Motivos para el Sí el 27S: Proteger el catalán

Tengo que reconocerlo. Estoy cansado del debate sobre el catalán. Es como estar metido en la ruedecita del hamster sin parar de dar vueltas y vueltas a lo mismo. Todo esto debería ser mucho más sencillo…

Vaya por delante que soy castellano parlante. La lengua en la que suelo pensar es el castellano. Me he criado en lengua castellana y he crecido leyendo la mayor parte de libros y visto la mayor parte de las películas en la lengua que tenemos en común con todo el estado.

Eso no me hace estar al lado de los que ven el catalán como un estorbo. Como una molestia que hacemos estudiar a los hijos de los que desprecian nuestra lengua. Como una dificultad si quieren aprobar unas oposiciones. Como una incomodidad si, en un grupo, unos hablan una lengua y otros, otra.

Me parece inaceptable que si un catalano parlante ha de defenderse ante un tribunal, pueda verse obligado a defenderse en una lengua que no es la suya. Si a un personaje conocido como Laporta le pasó esto, qué no le pasará a otros catalanes con mucha menos influencia…

Debemos hacernos dos preguntas:

¿Quién está en el centro de nuestro intereses; el funcionario o el ciudadano? Si el que está en el centro es el ciudadano, éste debería poder dirigirse al funcionario en la lengua que quiera; castellano o catalán. Y éste segundo debería ser capaz, por lo menos, de entenderlo y actuar en consecuencia. Por lo tanto, es fundamental que los funcionarios entiendan y dominen el catalán.

¿Queremos o no que el catalán sea una lengua viva? Si tratamos igual a dos lenguas y una es hablada por 10 millones de personas y la otra por 400 millones, es evidente que perjudicamos a la pequeña.

Igual que tratar a todos los ciudadanos igual es injusto porque unos tienen condiciones peores que otros, tratar de forma idéntica a dos lenguas tan distintas no es igualitario.

El catalán necesita un apoyo especial y la administración central, sea la que sea, debe prestársela. En España, no sólo no ayuda, sino que muchas veces pone palos a las ruedas. Estos últimos 4 años con Wert han sido terribles. ¿Qué alternativa nos queda a los catalanes que creemos en el valor de la diversidad? Sólo la independencia.

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