevó el unionismo, en mi opinión equivocadas, por el tortazo que se pegó CiU, las caras ya no tienen la sonrisa inicial. ¿Por qué? Pues porque aunque la aritmética diga otra cosa cosa, la realidad es que sólo hay un pacto posible y que, además es poco probable.

CiU no puede pactar con el PSC. El PSC necesita rehacerse. Lleva 10 años en caída libre y, en realidad, corre un severo riesgo de pasar a un ostracismo eterno. La crisis alimentará que sus votantes migren a ERC entre aquellos que quieren más nación, a IC aquellos que quieran más izquierda, y a Ciutadans aquellos que quieran más España.

Tampoco puede hacerlo con el PP. El grado de beligerancia ha sido muy alto. Si ha habido un partido que ha insistido de malas maneras en toda la porquería que vertió El Mundo sobre CiU ha sido el PP, tanto desde Barcelona como desde Madrid.

Así que la única opción es ERC. En cierto modo, la sonrisa inicial del unionismo se ha quedado algo congelada. Por eso el ministro Margallo ha pasado de hablar de cáncer a pneumonía (nota al margen quede lo lamentable que es llamar a una opción democrática como cáncer, lo que demuestra que son calificativos no exclusivos de la caverna mediática extremista). Menos grave, pero grave al fin y al cabo.

Es cierto, a mi me cuesta creer que haya referendum. Quizás lo haya porque intuyo en Junqueras unas formas poco propias de los políticos, pero en malas condiciones (demasiado deprisa, demasiado poco pensado). Eso sería peor para los independentistas que el hecho de que no se haga.


Explica Toni Soler
en su artículo semanal en el diario Ara que lo inteligente sería generar unas condiciones que hagan inevitable votar sí. Pone el ejemplo de la transición, donde votar en contra de la constitución, donde no tuvimos más remedio que votar a favor de cosas desagradables, era casi tanto como apoyar la dictadura.Eso no evita que haya elementos esperanzadores para el independentismo. Que el mundo visualice el partido de gobierno y el primer partido de la oposición son fuerzas independentistas tiene una fuerza enorme. Si en vez de emperrarse en querer correr mucho, se dedican a construir estado, las cosas podrían ser diferentes.

El problema es que, como expliqué la semana pasada, el pacto es altamente inestable. A pesar del tono constructivo de Junqueras. Dudo que Junqueras tenga fácil convencer a sus bases de lo que pretende. Y también parece que Duran y Unió están volviendo a modificar el discurso.

Y ese es el segundo temor del PP. Si la Generalitat no tiene estabilidad suficiente o sucumbe a las intenciones de la izquierda de disminuir la reducción del déficid, España entera sufrirá las consecuencias en los mercados. La victoria moral del unionismo le puede salir cara. Su sonrisa se ha congelado.

La independencia gana y no lo sabe

Palau de la Generalitat

Ya tenemos el nuevo Parlament. Los resultados han sido una sorpresa. CiU ha obtenido unos resultados mucho peores de los que cualquiera podría esperar y, en paralelo, el secesionismo se ha mantenido como hegemónico a pesar de la alta participación.

Hace unos días publiqué un post donde intentaba dar algunas de las claves. Decía que sería un error pensar que una derrota (moral) de CiU significa una derrota del independentismo, como dan a entender los medios de Madrid. Yo sacaría las siguientes conclusiones:

Por un lado, a CiU le ha salido el tiro por la culata. Ha fracasado en su objetivo. Pretendía consolidar su posición en una época difícil para la gobernabilidad, y el nuevo parlamento exige acuerdos que la complican aún más.

Pero no puede tampoco olvidarse una serie de cosas: Ha más que duplicado la segunda fuerza política en votos absolutos. Y ha conseguido mantener el control sobre el gobierno en una época en la que absolutamente todos los gobiernos se ven barridos cuando llegan las elecciones.

Por último, Mas tiene una gran virtud. Dice las cosas como son. O, al menos, como le parecen. Con una franqueza cristalina. La lectura que está haciendo CiU de la caída me parece muy inteligente y alejada del típico cinismo al que estamos acostumbrados. Sin eso, las elecciones le hubieran ido peor.

Respecto a la cuestión del soberanismo, que no os engañen. El triunfo del independentismo es espectacular. En Catalunya, para las elecciones autonómicas había menos participación que en las generales siempre. El mito era que los que no votaban era porque eran españolistas y no se sentían representados. Esta vez no se han quedado en casa. ¿Y cuáles son los resultados?

1.768.810 personas han votado partidos que reclaman la independencia frente a 1.278.689 que se oponen. Rozando los 500 mil votos de diferencia. Digerid eso. Da igual si los escaños son 2 menos.  Hacen mayoría absoluta de sobras. Y si se contrastan estos datos con los de las anteriores elecciones y teniendo en cuenta que CiU ha pasado de una posición ambigua a una posición netamente independentista, esto es lo que sucede: el independentismo ha incrementado su apoyo en 243.886 votos frente a 210.236 votos unionistas. Vuelve a ganar el independentismo.

Es verdad que presuponer que esos serían los votos favorables a la independencia y los contrarios es muy atrevido. Ni todos los votantes de CiU votarían a favor ni todos los del PSC votarían en contra. No he incluído los de IC ni en un lado ni en otro. Ni, por supuesto, los de las fuerzas extraparlamentarias excepto los de UPyD que sí sabemos qué quieren a este respecto. Lo que sí podemos inferir es que los catalanes no le temen a una independencia.

De todas formas, entiendo que hay un juego de minar la «moral» del rival. Entiendo que ahora la prensa y los políticos que controlan la capital del Estado vendan que el soberanismo no funciona. Doy por hecho que ese será el mensaje por mucho tiempo. Si se quedan sólo en eso se estarán equivocando. Volverán a ningunear al independentismo y ello no hará más que aumentar su apoyo social.

La tercera lectura es que la gobernabilidad será muy complicada. Apoyar a CiU puede ser un harakiri para ERC. CiU puede hacer algunos gestos por la vía de aumentar los impuestos a los ricos, pero los recortes seguirán siendo inevitables. Quizás la disyuntiva de ERC sea un futuro prometedor para ellos o un futuro que prometen para el país.

Creo que el proceso sufrirá un parón a no ser que ERC de verdad decida ir a muerte. Mas ha quedado debilitado. Pasearse por Europa explicando el proceso no es una opción. A no ser que le apoye Junqueras. Por primera vez en la historia, la primera y la segunda fuerza son independentistas. Este es un cambio espectacular. La imagen de un pacto CiU y ERC podría verse como un proyecto de país muy potente. La primera y la segunda fuerza política apostando por el proceso.

Pero para los que no queréis la independencia aún tenéis esperanza. Las fuerzas catalanistas han acostumbrado a no ser demasiado capaces de colaborar. Así que me cuesta ver el pacto CiU+ERC. Sin ese pacto, no veo posible el proceso. Y tampoco la gobernabilidad. Vienen años difíciles. Y, al menos, hasta navidades la incertidumbre será máxima.

¿Cuál es el verdadero riesgo del independentismo desde mi punto de vista? Las ideas necesitan líderes creíbles. Entre otras cosas, el secesionismo ha crecido porque lo lidera gente potente. Si ahora, ya sea porque el país se vuelve ingobernable o porque gobiernan y lo hacen mal, podría sufrir un retroceso. Ahora, más que nunca, lo tienen que hacer bien.

Si los políticos catalanes actúan como se presupone que harán, el proceso se podría paralizar por unos cuantos años. El proceso entra en una vía incierta. El españolismo, habiendo perdido, se ha apuntado un tanto. Pero la corriente de fondo sigue. Quizás lleve más tiempo. Pero si las cosas no cambian, seguirá creciendo.