Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

Empresa y vídeo online

elearning y el video

Cuando estudiaba en la EUSS ingeniería técnica electrónica, lo de internet estaba en una época muy tierna, anterior al estallido de las puntocom. Allí experimentaron con la idea de impartir una asignatura parte presencial, parte online. Aunque la idea era buena, la cosa estaba demasiado verde como para hacer algo de verdad integrado con las clases magistrales. De hecho, la aprobé sin entrar más que una vez a la web. Y sólo para curiosear… 😉

Las cosas, desde entonces, han cambiado mucho. Cada vez las herramientas online son más lo que en producción industrial se conoce como poka yoke, es decir, más para “tontos”, más intuitivas, más usables. Y tener un entorno visual cómodo es clave para conseguirlo. No deja de ser un ejemplo de eso la noticia de que google añadirá imágenes de los productos anunciados por adwords.

Internet, como herramienta de formación, no podía escapar a ese proceso. Y nadie duda que una de las mejores herramientas para educar es el video. Por eso, parece lógico pensar que estos, en torno a una interfaz interactiva, sean el corazón de gran parte de los proyectos de elearning.

Las posibilidades del video como herramienta de aprendizaje son increíbles, en especial si es capaz de integrar en su discurso el ocio. El cine es un claro ejemplo, aunque sea un arma de doble filo. Muchos no conoceríamos las teorías de John Nash sin “una mente maravillosa” o los detalles del watergate sin “Nixon“. Digo de doble filo porque también todos tenemos la imagen, por culpa de “Braveheart“, de que William Wallace era un campesino, cuando en realidad era un noble o damos por hecho que a Kennedy lo mató la inteligencia americana gracias, o por culpa, de “JFK” de Oliver Stone. Eso demuestra el potencial enorme de la imagen de influir en nuestra percepción de las cosas y, por tanto, el valor educador que tiene. O deseducador, claro.

La gente damos un gran valor a la formación, con lo cual, los proyectos elearning que estén bien diseñados tienen un gran futuro. Y no es que lo diga yo. Sólo esta semana pasada, he podido leer en OJOinternet dos noticias de inversiones en empresas del sector del elearning de video. Howcast media, una plataforma de videos how-to-do, ha recibido una inversión de 2 millones de dólares y elevan a 10 millones la financiación total.  Por otro lado, Brightstorm, donde profesores ofrecen sus servicios a alumnos que requieren de una ayuda adicional, ha levantado 6 millones de dólares. Eso demuestra las enormes expectativas que hay puestas en este sector.

A pesar de que nosotros siempre vamos un paso por detrás, en España hay proyectos similares a estos dos, como sclipo (un how-to-do con unos 700 mil euros en dos rondas entre la Caixa, Luis Martín Cabiedes y Caja Navarra) y otro mucho más joven linkua, donde profesores ofrecen clases de idiomas por videoconferencia y que fue uno de los ganadores del campus de seedrocket.

Yo creo que el concepto clases será mucho más fácil de monetizar porque el servicio que ofrecen esta más que claro y es algo que la gente valora. Por tanto, si el producto es de calidad, la gente pagara y listos. En el caso de los videos how-to-do, aunque el modelo de negocio está claro, costará más que funcione (o eso creo); publicidad contextual, y servicios premium. Para mi tienen un handicap. Son verticales (o temáticos, vaya) pero, en cambio, no están segmentados. Por lo tanto, tienen lo “malo” del ser generalista como youtube y lo malo del ser vertical o temático porque nunca podrán aspirar al tráfico de un blip o un dailymotion.

Otros proyectos de video elearning han escogido caminos diferentes. Es el caso de lingus, una serie online para aprender castellano. Yo creo que está muy bien ejecutado y ya le he dicho muchas veces a Sergio, el emprendedor, que si no funciona como curso de idiomas, enganchará a los españoles porque la serie es fantástica ;-). Hablando en serio, en este caso, la clave reside en acompañar los videos con un contenido didáctico de alta calidad de pago. Esta parte no está todavía implementada. Por supuesto, a eso se le puede sumar todo lo que el resto de canales “normales”, como flashmotor, podemos hacer; publicidad, patrocinios, product placement

Cuando estudiábamos en la EGB, ir a la sala de vídeo era más una excusa motivadora que algo realmente integrado en el discurso educativo. En el futuro, parece que el video va a ocupar el lugar que le toca en el sector de la pedagogía. La oferta no está haciendo más que empezar a diversificarse y, por eso, no están definidas del todo. Los que se lancen tendrán muchas cosas que aprender por el camino. No deja de ser paradógico, ¿no os parece?

P.D.: Me comprometo a algún día colgar un post hablando sobre estrategias para educar con el video, y cómo creo que van a integrarse en la red.