Lo que Monago no cuenta

Monago, Extremadura

Estos días el presidente de Extremadura y su equipo se están acordando mucho de Catalunya. No es algo nuevo porque Rodríguez Ibarra también hacía constantes alusiones. Sus discursos se adaptan a las nuevas circunstancias y al relato. Extremadura, modélica, ha conseguido generar superhabit en su comunidad. ¿Por qué, si ellos han hecho los deberes, han de aceptar que las que no los han hecho reciban el premio de ver reducidos sus objetivos de déficit?

¿Saben qué les digo? Que le doy la razón. Es tramposo que aquellos que no cumplen con las exigencias se vean premiados con facilidades. Ello genera incentivos perversos: si al no cumplir con lo pactado consigo premios, para qué cumplir. Así, Catalunya no merece ningún premio por no haber llegado allí donde Extremadura sí ha llegado.

Ya que Monago quiere comparar la realidad catalana con la suya, podría ver que Extremadura tiene un paro superior al 35%, lo que le sitúa casi 11 puntos por encima del catalán. Es más, Extremadura este mes de marzo (de 2013, el último del que tenemos datos en el momento de escribir este post) es de las pocas que han crecido en parados. Extremadura tiene un superhabit fiscal equivalente al 18% del PIB anual. Es decir, que cada 5 años el resto de españoles hemos entregado el equivalente a «un año de PIB» a los extremeños. Por si esa perspectiva no es suficientemente significativa, sirva decir que equivale a añadir más de un 50% del gasto e inversión pública a lo que ya pagan los extremeños. Por cada euro que pagan los extremeños, el resto de españoles les damos en concepto de solidaridad más de 50 céntimos. En el año 2005, el único del que el estado español ha dado datos, los extremeños pagaron algo más de 4.000 millones de euros y recibieron casi 7.000 millones. Casi el 75% de lo que los propios extremeños han pagado.

Ya que le apetece compararnos, resulta que los catalanes hemos sufrido un déficit fiscal del 8,5% de media, lo que implica que cada 12 años perdemos 1 completamente. Y eso se corresponde al 40% de nuestros impuestos. Es decir, por cada euro que pagamos, sólo nos vuelven 60 céntimos. En realidad, es algo menos.

No sé qué se preguntan los extremeños. Sí sé lo que me preguntaría yo: ¿qué han hecho nuestros políticos con el dinero de la solidaridad? ¿Generar riqueza? ¿Crear una industria? ¿Posicionarse en el mundo? ¡No! A pesar de gastar por habitante más que Catalunya en política exterior. La única riqueza que han generado es… plazas de empleo público. En definitiva, lo que todos sabríamos hacer. ¡Y con el dinero de otros!

En Extremadura hay 1 funcionario por cada 11 habitantes  mientras que en Catalunya 1 por cada 25. La maginitud del drama es que, 1 de cada 4 empleados en Extreamdura es público. No sólo eso. Según un estudio del BBVA, el 40% del total de lo que se paga en forma de salarios en Extremadura son sueldos públicos. Si el 25% de los empleos son públicos y estos generan el 40% de los salarios, algo raro está pasando. El sector privado es incapaz de igualar lo que paga el sector público. Valiente política de crecimiento. Y ahora, señor Monago, ¿dónde están los incentivos perversos? ¿En la flexibilización del déficit a una comunidad que aporta al sistema muchísimo? ¿O en el subsidio sistemático de una región en la que sus presentantes demuestran una incompetencia total a la hora de generar riqueza? Tomando sus palabras: comamos, pues, todos del mismo menú.

Hay quien me dirá, con razón, que las balanzas fiscales no tienen nada que ver con los presupuestos de las autonomías. Pero es innegable que el hecho que el estado se encargue de sobreinvertir en una región libera al gobierno autonómico de ciertas tareas, lo que le permite gastar el dinero en otras cosas. Y es justo eso lo que ha sucedido. Los extremeños han recibido servicios que otras comunidades, teóricamente más ricas, no han podido poner al alcance de sus ciudadanos.

Así que, señor Monago, podríamos hacer la comparación de otra forma. Quizás más justa. Si los catalanes tenemos un déficit en la Generalitat del 2% y, a la vez, un déficit fiscal del 8,5%, en realidad estamos generando un 6,5% de superhabit. En cambio, ustedes tienen un minúsculo 0,7% de superhabit en su gobierno autonómico pero un 18% de superhabit fiscal, por lo que, en realidad, están ustedes generando un descomunal déficit. Un déficit que, de ser ustedes un estado, les hubiera llevado a la quiebra sin ninguna duda. Para dimensionar esa cifra, piensen que el rescate bancario español, que significaría la quiebra inmediata del estado, equivaldría a pagar 1 vez el 10% del PIB.  Aquí hablamos del 18% cada año.

Yo asumo y reconozco que las condiciones objetivas con las que juega la partida Extremadura son peores que las catalanas. Por eso es bueno y justo que haya un flujo de dinero desde los grandes polos económicos a las zonas con más dificultades. Pero de ahí a vender que son la leche, hay un trecho. ¿Qué deben pensar los extremeños cuando sale su presidente ha decir que su gestión es modélica y miran su realidad? Realmente, o los políticos son unos sinvergüenzas en el sentido más profundo de la palabra (que nada les da vergüenza) o es verdad que necesitamos discursos bien simplificados.

Me sorprende un poco esta fijación de Extremadura con Catalunya. Es verdad que los catalanes y nuestros representantes hemos hecho algunos comentarios lamentables que se califican por si solos. Debemos hacer autocrítica. Pero también es verdad que ese sanbenito le ha tocado sobre todo a Andalucía. Cuando escucho alguna memez, el ejemplo que se pone es el andaluz, no el extremeño. No acabo de comprender estas reacciones.

 Lo más grave es que, incluso cuando nos equivocamos, esas respuestas son terriblemente desproporcionadas. Cuando alguien ha llamado vago a los andaluces, la respuesta ha sido de una virulencia que escapa a llamar a alguien poco trabajador. Adjetivos totalitaristas se nos aplican con una facilidad que asusta. De hecho, lo que más me preocupa es que genere votos decir que los catalanes somos nazis. Desde luego, poca o nada simpatía encontrarán entre los catalanes. Tengan su origen donde lo tengan.

El pensamiento único en Catalunya

¿Por qué en España se insiste tanto en que en Catalunya hay pensamiento único? ¿Nadie se pregunta ni una sola vez por qué todos los medios españoles publican exactamente lo mismo respecto a Catalunya? Resultaría gracioso si el tema no fuera importante. Se nota que la gente no tiene ni idea de lo que publican los medios catalanes. Es cierto que durante un par de meses La Vanguardia hizo portadas como esta. Pero duró poco. Si alguien cree que una portada como la que se ve a continuación es la típica de un medio independentista es que no entiende de qué va la película:

la vanguardia

 

En Catalunya hay medios abiertamente independentistas, como el El Punt Avui, o el ARA. Claramente a favor del sí. Hay otros cláramente a favor del no. No olvidemos que La Razón, aunque diario de Madrid, se financia con capital catalán. Aunque se pueda discrepar de si el medio es catalán, no puede dudarse que se edita gracias (o, en este caso, por culpa) a algún catalán. Y luego los hay a favor de la autodeterminación pero que optarían por el no, como La Vanguardia y El Periódico. Dentro de estos diarios hay gente españolista, independentista y toda la gama de colores posibles.

¿Y en España? ¿Alguien me dice un medio que medio está a favor, ya no de respetar una posible independencia, sino de defender una autodeterminación? Eso sí, en Catalunya hay pensamiento único…

¿Por qué en España preocupa tanto el gasto en política exterior de Catalunya? Pero, ¿cuánto gasta la Generalitat en cifras absolutas, cuanto en cifras relativas a otras comunidades y, sobre todo, qué retorno obtiene? Pues los datos, que podéis consultarlos aquí, son estos que veis a continuación (el gráfico lo he encontrado aquí, creo que hecho por este perfil).

oficinas comerciales autonomías

Resulta que Catalunya no es, ni de lejos, la que más gasta. Le gana por goleada Andalucía y le duplica el País Vasco, además de Castilla la Mancha. Curioso que nadie hable del escándalo que supone que Andalucía gaste casi 5 veces más. Pero si miras el gasto por habitante, resulta que Catalunya esta muy por debajo de la media. Incluso por debajo de Madrid, que tantas lecciones de españolismo nos da. Y, respecto al retorno, ¿cuál es la comunidad más exportadora de España? Resulta que Catalunya es la comunidad más exportadora con diferencia (26,5% de las exportaciones totales). Fijaos en este artículo del ABC y ahora preguntáos si el titular hubiera sido el mismo de ser Madrid la más exportadora.

Si Catalunya no es la que más gasta, ¿por qué esta portada?

portada ABC

¿Por qué se niega el déficit fiscal catalán? Incluso se insiste tanto en que Catalunya «roba» al resto de españoles. España nos ha tenido que rescatar con el dinero de «todos los españoles». Y en base a eso, se nos niegan derechos y, sobre todo, legitimidad. Pero analicemos la situación.

En Catalunya sabemos que los catalanes pagamos en forma de impuestos más de lo que percibimos. Absolutamente nadie pide que eso deje de ser así. Lo que nos preguntamos es dónde acaba la solidaridad y empieza el expolio. En cambio, Monago dice que los que pagan son los extremeños. ¿Quién miente? Busquemos pues datos oficinales. Y… ¡Resulta que no hay!

Cuando los catalanes protestamos, el gobierno español sólo da como respuesta 3 cosas: 1º/ Se niegan a publicarlas. 2º/ Dicen que, en todo caso, habría que tener en cuenta también las balanzas comerciales (lo que, a mi juicio, es casi un reconocimiento de que las fiscales son dramáticas para Catalunya) y 3º/Madrid es mucho más solidaria que Catalunya.

Lo reconozco, he mentido. No es verdad que nunca se hayan publicado las balanzas. Se hizo 1 vez. Costó lo que no está escrito y Zapatero, que lo había prometido, se hizo de rogar. En 2008 se publicaron las de 2005 y, curiosamente, esos datos que publica la Generalitat año a año y la prensa de Madrid siempre señala como falsos, se vieron corroborados. Eran exactamente los mismos resultados.

balanzas fiscales

Y resulta que sí, que Catalunya es solidaria, pero siempre detrás de Madrid y Baleares. ¿Vamos un poquito más allá? Ahora voy a una parte algo más técnica. Las balanzas fiscales pueden calcularse con dos metodologías (monetaria o beneficio) y pueden ser neutralizadas o no neutralizadas.

Ya sabemos todos que los gobiernos acostumbran a tener déficit. Y ahora tenemos muy claro que el déficit se ha de pagar sí o sí. Con lo que, si quieres hacer una balanza fiscal correcta, has de «restar» el déficit repartido entre todas las comunidades. Eso es neutralizar las balanzas.

De no hacerlo, especialmente hoy con tanto déficit, todas las comunidades tendrían superávit, lo cual es absurdo. Cuando sale algún ministro y dice que en Catalunya se ha invertido más de lo que hemos pagado los catalanes es porque no han neutralizado las balanzas. Bonita forma de mentir.

Respecto a las metodologías: la de flujos monetarios mide dónde se han «gastado» los recursos. La de flujo beneficio mide dónde se obtiene el «beneficio» de ese gasto. Por ejemplo, si un funcionario de Madrid está planificando una obra en una autovía en Andalucía, el flujo monetario considera que eso es dinero para Madrid (el sueldo del funcionario, no la autovía). El método beneficio, carga ese dinero a Andalucía.

¿Cuál es mejor? Pues son diferentes. Pero es evidente que, cuando una comunidad concentra la inmensa mayoría de los funcionarios del estado (la comunidad de Madrid tiene más del 30% de funcionarios del estado con menos de un 14% de la población, que en el método beneficio se ponderan entre las comunidades), cuando concentra la inmensa mayoría de instalaciones por el «bien común» (como el museo del Prado, con sótanos llenos de cuadros maravillosos que mejor allí que un museo en, ¡qué se yo! Zamora) y con montones de infraestructuras pensadas para convertirla en centro neurálgico (AVE’s, autopistas gratuítas…), el método beneficio la convierte en mucho más generosa de lo que, en realidad es. Al fin y al cabo, los funcionarios de Madrid, cuando salen a tomar cañas, lo hacen en bares de Madrid, moviendo su economía y no la de los demás.

Si a todo eso le sumamos que el efecto capitalidad arrastra a sedes de empresas que pagan sus impuestos allí, sea donde sea su actividad, el mensaje está servido: los madrileños son mucho más solidarios que los catalanes. Pero la realidad es que eso sólo es verdad si se mira con el método beneficio. Pero, ¿qué pasa si se mira el método flujo monetario?

Si uno mira la letra pequeña de la wikipedia (un día hablaremos sobre quién la controla, un debate interesante), dice que en el enfoque de flujos monetarios Catalunya es la más solidaria en valores absolutos. Es decir, que es la que más dinero aporta.

flujo monetario

Y en el informe del Instituto de Estudios fiscales, encontramos este gráfico, donde vemos los datos en función del flujo monetario:

flujo monetario valores absolutos

Insisto en que son datos del gobierno central. Y otro gráfico más:

flujo monetario

Este gráfico es la relación entre déficit fiscal y el PIB. Más de un 8%. O lo que es lo mismo, el 40% de nuestros impuestos. Lo voy a repetir. El 40% de los impuestos de los catalanes se van y nunca vuelven. ¿Cómo se os queda el cuerpo?

Podría ir más allá y decir que la renta de los catalanes es la cuarta antes de pagar impuestos y la undécima después de pagarlos. Pero sólo os haré una pregunta: ¿Os parece razonable que cada catalán pague más de 2000€  que luego no vuelven? Es decir, unos 6000-8000€ por familia. ¿De verdad eso es solidaridad?

Debéis comprender que escuchar que te han tenido que rescatar y que vas a tener que pagar intereses por 5000 millones de euros cuando, cada año, tú estás pagando 11000 millones de euros, duele. 11 mil millones cada año, ¿eh? Y, claro, te dicen, en caso de independencia, estarás en la ruina. ¿Más que ahora? ¿Qué haréis vosotros con 11 mil millones menos?

Dos apuntes finales. Es verdad que en porcentaje respecto al PIB, Baleares tiene más déficit. En el caso de Baleares tiene una «justificación». Tienen muy poca población y su economía se basa en el turismo, que aporta mucho IVA extra. Es normal que tengan algo más de déficit que la media. Eso sí, en ningún caso el que tienen, que es un auténtico atraco. Y tampoco deja de ser sorprendente cómo, según flujo monetario, las 3 comunidades que más pagan son: Baleares, Catalunya y Valencia. Y estas 3 comunidades me recuerdan a algo. No sé yo…

¿Por qué los medios españoles están tan preocupados por la lengua española en Catalunya? Dicen que aquí no se enseña. Eso cuando no dicen que al que lo habla le metemos un petardo en el culo. Dicen que es imposible que un sistema de inmersión lingüística en catalán puede enseñar el castellano con niveles equiparables al resto del de los niños españoles.

Y entonces sí, montamos campañas diciendo que hay cantidad de niños desamparados que no pueden aprender en su propia lengua y conseguimos la friolera de 17 peticiones de enseñanza en castellano en todo el territorio. Exigimos que si un sólo niño pide las clases en castellano, tienen que hacerse en castellano pero no decimos qué pasa si uno las pide en catalán. Hablamos de la libertad de elección de los padres, pero es la única que nos dan. ¿Qué otra asignatura puedo optar a aumentar/reducir dedicación?

Y todo ello, ¿por qué? Es que los niños catalanes no saben hablar castellano. Pero eso es en la prensa de Madrid. Porque en los colegios catalanes la hablan tan bien o tan mal como en el resto de España. ¿Y qué dice el ministerio de Educación? Cuando sale el ministro, «hay que españolizar a los niños catalanes». Ahora, cuando el ministerio da datos, resulta que el nivel de castellano de los niños catalanes es incluso superior a la media.

Y uno se pregunta: si el sistema catalán da unos niveles de castellano como los del resto de la península, ¿dónde está el problema? Yo os lo digo: es un tema puramente político. Pero luego somos los catalanistas los que estamos todo el día preocupados por cosas que no interesan a nadie. Cosas que no son del mundo real. Ellos se preocupan por convertir el País Valenciano en Comunidad Valenciana, cambiar el nombre de las ciudades, y en llamar al catalán con nombres incluso exóticos.

Pero en Catalunya hay pensamiento único. Nos gastamos todo el dinero de los catalanes en construir país a través de embajadas. Robamos a los españoles. Y de castellano ni papa. Perdón, debí decir español. Esto está hecho con el google translator. ¡Ah! Y los pinchos lo hacemos con carne de los muslitos de los andaluces que cometen el error de acercarse a Barcelona. Creedme, es tan salerosa, que está riquísima.

NOTA: Nótese que cuando hablamos de «España» estamos hablando, en realidad, de los medios de comunicación que se publican en Madrid. Lo que sucede es que esta visión, necesariamente centralista, es la que tiene más capacidad de influir en las percepciones. Y también es la que tiene fuerza real para modificar el relato.

En crisis (4): El populismo

parlamento

Lo más grave de la crisis no es que yo entre en crisis con mis ideas. Ni que me sienta huérfano porque no encuentro ideas que me hagan creer en ellas. Ni siquiera que defendamos cosas (yo incluído) sin tener muy en cuenta las consecuencias reales que pueden tener. Lo más grave de todo es que la crisis está aplanando los discursos, lo que nos aboca al populismo.

El populismo no entiende de derechas y de izquierdas. De unas identidades y de otras. Se mueve perfectamente sean cuales sean las ideas que represente. Su característica es una coherencia extrema que tiene en cuenta la realidad pero sólo en parte y que, además, supone que cualquier discurso que no vaya en la línea de lo que defiende es una cortina de humo.

¿Qué dicen el populismo de derechas, eminentemente identitario? Que los «nacionalistas», asumiendo que ellos no lo son, utilizan la independencia para tapar sus vergüenzas. ¿Qué dice la izquierda? Que lo utilizan para tapar la crisis. ¿Y qué dicen los nacionalistas cuando se destapan un caso detrás de otro, a cual más vergonzoso? Que es un ataque al país.

Cuando emergió de la oscuridad el movimiento independentista en Catalunya, ¿recordáis lo que decían los de izquierdas con muy buena intención (lo digo sin acritud)? Que libertad de elección sí, pero que nos estaban tomando el pelo. Que el tema de verdad es la crisis. La crisis y sólo la crisis. Pero, ¿dónde están ahora esas voces cuando sólo hablamos de corrupción? Porque de crisis hablamos mucho menos ahora.

No critico a la izquierda por esto. ¿Y qué es lo que hemos de hacer? ¿Ignorar toda la basura que está saliendo? ¿Cómo vamos a ignorar que en unos papeles sale que el presidente ha cobrado en negro? ¿O que Catalunya parece un cómic de Anacleto, agente secreto? La TIA de Mortadelo y Filemón tiene mucha más dignidad.

Por supuesto que tenemos que hablar de la corrupción. Pero no veo a demasiada gente preocupada porque sea una cortina de humo. A nadie le importa la utilidad que alguien pueda sacar de todo esto. Nadie habla de intencionalidad. A ninguno nos interesa un pimiento saber qué empresas, igual de corruptas que los políticos, han financiado a los políticos.

En medio de una crisis y con la corrupción infestada entre toda nuestra clase política, sumada a un discurso anti crisis y anti corrupción de lo más superficial, le estamos abonando el terreno a los populismos regeneracionistas. De hecho, ya los tenemos en nuestros parlamentos. Y sus estimaciones no hacen más que crecer.

No seré yo quien defienda a un PP que se ha alimentado con el tocho, ni a una CiU metida hasta el cuello en el Palau, ni a un PSOE enriqueciéndose con los EREs. Pero pensar que otros partidos, me dan igual las siglas, son más honestos porque no se han corrompido me parece de una candidez descomunal.

Si no entendemos que esto de la corrupción no tiene que ver ni con las siglas ni con las ideas, estamos abocados a abrazarnos a partidos populistas. No me refiero al resto de partidos. Los hay con un largo historial de hacer política con mayúsculas, como IU o ERC. Pero esto no pasa por escoger a un partido con las «manos limpias».

Se arregla con una justicia rápida, como la de USA, que en unos meses metió a Madoff en la cárcel. Sin bochornas amnistías. Y con un cambio de discurso de las fuerzas políticas. Si los partidos «grandes» siguen con la política de esconderse cuando les toca la china y arremeter cuando se trata del otro partido, no hacen más que alimentar los discursos simplificadores.

Miro a nuestro alrededor y veo que los países que han caído en el populismo de derechas o de izquierdas, no han salido de él o no lo han hecho fácilmente. También veo que esos «garantes» de la regeneración democrática han sido mucho peores que los malos anteriores. Y nos miro a nosotros y… me preocupo mucho.

Nuestra sociedad está como Adán, tentada por la manzana de Eva. Nos seduce la idea de salir de este pozo por la vía rápida y tomando la revancha a los que nos han tratado como cretinos. Pero detrás del mordisco, a Adán le cayó encima el pecado original. Como él, podemos acabar pagándolo muchos años.

En crisis (3): La dación en pago

stop desahucios

La lucha en contra de los recortes sociales que, efectivamente, se están produciendo ha tomado diferentes banderas a lo largo de la crisis. La última responde a un resume el drama y la injusticia de forma muy representativa.

Es cínico que nos pidan que nos apretemos el cinturón a la vez que los bancos nos roban dinero público. Pero lo que ya es insoportable es que, encima, esos bancos echen a la calle a gente a ritmo de más de 500 desahucios diarios. Ninguna sociedad sana puede quedarse mirando eso y aceptarlo con naturalidad.

Aunque yo creo que con una cierta intencionalidad, se han ido filtrando muchos suicidios relacionados con esta causa. Para mi, eso son suicidios inducidos y, por tanto, crímenes. Digo muy alto que, en mi opinión, más de un ejecutivo debería estar en cárcel. Salvo alguna excepción, los bancos están realizando un papel absolutamente lamentable.

Ayer decía que no podemos esperar apropiarnos del dinero de los ricos. Pero que, encima, ellos se apropien del dinero de la clase media es insoportable. Y toda la protesta se ha sintetizado en uno de los movimientos que ha generado más unanimidad social: la dación en pago como obligación moral, acompañada de la reivindicación del alquier social.

Asumo como propios los porqués de esta lucha. Comprendo por qué se vehicula a través de la dación. Incluso he movido mi posición en un aspecto: he discrepado de la necesidad de la aplicación de la dación y ahora lo miro con mejores ojos. Probablemente influído por la unanimidad social que se respira.  Y podemos sentirnos orgullosos porque, a pesar del escarnio al que nos están sometiendo, no ha habido ni una pizca de violencia.

Lo que no ha cambiado en mi es que me lo miro con una gran incomodidad. Ayer decía que la izquierda tiende a aplicar un pensamiento muy lineal: si hay dación en pago, sale ganando el pueblo y los bancos son los que asumirán las pérdidas. Yo no creo que sea así.

En primer lugar, los bancos han demostrado que las pérdidas jamás las asumirán ellos. Las asumiremos nosotros por diferentes vías. Bajarán los intereses que nos pagan por nuestros depósitos, aumentarán las comisiones. Y, si con eso no llega, volveremos a rescatarlos y aquí todo arreglado.

En segundo lugar, eso genera inseguridad a los bancos y el crédito, que ahora no fluye, retrasará su entrada en el sistema alargando la crisis y, de forma indirecta y paradógica, aumentando los casos de desahucios.

En tercer lugar, si a partir de ahora las hipotecas vendrán con la dación en pago obligatoria, subirán los intereses. Seguro. Porque eso está aumentando el riesgo de los bancos. E igual que cuando aumenta el riesgo de impago de España, aumenta la prima de riesgo, si tu puedes dar las llaves a cambio de cancelar la hipoteca, los intereses subirán.

En cuarto lugar, esto sólo tiene sentido aplicarlo de forma retroactiva. O esos 500 desahucios diarios no los pararemos. Pero eso genera imagen de país poco fiable. Poco serio. Las empresas huyen de países que, cuando los contratos que han firmado no les gustan, los cambian con leyes. Eso genera paro.

En quinto lugar, aunque lo que se está produciendo con los bancos es de una injusticia enorme, no me gusta la idea de decir que la gente firmó absolutamente manipulada. Asume una concepción del ser humano que me molesta profundamente. Tenemos mucho más poder de decisión del que creemos (o queremos) tener.

Pero lo peor de esto es que esto no evita los desahucios. Estos se producirán igual. Es decir, esta política no evita el drama social de gente que deja de tener un sitio donde vivir. El verdadero drama se mantendrá, aunque las condiciones futuras, es verdad, que en cierta medida les cambian.

Si opino todo esto, ¿por qué miro ahora con más simpatías este cambio? Pues porque no tengo alternativa. El hecho de que no haya dación en pago no sólo condiciona el presente de forma terrible sino que, además, condiciona enormemente el futuro de estas personas. Aunque debo decir que esta solución no es tan buena como la gente está valorando.

Las normas tienen que hacerse pensando en la gente. Pero hay que medir las consecuencias más allá del presente inmediato. Que las buenas intenciones no nos lleven a un empobrecimiento generalizado de las clases medias o los pobres estarán perdidos de verdad.

En crisis (2): la falta de alternativa

manifestación

Ayer protestaba porque me siento estafado. Un montón de empresarios corruptos han conseguido, en parte, gracias a los que defendemos sistemas económicos liberalizadores, enriquecerse de forma fraudulenta. No sólo eso, sino que cuando se habla de corrupción sólo se habla de los políticos. Los empresarios ni siquiera los nombramos.

Yo estaría dispuesto a acogerme a otras propuestas. Pero la sensación que tengo es que no hay alternativas. Hablo de alternativas realistas, que no sólo hablen de conceptos indiscutibles. Necesito que, además de hacer propuestas con las que todos podemos estar de acuerdo, propongan fórmulas realistas para llevarlas a cabo.

Sé que muchos interpretaréis este texto como una crítica a la izquierda. Lo es. He expresado muchas veces por escrito y verbalmente que comparto mucho los objetivos de la izquierda. Yo también quiero una sociedad igualitaria, donde las empresas poderosas no puedan estafarnos sistemáticamente. Donde la principal misión del gobierno sea garantizar educación y sanidad de calidad para todo el mundo.

Pero eso hay que decir cómo se hace. Y tiene que ser una fórmula realista, que no sea un brindis al sol. Y que no acabe provocando la paralización del sistema. Hay un aspecto muy importante que no podemos perder de vista: los seres humanos funcionamos por incentivos. En economía también. Y cuando aplicamos medidas de ayudas, muchas de ellas imprescindibles, estamos empujando a gente a preferir esas ayudas a buscar soluciones propias.

No nos engañemos. El sistema lo mantiene y lo seguirá manteniendo la clase media. Los ricos tienen mucha capacidad de mover sus capitales y, por tanto, tienen fácil eludir impuestos de forma legal. Si les subes los impuestos, pierdes algo imprescindible: su capacidad de invertir. Y los pobres, por definición, han de recibir.

De ello se deduce que el sistema lo mantenemos y mantendremos la mayoría. Y eso también lleva otra consecuencia: no podemos esperar recibir servicios por valor de lo que pagamos. No digo que no haya que luchar porque los ricos paguen más. Lo que digo es que eso no pasará a medio plazo. Y si les obligamos, podemos caer en algo peor.

Las soluciones suelo verlas más complejas que como suelen plantearse. Suelo escuchar cosas como, si aumentamos los impuestos a los ricos, tendremos más dinero público. No habrá que recortar. Eso será si no genera fuga de capitales, ¿no? Igual que subir el IVA no ha significado más recaudación.

La sanidad y la educación han de ser ofertados por la administración pública por motivos que son evidentes. Pero cuando escucho que no se pueden cerrar escuelas cuando baja la población infantil, cuando escucho que las listas de espera de enfermedades no urgentes no pueden agrandarse ahora que no hay dinero pienso que estamos reclamando cosas que escapan de lo que es bueno para el conjunto. Y que ignoran la realidad en la que vivimos.

Ayudar a la gente necesitada es bueno. Muy bueno y muy necesario. Absolutamente innegociable. Ahora bien, esa no puede ser la excusa para ayudar a gente que no lo necesita. He utilizado el verbo necesitar, quede claro. Incluso las ayudas imprescindibles, las que quitarlas sería un error, acaban generando incentivos a vivir poniendo la mano. Todos conocemos casos. No estimulemos que la gente no produzca.

Repartir ayudas que, de primeras, nos pueden parecer justas, no puede sustentarse en un «no todo el mundo trata de aprovecharse». La sociedad necesita el enorme papel que juega la izquierda enriqueciéndola con valores democráticos, algo que la derecha no ha hecho jamás. Pero hay que decir qué coste tienen esas alternativas y no explicarlas como si la capacidad de apropiarse del dinero de los ricos  fuera infinita y siempre deseable.

En crisis (1): Los valores liberales

Bárcenas

Lo reconozco. Estoy en crisis. No hablo económicamente. En eso estamos todos y mi bolsillo no es una excepción. Trabajo mucho y cobro mucho menos de lo que estaría cobrando hace 5 años. Afortunadamente, estoy haciendo lo que me gusta, así que a pesar de dolores de cabeza, para mi, trabajar es un placer.

En lo que estoy en crisis es en lo que creo. Algo que no intuyo a mi alrededor. Siento que la gente tiene cada vez las más claras. Quizás más que nunca. Probablemente el entorno y las circunstancias obligan a tomar posturas más duras. Sin ello, probablemente la ILP de la dación en pago ni siquiera hubiera llegado al parlamento.

Pero yo… Yo no veo las cosas claras. Llevo unos cuantos años defiendo postulados propios del liberalismo. Siempre he dicho que el liberalismo entra en conflicto con el conservadurismo, a pesar de que se asocian los dos conceptos. No puedo aceptar que alguien defienda de verdad la libertad económica y, en cambio, no la moral.

El problema está en que cada día aparecen ejemplos de empresas que, gracias a su riqueza, nos han robado a todos o han condicionado las leyes a su favor. Y todo ello hace entrar en crisis mis valores. Se visten de liberales, aprovechan la lógica liberal y, a la hora de la verdad, actúan condicionando el mercado a su favor constantemente.

¿Qué argumentos puedo dar yo diciendo que no hay más remedio que recortar en presupuestos públicos cuando el estado le entrega miles de millones de euros a los bancos? ¿Cómo defiendo que las ayudas a las personas no pueden ser para las clases medias cuando las empresas practican el chantage de pedir ayudas a cambio de quedarse? ¿Cómo puedo explicar que, como liberal no estoy en contra de la regulación sino de la intervención y, mientras los políticos están en plena connivencia con grandes empresas? ¿Con qué cara le pido a un funcionario que asuma recortes cuando veo que el dinero público se va a manos privadas a cambio de nada?

A pesar de la solidaridad y empatía total con reclamaciones como la dación en pago, reconozco que me generan una enorme incomodidad. Ya explicaré por qué en unos días. También entiendo que ha de haber recortes en lo público como los está habiendo en lo privado. Pero la cuestión es que, entre los políticos, los grandes empresarios y sus lamentables connivencias estoy desarmado.

Las grandes riquezas de las empresas sólo están sirviendo para poner a sus pies a los gobiernos. Les da poder de negociación. Y, sin ningún tipo de rubor, nos piden a todos que nos empobrezcamos para que ellos no pierdan riqueza. Y se justifican diciendo que ellos generan empleo… No, amigos, el empleo lo genera la demanda, que somos nosotros.

Sigo sin creer que el liberalismo sea una entelequia, tal y como yo lo entiendo. Y que no consiste en crear un sistema que provoca acumulaciones de dinero en unos pocos que, a posteriori, pone en disposición de esas personas un control férreo sobre los gobiernos. El chivo expiatorio para que cuatro ladrones tomen el dinero de nuestros bolsillos, provisionen sus pérdidas y que luego nos digan que no queda ni un duro y que hay que trabajar más.

Desde luego, no he defendido nunca posturas liberales para que políticos poderosos, banqueros y empresarios corruptos se apropien el dinero de todos. Ni para que manipulen las leyes de forma que modifiquen nuestras decisiones de compra a su favor. Ni mucho menos para que sólo se aplique el mercado liberalizado allí donde les interesa: el laboral. Como decía Lluis Llach, no era això.

Independentismo y municipios

Hay un detalle que algunos expertos aquí en Catalunya están señalando y mucho me temo que en el resto de España la gente desconoce. ¿Qué relación hay entre los municipios y el movimiento independentista? ¿Es que puede tener? Sí, y mucha.

Desde la llegada de la democracia, los partidos de perfil catalanista han tratado de atraer competencias hacia la Generalitat, que ha llegado en gran medida, un mayor control económico, que ha llegado a medias, y un reconocimiento nacional, que apenas ha calado en la forma de articular España por parte de sus diversos gobiernos.

Visto con perspectiva, a principios del milenio, en Catalunya hubo un desgaste emocional imporante. El nacionalismo tenía la sensación que no conseguía su objetivo primordial, el reconocimiento histórico. Y todo ello, a pesar de los constantes acuerdos entre Pujol y los gobiernos centrales.

Pacto del Mayestic

Cuando ganó Maragall este intentó dar el paso definitivo. Un paso que, a ojos de los catalanistas del PSC, no interesaba a CiU. Cerrar de una vez el preciado reconocimiento. Según ellos, eso dejaba CiU sin discurso. ¿Cuál era el plan? Apoyo a un reformista para liderar el PSOE (Zapatero) y lideró una modificación estatutaria que acabó Montilla y que pretendía fijar aquello que la constitución no se atrevía hacer: declarar abiertamente que Catalunya es una nación.

¿Qué pasó al final? Zapatero no resultó ser tan reformista. El proceso del Estatut se alargó una eternidad. Primero para que los catalanes nos pusiéramos de acuerdo. Después para que en Madrid le «pasaran el cepillo». Y finalmente, cuando lo transquiló el TC.

El desgaste emocional fue enorme. Muchos años y, no sólo no se fijó la identidad sino que se puso en cuestión cosas que eran sagradas, como la inmersión lingüística. La Generalitat que durante años había prometido garantizar esos valores indentitarios, no sólo había fracasado. Seguía insistiendo en que sería el garante una vez perdida toda credibilidad.

Pero semanas después de la sentencia del TC, se convocó una manifestación que cambio inercias. El 10 de Julio de 2010, un millón de personas salió a la calle a reclamar el respeto a l’estatut. El eslogan era: «som una nació, nosaltres decidim» (somos una nación, nosotros decidimos).

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La Generalitat estaba noqueada. No supo tomar el pulso de la calle. Lo que se percibió como una humillación hizo crecer el indepentismo que se nutrió de federalistas frustrados. Y sucedió algo sorprendente para los que desconocemos la historia.

Apareció un nuevo protagonista: los municipios. Unos meses antes de la manifestación, algunos municipios lideraron unas consultas populares a modo de referendum. Los alcaldes y los consistorios empezaron a pronunciarse a favor de permitir que la gente vote libremente. Por primera vez en mucho tiempo, el nacionalismo catalán hacía algo que alegraba sus bases.

REFERÉNDUM SOBRE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA CONVOCADO EN ARENYS DE MUNT

La cosa no acabó ahí. Una nueva iniciativa trato de provocar que los municipios que lo desearan se declararan municipios a favor de la independencia. Y algunos de ellos han enarborado la bandera estelada, símbolo de la reivindicación independentista.

Si esto no era suficiente, un nuevo partido de base municipal empezó a cuajar en el imaginario colectivo: las CUP. Se trata de un partido de izquierdas, asamblearista, hiperdemocrático. Y que ha consolidado presentándose primero sólo en los municipios. Yahora ya están en el parlamento.

Desde mi punto de vista esto tiene una significación social (los ayuntamientos son las administraciones que están más cerca de la gente) e histórica (la proclamación de la República Catalana del 14 de abril del 31 se hizo desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona) muy importante.

Todo ello parece estar cuajando en la famosa manifestación del 11 de septiembre y, en realidad, los resultados de las elecciones parecen corroborarlo, aunque la mayoría no sea operativa. El proceso, acabe como acabe, sólo habrá sentado sus bases. Quizás el futuro de Catalunya se esté escribiendo desde abajo hacia arriba.

¿Por qué veré la Superbowl?

futbol americano
Esta noche se celebra la final de la Superbowl, que es la final de futbol americano. Es un deporte que en nuestro país no tiene demasiada buena fama. Más bien, la gente opina que es un deporte muy lento y aburrido. Además, también que es muy complicado y difícil de entender. A mi, en cambio, me fascina. Intentaré explicar por qué.
Tal y como yo lo veo, a los americanos les encantan los deportes en los que hay a menudo momentos de mucha intensidad. Da igual si el resto del tiempo no pasa nada si, a cambio, les ofrece momentos sensacionales. Y también les gustan deportes poco previsibles. Eso es algo que sucede en el baloncesto, en el fútbol americano, en el beisbol, o en el hockey.
La forma de sentarse delante del televisor y de estar en el campo es diferente a lo que hacemos aquí. El futbol nos obliga a estar atentos 90 minutos aunque no pase nada. Apartar la mirada de la pantalla pone en riesgo que nos perdamos uno de los pocos momentos brillantes del partido aunque este pueda ser un bodrio.
En el caso del fútbol americano los momentos de intensidad se sucenden suficientemente como para que el interés se mantenga pero, en cambio, cada pocos segundos el juego se para. De esta forma no necesitas darle toda tu atención durante las 3 horas de partido.
El futbol americano es profundamente táctico y tiene mucho de estratégico. Cada jugada requiere un análisis previo, previendo las debilidades del rival, analizando sus fuerzas propias y teniendo en cuenta qué objetivos ha de conseguir.
Os explico las reglas básicas y, también, cuáles son las virtudes que le veo al juego. El objetivo es conseguir que la pelota acabe en una zona del campo rectangular que hay al final del campo rival que se llama end zone. Además hay unas especie de porterías que también pueden utilizarse para puntuar. Hay diferentes formas de marcar un «gol», y cada una implica puntuaciones diferentes. En función del tipo de «gol» son 2, 3 o 6 puntos. Y en el caso de 6 (el famoso Touchdown) se opta a 1 o 2 puntos extra.
Para llegar a la end zone, el equipo tiene que ir avanzando al menos 10 yardas cada 4 jugadas. Si se superan las 10 yardas, el «contador» de jugadas se pone a 0. Si en 3 no lo consiguen, y el equipo que ataca está cerca de la end zone, puede optar para chutar a los palos con la 4a oportunidad y, si la pelota pasa entre los 2 palos, suman 3 puntos. Y si están lejos, los equipos suelen optar por chutar la pelota y alejar al máximo la pelota para que los rivales tengan que empezar tan lejos como sea posible su jugada.
Hay que gestionar esas 4 oportunidades con diligencia, combinando jugadas «largas» (que son muy arriesgadas pero suponen grandes ganancias de yardas) o jugadas «cortas» (mucho más seguras pero de ganancias pequeñas). En casos en los que el equipo está muy lejos de esas 10 yardas que hay que recorrer, es recomendable hacer jugadas largas. Cuando, en cambio, el equipo está cerca de superar las 10 yardas, es mejor hacer jugadas cortas. Pero hay que tener en cuenta que si siempre haces lo que se espera que hagas, eres fácil de defender. Por eso, hay que ir combinando para no ser previsible.
Imagináos la cantidad de opciones que tiene el juego. En función del resultado, del tiempo de partido que queda y de la posición en el terreno de juego… Todo ello lo hace un deporte muy rico y muy variado.
También voy a simplificar mucho los tipos de jugadores del campo. Básicamente podría decir que hay 4: el quarterback, que viene a ser el 4 del fútbol (Xavi, en el Barça), decide la jugada y hace el pase. Los jugadores que hacen carreras en corto, el más conocido el running back. Los receivers, que juegan por las bandas y corren para recibir pases en largo. Y, por último, todo un grupo de jugadores que defienden al Quarterback para que tenga tiempo para pensar. El equipo que defiende, básicamente, tiene las posiciones para contrarrestar estos posibles ataques del rival.
Yo empecé a cogerle el gusto con unos resúmenes que hacían en TV3 de los partidos de los Dragons cuando estaban en Barcelona. Con los años me acostumbré a ir al campo todos los partidos. Poco a poco, empecé a ver la NFL americana. No tenía equipo. Vi que un equipo tenía una equipación parecida a la de los Dragons y ese motivo tan peregrino me llevó a identificarme con los Packers de Green Bay. Con el tiempo descubrí por azar que es el único equipo non-profit de la NFL y que, de hecho, es propiedad de los habitantes de su ciudad, que no es muy grande. Algo parecido al Villareal aquí. Green Bay es una ciudad muy fría. Muchos partidos se juegan con nieve y casi siempre en manga corta. Tienen un estilo muy físico, parecido a lo que en fútbol llamamos catenaccio. Pero algunos de los mejores Quarterbacks han pasado por sus filas, como Favre.
En fin, os recomiendo que le deis alguna oportunidad, que seais capaces de disfrutar de un espectáculo que tiene unas formas distintas a las que estamos acostumbrados. De su nobleza, aunque pueda no parecerlo y de su espectacularidad. Yo, hoy, no me pierdo la final 49ers vs. Ravens. Y, a falta de los Packers, GO Ravens!

¿Dónde está el salvapatrias?

Rajoy pensativo

Si en el PP no tenían bastante con Gurtel, ahora resulta que algunos papeles parecen demostrar que allí ha cobrado todo el mundo dinero en B. Pero lo verdaderamente novedoso del caso es que, por primera vez, el presidente del gobierno se ve salpicado directamente. Según esas informaciones, Rajoy también cobró.

Periodismo de investigación, dicen… No nos engañemos. Eso no existe. Cuando se publica algo es porque alguien se ha ido de la lengua. Y cuando alguien hace eso, persigue algún objetivo. Así, la verdadera pregunta es: ¿a quién le interesa destruir la reputación de Rajoy?

Lo que es seguro es que la información tiene que salir del propio PP. Y, aunque este pueda tener incentivos de fuera del partido (al PSOE puede interesarle que Rajoy caiga), el hecho cierto es que, al menos 1 persona en el PP tiene interés en todo esto. De hecho, en mi opinión al PSOE le interesa ganar tiempo, por lo que una caída antes de hora no es una buena noticia. Entonces, ¿cuáles son esos intereses?

Rajoy tiene una verdadera patata caliente. Durante semanas no se cansó de pedir a Mas que presentara una querella tras unas informaciones de El Mundo con muy poca base. Su partido lo hizo, incluso, cuando esta ya había sido presentada. Y, aún así, siguió acusando. Para mi, esa era la clave de la comparecencia de hoy en la que ya empezaba con mal pie no aceptando preguntas: ¿tendría Rajoy el valor de querellarse contra los medios que han publicado las informaciones? No.

La respuesta deja a Rajoy en una situación de debilidad enorme. Si sale una nueva información que corrobore que Rajoy cobró dinero en negro del partido, mi opinión es que quedará automáticamente amortizado. Con independencia de su veracidad. Puede que estemos viviendo sus últimas semanas como político en activo.

barcenas

A mi sólo se me ocurre que una persona con ganas de ocupar su cargo puede tener verdaderas motivaciones para desplazarlo de su sitio. ¿Quién podría ocupar el cargo de Rajoy y, a la vez, creer que en caso de elecciones ganaría con garantías al PSOE? ¿Quién se os ocurre con buenas relaciones con El Mundo, diario que lanzó las primeras informaciones? Y que, además no salga implicado o implicada en ninguna de las informaciones (sobre estas líneas, aparecen además de Rajoy, Jaime Mayor, y Rato). Si alguien piensa en Aznar, yo le descarto porque Ana Mato es de su entorno.

Y ahí está la belleza de la operación: quizás entre todos le estamos haciendo el trabajo a algún (o alguna) figura potente del PP a la sombra. ¿Qué otra opción tenemos? ¿No perseguir la corrupción? ¿Hacer la vista gorda? Imposible.

Corremos el riesgo de salir de la sartén para caer en las brasas. No podemos permitirnos que Rajoy siga en el poder si se demuestra que cobró en negro. Pero podemos acabar abrazados por un salvapatrias. Y los salvapatrias acostumbran a ser peligrosos. Muy peligrosos. Tienden al populismo. Acostumbran a convertir cualquier disensión de su opinión en un ataque a su persona y a lo que representa.

La segunda belleza de la operación es que, si se trata de alguien del partido, la única forma en la que puede contra atacar es atacando a su propio partido. Ello también comporta una inmolación personal. Rajoy estaría atrapado.

Los parlamentos español y catalán ya tienen escaños ocupados por fuerzas populistas, con discursos basados en la promesa de una regeneración democrática. Eso mismo en una fuerza mayoritaria nos lleva, de golpe, a un territorio del que es muy difícil salir. Tenemos ejemplos muy evidentes en otros países. Persigamos, pues, la corrupción. Que nadie interprete de este texto que prefiero hacer la vista gorda. Pero estemos muy atentos a lo que sucede entre bambalinas. O nos darán gato por liebre.