Desde que apareció youtube, el sector del cine y la televisión sufría viendo como buena parte de sus contenidos acababan en este tipo de plataformas, mermando sus ingresos. Mientras, imagino que atónitos y noqueados por la situación, trataron de remar a contracorriente camino hacia ninguna parte y luchando sin cuartel por evitar este proceso. Y, claro, fracaso. Sonada fue la guerra entre tele 5 y youtube.
Pero la industria no es tonta. Y era cuestión de tiempo que entrara en razón. Hace algo más de 1 año, youtube desarrolló una herramienta para los creadores que permitía identificar la autoría de ciertos videos (los de la Warner y Disney). Ahora, Myspace se une a esa tendencia creando Auditude, que hará lo mismo con ciertos programas de MTV.
Tanto en un caso como en el otro, la plataforma ofrece a la industria la posibilidad de bloquear, enlazar con el video original servido por el auténtico proveedor o, directamente, monetizarlo. Sin duda, es una estrategia genial, ya que así los usuarios podrán seguir subiendo sus videos favoritos y los creadores recibirán una remuneración que, por otra parte, es muy justa.
Si a esto le sumamos el proyecto hulu, donde la NBC y la FOX suben gran parte de sus contenidos de forma legal, nos damos cuenta de que la dirección tomada por la industria empieza a estar clara; el camino era encontrar sinergias con las plataformas y no enfrentarse a ellas.
El camino hacia el modelo de negocio se va aclarando poco a poco. Mejor para todos.
Hace muchos días quería iniciar una serie de posts a raiz de lo que he podido escuchar que dicen en el vídeo resumen. Un poco tarde, pero ahí va.
El primero quería centrarlo en el modelo de negocio. De hecho, es la gran preocupación de todos los que nos dedicamos a esto. Como dice Güell, sabemos dónde queremos ir pero aún no tenemos claro cómo llegar. Sobre todo teniendo en cuenta que el líder de mercado no ha encontrado aún la fórmula para monetizar todo su tráfico. En mi opinión, la vía será parecida a la del propio buscador de google, con publicidad contextual insertada antes del video o de texto sobre la pantalla.
Mientras este cambio no se produzca, como dice Gina, somos «los raros» y eso dificulta que los anunciantes nos tomen en serio. Hay un aspecto que para mí es un valor, que ahora juega en nuestra contra. El anunciante, como comentan Mantero y Güell nos ve «demasiado» libres. Y les preocupa lo que podamos hacer con su imagen. Es un mal que afecta a todo internet, pero que con el video se agraba por ser algo muy nuevo.
Para acabar de poner las cosas difíciles, también los creadores de contenidos tenemos miedo de que, por culpa de la publicidad, los «espectadores» (no me gusta nada expresar con esta palabra a la gente que participa de nuestros contenidos) pierdan el interés por perder la «pureza». En realidad, yo no creo que sea un problema real. Si no somos intrusivos, los «espectadores» no dejarán de ver flashmotor o lingus porque haya un anuncio de 7 segundos antes del programa. Más si tenemos en cuenta que ahora toleran 15 minutos a mitad de su serie favorita.
A medio plazo no creo que descubramos las sopas de ajo. Aplicaremos todo aquello que la tv 1.0 ya funciona. Es decir, anuncios, eso sí, adaptados al medio, y product placement, y patrocinios, que creo que a la larga será el core business de la TVip.
En cuanto seamos capaces de romper esa barrera de «raros», estoy seguro que las empresas perderán el miedo y se lanzarán. Si hacemos bien nuestro trabajo, es evidente que una publicidad tan segmentada será muy efectiva. Y eso retroalimentará el círculo.
Y ahí viene la paradoja. Tendremos que esperar a que youtube encuentre su modelo de negocio cuando, los demás tendremos que seguir un camino muy distinto al suyo. Por la sencilla razón de que él es muy horizontal y nosotros muy vertical.
Eso sí, mientras el tubo busca su modelo, nosotros hemos de cocompetir. Es evidente que necesitamos tener mucho más tráfico. Y cada «espectador» que acabe viendo cualquiera de nuestros canales es un éxito para todos, porque ayudará a cambiar hábitos. Así, por tanto, nos necesitamos y no será sino entre todos que «crearemos» este nuevo formato. Por cierto, que desconocía que fuéramos líderes en europa en vloggs (Güell dixit). La verdad es que no sé si alegrarme o preocuparme 😉
No me atrevo a decir cuándo se producirá el cambio, a partir de qué momento los videos pasarán a ser un negocio como otras áreas de la red, pero no parece que vaya a ser pronto. Así que tendremos que aguantar lo propio, y a eso sumarle la crisis que a cada día que pasa, se agraba.