RESERVOIR DOGS


«Reservoir Dogs» es una de las obras más brillantes de la historia del cine que, desde mi punto de vista, marca un antes y un después. Lo digo por la sencillez de medios, por la capacidad de contar algo y mantener la atención del espectador desde el primer minuto, por la estética más que interesante que ofrece, que luego muchos han imitado, por la grandísima banda sonora y por cómo la música se integra en la acción… Pero, sobre todo, por hacer mayores a los espectadores.

Pocos eran los que estaban acostumbrados a que una historia no estuviera contada de forma lineal, cronológica. «Reservoir Dogs» llevó a muchos espectadores a comprender que una trama no tenía por qué ser ininteligible si no se explicaba empezando por lo primero y acabando por lo último. Godard, preguntado sobre esta cuestión, dijo que toda película debía tener un principio, una trama y un desenlace, aunque no necesariamente por este orden. No es casualidad que la productora de Tarantino se llame como una de las películas más interesantes de Jean Luc, «A band Apart». Algún día hablaré de ella…

El nuevo punto de vista nace de la experiencia de haber bebido de todas esas fuentes que un cinéfago, como él se define, tiene; vease series B, manga, comics, series de televisión, terror… Toda esa experiencia convierte su lenguaje en un texto desestructurado, lo que transforma una trama casi tópica de un atraco frustrado, en una nueva forma de entender el lenguaje cinematográfico.

Me parecen muy interesantes dos aspectos, además del ya destacado de la nueva estructura reflejada tanto en la globalidad de la obra, como en escenas concretas, entre otras la de la anécdota del lavabo;

1º/ Esta nueva estructura permite que la trama gire en torno al topo que hemos de descubrir. Para evitar que sepamos quién es, lo convierte en un herido de muerte al que nosotros damos por descontado que ha disparado la policía, lo cual le descarta. Esta carta sólo nos la descubrirán en el midpoint, en uno de los puntos culminantes de la película, justo después de la tortura al policía. A partir de ese momento, la pregunta que se hace el espectador varía y se centra en algo casi más interesante. ¿Cómo se lo tomará el personaje de Keitel, que lo ha estado defendiendo, cuando lo descubra? Y en este caso, desencadenará el clímax.

2º/ Mi amigo Lluis me hacía notar que, justo el «midpoint cronológico» es el atraco, que se convierte en la gran elipsis de la película. Luego sucedería algo parecido en «Pulp Fiction», donde este punto lo partió en dos y lo puso para abrir y cerrar la película. Finalmente, en «Kill Bill» también jugaría con este elemento rompiendo el ritmo del clímax y convirtiéndolo en una escena de casi 40 minutos.

Es obvio que visto desde ahora el concepto estructural de la película está superado, incluso por el propio Tarantino en las dos películas que he comentado. Ahora bien, supuso la mayoría de edad para muchos de nosotros en lo que a narrativa se refiere.