Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

Los personajes

(NOTA: Si has aterrizado aquí buscando en un buscador, que sepas que este post es parte de una colección de artículos para aprender a escribir, que puedes encontrar aquí)

Una historia es tan importante como lo es para sus personajes. Llevo varios capítulos pidiéndote que no seas demasiado obsesivo con los detalles porque es contraproducente. Me parece difícil resultar imaginativo sólo con una frase o con 5 líneas. Pero ahora cambio el discurso. Este es el primer gran paso para ser imaginativo y tratar de explorar caminos que te parezcan distintos a los habituales. Sí, ya te dejo abrir el armario de las especias.

La creación de los personajes es un elemento crítico de la elaboración de una narración, ya sea un film o una novela. Es en este momento donde te juegas que tus personajes sean planos, previsibles y aburridos o que sean diferentes, con vida y llamativos.

Uno de los errores que yo más veces cometí cuando empezaba era no dar demasiada importancia a los detalles del personaje. Muchas veces me daba mucha pereza pensar en un montón de cosas sobre el pasado de los personajes. Información que, en muchos casos no llegarás a utilizar. Parece que no le sacas partido.

Aquí de lo que se trata es de generar sedimento. Te dirán muchas veces, y con razón, que si añades muchos detalles a tus personajes del darás una cromática mucho más amplia. Pero, para mí, no es lo más importante. Lo mejor es que te permitirá conocer de verdad a la gente a la que tienes que dar vida.

Desde esta perspectiva, todos esos detalles, aunque no acaben en la historia, serán muy útiles para que tú conozcas a tu protagonista. Eso te permitirá matizar mucho mejor las reacciones del personaje.

Piensa en un detalle. Si lo que escribes no vas a grabarlo tú, tu guion llegará a un director. Por muy enamorado que esté de tu guion y, aunque no cambie ni una coma (cosa poco probable), reescribirá. La mejor manera de condicionar su lectura es que seas muy coherente a lo largo de toda la historia restringiendo las posibles interpretaciones.

Ojo, no confundas eso con ser obvio o plano. Asume que un margen de interpretación siempre habrá. Y, aunque eso te duela, es bueno. Al fin y al cabo, el realizador y los actores han de hacer su trabajo…

¿Te atreves a seguir? Sigue descubriendo cómo empezar la construcción de tus personajes.