Desde que se fijó fecha y pregunta para el referendum de autodeterminación en Catalunya, todo el debate sobre la soberanía ha girado en torno a lo que debía pasar en las elecciones europeas. Hoy, con los resultados en la mano, ya podemos hacer algunas valoraciones rápidas.
En primer lugar, se visualiza la enorme implantación de las tesis de Junqueras. ERC está consolidando el rol que tuvo en tiempos de la república; un partido casa de mucha gente. ERC ha multiplicado sus votantes más que por 3; de 181.213 a 594.149. Pero hay un dato aún más relevante. En las elecciones europeas la participación es siempre menor. En cambio ERC ha recibido más votos que en las catalanas, donde hubo más de 1 millón de votos más. En las catalanas obtuvo 498.124, lo que refleja un enorme crecimiento y fidelización.
Demuestra también que Maragall y la NeCat tomaron una opción estratégica acertadísima. Las siglas del partido han aparecido en todas partes asociadas a la victoria. Conduce a una lectura interesante: los votantes del PSC que entendían el país de una cierta forma, tienen una nueva casa.
CiU ha aguantado el chaparrón. A pesar del desgaste de gobernar, a pesar de Duran i Lleida y a pesar de no haber ganado las elecciones, ha ganado en voto absoluto (de 441.810 a 548.718). El gran riesgo del partido es que a Mas se le conteste desde dentro. No haber ganado lo aumenta, pero parece haber aguantado el tipo.
Los grandes derrotados; PSC y PPC. Que en este contexto de más de medio millón de votos más, el PSC pierda casi la mitad de los sufragios (de 708.888 a 358.539) y el PPC el 30% (de 354.876 a 246.220) los desacredita absolutamente como referentes para entender la realidad catalana. La paradoja es que son los partidos que tienen opción de gobernar en España. Esto acentúa la distancia entre las dos realidades.
Dudo que Navarro y Camacho aguanten mucho más al frente. Pero el problema no son sólo ellos sino la lectura que hace el partido. Intuyo que los sustituirán por perfiles aún más duros. Y será un error.
De los datos no podemos extraer ninguna conclusión definitiva respecto a lo que los catalanes quieren porque la participación es baja. Sí que se evidencia el estado de movilización de unos y de otros. ERC+CiU+IC suman el 65% de los votos (1.401.421 frente a 762.632 del resto). De hecho, la suma de PSC+PP+C’s (762.632) apenas suma algo más que solo el PSC en las elecciones de 2009 (708.888).
El objetivo de los soberanistas era que en Europa se hiciera la lectura que los catalanes están interesados en Europa y en ser escuchados. Es cierto que Catalunya ha aumentado su participación una barbaridad, más de 10 puntos (de 36,9 a 47,6). Pero con dos «manchas». Ni se ha superado el 50%, que era el reto, ni se ha sobrepasado a España de mucho (no llega a 2 puntos). ¿Creo que llamarán la atención? Creo que sí.
Eso sí, la lectura que se hará entre los poderes madrileños es que Mas ha perdido y, por tanto, el proceso. Desde hace unos meses tengo la impresión que estos poderes ya entienden de qué va esto. Ya entienden que es el pueblo quien empuja. Por eso atacan más a entidades que representan a la sociedad y no tanto a los partidos.
Pero de cara al pueblo español, de cara a las publicaciones, seguirán «vendiendo» que Mas nos ha abducido. Y que, por eso, el proceso ha entrado en un impasse. De nuevo será mentira. Que en ciudades como Terrassa, Sabadell, Tarragona, Lleida, Girona y… Barcelona haya ganado ERC-NeCat tiene un calado enorme, por muy elecciones europeas que sean. Incluso en Cerdanyola, mi ciudad, que es eminentemente castellano parlante y de familias emigradas del resto de España. Por muy baja participación que sea. Sergi Castañé ha colgado este mapa del área metropolitana (históricamente socialista y menos permeable al nacionalismo). Lo dice todo.
La sociedad catalana ha dado un nuevo paso hacia ser consultada. Cuando los pueblos claman, los poderes pueden retrasar los sucesos pero nunca pararlos definitivamente. El precio de la dilatación para el poder es ir perdiendo el control. Cada día que pasa sin oferta española y sin una solución que evite la consulta, es una pequeña victoria del soberanismo. Veremos si la breve calma hasta las próximas elecciones (en 1 año hay elecciones locales) permite a Rajoy alguna oferta.