El teu petit món

el teu petit món

Pocos días antes del fin de año, recibo un mensaje privado a través de facebook. Es de una amiga a la que conocí hace muchos años en mi época de monitor de esplai. Aunque no éramos del mismo centro, compartimos años en los que coincidimos en encuentros de monitores y hasta montamos algunas actividades para niños juntos. Incluso compartimos más de una y de dos cervezas.

El mensaje era para avisarme que arrancaba un nuevo proyecto con otras dos personas, en el que intuyo han juntado varias de sus sensibilidades personales: gusto por los niños, ecología, sostenibilidad y una cierta cultura de cómo debe ser un jueguete (y, por tanto, cómo no debe ser).

Entre los 3 han lanzado un ecommerce de juguetes infantiles. Le han llamado El teu petit món (Tu pequeño mundo) y, por lo que respira la web, intuyo los valores que hace muchos años compartimos en montones de reuniones. Todo ello alimentado por un optimismo patológico de la emprendedora, que conozco bien.

Vender significa aportar algún valor a los clientes con tu trabajo. Ellos cubren un espacio del que pocos se ocupan y que tiene a un mercado cautivo; como ellos mismos son y explican en la web. Así que estoy seguro de que tendrán mucha suerte. Os invito a que le echéis un vistazo.

El vídeo y el ecommerce

10 años después de la crisis de las punto com se habla con naturalidad de una nueva burbuja en el sector. En este caso el problema lo están generando las altas valoraciones de las redes sociales.

No tengo ni idea de si estallará ni de si, de producirse, afectaría a todo el sector o al resto de la economía. Pero hay una diferencia sustancial: la mayoría de las empresas hoy sí que venden cosas.

Los ecommerce toman hoy diversas caras. Empezamos comprando nuestros billetes de avión y las entradas del teatro pero hoy ya compramos de todo: ropa, ocio con importantes descuentos e, incluso, nuestra compra diaria.

Consolidado el ecommerce como canal de venta, llega la competencia y la necesidad de diferenciarse. En mi opinión, igual que la publicidad televisiva ha servido para marcar los diferentes valores de las distintas marcas, el vídeo en la red y la forma en que se relacionen con los productos del propio portal, servirá para definir cuáles son los nuevos mensajes que quieren hacer llegar a los consumidores.

Salen contínuamente estudios que demuestran la fuerza que tiene el vídeo de cara a las ventas. Resumiendo, podríamos decir que las claves son 3:

– El comprador quiere información lo más cómoda y rápida de recibir. Quiere poder inteactuar cómodamente con ella. Y el sooporte más adecuado para esto es, sin duda, el vídeo. Tanto más si la compra tiene componentes compulsivas.

– Los vídeos no pueden ser componentes estancos. Tienen que relacionarse entre ellos con una cierta naturalidad y con los valores de la marca. Estar orientado a ventas es importante, pero el retorno a largo plazo pasa por la consolidación de la imagen de marca.

– Los costes de «anunciarse» mediante vídeo se han reducido a cantidades irrisorias. Antes, la tecnología necesaria para grabar era muy elevada. Pero, sobre todo, hoy no hace falta aparecer en televisión para que tu «anuncio» se haga público.  Y eso sí que era caro.

La posibilidad de acercarse más a la gente gracias al vídeo se convierte en una amenaza si una empresa decide dilatar su entrada a esta forma de comunicarse dando tiempo a su competencia. Es hora de tomar cartas en el asunto.