La vida da muchas vueltas y, como se atribuye a algunos obispos de dudosa moral, «los caminos del señor son inescrutables». Todo esto viene a que, cuando me metí en esto de la imagen es porque adoraba, y sigo haciéndolo, el cine.
Hace mucho (demasiado) tiempo que no hago ningún corto y ha llegado el momento de utilizar mi (escaso) tiempo libre para realizar una idea en la que estoy trabajando desde hace ya algunos meses junto con un buen amigo, que es un fuera de serie de la fotografía y que he conocido en el XISC, un cineclub del que los dos somos activos (él más que yo) socios.
Es una especie de thriller costumbrista, en el que dos hermanas escapan del marido de una de ellas. Durará unos 12 minutos, un tiempo estandar dentro del sector. Para ello cuento con dos jóvenes actrices pero con mucho talento; Sara y Esther.
Los primeros ensayos y encuentros ya se han producido. Esto siempre es una sorpresa. Hasta que no juntas al equipo es difícil intuir si el trabajo conjunto funcionará o no. Y en este caso, las cosas están siendo tremendamente fáciles. Sí amigos, hay química entre las dos protagonistas. Y eso es una gozada.
Ya tenemos fijadas las fechas de rodaje pero, aún así, no me atrevo a decir para cuándo estará terminado. Lo que sí que prometo es que os tendré informados.