Alberto Lacasa

Audiovisual, política y más allá

Date archives junio 2011

internet

Cultura(s) digital(es)

Ayer tuve la oportunidad de pasarme por el primer evento que se organizó en Barcelona de la innosfera. El tema eran las culturas digitales. Da mucho de si, ya que el contexto actual ha obligado a la mayoría de la sociedad a descubrir que esto de las redes sociales es más de lo que  puede parecer a primera vista.

Los ponentes fueron Dolors Reig, profesora de redes sociales y consultora CTIC en la UOC, Adolfo Estalella, que trabaja como antropólogo en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, y Miguel del Fresno, doctor en sociología por la UNED.

Me sería muy difícil hacer un resumen y además creo que twitter lo hace mejor que yo. En todo caso, hubo bastantes perlas como puede verse en el enlace. Y si las contextualizamos, son aún más sobresalientes (vale la pena desvirtualizar).

Como ellos ya lo hicieron muy bien, prefiero dar mi punto de vista. Como a Miguel, a mi a veces me da la sensación que redescubrimos el perejil cada día. Y también me genera una cierta dificultad entender qué significa la expresión cultura digital.

Tengo la tendencia a percibir que la gente del sector, comprometida como está con las herramientas, tiende a sobrevalorar sus potenciales. ¡Cuidado! Eso no significa que sean pocos.

¿Cuáles son las grandes virtudes de las herramientas sociales y de internet más en genérico? Para mi dos:

Acerca muchísimo el conocimiento. Lo pone al alcance de la mano. Si quieres aprender de algo, es mucho más fácil conseguir la información. Una mente inquieta encuentra en internet material con el que alimentar su espíritu.

Conecta a las personas. Hace más fácil comunicarse con los que ya se comunicaba antes y aproxima a otros con los que nunca hubíeramos tenido relación. Obvio que tiene mucho que ver con el primer punto, pero tiene una significación emocional propia muy relevante. Por eso las separo.

En definitiva, conectividad.

Aunque estas cosas se han de decir con perspectiva, sí que parece que estamos viviendo un cambio de paradigma muy relevante. Una evolución que, en España, seguramente se hace presente con famoso SMS de “pásalo” y que tiene su versión actual con los indignados. Nuevas tecnologías pero reacciones similares.

Pero estas maravillas no pueden hacer suponer lo que no es. Tengo la sensación de que hay un discurso muy asumido de que el consumo y la televisión han enagenado al ser humano. Y que, por eso, la gente no piensa. Y que, gracias a las nuevas tecnologías, ahora la gente sí va a poder tomar decisiones. Yo creo que eso es hacerse trampas al solitario.

Mi opinión es que el ser humano tiende a alienarse porque la vida real conlleva preocupaciones. La forma de expresarse de esa alienación hoy es el consumo. Antes fueron otras cosas.

El conocimiento siempre ha sido una pastilla difícil de tragar. Conlleva esfuerzo, es lento y, los frutos tardan en llegar. No nos engañemos: la gente seguirá consumiendo los Sálvame del futuro porque la mayoría siempre optará por el escapismo.

Tomando una cerveza post evento, Javier Velilla me decía que él ahora puede leer el The economist y que antes no. Pero antes leer The economist era arduo. Y ahora… también. Lo que me lleva a pensar que Javier se está aprovechando de estos cambios. Pero no conozco demasiada gente que haga ese esfuerzo.

También hablando con Adolfo le decía que las propuestas de los indignados son las de siempre. Lo único que ha cambiado es el modelo relacional (que es muchísimo). Hasta el punto que quizás también cambie cómo nos relacionamos políticamente (algunos partidos, incluso de la derecha, están asumiendo parte del discurso e incluso, en Catalunya se está planteando la nueva ley electoral con aspectos propios de las plazas).

Lo que yo discuto es que el debate tenga más matices, más profundidad. El discurso no es ni más “inteligente” ni más “documentado”. He ido varias veces a Plaza Catalunya a charlar con la gente. Y, más allá de que me encanta que la gente se movilice por cosas, no he tenido la impresión de que fuera un debate más maduro, menos maniqueo.

Esta revolución de acercar el conocimiento y a las personas las unas con las otras está cambiando muchas cosas. Lo que no va a cambiar es la naturaleza humana. Sus angustias persistirán. Y la actitud vital que eso conlleva, también.

documental / peliculas

La bomba del Liceu

Bomba LiceuArgumento. Explicación de cómo y por qué se puso una bomba en el mítico Liceu de Barcelona por parte de un grupo de anarquistas.

Breve crítica. El contenido del documental es interesante pero no responde a lo que promete. Lo que sugiere el título es la explicación de un acto de terrorismo y de lo que habla es de las tensiones entre la burguesía catalana y los movimientos anarquistas populares.

Género. Documental.

Director. Carles Balagué.

Guión. Carles Balagué.

Título original. La bomba del Liceu

Año de estreno. 2010.

País. España.

drama / peliculas

Castillos de cartón

castillos de cartonArgumento. Tres jóvenes estudiantes de bellas artes deciden mantener una relación a tres que será idílica hasta que deban enfrentarse al mundo real.

Breve crítica. La película no vale nada. No merece demasiados comentarios.

Género. Drama.

Director. Salvador García Ruiz.

Guión. Enrique Urbizu.

Actores/Actrices. Adriana Ugarte, Nilo Mur, Biel Durán, Pepa Pedroche, Alfonso Torregrosa, Cristian Magaloni, Álvaro Aguilar, Fernando Ripio.

Título original. Castillos de cartón.

Año de estreno. 2009.

País. España.

Empresa y vídeo online

Cuando la piratería pierde el sentido

Cuando la generalización de internet supuso el acceso de forma gratuíta a la inmensa mayoría de las personas a contenidos gratis, parecía el fin del mundo. Todas (absolutamente todas) las industrias relacionadas con los contenidos clamaron al fin de su sector.

Esa actitud tan generalizada (en todas las partes de nuestra sociedad), tenían dos características: una constante obsesión por mantener un statu quo que creían les beneficiaba y una evidente miopía frente a que no se estaba cambiando una industria sino su modelo de negocio.

El primero en demostrar que sólo se trata de un cambio de modelo de negocio fue la música. Cuando descubrimos Napster (que empezó con el P2P y hoy es parecido a spotify) para luego pasar a emule y finalmente a los torrents muchas empresas (y usuarios) creían que el futuro era esa libertad/libertinaje (según a quién preguntaras) sería para siempre.

Es comprensible que la industria no entendiera los modelos de lo gratis y que algunos vieran que se quedaban fuera de la cadena de valor. Pero la realidad, como ya decíamos algunos, están yendo allá donde tenía sentido que acabaran.

Una de las muestras de que la industria no entendía el cambio es que veían a youtube como un enemigo. Un lugar donde cualquiera podía subir la canción que a ellos tanto dinero le había costado grabar y, sobre todo, distribuir.

Pero hoy el tráfico de las redes de pirateo no hace más que bajar. ¿Para qué descargarse una canción si puedo escucharla gratis con la misma calidad y bajo demanda en tiempo real en spotify o youtube?

Costó tiempo, pero youtube desarrollo sistemas para descubrir si en la banda sonora (o en la visual) había contenidos con derechos de autor. Y, si este quiere, lo desactiva automáticamente. Pero les ofrece algo más interesante: cobrar medio céntimo por reproducción. ¿Os imagináis cuánto debe cobrar Shakira por reproducciones en youtube?

En cine vamos por el mismo camino con Netflix o filmin.  La gente pagará (directa o indirectamente) si vale la pena. La industria tendrá que convivir con canales paralelos que no controlan. Pero lo tienen más fácil de lo que creen hacerlos innecesarios.

Internet ha marcado una dirección que todos nos veremos obligados a tomar hasta su destino. Pero por el camino hay algunas estaciones por las que hay que pasar pero donde no vamos a bajarnos. Los que lo están entendiendo (ahora ya sí) estarán más preparados para el futuro.