El pensamiento único en Catalunya

¿Por qué en España se insiste tanto en que en Catalunya hay pensamiento único? ¿Nadie se pregunta ni una sola vez por qué todos los medios españoles publican exactamente lo mismo respecto a Catalunya? Resultaría gracioso si el tema no fuera importante. Se nota que la gente no tiene ni idea de lo que publican los medios catalanes. Es cierto que durante un par de meses La Vanguardia hizo portadas como esta. Pero duró poco. Si alguien cree que una portada como la que se ve a continuación es la típica de un medio independentista es que no entiende de qué va la película:

la vanguardia

 

En Catalunya hay medios abiertamente independentistas, como el El Punt Avui, o el ARA. Claramente a favor del sí. Hay otros cláramente a favor del no. No olvidemos que La Razón, aunque diario de Madrid, se financia con capital catalán. Aunque se pueda discrepar de si el medio es catalán, no puede dudarse que se edita gracias (o, en este caso, por culpa) a algún catalán. Y luego los hay a favor de la autodeterminación pero que optarían por el no, como La Vanguardia y El Periódico. Dentro de estos diarios hay gente españolista, independentista y toda la gama de colores posibles.

¿Y en España? ¿Alguien me dice un medio que medio está a favor, ya no de respetar una posible independencia, sino de defender una autodeterminación? Eso sí, en Catalunya hay pensamiento único…

¿Por qué en España preocupa tanto el gasto en política exterior de Catalunya? Pero, ¿cuánto gasta la Generalitat en cifras absolutas, cuanto en cifras relativas a otras comunidades y, sobre todo, qué retorno obtiene? Pues los datos, que podéis consultarlos aquí, son estos que veis a continuación (el gráfico lo he encontrado aquí, creo que hecho por este perfil).

oficinas comerciales autonomías

Resulta que Catalunya no es, ni de lejos, la que más gasta. Le gana por goleada Andalucía y le duplica el País Vasco, además de Castilla la Mancha. Curioso que nadie hable del escándalo que supone que Andalucía gaste casi 5 veces más. Pero si miras el gasto por habitante, resulta que Catalunya esta muy por debajo de la media. Incluso por debajo de Madrid, que tantas lecciones de españolismo nos da. Y, respecto al retorno, ¿cuál es la comunidad más exportadora de España? Resulta que Catalunya es la comunidad más exportadora con diferencia (26,5% de las exportaciones totales). Fijaos en este artículo del ABC y ahora preguntáos si el titular hubiera sido el mismo de ser Madrid la más exportadora.

Si Catalunya no es la que más gasta, ¿por qué esta portada?

portada ABC

¿Por qué se niega el déficit fiscal catalán? Incluso se insiste tanto en que Catalunya «roba» al resto de españoles. España nos ha tenido que rescatar con el dinero de «todos los españoles». Y en base a eso, se nos niegan derechos y, sobre todo, legitimidad. Pero analicemos la situación.

En Catalunya sabemos que los catalanes pagamos en forma de impuestos más de lo que percibimos. Absolutamente nadie pide que eso deje de ser así. Lo que nos preguntamos es dónde acaba la solidaridad y empieza el expolio. En cambio, Monago dice que los que pagan son los extremeños. ¿Quién miente? Busquemos pues datos oficinales. Y… ¡Resulta que no hay!

Cuando los catalanes protestamos, el gobierno español sólo da como respuesta 3 cosas: 1º/ Se niegan a publicarlas. 2º/ Dicen que, en todo caso, habría que tener en cuenta también las balanzas comerciales (lo que, a mi juicio, es casi un reconocimiento de que las fiscales son dramáticas para Catalunya) y 3º/Madrid es mucho más solidaria que Catalunya.

Lo reconozco, he mentido. No es verdad que nunca se hayan publicado las balanzas. Se hizo 1 vez. Costó lo que no está escrito y Zapatero, que lo había prometido, se hizo de rogar. En 2008 se publicaron las de 2005 y, curiosamente, esos datos que publica la Generalitat año a año y la prensa de Madrid siempre señala como falsos, se vieron corroborados. Eran exactamente los mismos resultados.

balanzas fiscales

Y resulta que sí, que Catalunya es solidaria, pero siempre detrás de Madrid y Baleares. ¿Vamos un poquito más allá? Ahora voy a una parte algo más técnica. Las balanzas fiscales pueden calcularse con dos metodologías (monetaria o beneficio) y pueden ser neutralizadas o no neutralizadas.

Ya sabemos todos que los gobiernos acostumbran a tener déficit. Y ahora tenemos muy claro que el déficit se ha de pagar sí o sí. Con lo que, si quieres hacer una balanza fiscal correcta, has de «restar» el déficit repartido entre todas las comunidades. Eso es neutralizar las balanzas.

De no hacerlo, especialmente hoy con tanto déficit, todas las comunidades tendrían superávit, lo cual es absurdo. Cuando sale algún ministro y dice que en Catalunya se ha invertido más de lo que hemos pagado los catalanes es porque no han neutralizado las balanzas. Bonita forma de mentir.

Respecto a las metodologías: la de flujos monetarios mide dónde se han «gastado» los recursos. La de flujo beneficio mide dónde se obtiene el «beneficio» de ese gasto. Por ejemplo, si un funcionario de Madrid está planificando una obra en una autovía en Andalucía, el flujo monetario considera que eso es dinero para Madrid (el sueldo del funcionario, no la autovía). El método beneficio, carga ese dinero a Andalucía.

¿Cuál es mejor? Pues son diferentes. Pero es evidente que, cuando una comunidad concentra la inmensa mayoría de los funcionarios del estado (la comunidad de Madrid tiene más del 30% de funcionarios del estado con menos de un 14% de la población, que en el método beneficio se ponderan entre las comunidades), cuando concentra la inmensa mayoría de instalaciones por el «bien común» (como el museo del Prado, con sótanos llenos de cuadros maravillosos que mejor allí que un museo en, ¡qué se yo! Zamora) y con montones de infraestructuras pensadas para convertirla en centro neurálgico (AVE’s, autopistas gratuítas…), el método beneficio la convierte en mucho más generosa de lo que, en realidad es. Al fin y al cabo, los funcionarios de Madrid, cuando salen a tomar cañas, lo hacen en bares de Madrid, moviendo su economía y no la de los demás.

Si a todo eso le sumamos que el efecto capitalidad arrastra a sedes de empresas que pagan sus impuestos allí, sea donde sea su actividad, el mensaje está servido: los madrileños son mucho más solidarios que los catalanes. Pero la realidad es que eso sólo es verdad si se mira con el método beneficio. Pero, ¿qué pasa si se mira el método flujo monetario?

Si uno mira la letra pequeña de la wikipedia (un día hablaremos sobre quién la controla, un debate interesante), dice que en el enfoque de flujos monetarios Catalunya es la más solidaria en valores absolutos. Es decir, que es la que más dinero aporta.

flujo monetario

Y en el informe del Instituto de Estudios fiscales, encontramos este gráfico, donde vemos los datos en función del flujo monetario:

flujo monetario valores absolutos

Insisto en que son datos del gobierno central. Y otro gráfico más:

flujo monetario

Este gráfico es la relación entre déficit fiscal y el PIB. Más de un 8%. O lo que es lo mismo, el 40% de nuestros impuestos. Lo voy a repetir. El 40% de los impuestos de los catalanes se van y nunca vuelven. ¿Cómo se os queda el cuerpo?

Podría ir más allá y decir que la renta de los catalanes es la cuarta antes de pagar impuestos y la undécima después de pagarlos. Pero sólo os haré una pregunta: ¿Os parece razonable que cada catalán pague más de 2000€  que luego no vuelven? Es decir, unos 6000-8000€ por familia. ¿De verdad eso es solidaridad?

Debéis comprender que escuchar que te han tenido que rescatar y que vas a tener que pagar intereses por 5000 millones de euros cuando, cada año, tú estás pagando 11000 millones de euros, duele. 11 mil millones cada año, ¿eh? Y, claro, te dicen, en caso de independencia, estarás en la ruina. ¿Más que ahora? ¿Qué haréis vosotros con 11 mil millones menos?

Dos apuntes finales. Es verdad que en porcentaje respecto al PIB, Baleares tiene más déficit. En el caso de Baleares tiene una «justificación». Tienen muy poca población y su economía se basa en el turismo, que aporta mucho IVA extra. Es normal que tengan algo más de déficit que la media. Eso sí, en ningún caso el que tienen, que es un auténtico atraco. Y tampoco deja de ser sorprendente cómo, según flujo monetario, las 3 comunidades que más pagan son: Baleares, Catalunya y Valencia. Y estas 3 comunidades me recuerdan a algo. No sé yo…

¿Por qué los medios españoles están tan preocupados por la lengua española en Catalunya? Dicen que aquí no se enseña. Eso cuando no dicen que al que lo habla le metemos un petardo en el culo. Dicen que es imposible que un sistema de inmersión lingüística en catalán puede enseñar el castellano con niveles equiparables al resto del de los niños españoles.

Y entonces sí, montamos campañas diciendo que hay cantidad de niños desamparados que no pueden aprender en su propia lengua y conseguimos la friolera de 17 peticiones de enseñanza en castellano en todo el territorio. Exigimos que si un sólo niño pide las clases en castellano, tienen que hacerse en castellano pero no decimos qué pasa si uno las pide en catalán. Hablamos de la libertad de elección de los padres, pero es la única que nos dan. ¿Qué otra asignatura puedo optar a aumentar/reducir dedicación?

Y todo ello, ¿por qué? Es que los niños catalanes no saben hablar castellano. Pero eso es en la prensa de Madrid. Porque en los colegios catalanes la hablan tan bien o tan mal como en el resto de España. ¿Y qué dice el ministerio de Educación? Cuando sale el ministro, «hay que españolizar a los niños catalanes». Ahora, cuando el ministerio da datos, resulta que el nivel de castellano de los niños catalanes es incluso superior a la media.

Y uno se pregunta: si el sistema catalán da unos niveles de castellano como los del resto de la península, ¿dónde está el problema? Yo os lo digo: es un tema puramente político. Pero luego somos los catalanistas los que estamos todo el día preocupados por cosas que no interesan a nadie. Cosas que no son del mundo real. Ellos se preocupan por convertir el País Valenciano en Comunidad Valenciana, cambiar el nombre de las ciudades, y en llamar al catalán con nombres incluso exóticos.

Pero en Catalunya hay pensamiento único. Nos gastamos todo el dinero de los catalanes en construir país a través de embajadas. Robamos a los españoles. Y de castellano ni papa. Perdón, debí decir español. Esto está hecho con el google translator. ¡Ah! Y los pinchos lo hacemos con carne de los muslitos de los andaluces que cometen el error de acercarse a Barcelona. Creedme, es tan salerosa, que está riquísima.

NOTA: Nótese que cuando hablamos de «España» estamos hablando, en realidad, de los medios de comunicación que se publican en Madrid. Lo que sucede es que esta visión, necesariamente centralista, es la que tiene más capacidad de influir en las percepciones. Y también es la que tiene fuerza real para modificar el relato.

Independentismo y municipios

Hay un detalle que algunos expertos aquí en Catalunya están señalando y mucho me temo que en el resto de España la gente desconoce. ¿Qué relación hay entre los municipios y el movimiento independentista? ¿Es que puede tener? Sí, y mucha.

Desde la llegada de la democracia, los partidos de perfil catalanista han tratado de atraer competencias hacia la Generalitat, que ha llegado en gran medida, un mayor control económico, que ha llegado a medias, y un reconocimiento nacional, que apenas ha calado en la forma de articular España por parte de sus diversos gobiernos.

Visto con perspectiva, a principios del milenio, en Catalunya hubo un desgaste emocional imporante. El nacionalismo tenía la sensación que no conseguía su objetivo primordial, el reconocimiento histórico. Y todo ello, a pesar de los constantes acuerdos entre Pujol y los gobiernos centrales.

Pacto del Mayestic

Cuando ganó Maragall este intentó dar el paso definitivo. Un paso que, a ojos de los catalanistas del PSC, no interesaba a CiU. Cerrar de una vez el preciado reconocimiento. Según ellos, eso dejaba CiU sin discurso. ¿Cuál era el plan? Apoyo a un reformista para liderar el PSOE (Zapatero) y lideró una modificación estatutaria que acabó Montilla y que pretendía fijar aquello que la constitución no se atrevía hacer: declarar abiertamente que Catalunya es una nación.

¿Qué pasó al final? Zapatero no resultó ser tan reformista. El proceso del Estatut se alargó una eternidad. Primero para que los catalanes nos pusiéramos de acuerdo. Después para que en Madrid le «pasaran el cepillo». Y finalmente, cuando lo transquiló el TC.

El desgaste emocional fue enorme. Muchos años y, no sólo no se fijó la identidad sino que se puso en cuestión cosas que eran sagradas, como la inmersión lingüística. La Generalitat que durante años había prometido garantizar esos valores indentitarios, no sólo había fracasado. Seguía insistiendo en que sería el garante una vez perdida toda credibilidad.

Pero semanas después de la sentencia del TC, se convocó una manifestación que cambio inercias. El 10 de Julio de 2010, un millón de personas salió a la calle a reclamar el respeto a l’estatut. El eslogan era: «som una nació, nosaltres decidim» (somos una nación, nosotros decidimos).

10j

La Generalitat estaba noqueada. No supo tomar el pulso de la calle. Lo que se percibió como una humillación hizo crecer el indepentismo que se nutrió de federalistas frustrados. Y sucedió algo sorprendente para los que desconocemos la historia.

Apareció un nuevo protagonista: los municipios. Unos meses antes de la manifestación, algunos municipios lideraron unas consultas populares a modo de referendum. Los alcaldes y los consistorios empezaron a pronunciarse a favor de permitir que la gente vote libremente. Por primera vez en mucho tiempo, el nacionalismo catalán hacía algo que alegraba sus bases.

REFERÉNDUM SOBRE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA CONVOCADO EN ARENYS DE MUNT

La cosa no acabó ahí. Una nueva iniciativa trato de provocar que los municipios que lo desearan se declararan municipios a favor de la independencia. Y algunos de ellos han enarborado la bandera estelada, símbolo de la reivindicación independentista.

Si esto no era suficiente, un nuevo partido de base municipal empezó a cuajar en el imaginario colectivo: las CUP. Se trata de un partido de izquierdas, asamblearista, hiperdemocrático. Y que ha consolidado presentándose primero sólo en los municipios. Yahora ya están en el parlamento.

Desde mi punto de vista esto tiene una significación social (los ayuntamientos son las administraciones que están más cerca de la gente) e histórica (la proclamación de la República Catalana del 14 de abril del 31 se hizo desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona) muy importante.

Todo ello parece estar cuajando en la famosa manifestación del 11 de septiembre y, en realidad, los resultados de las elecciones parecen corroborarlo, aunque la mayoría no sea operativa. El proceso, acabe como acabe, sólo habrá sentado sus bases. Quizás el futuro de Catalunya se esté escribiendo desde abajo hacia arriba.

Los herederos del espíritu de Cambó

Alfons Quintà

Ha pasado algo más de 1 mes desde las elecciones catalanas. Los resultados dan una mayoría de partidos favorables a la independencia y una mayoría aplastante a favor del derecho a decidir.

En un primer momento, se hizo una lectura errónea desde las oligarquías de Madrid creyendo que los resultados indicaban que la gente no quería independencia. Desde mi punto de vista, también se hizo (y se mantiene) una lectura equivocada desde el catalanismo: la victoria pírrica de Mas deja el proceso en una situación tremendamente compleja.

Por un lado algunas personas han hecho movimientos que se están interpretando que tienen el objetivo de ocupar la silla de Mas desde el propio CDC. Incluso hay movimientos que algunos han acertado a llamar «hacer un Aguirre». Es algo que pasa en todos los partidos.

Pero a esos movimientos «normales» hay que sumar que Duran i Lleida parece dispuesto a utilizar UDC para descarrilar el proyecto de Mas. Sería interesante un día hablar de lo que pasa dentro de Unió, mucho más independentista que su líder. Pero es un tema que yo personalmente no conozco lo suficiente.

En ERC los movimientos, al menos, no han trascendido. Pero estoy seguro de que las bases apretarán en cuanto la tijera que ponga a funcionar. Está demasiado instalado en el imaginario colectivo que esto de recortar es pura ideología. Con independencia de si es cierto o no, les va a ser muy duro que alguien que era independiente hace sólo año, tome las riendas de ERC  y mantenga un pacto con CiU.

Por si fuera poco, hay una base de empresarios y periodistas, eso que llamamos sociedad civil por no llamar élites, que no lo ven claro y harán todo lo que esté en su mano por frenarlo. No quieren democracia. No sea que el pueblo discrepe de su punto de vista.

Y ahí los tenemos. Todos sabemos quienes son. Y también de dónde vienen. ¿Los Lara? ¿A esos tenemos que escuchar? O la familia Godó. ¿Analizamos el currículum de las dos sagas mediáticas más importantes del país? Digno de estudio el cambio radical de línea editorial de La Vanguardia. Y algunos mitos de nuestra historia personal como Alfons Quintà, hoy editor de El debat, un medio digital absolutamente enfrentado al govern.

El caso de Quintà también es de análisis. Uno de los fundadores de El Pais, tilda a TV3 de «soviética». Insinúa, si no dice abiertamente, que TVC es sectaria. Pero, ¿saben quién fue el primer director de la cadena? Él mismo. Así que debió sembrar la semilla. ¡Ah! Esos a los que llama sectarios, esos a los que acusa sutilmente de ladrones son los que le pusieron en el cargo.

Y conste que esas acusaciones no empezaron después de dejar TV3. Tampoco después de dirigir El observador, un medio auspiciado por uno de los hombres fuertes de Pujol, Lluis Prenafeta. No, antes de su etapa en TV3 ya había realizado una serie de artículos en los que acusaba a Pujol de ladrón por el caso Banca Catalana. Curioso sectario Pujol que, tras llamarle ladrón, te da la dirección del medio de propaganda justo en su creación, cuando se sientan las bases. Y eso que el caso Banca Catalana da para unos cuantos libros.

Por cierto, sentado sobre la base que TV3 es la herramienta de propaganda del nacionalismo (la crosta que diría aquel) le preocupa mucho el tamaño de la tele catalana. Dice que tiene unos pocos empleados más que un portaviones. Pero, en cambio, no le he leído nunca que con la plantilla de TVE se puedan llenar varios de esos barcos.

Ya sabemos quiénes son. Heredan el espíritu de Cambó, que vendió el país financiando la guerra de Franco. Siempre han sido poderosos y ponen una dificultad más en el camino. Puede que la más grande de todas.

Lanzarse a la epopeya de una independencia con el medio escrito más importante en contra, con una TV3 que siendo líder sólo representa un 14% de la audiencia, con el Cercle de Economía trabajando básicamente en contra (aunque no todos, sí muchos de ellos) se hace difícil. Tanto que me resulta hasta demasiado épico.

Tienen todo el derecho del mundo a luchar por lo que creen. Por supuesto. Pero no a base de insinuaciones e insidias falsas. No a base de desligitimar nuestras instituciones. Hace unos días dije en twitter a unos amigos que veríamos brillar rayos C cerca de la puerta de Tannhäuser, en referencia al final de Blade runner. Y si no, al tiempo.

Cuando dije hace unas semanas que veía difícil que se celebrara el referendum ya pensaba en este tipo de cosas. Poco a poco se van concretando. Los riesgos son enormes pero, aún así, la lucha merece la pena. Y, además, no tenemos otra opción.

¿El proceso por la independencia se parará?

arc de triomf

Ayer publiqué un post en el que señalaba que el independentismo ganó claramente las elecciones de este fin de semana. Los datos cantan. Algunos se nieguen a aceptar la realidad, como se ve en la conversación que mantuve por twitter con el secretario general de las NNGG del PP en Catalunya. Claro que la conversación acabó cuando me instó a que mirara la prensa internacional. Curioso que, después que le demostrara que, efectivamente, la leo, se acabara la conversación.

 

twitter con Marcos

Dicho esto, ¿creo que el proceso independentista tiene posibilidades en esta legislatura? Mi impresión es que muy dificilmente. Y si en esta legislatura no se tira adelante, pasarán muchos años antes de que volvamos a tener una oportunidad. Parece contradictorio con el hecho de que yo diga que el apoyo aumenta ¿no?

La poética está clara. Hay un pueblo bastante unido en torno a la idea de abrir un proceso constituyente. Bastante más de la mitad del parlamento ha votado por partidos pro independencia. Falta un escaño para los 2/3 apoyando el derecho a decidir. 1 millón y medio de personas en la calle. La épica de un pueblo enfrentado a unas instituciones poderosas…

Pero, ¿y la realidad? La crisis ha tenido un efecto catártico. Lo ha acelerado. Las dificultades económicas han puesto de relieve el trato injusto que recibe Catalunya en lo económico. Y el movimiento independentista ha crecido como la espuma. Pero esta moneda tiene un reverso. Gobernar es tremendamente impopular.

La lógica secesionista invita a un pacto CiU + ERC. Que CiU tiene todos los incentivos del mundo para pactar con ERC es evidente. Pero, ¿y ERC?

Para empezar, las bases de ERC son muy de izquierdas. Mi impresión es que son muy contrarios a pactar con CiU nada que vaya más allá de un referendum. Pero CiU va a necesitar alguien con quien pactar presupuestos y, por tanto, recortes. Si no los pacta con ERC, ¿con quién? ¿Es compatible un pacto con el PP en lo económico y otro con ERC en el proceso independentista? ¿O con el PSC? Parece obvio que no.

¿Y cómo actuará el gobierno central frente al envite? Cortando el grifo, lo que se traduce en más recortes. Y en más desgaste. ¿Asumirá ERC ese esfuerzo a cambio de qué? ¿La práctica desaparición a cambio de la independencia? Me cuesta creer, la verdad.

A todo eso, hay que añadir motivos históricos. Las relaciones entre los dos partidos no han sido nunca buenas. Cuando ERC apostó por el tripartit, se abrió una herida de difícil sotura. Por si fuera poco, ERC ha apoyado a CiU una vez. Fue Heribert Barrera en los años 80. Eso comportó una hegemonía de casi 25 años de CiU y la práctica aniquilación de Esquerra. ¿Se atreverá a repetir la jugada?

La única vía que veo abierta es que el actual líder de ERC Oriol Junqueras no tiene la vocación de perpetuarse en la política. Ya era conocido antes de ser candidato por colaboraciones en los medios. Quizás esté dispuesto a sacrificarse a cambio de un objetivo mayor. Eso cambiaría la realidad que estoy pintando e, incluso, podría llegar a reforzarlo por la simbología de que los dos primeros partidos (izquierda y derecha) vayan juntos por un objetivo superior.

Si el proceso se para ahora, los independentistas probablemente tardarán en tener una nueva oportunidad para llevar a cabo sus objetivos. Si, en cambio, las fuerzas catalanistas se unen, tendrán una fuerza moral enorme. Comeremos los turrones con las respuestas. Mientras tanto, conformémonos con las uñas.

Cómo interpretar los resultados de las elecciones catalanas

En España el parlamento es relativamente fácil de interpretar. El bipartidismo simplifica las cosas. Hay un partido de centro derecha (PP), uno de centro izquierda (PSOE). Y luego represnetantes minoritarios, ya sean ideologías (como IU o el regeneracionismo populista de UPyD) o por nacionalismos regionales (CiU, PNV…).

Visto ese panorama, intuyo que un parlamento como el catalán debe ser difícil de interpretar para alguien poco acostumbrado a que haya tanta igualdad entre tantas fuerzas. ¿Cómo interpretar unos resultados de este tipo? ¿Por qué CiU parece que no va a sufrir desgaste después de hacer unas políticas tan impopulares?

En España hay, esencialmente, 1 eje: el social o económico. En Catalunya hay 2 ejes: el social y el identitario.  Un bipartidismo en cada uno de los ejes nos lleva a 4 partidos. Y luego las minorías, claro.

En el eje social, CiU y PP a la derecha y PSC y ERC a la izquierda. Ciutadans y SI no lo tenemos aún claro. En el eje identitario, la cosa es más compleja: CiU, SI y ERC están en el lado del nacionalismo catalán. El PP y Ciutandans netamente por el nacionalismo español. El PSC tiene una posición más compleja. Reconoce la identidad catalana pero parte de su perfil de votantes no es nacionalista catalán.

Pero es aún más complejo. Hay un perfil de votante de derechas que vota CiU en las catalanas y PP en las generales. Este perfil tanto puede ser nacionalista catalán pragmático (que prefiere votar una fuerza mayoritaria en España y garantizar que gana la derecha) como nacionalista español pragmático (que hace lo mismo que el votante catalanista de derechas pero al revés con el mismo resultado).

Queda la interesante postura de Iniciativa. Van desde un españolismo muy moderado e hiperrespetuoso con la realidad catalana como un independentismo que prioriza lo social a lo nacional. Su postura es: que el pueblo opine y nosotros a los nuestros les damos libertad de elección.

Por último, las CUP parecen estar llamando a la puerta y no me los quisiera dejar. Son un partido de un izquierdismo convencido. Nace desde el municipalismo (algo digno de ser estudiado la influencia de los municipios en todo este proceso) y es netamente independentista.

A partir de estas premisas: ¿cómo deben interpretarse los resultados de la elecciones de este fin de semana? Desde mi punto de vista, estas son las claves:

Clave 1/ No simplificar. Salga lo que salga. Tan equivocado es decir que si CiU saca mayoría absoluta en Catalunya la gente quiere la independencia como decir, si no lo consigue, que no.

Clave 2/Si se busca interpretar el rechazo o aprecio a la independencia (que no la voluntad definitiva de la gente) que tengan los resultados depende de las sumas. Si CiU, ERC, IC, SI y las CUP suman más de la mitad, el nacionalismo catalán se llevará una buena victoria moral. Querría decir que, cuanto menos, a una parte importante de la sociedad le parece bien hacer un referendum. Todo indica que será así.

Clave 3/ Si además CiU, ERC y las CUP son mayoría sin necesidad de IC, querría decir que el independentismo, al menos, no genera rechazo. ¿Querría decir que saldría sí en un referendum? No necesariamente. Mucho votante de CiU dudo que votara si a la hora de la verdad. Pero cuidado, algunos votantes del PSC, otros de IC y otros que podrían quedar ocultos si SI y las CUP no entran, votarían el sí. Dicho con otras palabras, no resolveremos aún qué prefieren los catalanes. De todas formas, todo indica que la suma rozará el 60%.

Clave 4/ La suma de votos (que no de escaños) del nacionalismo catalán debe superar es el millón y medio de papeletas (1.524.924 para ser exactos). No estoy contando ni a IC ni al PSC (donde, como he dicho, hay independentistas).

Si el nacionalismo español supera el millón de votos (sus resultados en las anteriores fueron de 1.068.453) seguirá muy por debajo del catalanismo. Si no crecen mucho debería hacerles pensar que el independentismo tampoco espanta a la gente. En todo caso, un crecimiento relevante podría demostrar que es capaz de movilizar sus bases.

Clave 5/ De cara a una posible independencia, hay 2 millones de abstencionistas de los que, probablemente, muchos votarían. Pero hoy por hoy, es imposible decir a favor de qué.

Intuyo los titulares de la prensa de Madrid si CiU no saca la mayoría absoluta. Si hablan de fracaso del independentismo estarán cometiendo un nuevo error si los sufragios independentistas aumentan o se mantienen. Seguiremos sin la respuesta. Lo que sí nos dirán los resultados es qué cautiva más a los catalanes. Ya sólo tenemos que esperar unos días…

 

¿Nos queremos?

Hace unos días, mientras preparaba el post sobre el manifiesto de los 300 intelectuales, me encontré una foto que me hizo pensar. La foto es la que aparece sobre estas líneas. Me llamó la atención la frase: «Nos queremos». Y todo ello rodeado por la bandera catalana y la española. Formulado como pregunta es interesante: ¿nos queremos?

Lo que denota el mensaje es claro: Catalunya y España nos queremos. Puedo estar equivocado pero esta imagen tiene pinta de estar sacada de alguna expresión, ya sea en forma de miting, manifestación o evento, de algún partido o entidad unionista. Unionismo entendido como un colectivo que defiende la unidad de España.

Lo interesante es, pues, no es lo que denota sino lo que connota. ¿Y qué connota? La práctica totalidad de los españoles y también muchos catalanes unionistas, interpretan que el amor a España y la voluntad de permanecer en ella son una misma cosa. ¿Cómo podría alguien querer a España y, a su vez, querer dejar de pertecer a ella?

Todo ello lleva a una conclusión clara. A pesar de que ya casi nadie niega en Catalunya que el trato que nos dispensan las instituciones españolas, especialmente en lo económico, no es justa, el cariño al estado sólo puede expresarse por la vía del unionismo: queriendo participar de sus instituciones. Si se la quiere, se cambia desde dentro.

Pero todo ello contrasta con una realidad. Los gestos independentistas, cada vez más, basan su discurso en el mensaje positivo. En las manifestaciones no se insulta a España y los españoles. Se habla de la voluntad de la gente. Se habla del gusto que da pasear rodeado de tant gente que piensa como uno. ¡Ah! Y se reparten pegatinas que rezan «España, país amigo».

Debemos modificar el paradigma del debate. Acabe como acabe esto no puede construirse sobre animadversiones. Ni sobre recelos. Ni odios. Si España supera este trance como los unionistas quieren debe acabar porque en España se respeta la singularidad catalana como algo enriquecedor. Si lo hace a través de la independencia, es fundamental que seamos países amigos. Si no hermanos.

Yo quiero la independencia. No sé si alguna vez lo he expresado tan claramente en el blog. Pero yo no odio España. En España tengo mis raíces: mis abuelos paternos nacieron en Aragón. Parte de mi familia vive en Valencia, en Andalucía, en Madrid. He pisado casi todo el país. Tengo buenos amigos. Leo a los escritores españoles y veo sus películas. ¿Cómo iba yo, ya no a odiar, sino a no estimar España? ¡Imposible!

Los odios y las animadversiones no podemos permitirnos que dominen los debates. Odiar no construye. El amor tampoco implica querer compartir cama. Negar las profundas relaciones que nos unen roza lo ridículo. Construir desde el afecto es mucho más inteligente sin que eso deba implicar que no se puedan abrir ciertas puertas.

El Manifiesto de los 300

Explica Enric Juliana que todo el movimiento secesionista catalán está moviendo cosas en Madrid. Obviamente hablamos de esa Madrid institucional, no de la gente de la calle que las sufre igual que nosotros. Madrid oficial e, incluso, oficiosa en algunos casos. Esa Madrid que no tiene despachos pero sí influencias.

En ese maremagno imagino que entre la preocupación y la incomprensión ante lo que está sucediendo, aparece el manifiesto de los 300. Es un manifiesto en la línea de lo que muchos años se ha reclamado en Catalunya de una forma mayoritaria: un reconocimiento nacional vehiculado a través de un modelo federal.

Creo que, en todo caso, son necesarias algunas valoraciones :

1º/ Personalmente agradezco la voluntad que intuyo en el documento. Se hace un reconocimiento al hecho nacional catalán, cosa que hace mucho aspiramos a (volver a) oir. Creo que muchos de ellos (no todos) intentan buscar una vía de solución a la constante tensión territorial.

2º/ Con independencia de lo primero, este mensaje llega tarde. Muy tarde. ¿Dónde estaban estos intelectuales cuando Aznar semana sí semana también nos insultaba? ¿Dónde estaban cuando aprobamos el nuevo estatut y se recogían firmas en contra de la decisión del pueblo catalán? ¿Dónde cuando al estatut le «pasaron el cepillo» y el TC nos humilló con una sentencia que tiró por tierra lo que el pueblo había votado? Porque los federalistas les reclamamos mucho. Pero ellos callaron. No debía ser importante.

3º/ Cuando el manifiesto dice que «los independentistas convierten su particular idea de España en el chivo expiatorio sobre el que cargar todos los malestares» o que «la afirmación de que España perpetró agresiones contra Cataluña es una desgraciada manipulación del pasado» están negando aquello que ha llevado a un potente crecimiento del sentimiento soberanista. Y asegura que no han entendido el movimiento.

4º/ Por si no fuera poco, insinúa que los catalanes somos unos abducidos. Dicen que el manifiesto es «para responder al creciente secesionismo estimulado por Convergència i Unió». Vamos, que todo esto es coyuntural porque es la mejor manera para que los partidos no «asuman sus graves responsabilidades en la equivocada gestión de la presente crisis económica y en los abusos en que incurrieron y dejen de exculparse bajo el supuesto expolio perpetrado por España». Sin la crisis y sin los abusos, esto no pasaría. En otras palabras: los catalanes somos imbéciles. Ellos no saben que uno de los gritos de la manifestación del 11 de Septiembre fue «Si crides independència, per què votes Convergència?» (Si gritas independencia, ¿Por qué votas Convergència?»).

5º/ Pero lo más grave es que tachan a los independentistas de antidemocráticos. Por cierto, lo mismo que dice esta derecha que nos toca soportar: «los independentistas para llevar adelante su denominada transición nacional se proponen violentar la ley democrática». La «ley democrática»…

6º/ Finalmente, como ellos son profúndamente demócratas, ya nos dicen que «si ese sentimiento de forma mayoritaria se manifestara contrario de modo irreductible y permanente al mantenimiento de las instituciones que entre todos nos dimos, la convicción democrática nos obligaría al resto de los españoles a tomarlo en consideración para encontrar una solución apropiada y respetuosa». Hombre, pues muchas gracias por «sentiros obligados» a «tomar en consideración» la independencia como una opción sí y sólo si hay una mayoritaria manifestación «irreductible» y «permamente» en el tiempo. Aunque sea para acabar con «las instituciones que entre todos nos dimos» (que son fuente de maná democrático, claro). Muchas gracias, de verdad.

El manifiesto viene a demostrar que es verdad que se mueven cosas. Que las cosas van en la dirección correcta, hacia un reconocimiento del agravio. Pero el texto sigue transmitiendo la idea de que la «legalidad» y, por tanto, la «democracia» está de su parte. Y, al menos a mi, me agrede. Y que si aquellos que estábamos esperando piensan esto, costará mucho encontrar una solución.

El polémico vídeo institucional de las elecciones catalanas

Jo vaig votar

La Generalitat ha presentado un par de anuncios que buscan, en teoría, incentivar el voto entre los catalanes en las elecciones del 25 de Noviembre. La polémica ha estallado porque la forma en la que los vídeos buscan la colaboración de los ciudadanos es recordándoles lo histórico de la convocatoria y la compara con otros procesos relevantes (constitución, juegos olímpicos, estatut) entre los que destaca la manifestación de este 11 de Septiembre.

Eso ha provocado que los partidos de la oposición consideraran que, en realidad, se está incentivando sólo el voto secesionista y a favor de CiU. Creo que la polémica es muy jugosa. Y me gustaría comentar algunos aspectos:

1º/ Si uno se lo mira con distancia, la campaña no miente: estas elecciones serán históricas. Gane lo que gane (independentismo o unionismo), el que gane, nos recordará su importancia. Tienen algo de plebiscitario. Negarlo es absurdo.

2º/  Que el anterior punto sea cierto no significa que el vídeo no sea tramposo. Los que saben de política hablan mucho del frame. Yo utilizo su versión en castellano: el relato. Todos los partidos, todas las naciones, todas las entidades, buscan crear un relato. Un relato que ajuste la realidad a su percepción del mundo.

El vídeo esconde un mensaje de fondo. Debajo de una superficie que anima a la gente a tomar partido nos dice que aquí ha habido una construcción nacional que nos lleva, necesariamente, a la secesión. Hay como una evolución. Y no sólo eso. También hay una identificación. Meter en el mismo saco la manifestación del estatut de los 70’s, los juegos olímpicos o els castellers (elementos considerados positivos de forma transversal) con la manifestación del 11 de Septiembre, lleva consecuentemente a la conclusión de que «es buena».

Por tanto, yo creo que el vídeo tiene intencionalidad. Y que beneficia claramente al partido de gobierno.

3º/ Prohibirlo ahora es lo que creo que debe hacerse. Dicho esto, servirá de poco porque el vídeo correrá por la red y, además, puede generar un proceso de victimización de CiU que podría beneficiarle.

4º/ Lo divertido es que no se prohibe por tendencioso sino por ¡incentivar el voto! ¡Esa sí que es buena! Incentivar el voto va en contra de la ley. En contra de la ley española, no del estatut (ley orgánica y, por tanto, de alto rango) que precisamente exige que la Generalitat haga ese esfuerzo.

5º/ Por último, se ha hablado mucho de lo que ha costado este anuncio. Algo más de 200 mil euros. No es ninguna barbaridad, la verdad. Aunque la producción es más bien justita, la publicidad es muy cara. Es decir, el problema no sería el coste sino el discurso.

Para los que no habláis catalán, os traduzco el vídeo:

«Yo estuve en la manifestación del 77, [manifestación que reclamaba «libertad, amnistia y estatuto de autonomía]

Yo ví como el mundo abrazaba nuestra cultura.

Yo viví los juegos olímpicos.

Yo vine a trabajar en los 60’s y me quedé para siempre.

Yo vi como llegamos a la cima.

Yo estuve en la última Diada.

25 de Noviembre, elecciones en el parlamento de Catalunya.

Yo voté.»

«Yo apoyé la constitución del 77.

Yo escuché a Llach en el Camp Nou. [concierto muy importante de Lluis Llach en el Camp Nou]

Yo viví los juegos olímpicos.

Yo escuché el «ja soc aquí». [Llegada del President Tarradellas del exilio]

Yo viví la entrada a Europa.

Yo estuve en la última Diada.

25 de Noviembre, elecciones en el parlamento de Catalunya.

Yo voté.»

Empresarios, la CECOT y la soberanía de Artur Mas

 

El pasado viernes tuve la oportunidad de asistir a la cena de empresarios organizada por la CECOT todos los años en el Recinte Firal de Terrassa. Era la primera vez que asistía a una cena de estas características. A la cena han asistido muchos empresarios y muchas personalidades del país, además de algunos representantes de patronales españolas.

No es el mejor sitio para hacer networking. Demasiada gente como para establecer nuevos contactos de cero. Eso sí, es un buen momento para dejarse ver y reencontrar a algunas personas interesantes. Pero más allá de la cuestión personal que me ha llevado allí, haría las siguientes consideraciones que relacionan el evento con el contexto actual:

1º/ Acostumbra a decirse que el empresariado teme una independencia de Catalunya por lo imprevisible del final del proceso. Eso contrasta con la claridad con la que el presidente de la CECOT, una de las patronales más importantes de Catalunya, ha expresado el deseo de la patronal de dar apoyo a la aventura de Artur Mas.

Eso era algo que ya intuía en privado. Conozco a muchos emprendedores que la desean. Pero choca que alguien que representa también a grandes empresarios se atreva con tanto. Y más todavía que los aplausos en la sala costara que se silenciaran al acabar el discurso. Lo que supongo que le ha dado el ímpetu es la certeza de que (agárrense) más del 50% de los empresarios de la CECOT se manifiestan independentistas. Y casi la totalidad (97%) dicen que la relación ha de cambiar. Como decía, algo está cambiando…

2º/ Me ha chocado una cosa del discurso de Abad. En su speech ha recalcado la oportunidad que representa para Catalunya y su sociedad de hacer un estado más moderno y equilibrado que el actual. El español, al fin y al cabo, lleva centenares de años con inercias que son difíciles de cambiar. Aquí tendríamos la oportunidad de empezar de cero. Incluso ha citado empresarios españoles que, según él, le han dicho: «si lo hacéis bien, nos venimos». Y para ello ha interpelado a Mas con una pregunta: «¿Quin país volem?». ¿Qué país queremos?

Lo interesante del asunto es que los sectores de izquierdas independentistas dicen exactamente lo mismo: una nueva oportunidad para hacer un estado que tenga en cuenta lo importante.

3º/ Obviamente, la CECOT y los sectores de la izquierda divergirán en casi todo lo que consideran un estabo «bien hecho». Pero sí que demuestra lo que Artur Mas ha dicho cuando ha cogido la palabra: «tenemos un proyecto ilusionante». Catalunya está tan hecha polvo como el resto del sur de Europa (no sólo España). Es verdad. Pero hay un sueño colectivo que parece estar creciendo en gente día a día. Y ese sueño no consiste en la idea de separarse de España sino en el potencial que tiene un proceso constituyente.

Supongo que es por eso, por las oportunidades que presenta y por la componente de épica que tiene el reto de emanciparse, el proyecto gana adeptos día a día (ya veremos si suficientes el día que se formule la pregunta). Que los empresarios empiecen a expresar en público que se lo plantean es un cambio radical. Que transversalmente la sociedad esté viviendo el proceso como una oportunidad constituyente, también.

La gallina y la relación Catalunya España

Desde que hace 11 días Catalunya celebró su fiesta nacional, tanto en Catalunya como en España se están sucediendo muchas cosas y muy rápido. Surgen dos preguntas, una fácil y otra difícil de contestar: ¿Cómo hemos llegado aquí? Y, ¿Qué va a pasar ahora?

Explicar cómo hemos llegado aquí es bastante fácil. Algunos llevamos tiempo advirtiendo que esto iba a pasar, aunque no esperáramos que iba a ser tan pronto. Hace casi un año dije «Atentos al crecimiento y consolidación del independentismo en Catalunya.»

¿Las causas? Por un lado hay causas culturales. En España no se han entendido nunca que no todo pasaba por la identidad tal y como su gente lo entiende. Catalunya se siente diferente. No mejor, he dicho diferente. Siempre ha sido así. Es cierto que el nacionalismo nace con el romanticismo de finales del s. XIX. Como en todos los países. España incluída. También lo es que, hasta los años 30, nadie habla de independencia en Catalunya. Ni la guerra de sucesión de principios del  s. XVIII ni la mayoría de los hoy héroes nacionales catalanes pretendían una separación de España. Pero sí el respeto por una realidad no idéntica a la del resto del estado.

Desde Catalunya se han cometido inmesidad de errores. Desde un trato poco inteligente y prepotente con lo que conocemos por països catalans hasta la estrechez de miras típicas de aquellos que se emocionan con sus símbolos despreciando los de los demás. Pero no creo que las causas del crecimiento de algo que hace 10 o 15 años era meramente anecdótico (no superior al 15%) las encontremos aquí. Señalaría dos causas:

En primer lugar, el independentismo se ha organizado muchísimo. Ha dejado el «Catalonia is not Spain» y se ha puesto a trabajar. Ha elaborado un discurso creíble. Ha hecho números, ha creado asociaciones y ha impartido conferencias. Desde, ¿sería sostenible una Catalunya independiente? a ¿cómo se negocia una independencia? pasando por ¿Estar en España nos sale a cuenta?

En segundo lugar, España mientras se ha opuesto con prepotencia y desdén. Los unionistas (como les gusta decir a los independentistas ahora) han dado por hecho que es más fácil mantener el statu quo que cambiarlo. Y su discurso no ha avanzado nada. El gran argumento es: Catalunya es España. ¡Ah! Y que en caso de independencia, ya se ocuparían ellos de destrozarnos. Claro, eso cuando le llaman ladrón y eres una de las comunidades que sostienen el sistema no es argumento suficiente. No lo es cuando a tus ciudadanos ven cómo se escapa el 40% de sus impuestos, o el equivalente del 8% de su PIB. Y mucho menos cuando dicen rescatarte con 5 mil millones de euros a sabiendas de que tú estás pagando 16 mil millones cada año. Y la guinda del pastel fue cuando un estatuto refrendado por el pueblo y al que ya se le había «pasado el cepillo», lo tumbó el TC.

El descontento ha ido creciendo con una velocidad increíble. Los independentistas se sabían más que años atrás, en especial desde la manifestación en respuesta a la sentencia del TC. Pero este 11 de septiembre pasó algo diferente. No sólo sintieron estar muy cerca de la mayoría sufiente. Se sintieron vencedores. Tan importante es poder ganar como, antes, sentir que esa victoria es posible. Y aquel día, lo cambió todo.

Para que nadie se lleve a engaños, en la manifestación no sólo se hablaba catalán. También castellano. Los gritos, unánimes, eran por la independencia (aunque conozco personas que fueron y no la quieren, eran minoría). Yo estuve y no escuché ni un sólo insulto a España, cosa que me complace enormemente exceptuando la imbecilidad de «español el que no bote», que tampoco creo que sea un insulto. Al menos, seguro que no tan grave como que te llamen cáncer, o memo.

Los políticos están yendo a remolque. Nadie, excepto 4 ilusos, esperaban que el éxito fuera tan mayúsulo. Así que, empezando por Mas, todos los políticos han tenido que mover sus posiciones. Y la legislatura, que todo hacía prever le quedaban todavía unos meses, se ha roto.

La segunda pregunta es mucho más difícil de contestar: ¿qué pasará ahora? Pues, sinceramente, va todo tan deprisa que no lo sé. Me parece imposible hacer previsiones y me parece muy atrevido decir qué pasará con exactitud. En especial, teniendo en cuenta que las posiciones van en dirección tan opuesta que la cuerda se puede romper por cualquiera de los dos lados.

Es evidente que hay un pulso entre el gobierno español y el catalán. Es lo que los expertos en teoría de juegos llaman, el juego de la gallina. Dos coches se colocan uno frente al otro. Aceleran y el primero que gire el volante, pierde.

España se niega a mejorar la financiación catalana. Eso deja a Mas sin espacio, que tendrá que convocar elecciones ya. Los partidos se verán obligados a pronunciarse: independencia sí o no. Todo parece indicar que CiU ganará las elecciones. Las encuestas hablan de ERC e IC (Iniciativa es partidaria del derecho a decidir) creciendo mucho. Así que casi seguro los partidos que se pronunciarán por el sí serán mayoría en el parlament.

¿Y entonces qué? ¿Podrá Mas volver a Madrid reclamando de nuevo el pacto fiscal? No lo creo. Tendrá que ir más allá. ¿Declaración unilateral de independencia? ¿Qué haría Rajoy en ese caso? ¿Enviar los tanques como algunos piden? ¿Suspender la autonomía? Serían dos errores fatales para sus intereses. Pero, ¿qué otras opciones tiene? ¿Dejar a Catalunya tomar su propio camino? ¿O quizás, antes de que pase nada de esto, Mas se tirará atrás? Tampoco lo creo.

Sinceramente, yo creo que todo es posible. Los lazos no están rotos del todo, pero España deberá cambiar de actitud con celeridad si quiere evitar la independencia. El argumento de que Catalunya independiente no es viable cuando laminas el país con los impuestos no se sostiene. También creo que la separación puede ser amistosa, sin olvidar que tenemos muchísimas cosas en común: amigos, familia y una historia que hemos y estamos compartiendo. Y que, de una manera u otra, seguiremos compartiendo. Espero que para bien.