Barcelona y el cambio radical

Ada Colau

Después de la renuncia explícita de Trias a intentar formar gobierno, ya está claro que la próxima alcaldesa de Barcelona será Ada Colau. Algunas reflexiones respecto a los resultados:

He sido crítico con algunas referencias a otros partidos, en especial cuando habla de corrupción. Dicho esto, la Colau ha hecho una buena campaña y precampaña. Se ha hecho transversal entre las izquierdas haciendo un discurso ambiguo respeto el proceso. Ahora merece gobernar la ciudad.

Las victorias tan al límite acostumbran a ser un regalo envenenado. Barcelona en Comú es una coalición joven, cosa que lo hace un artefacto complejo. En todo caso, para gobernar tendrá que hacer pactos con, al menos, 3 o 4 fuerzas políticas más. No acabo de ver la suma en ninguna parte hasta 21 regidores. No son indispensables, pero no tenerlos hace muy incómodo gobernar.

No acabo de ver los incentivos que tienen para llegar a acuerdos las fuerzas que tendrían que pactar con ellos. A parte de de alguna excepción, que no le permite llegar a los 21. No ayuda encontrarnos a 4 meses de las elecciones catalanas y, posiblemente, de las generales.

Respecto el proceso, las fuerzas independentistas han sumado más que hace 4 años, pero ahora la capital estará gobernada por un partido que vuelve al derecho a decidir. No impide que haya independencia pero añade complejidad a un proceso, ya por si, bastante complejo. Los pactos podrían hacer modificar esto, pero intuyo que las presiones internas y las expectativas de Podemos a las generales lo harán muy difícil. Los catalanistas tenemos tendencia esto; ¿Por qué hacer fácil una cosa que se puede hacer difícil?

Como todo gobierno, merece que le demos un poco de espacio para encontrar su lugar. Seguro que cometerán errores por falta de experiencia, pero esto no debería ser un problema. Le ha pasado a todos los que han gobernado por primera vez. Deberíamos tomar un poco de distancia para ver cómo se desarrolla todo. Esta vez, con 100 días no dará ni para los pactos.

Parece probable que algunos medios le hagan marcaje desde hoy mismo. De hecho, el titular de hoy de La Vanguardia, ya editorializaba suavemente: «Giro radical». Se buscará desestabilizarlos.

La tónica general ha sido dificultar mucho las gobernabilidades. En mi ciudad, Cerdanyola del Vallès, será muy difícil llegar a pactos estables. Y miro alrededor y veo que es generalizado.

Barcelona ha pedido un cambio a 4 meses de las elecciones más importantes de su historia. Ada Colau tiene la oportunidad de demostrar que es algo más que una (brillante) activista. No era poco, pero este es un reto superior. Que tenga suerte.

¿El proceso por la independencia se parará?

arc de triomf

Ayer publiqué un post en el que señalaba que el independentismo ganó claramente las elecciones de este fin de semana. Los datos cantan. Algunos se nieguen a aceptar la realidad, como se ve en la conversación que mantuve por twitter con el secretario general de las NNGG del PP en Catalunya. Claro que la conversación acabó cuando me instó a que mirara la prensa internacional. Curioso que, después que le demostrara que, efectivamente, la leo, se acabara la conversación.

 

twitter con Marcos

Dicho esto, ¿creo que el proceso independentista tiene posibilidades en esta legislatura? Mi impresión es que muy dificilmente. Y si en esta legislatura no se tira adelante, pasarán muchos años antes de que volvamos a tener una oportunidad. Parece contradictorio con el hecho de que yo diga que el apoyo aumenta ¿no?

La poética está clara. Hay un pueblo bastante unido en torno a la idea de abrir un proceso constituyente. Bastante más de la mitad del parlamento ha votado por partidos pro independencia. Falta un escaño para los 2/3 apoyando el derecho a decidir. 1 millón y medio de personas en la calle. La épica de un pueblo enfrentado a unas instituciones poderosas…

Pero, ¿y la realidad? La crisis ha tenido un efecto catártico. Lo ha acelerado. Las dificultades económicas han puesto de relieve el trato injusto que recibe Catalunya en lo económico. Y el movimiento independentista ha crecido como la espuma. Pero esta moneda tiene un reverso. Gobernar es tremendamente impopular.

La lógica secesionista invita a un pacto CiU + ERC. Que CiU tiene todos los incentivos del mundo para pactar con ERC es evidente. Pero, ¿y ERC?

Para empezar, las bases de ERC son muy de izquierdas. Mi impresión es que son muy contrarios a pactar con CiU nada que vaya más allá de un referendum. Pero CiU va a necesitar alguien con quien pactar presupuestos y, por tanto, recortes. Si no los pacta con ERC, ¿con quién? ¿Es compatible un pacto con el PP en lo económico y otro con ERC en el proceso independentista? ¿O con el PSC? Parece obvio que no.

¿Y cómo actuará el gobierno central frente al envite? Cortando el grifo, lo que se traduce en más recortes. Y en más desgaste. ¿Asumirá ERC ese esfuerzo a cambio de qué? ¿La práctica desaparición a cambio de la independencia? Me cuesta creer, la verdad.

A todo eso, hay que añadir motivos históricos. Las relaciones entre los dos partidos no han sido nunca buenas. Cuando ERC apostó por el tripartit, se abrió una herida de difícil sotura. Por si fuera poco, ERC ha apoyado a CiU una vez. Fue Heribert Barrera en los años 80. Eso comportó una hegemonía de casi 25 años de CiU y la práctica aniquilación de Esquerra. ¿Se atreverá a repetir la jugada?

La única vía que veo abierta es que el actual líder de ERC Oriol Junqueras no tiene la vocación de perpetuarse en la política. Ya era conocido antes de ser candidato por colaboraciones en los medios. Quizás esté dispuesto a sacrificarse a cambio de un objetivo mayor. Eso cambiaría la realidad que estoy pintando e, incluso, podría llegar a reforzarlo por la simbología de que los dos primeros partidos (izquierda y derecha) vayan juntos por un objetivo superior.

Si el proceso se para ahora, los independentistas probablemente tardarán en tener una nueva oportunidad para llevar a cabo sus objetivos. Si, en cambio, las fuerzas catalanistas se unen, tendrán una fuerza moral enorme. Comeremos los turrones con las respuestas. Mientras tanto, conformémonos con las uñas.

La independencia gana y no lo sabe

Palau de la Generalitat

Ya tenemos el nuevo Parlament. Los resultados han sido una sorpresa. CiU ha obtenido unos resultados mucho peores de los que cualquiera podría esperar y, en paralelo, el secesionismo se ha mantenido como hegemónico a pesar de la alta participación.

Hace unos días publiqué un post donde intentaba dar algunas de las claves. Decía que sería un error pensar que una derrota (moral) de CiU significa una derrota del independentismo, como dan a entender los medios de Madrid. Yo sacaría las siguientes conclusiones:

Por un lado, a CiU le ha salido el tiro por la culata. Ha fracasado en su objetivo. Pretendía consolidar su posición en una época difícil para la gobernabilidad, y el nuevo parlamento exige acuerdos que la complican aún más.

Pero no puede tampoco olvidarse una serie de cosas: Ha más que duplicado la segunda fuerza política en votos absolutos. Y ha conseguido mantener el control sobre el gobierno en una época en la que absolutamente todos los gobiernos se ven barridos cuando llegan las elecciones.

Por último, Mas tiene una gran virtud. Dice las cosas como son. O, al menos, como le parecen. Con una franqueza cristalina. La lectura que está haciendo CiU de la caída me parece muy inteligente y alejada del típico cinismo al que estamos acostumbrados. Sin eso, las elecciones le hubieran ido peor.

Respecto a la cuestión del soberanismo, que no os engañen. El triunfo del independentismo es espectacular. En Catalunya, para las elecciones autonómicas había menos participación que en las generales siempre. El mito era que los que no votaban era porque eran españolistas y no se sentían representados. Esta vez no se han quedado en casa. ¿Y cuáles son los resultados?

1.768.810 personas han votado partidos que reclaman la independencia frente a 1.278.689 que se oponen. Rozando los 500 mil votos de diferencia. Digerid eso. Da igual si los escaños son 2 menos.  Hacen mayoría absoluta de sobras. Y si se contrastan estos datos con los de las anteriores elecciones y teniendo en cuenta que CiU ha pasado de una posición ambigua a una posición netamente independentista, esto es lo que sucede: el independentismo ha incrementado su apoyo en 243.886 votos frente a 210.236 votos unionistas. Vuelve a ganar el independentismo.

Es verdad que presuponer que esos serían los votos favorables a la independencia y los contrarios es muy atrevido. Ni todos los votantes de CiU votarían a favor ni todos los del PSC votarían en contra. No he incluído los de IC ni en un lado ni en otro. Ni, por supuesto, los de las fuerzas extraparlamentarias excepto los de UPyD que sí sabemos qué quieren a este respecto. Lo que sí podemos inferir es que los catalanes no le temen a una independencia.

De todas formas, entiendo que hay un juego de minar la «moral» del rival. Entiendo que ahora la prensa y los políticos que controlan la capital del Estado vendan que el soberanismo no funciona. Doy por hecho que ese será el mensaje por mucho tiempo. Si se quedan sólo en eso se estarán equivocando. Volverán a ningunear al independentismo y ello no hará más que aumentar su apoyo social.

La tercera lectura es que la gobernabilidad será muy complicada. Apoyar a CiU puede ser un harakiri para ERC. CiU puede hacer algunos gestos por la vía de aumentar los impuestos a los ricos, pero los recortes seguirán siendo inevitables. Quizás la disyuntiva de ERC sea un futuro prometedor para ellos o un futuro que prometen para el país.

Creo que el proceso sufrirá un parón a no ser que ERC de verdad decida ir a muerte. Mas ha quedado debilitado. Pasearse por Europa explicando el proceso no es una opción. A no ser que le apoye Junqueras. Por primera vez en la historia, la primera y la segunda fuerza son independentistas. Este es un cambio espectacular. La imagen de un pacto CiU y ERC podría verse como un proyecto de país muy potente. La primera y la segunda fuerza política apostando por el proceso.

Pero para los que no queréis la independencia aún tenéis esperanza. Las fuerzas catalanistas han acostumbrado a no ser demasiado capaces de colaborar. Así que me cuesta ver el pacto CiU+ERC. Sin ese pacto, no veo posible el proceso. Y tampoco la gobernabilidad. Vienen años difíciles. Y, al menos, hasta navidades la incertidumbre será máxima.

¿Cuál es el verdadero riesgo del independentismo desde mi punto de vista? Las ideas necesitan líderes creíbles. Entre otras cosas, el secesionismo ha crecido porque lo lidera gente potente. Si ahora, ya sea porque el país se vuelve ingobernable o porque gobiernan y lo hacen mal, podría sufrir un retroceso. Ahora, más que nunca, lo tienen que hacer bien.

Si los políticos catalanes actúan como se presupone que harán, el proceso se podría paralizar por unos cuantos años. El proceso entra en una vía incierta. El españolismo, habiendo perdido, se ha apuntado un tanto. Pero la corriente de fondo sigue. Quizás lleve más tiempo. Pero si las cosas no cambian, seguirá creciendo.

El final de la campaña

Por fin se acabó la campaña. Hoy disfrutaremos de la tranquilidad que nos da a los votantes el absurdo día de reflexión y mañana los catalanes sabremos qué composición tiene nuestro nuevo parlamento. Frente a la decisión que muchos ya tenemos tomada se me ocurren diversas reflexiones.

En primer lugar, CiU ha conseguido que el debate sea esencialmente identitario. Los partidos de la oposición esperaban poder desviar el debate al drama social que vivimos. Tenían una baza fuerte: la vaga general europea (del sur) del 14N. Pero El Mundo con su portada consiguió visualizar aquello que CiU llevaba tiempo asegurando que pasa: «las instituciones de Madrid nos tienen rabia». Y el debate volvió al punto que CiU deseaba, en contra de lo que pretendía el diario.

En segundo lugar, la campaña de El Mundo en contra de Artur Mas demuestra el bajo perfil democrático de este país. Cualquier persona medianamente objetiva se da cuenta de que esta información, si el líder en vez de llamarse Mas se llamara Jonqueras o Casademunt, la noticia hubiera sido igual cambiando el apellido. Lo demuestra la noticia falsa casi calcada de hace unos años sobre Carod Rovira. Todo ello lo convierte más en un ataque a las instituciones catalanas que al propio president.

Explicaba Juliana unos meses atrás que en el parlamento español los cambios de gobierno siempre han sido después de situaciones dramáticas. Las desinformaciones de El Mundo, que preveo pasará meses tratando de demostrar, y el seguidismo vomitivo (no tiene otro nombre) de algunos partidos, especialmente el PP, y algunas instituciones demuestra que aún tenemos mucho que aprender de lo que significa la palabra democracia.

Quiero decirlo bien claro. Es verdad que en Catalunya los medios de comunicación siguen una lógica de manipulación de la realidad en función de lo que muestran y ocultan. De cómo explican las cosas. De qué titular les dan. Y es lamentable. Pero también es verdad que esta idea de crear informaciones que no se sustentan y no tienen ninguna base argumentativa es impensable aquí. Al menos hoy por hoy. Honestamente, creo que España necesita reflexionar sobre sus medios muy seriamente.

En tercer lugar, mi opinión es que, en contra de lo que preveían, esta campaña anti Mas le ha venido muy bien a CiU. Personalmente tenía la sensación y las encuestas en teoría lo confirmaban que estaba perdiendo el punch inicial. No hay encuestas post pseudonoticia, pero mi percepción es que le vendrá bien a CiU.

En cuarto lugar, ha sido lamentable hacer un seguimiento en las redes sociales a los partidos políticos. Han entendido mal de qué va esto. Me decía mi amigo Gonzalo Martín este lunes que la ética blogger ha desaparecido. Tiene razón. Pero algo ha quedado: la honestidad que pedimos a los personajes públicos en las redes sociales. Llenar el hashtag de un debate diciendo que tu líder lo ha hecho bien cuando lo ha hecho mal, más que sumar a tu candidato le resta.

En quinto lugar, el unionismo, entendido como los partidos que buscan mantener la unidad con España, sólo dan argumentos en negativo. La gente se suma a proyectos positivos, no a la imposición ni al miedo. O cambian de discurso cada vez tendrán menos apoyo social.

En sexto lugar, y ligado a este primer punto, el independentismo ha conseguido internacionalizar el conflicto. Es un hecho. No sólo eso. El mundo anglosajón simpatiza con la causa y, aunque tal y como explica Juliana hoy en La Vanguardia están por ver sus motivos, el hecho cierto es que están consiguiendo su objetivo. Campañas tanto diseñadas desde Catalunya como desde fuera.

Algunos dicen que son las elecciones más importantes de toda la historia de la democracia española por las consecuencias que puede comportar. Confío en que esos mismos, llegado el momento, sean coherentes con esa idea y asuman aquello que el parlamento catalán dicte. Sea lo que sea.

Cómo interpretar los resultados de las elecciones catalanas

En España el parlamento es relativamente fácil de interpretar. El bipartidismo simplifica las cosas. Hay un partido de centro derecha (PP), uno de centro izquierda (PSOE). Y luego represnetantes minoritarios, ya sean ideologías (como IU o el regeneracionismo populista de UPyD) o por nacionalismos regionales (CiU, PNV…).

Visto ese panorama, intuyo que un parlamento como el catalán debe ser difícil de interpretar para alguien poco acostumbrado a que haya tanta igualdad entre tantas fuerzas. ¿Cómo interpretar unos resultados de este tipo? ¿Por qué CiU parece que no va a sufrir desgaste después de hacer unas políticas tan impopulares?

En España hay, esencialmente, 1 eje: el social o económico. En Catalunya hay 2 ejes: el social y el identitario.  Un bipartidismo en cada uno de los ejes nos lleva a 4 partidos. Y luego las minorías, claro.

En el eje social, CiU y PP a la derecha y PSC y ERC a la izquierda. Ciutadans y SI no lo tenemos aún claro. En el eje identitario, la cosa es más compleja: CiU, SI y ERC están en el lado del nacionalismo catalán. El PP y Ciutandans netamente por el nacionalismo español. El PSC tiene una posición más compleja. Reconoce la identidad catalana pero parte de su perfil de votantes no es nacionalista catalán.

Pero es aún más complejo. Hay un perfil de votante de derechas que vota CiU en las catalanas y PP en las generales. Este perfil tanto puede ser nacionalista catalán pragmático (que prefiere votar una fuerza mayoritaria en España y garantizar que gana la derecha) como nacionalista español pragmático (que hace lo mismo que el votante catalanista de derechas pero al revés con el mismo resultado).

Queda la interesante postura de Iniciativa. Van desde un españolismo muy moderado e hiperrespetuoso con la realidad catalana como un independentismo que prioriza lo social a lo nacional. Su postura es: que el pueblo opine y nosotros a los nuestros les damos libertad de elección.

Por último, las CUP parecen estar llamando a la puerta y no me los quisiera dejar. Son un partido de un izquierdismo convencido. Nace desde el municipalismo (algo digno de ser estudiado la influencia de los municipios en todo este proceso) y es netamente independentista.

A partir de estas premisas: ¿cómo deben interpretarse los resultados de la elecciones de este fin de semana? Desde mi punto de vista, estas son las claves:

Clave 1/ No simplificar. Salga lo que salga. Tan equivocado es decir que si CiU saca mayoría absoluta en Catalunya la gente quiere la independencia como decir, si no lo consigue, que no.

Clave 2/Si se busca interpretar el rechazo o aprecio a la independencia (que no la voluntad definitiva de la gente) que tengan los resultados depende de las sumas. Si CiU, ERC, IC, SI y las CUP suman más de la mitad, el nacionalismo catalán se llevará una buena victoria moral. Querría decir que, cuanto menos, a una parte importante de la sociedad le parece bien hacer un referendum. Todo indica que será así.

Clave 3/ Si además CiU, ERC y las CUP son mayoría sin necesidad de IC, querría decir que el independentismo, al menos, no genera rechazo. ¿Querría decir que saldría sí en un referendum? No necesariamente. Mucho votante de CiU dudo que votara si a la hora de la verdad. Pero cuidado, algunos votantes del PSC, otros de IC y otros que podrían quedar ocultos si SI y las CUP no entran, votarían el sí. Dicho con otras palabras, no resolveremos aún qué prefieren los catalanes. De todas formas, todo indica que la suma rozará el 60%.

Clave 4/ La suma de votos (que no de escaños) del nacionalismo catalán debe superar es el millón y medio de papeletas (1.524.924 para ser exactos). No estoy contando ni a IC ni al PSC (donde, como he dicho, hay independentistas).

Si el nacionalismo español supera el millón de votos (sus resultados en las anteriores fueron de 1.068.453) seguirá muy por debajo del catalanismo. Si no crecen mucho debería hacerles pensar que el independentismo tampoco espanta a la gente. En todo caso, un crecimiento relevante podría demostrar que es capaz de movilizar sus bases.

Clave 5/ De cara a una posible independencia, hay 2 millones de abstencionistas de los que, probablemente, muchos votarían. Pero hoy por hoy, es imposible decir a favor de qué.

Intuyo los titulares de la prensa de Madrid si CiU no saca la mayoría absoluta. Si hablan de fracaso del independentismo estarán cometiendo un nuevo error si los sufragios independentistas aumentan o se mantienen. Seguiremos sin la respuesta. Lo que sí nos dirán los resultados es qué cautiva más a los catalanes. Ya sólo tenemos que esperar unos días…

 

¿Artur Mas ha robado?

La respuesta es, no lo sé. No tengo ni idea de si el padre de Mas se quedó con dinero para luego dárselo a su hijo en algún paraíso fiscal. Tampoco sé si es verdad que los Pujol tienen una caja en un banco Suizo justo al lado de la que tienen los Millet. Lo que sí sé seguro es por qué sale justo ahora una información de este tipo.

Quede claro y vaya por adelante que, si de verdad hay cualquier indicio por mínimo que sea, hay que tirar de la cuerda todo lo que sea necesario. Sin ningún tipo de paliativo. No quiero ser sospechoso de nada. Ahora bien, antes de hacerme un juicio sobre alguna información juzgo otros aspectos.

En primer lugar, hay que tener en cuenta la fuente. En este caso, la noticia nace en El Mundo en un artículo firmado por Eduardo Inda. ¿Y quiénes son El Mundo y Eduardo Inda?

El Mundo es un medio de centro derecha españolista. De centro por decir alguna cosa. Lo dirige Pedro J. Ramírez. Este tipo, por llamarlo de alguna manera, se ha significado por insultar a los catalanistas e independentistas. Ejemplos los hay en twitter, donde llega a caricaturizarse a si mismo. En algunas de sus cartas del director ha hecho cosas similares. Asimilaciones de nacionalismo catalán y nazismo han sido habituales.

¿Y Eduardo Inda? Eduardo es uno de sus secuaces, aunque parece que su relación ha empeorado desde que le animara a tomar la dirección de un proyecto muerto: VEO TV. En todo caso, fue el director del diario Marca en su época más oscura. La época en la que, siendo el club catalán tan superior, se servían de villaratos, dopajes y similares para intentar desestabilizar.

El grupo de El Mundo siempre ha servido los intereses de la derecha. Hablamos de una derechona rancia.  Muy españolista. Una derecha desde la que se ha articulado un ataque sistemático a los catalanes que no opinan como ellos. Que han servido a un discurso muy poco respetuoso y orientado a la mentira sistemática.

¿Hemos olvidado la increíble y tediosa maniobra de demostrar que el 11M fue ETA? ¿Puede haber algo más rastrero? Aprovechar la muerte de 200 personas. Mentir con tal de demostrar que hay unos malos muy malotes que son los culpables de todas las maldades del mundo. Por cierto, por si no lo sabíais, ha llegado a ser condenado por esto (aunque después de escribir tanta basura, nadie le dio demasiada importancia).

Y resulta que ahora estem tandem tan creíble dice ahora que Artur Mas y Jordi Pujol tiene dinero escondido en Suiza. Pues qué quieren que les diga…

Haciendo gala de su estilo, ignoran que el Ministerio de Interior dice desconocer estas investigaciones. No sólo eso: el propio juez niega que haya ordenado ninguna investigación nueva. Es decir, que el juez no tenía ni idea.

Y todo este chiste de este duo dinámico sale una semana antes de las elecciones catalanas. ¿Saben lo que es el criterio de oportunidad? Es un concepto jurídico que consiste en una negociación entre cuando «destapar la liebre» y detener a los acusados o esperar con el fin de encontrar más información. Este concepto también tiene importancia en los medios de comunicación. ¿Por qué sacar hoy esta noticia y no mañana?

Y ahora lo que se le exige es que responda. O sea, no sólo le quitamos la presunción de inocencia sino que hacemos que recaiga en él el onus probandi. Es decir, le exigimos que demuestre que es inocente. Menuda desfachatez.

Sinceramente, todo esto me suena muy raro. Todo me da a entender que es una jugada. Yo necesito mucho más que un titular del bueno de Pedro J. para tragarme todo esto. Y, si encima firma Inda, me lo ponen fácil. No sé si han robado, pero no me lo creo.

 

Lo que no dicen las encuestas

Cuando se acercan unas elecciones, las encuestas se convierten en uno de los elementos más importantes. Condicionan el voto a través de los titulares que generan. Pero, ¿qué información de verdad nos dan las encuestas? ¿Cuál es su verdadero valor? ¿Qué es lo que esconden?

En primer lugar, las encuestas no sirven para saber cuántos escaños sacará cada partido. Ni mucho menos. Sirven, eso sí, para medir tendencias. Para saber, a lo largo del tiempo, si una marca política mejora su percepción popular o la empeora.

En segundo lugar, los datos se «cocinan». Suele interpretarse como que se manipulan. Y probablemente sirven algunos intereses (luego hablaremos de eso). Pero, en todo caso, tiene mucho sentido cocinarlas.

La metodología de este tipo de encuestas se basa en el siguiente mecanismo: preguntan a la gente qué votará y se le pregunta qué recuerda haber votado en las anteriores elecciones (entre otros). Estos dos datos se combinan para ajustar más el resultado a la realidad. Así preguntando a relativamente poca gente, ajustas mucho el resultado.

Por ejemplo, imagina que en la encuesta sale como resultado que CiU pasa de 64 a 80 escaños. Parece un crecimiento excesivo. Pero si resulta que la gente te ha contestado también que votaron masivamente a CiU en las anteriores (más que lo que, en realidad sucedió), podrás corregir a la baja los resultados de CiU ajustándote más a la intención real de la gente.

En el fondo, se trata de utilizar los datos del pasado para saber qué pasará en el futuro. A mi esto me genera una duda. Estamos frente a las elecciones catalanas más emotivas de la historia de Catalunya y quién sabe si las más importantes que se han producido en España en toda la historia de su democracia moderna. La manifestación del 11 de septiembre ha cambiado el paradigma catalán colocando la independencia en el centro del debate político. ¿Es válido mirar lo que pasó hace 2 años para saber qué pasará? No lo tengo claro.

Asumiendo que la metodología es válida, se producen algunos fenómenos curiosos en las que se están realizando para estas elecciones. Me centraré en las que está efectuando Feedback para el Grupo Godó (La Vanguardia, RAC1, 8 TV).

El apoyo a la independencia sigue siendo mayoritario pero ha visto mermados sus apoyos de una forma muy rápida. Es comprensible que haya una reflujo a la baja después de un crecimiento espectacular. Ahora la gente lo ve como algo factible. Además, las insituciones del Estado han puesto en marcha la máquina del miedo. Normal que pierda algunos apoyos.

CiU hace 1 mes tocaba la mayoría absoluta cuando no la tocaba. También desde hace 1 mes, según las encuestas, ha perdido apoyos. Hasta 3 puntos desde más de un 43% a un 40% pelado. Quizás sea así. Al fin y al cabo, como el apoyo a la independencia, está sujeto a tendencias. Y el ambiente está tan convulso que puede sufrir variaciones drásticas en un tiempo récord.

Ahora bien, hay otra respuesta que lleva el mismo tiempo que la intención de voto a CiU variando. Y, en mi opinión, es incomprensible. A la pregunta, «¿qué idioma habla en casa habitualmente?» las respuestas que yo esperaría deberían ser muy estables. La gente no cambia el idioma de su casa cada mes. El catalán ha caído del 45,8% al 39,1% (casi 6 puntos). El castellano ha subido 2 puntos (del 30,3% al 32,2%).

Y aquí surge la pregunta. Asumo que en entre los catalanoparlantes es más probable encontrar a votantes de CiU. ¿Puede explicar esta variación una modificación del perfil del encuestado? ¿Puede haber un sesgo? Como no dudo que toda información está condicionada por aquel que la hace y emite, ¿puede estar interesada CiU en que se diga que están cerca de la mayoría pero que no la obtienen para movilizar su electorado? ¿O quizás se les fue la mano y ahora tratan de ajustar los resultados a la realidad?

He de decir, en honor a la verdad, que la empresa que hace las encuestas para El Periódico (GESOP) obtiene unos resultados muy parecidos a los que ofrece La Vanguardia.

La mezcla de estos dos datos me hace dudar de lo que leo estos días. No tengo ni idea de qué pasará. En mi porra CiU no obtiene la mayoría y el PSC no cae tanto como todo parece indicar. De aquí a 2 semanas tendremos la respuesta. Que la fiesta no decaiga.